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Sex and the Sunny por AliceMisaki

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Notas del fanfic:

Olo a todos, este es mi primer fic y será un one-shot.

Todos los personajes, asi como el mundo de One Piece no me pertenecen u_u son propiedad de Oda-sama.

Una cosita antes de empezar, lo que esta en cursiva y entre ("...") es lo que el personaje piensa

Estaban llegando a una isla... y lo único que cierto rubio quería era que su “Nami-swan” le dejara cuidando el barco, por eso en la isla anterior había comprado el doble de provisiones de lo normal. Ya habían dejado el barco en un lugar bien escondido y Nami estaba en la cocina a punto de dar las ordenes de qué hacer en esta isla “déjame en el barco, déjame en el barco... Nami-swan por favor, déjame en el barco” pensó el chico.
- Muy bien chicos, vengan aquí – llamó la chica – hemos llegado y he visto que nos faltan algunas cosas, para llegar a la siguiente isla y para el Sunny. Franky y Ussop se van a buscar las cosas que necesitemos; Brook, tu acompañaras a Chopper con lo que necesite; y Robin, Luffy y yo iremos a hacer una visión para mi mapa y nos quedaremos todos la noche en un hotel – dijo Nami al momento que Robin aparecía brazos del piso y sujetaban a Luffy para que no saliera corriendo y gritando “¡AVENTURA!” – Sanji y Zoro se quedarán cuidando el barco y dormirán aquí. “¡Gracias Nami-swan!” pensó el rubio dándoles la espalda con una sonrisa en el rostro.
- Oi, yo no pienso quedarme con el cejas de sushi... – empezó a reclamar Zoro. “Muy bien marimo”.
- Muy bien chicos, vamos, nos vemos mañana Sanji-kun – dijo Nami ignorándolo, hoy la chica estaba de humor como para dejarlo pasar y no recordarle de su deuda con ella.
- Mi Nami-swan estará lejos de mí esta noche – dijo con fingido dolor – ¡que descansen mis bellas flores! – gritó mirando a Nami y Robin con ojos de corazones, las chicas le sonrieron a modo de despedida.
Escucharon los pasos de los demás alejarse. Apenas se supieron solos, Zoro acorraló a Sanji contra la pared de la cocina reclamando sus labios. Sanji respondió rápidamente al salvaje beso que le daba su espadachín, tan apasionado como siempre. Luego del shock pasional, Zoro le fue poniendo más deseo al beso, haciéndolo más lento y placentero, lo rodeó con su brazo por la cintura, acercándolo a su cuerpo. Recorrió los labios de su rubio con la lengua para que Sanji le dejara entrar y recorrer toda su boca, esa boca que le encantaba por su textura, “tan suave...” por su sabor a tabaco, “tan excitante...” chocaban sus lenguas lentamente, enviándose suaves oleadas de placer por el cuerpo el uno al otro. Sin romper el beso Zoro fue sacándole las prendas superiores, su corbata, el saco, fue desabotonándole la camisa con algo de desesperación hasta sacársela. Sanji por su parte se deshizo de las katanas de Zoro, dejándolas en la mesa, le saco el abrigo y el haramaki, dejando al descubierto su torso tan musculoso... sus pectorales y esos marcados abdominales. Se separaron un poco antes de que Sanji corriera riendo feliz hacia una de las bodegas, seguido por Zoro.
- ¡Vamos a jugar marimo! ¡Que hace tiempo no lo hacíamos! ¡Ven, Zoro, quiero jugar! – decía entre risas y miradas alegres el cocinero.
- ¡Oi cejillas! ¡Aguarda! – decía Zoro contagiándose de su fresca risa y apenas si podía acercarse a Sanji cuando este se le escapaba de las manos. Vio a Sanji entrar corriendo por una puerta.
Cuando llegó a la bodega en que había entrado Sanji se encontró con la nada “Con que quieres jugar ¿eh?... ¿Dónde te escondiste ero-cook?” fue tanteando una pared en la oscuridad, luego sintió cómo se cerraba la puerta, ponían el pestillo y se encendía una pequeña luz, dejando a Sanji iluminado justo bajo su foco con un pequeño sonrojo adornando sus mejillas y sus ojos rebosantes de deseo.

