-Cálmate Draco, si Potter estuviera en peligro ya hubiera activado el traslador, pero ese no es el caso- Snape trataba de tranquilizar a su histérico ahijado que estaba por colapsar. Se habían distraído sólo unos segundos, cuando Harry-el-niño-busca-problemas Potter desapareció sin dejar rastro. ¡Ese niño seria la causa de muerte de todos!
-pero él tomó un traslador, Harry no puede usar trasladores, su magia se desestabilizará y estará en peligro. Se cansa y marea, no puede usar ninguna clase de transporte, ni siquiera cuando apariciona llega del todo bien- soltó frustrado.
-Tal vez se desmayó y no puede tocar el traslador- Hermione estaba al borde de la histeria.
-no, eso no es posible, mi medalla hubiera cambiado de color, y se hubiera activado, más bien hay algo que lo detiene, para que no envíe un aviso- explicó Draco.
-la maldición imperius-susurró Ron.
-tampoco es posible- Snape paseaba dando vueltas en la estancia -la magia que rodea la medalla es muy antigua, protege al usuario de hechizos involuntarios, no puede ser manipulado por ningún encantamiento, lo único que queda es esperar. Harry está consciente y protegido de imperius, algo lo está deteniendo, tenemos que esperar que llame a Draco-
Todos miraban atentamente la medalla intacta alrededor del cuello del rubio, solo quedaba esperar.
-Go... Godric Gryffindor?? Soy el heredero de Gryffindor???- gritó con asombro.
-Sí, querido mío, no hay duda de ello. Pero dime ¿cómo te llamas?- preguntó el hombre.
-Harry, Harry Potter- respondió
-que bien querido, entonces Harry, te explicare. Esta es mi casa, nadie sabe su ubicación, solo tú. Cada uno de mis herederos, al recibir la herencia son acreedores de un guardián, mi legado y conocimientos. Tendrán acceso a ellos hasta que nazca su hijo, entonces todo volverá aquí y la siguiente generación accederá a ellos cuando sea mayor de edad. Ese fénix que vez allí se llama Hillyan, será tu guardián de ahora en adelante, no se separará de ti jamás. También tendrás mi diario personal, aquel libro dorado y la caja de plata. Ese es el objeto más importante que tengo, cuídalo muy bien, haber.... que más se me olvida, ah la espada, pero esa esta en el despacho del director Dumbledore, en Hogwarts-
El dolor de cabeza se intensificó, el mareo lo hizo sentarse en el sillón más cercano. No se sentía nada bien.
-oh querido Harry te ves muy mal, tienes que descansar, será mejor que te vayas y luego vuelvas, llévate a Hillyan, el podrá aparicionarte directo aquí- Gryffindor lucia preocupado.
-no me puedo aparicionar ni usar un traslador- susurró
-oh eso es un problema, Hillyan es demasiado pequeño para volar, tendrás que quedarte aquí-
Esa no era una opción, el hechizo de sangre lo había debilitado y la aparición solo lo empeoró. Quería regresar a su habitación a dormir, suspiró, su cuarto con la cama mullida y el calor de la compañía de Draco, lo añoraba....
-Draco- gritó el ojiverde.
-¿Draco?- el pelirrojo vio como el moreno presionaba una medalla con una sonrisa en su rostro.
Un rubio alto apareció en medio de la sala y saltó a abrazar al azabache. ¿Cómo había llegado? Se supone que nadie conocía su ubicación. Miró detalladamente, ese medallón, lo había visto en alguna parte. Lo recordó. Cuando viajo a Rusia, una pareja era reconocida por estar siempre protegiéndose uno al lado del otro, aun en la guerra que acechaba al país. Todos quisieron saber cómo era aquello posible, pues en más de una ocasión habían logrado separarlos, mas regresaban juntos. Rumores decían que era por un objeto mágico muy fuerte y único. Esas medallas eran la clave, el lo había comprobado verídicamente y ahora entendía.
Todos se paseaban ansiosos, había pasado media hora cuando Draco se levantó de golpe.
-Harry- susurró antes de desaparicionar.
Apareció y lo primero que hizo fue buscar a Harry, el era lo importante. Lo encontró, sentado en un sillón con el semblante pálido y algo tembloroso. Saltó a su encuentro y lo abrazó.
-Harry no vuelvas a hacer eso, no sabes cuan preocupado estaba- lo regaño.
Harry sonrió de forma cansada y se acomodó en su pecho.