- Narra Zoro -

- Sanji... ven aquí – le ordeno con voz suave. Sanji se paró frente a mí, lentamente fui pasando mis manos por su delgado y musculoso cuerpo, desde sus caderas hasta su pecho, llevo mis dedos a su cuello pasándolos hacia su nuca y acariciándolo mientras él cerraba sus ojos con placer, sabía lo mucho que le gustaba eso. Llevo una de mis manos a su boca, él lamió lentamente uno de mis dedos, mirándome a los ojos, provocándome, sí que sabe cómo prenderme.
- Zoro... – me llamó en un jadeo – quiero... – “joder... deja de excitarme tanto Sanji” me acerco a su boca, lamí sus labios, instándolo a que sacara su lengua y tocara la mía, así lo hizo, tocó mi lengua con la suya suavemente. Rápidamente lo beso demandante, pasando mis brazos por su cintura, atrayéndolo hacia mí, pegándolo a mi cuerpo. Sanji pasó sus brazos por mi cuello y me empujó aun más hacia su boca, profundizando el beso, sacándome un gemido ronco al momento en que siento cómo se estremece en mis brazos. Rompo el beso.
- Yo también quiero... Sanji – dije con la voz entrecortada, en verdad que sabía excitarme.
Lo tomo en brazos antes de agacharme y dejarlo en el suelo, me posiciono sobre él viéndolo desde arriba. Sanji levantó su mano y lentamente recorrió con la punta de sus dedos mi gran cicatriz, desde el hombro hasta mi cintura. Me miró y se sonrojó un poco más. Creo saber porqué, hace tiempo que no lo miraba así, tan deseoso de su cuerpo. Fui besando cada parte disponible de mi rubio, su cara, bajé lamiendo su cuello, pasando hacia su pecho, lamiendo sus pezones. Él solo gemía extasiado, poniéndome cada vez más.
Hace tanto tiempo que no nos hacíamos sentir así, que no nos devorábamos con miradas, que no nos tocábamos, y todo gracias al poco tiempo que teníamos libre porque esa arpía que tenemos por navegante nos separaba en cada isla. Hacía meses que Nami no nos dejaba a ambos en el barco “cuidándolo”, y ahora que al fin estábamos solos, pues, teníamos que aprovechar...


- Narra Sanji -

Zoro cambia de posiciones, dejándome arriba, bajó sus manos hasta mis nalgas y me apretó contra su cuerpo, haciéndome sentir su erección contra la mía, haciéndome gemir. Me estaba volviendo loco de placer, hacía meses que no me tocaba indebidamente, que no me besaba con esa pasión tan suya y desbordante. Bajo a besarlo de nuevo, en esta posición me gusta besarlo lento y sensual, provocándolo, necesitaba su boca, su aliento, su lengua... subió su mano recorriendo toda mi espalda antes de enterrar su mano en mi cabello y meter su lengua con fuerza en mi boca – Ngh... – gemí, al separarnos quedamos unidos por un hilo de saliva. Fui a sacar el resto de su ropa, nos sentamos y él fue a besar mi cuello mientras yo terminaba de sacar sus pantalones, Zoro puso sus manos en mi cintura y sacó lentamente los míos, desesperándome. Apoyó su espalda en la pared y me acercó, hincado frente a él entre sus piernas terminamos de desnudarnos.
- Aahhh... Zoro... Mmmm...– gemí al sentir su mano en mi erección, enterré mis uñas en sus hombros y arqueé mi espalda al sentir como me masturbaba, fui a besarlo con pasión.
Puse una rodilla a cada lado de él... en verdad le necesitaba en mi... tanto que ni siquiera le dejé prepararme y me empalé lentamente con su miembro sin que él dejara de masturbar el mío.
- ¡AAHHH...! – gemí por el dolor pero seguí bajando hasta que su pene tocó un punto en mí que me volvió loco y me hizo venir en su mano, manchando su vientre.


- Narra Zoro -

- Tsk... Maldito cocinero... Mmmm... no me dejaste ni prepararte... – Dios, que me costó no venirme al sentirlo apretándose en su orgasmo... se siente tan bien estar dentro de él, sentía sus paredes más estrechas que de costumbre, me asfixiaba hasta volverme loco.
- Pe...Perdóname – jadeó sobre mis labios antes de darme un corto beso – pero... ya no aguantaba... – otro beso antes de empezar a mover sus caderas lentamente, haciéndome jadear.
Llevé mi mano a mi vientre y recogí un poco de su semen antes de lamerlo de mis dedos.
- Mmmm... Delicioso – dije sobre sus labios.
- N...no hagas eso – dijo sonrojado, alejando mi mano de mi boca y deteniendo sus caderas.
- Pero si eres tú... es tu sabor... y me encanta... vamos Sanji, sigue... – le dije con voz grave poniendo mis manos en sus caderas, moviéndolo sobre mí erección, besando su cuello y hombros, bajando a lamer sus pezones.


- Narra Sanji -

¿Por qué siempre me hace sonrojar?”, sentía mi cara arder mientras Zoro me hacía moverme sobre él lentamente, me agarré de sus hombros para moverme más rápido...
- Ah...ah... Mmmm... Aahhh... – no hacía más que gemir al sentirlo dentro, mi erección estaba nuevamente despierta. Empecé a ir cada vez más rápido, buscando que su pene tocara de nuevo mi próstata.
- Ah... Sanji... es... Mmmm... Espera – me dijo sujetándome.
- ¿Qué haces? – le pregunté a Zoro – Ngh... – me quejé al sentirlo salir.
- Quiero hacértelo así – me dijo con voz cargada de deseo antes de besarme.
Me dio la vuelta y quedé a cuatro en el piso, se hincó detrás de mí antes de pasar su lengua por mi entrada humedeciéndola, metiéndola suavemente, me estaba volviendo loco y yo solo atinaba a jadear su nombre una y otra vez.
- Z-Zoro... Zoro... de... detente – le supliqué cuando sentí su lengua entrando en mí, una lamida más y me vine de nuevo – ah...ah... vamos marimo... deja de jugar y métemela de nuevo – jadeé mirándolo desde el piso. Llevé mis dedos a mi entrada, tocándome, viendo en su cara como su autocontrol se iba perdiendo.
- Pero si tú eras quien quería jugar ero-cook... – me dijo sacando mi mano, sentía sus dedos entrando en mí, llegando fácilmente a mi próstata, haciendo que la erección no se me fuera – ... y no sabes las ganas que tengo de partirte en dos – susurró en mi oreja antes de lamerla. Por alguna extraña razón... me gustaba que me hablara así.


- Narro yo -

Y cómo se la quería meter, pero Sanji dijo que quería jugar y a Zoro le encantaba que su rubio le suplicara. El peliverde fue acercando su miembro a su entrada, metiendo lentamente solo la punta, Sanji se estremeció y dio vuelta su cara para mirarle por sobre el hombro.
- Más... Zoro... – gemía con sus mejillas sonrojadas y sus ojos llenos de deseo, antes de empujar hacia atrás haciendo que entrara completamente, arqueando su espalda al sentir a Zoro correrse con fuerza en su interior.
- Aaahhh... Sanji... ah...ah – jadeaba, lo tomó firmemente de las caderas antes de moverse fuertemente dentro de él, Sanji perdió agarre de sus brazos, quedando con la cara apoyada en el piso – tan caliente... estrecho... me encanta... – Zoro jadeaba por el calor que sentía, su cuerpo se fue perlando por el sudor.
Sanji jadeaba y se retorcía de placer bajo Zoro, sintiendo como su miembro salía y entraba de su interior rozando su próstata en cada embestida. “No aguantaré mucho” pensó en peliverde escuchando los gemidos casi gritos de su amante, sin salir de su interior pegó su pecho a la espalda del rubio y le rodeó la cintura con sus brazos, llevando sus labios a su nuca, aspirando su aroma. Empezó a gemir contra su oído, pasando su lengua por su cuello.
- Mah...rimoh... hah...hah... Zoro... Zoro... – gemía el rubio ya sin aguantar más – me... me ven...gohh...
Zoro agarró su pene fuertemente impidiéndole correrse.
- Es...espera Sanji... quierohh... quiero hacerlo contigo – jadeó contra su oído dándole embestidas muy profundas y rápidas.
- Zoro... por favor... déjamehh... hah... – suplicaba Sanji que no daba más de placer.
- Solo... una... más... – y con una fuerte embestida con la que alcanzó la próstata del rubio se vino con fuerza, liberando su miembro para que se corrieran juntos en un grito de placer.
Fue una sensación inigualable, tanto tiempo sin estar juntos ni sentirse el uno al otro. Zoro cayó exhausto sobre el cuerpo de Sanji restregando su cara contra la mejilla del rubio y besándole con cariño la comisura de los labios disfrutando del calor del rubio y de sus caricias despreocupadas en su brazo. Ya perdiendo rigidez, Zoro salió del interior de su amado y se acomodó a su lado, Sanji estaba medio dormido y Zoro lo tomó cariñosamente para atraerlo a su cuerpo y que ocupase su pecho como cojín. Así lo hizo, el rubio se acomodó en el fornido pecho del espadachín y dibujaba espirales en su pecho.
- Cocinero... – le llamó el peliverde. Sanji levantó la vista y el otro rozó sus labios y fue delineando sus cejas con la punta de sus dedos y besaba relajadamente los labios del contrario. Al rubio se le fueron los colores a la cara antes de poder procesar y responder al delicado beso que le daba su pareja.
- Te amo Sanji – dijo el peliverde con los ojos cerrados para seguir con ese beso tan... rico...
Abrazó a Sanji contra sí y siguió besándole con la misma calma y pasión, suspirando contra sus labios al sentir al otro abrasarle. Sanji no terminaba de entender eso, sabía que Zoro no buscaba una respuesta, nunca la esperaba, por eso le encantaba responderle a esa confesión de amor, disfrutando de su cara de alegría inmensa y sus morenas mejillas levemente sonrojadas.
- Yo también te amo Zoro... te amo más que a nada en esta vida – y ahí estaba, esa felicidad desbordante en sus ojos, esa sonrisa nerviosa y ese tierno sonrojo. Le encantaba Zoro, todo en él era tan perfecto, hasta sus comportamientos en la cama le dejaban totalmente satisfecho y con el corazón lleno. Se acomodó de tal manera que todo su delgado cuerpo quedó sobre el del moreno, disfrutando de ese calor que desprendía su pareja, sintiendo sus brazos rodearle en un abrazo posesivo y amoroso, se quedó dormido al poco rato, escuchando contra su oreja el rítmico palpitar del corazón de Zoro.

Notas finales:

7w7 -se esconde en un fuerte-

sepan ustedes lo que me merezco o.o pero tengan en mente que soy nuevita y que todos sus comentarios (buenos, malos, etc) me serviran mucho en el siguiente *-*

Bueno n.n nos vemos en otro fic. un beso a todos se despide

Alice-neko -besos chibi- ~nyaaa~


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