-lo siento, prometo no volver a tocar nada de nuevo-
Draco soltó un suspiro y algo intranquilo miró a su alrededor. Era una estancia hogareña, al parecer no había peligro, pero el moreno no se encontraba bien. Lo levantó suavemente.
-debemos irnos Harry, tienes que descansar-
-por favor cuida bien de Harry- soltó Gryffindor asustando a Draco.
-pero quien...-
-Draco luego te explicare, vámonos a casa- pidió Harry.
-querido no te olvides llevarte a Hillyan, otro día regresas-
-si claro. Draco por favor coge el diario, el cofre de plata y el fénix- solicitó Harry.
-está bien, pero anda preparándote para aparicionar-
Draco camino a la mesa y encogió los objetos guardándolos en los bolsillos. Fue hasta el animal y lo miro hipnotizado. Tomó al polluelo y lo envolvió en un pañuelo que cargaba, entregándoselo a Harry.
-mucho gusto, Godric, en estos días volveré- se despidió Harry.
Draco envolvió al otro mago por la cintura.
-cuídate jovencito- fue lo último que escucharon antes de aparicionar.
Al fin estaban en Hogwarts, Draco llevó a Harry a su habitación.
-será mejor que envíe un mensaje al resto. Todos estaban preocupados. Expecto Patronum: dile a Severus que Harry ya está en casa-
Acostó a Harry en la cama y le pasó una poción energizante.
-será mejor que descanses, te levantare para el almuerzo, después de eso podrás contarnos todo- se levantó dispuesto a irse cuando Harry lo jaló. Entendió lo que quería.
-no debiste hacer eso Harry, me preocupaste mucho, tienes que entender que fue muy peligroso. Ya sé que el movimiento de tu magia ha mejorado con la práctica, pero no puedes usar hechizos, ni aparecerte, no lo entiendes, el medallón no funcionaba, no podíamos hacer nada- mientras hablaba el agarre de la cintura que tenía el rubio se intensifico, sin querer. -lo siento, no quise- soltó Draco.
-no Draco, perdón por haberte preocupado, debí haberte avisado, solo que no me sentía bien y tras eso Godric comenzó a hablar y lo olvide- Harry sintió pesar por haber preocupado tanto a Draco. Se acercó y lo beso en la mejilla. -perdón-
Draco se asombro. El ya había aceptado sus sentimientos por Harry y no esperaba decírselos, no ahora, pero el moreno no se lo ponía fácil siendo tan dulce. Necesitaba sentirlo. Acercó su rostro al del otro, esperando ansioso la reacción del moreno, pero este solo acortó la distancia y lo besó. Fue apenas un roce de labios, pero hizo latir su corazón como loco. No se conformó y volvió a besarlo. Fue un beso delicado, pero con sentimientos implícitos. Los labios de Harry eran suaves, sabían a fresa. Draco paseaba su lengua sobre ellos probándolos. Harry entreabrió su boca dándole paso a una juguetona lengua. Draco apretó el abrazo e intensificó el beso, haciéndolo más pasional. Un pequeño gemido surgió de la garganta del azabache al sentir el deseo del otro, pero Draco disminuyo la intensidad. Suaves y delicados besos eran dejados por todo el rostro del ojiverde.
-Draco- dijo Harry suspirando.
-shhh, descansa ahora, luego hablamos- dejó un último beso en la frente del moreno, quien escondió su rostro en el pecho del otro. Poco después ambos sucumbieron al sueño.
-DRACO MALFOY, SUELTA A MI AHIJADO- el gritó de Sirius resonó en la enfermería. Harry y Draco se levantaron sobresaltados por el sonido. No había pasado ni una hora.
Harry gruño y se volvió a acostar, Draco lo miró de mala gana.
-Fuera de la habitación- soltó enojado. Cinco magos habían irrumpido en su habitación sin haber tocado. Draco no los quería dentro y estuvo feliz cuando el moreno dio su petición para que nadie, además de ellos, entrara en su morada.
-Harry- se quejo Sirius.
-Fuera- replicó el moreno -saldremos en cinco minutos-
Con desgano los magos abandonaron la habitación dejándolos solo.
-aggghhh se acabó la paz, ahora seré interrogado y no podre seguir durmiendo-
-vamos, no será tan difícil, además ya es hora de la comida-
-Draco espera- Harry se sentó frente al rubio sonrojado. Se habían besado, un beso, BESO, y uno muy bueno, cabe recalcar.
Draco lo entendió y sonrió.
-Harry, no fue un sueño, si te bese, y fue muy bueno- dijo intensificando el sonrojo de su rostro -no sé cuándo ocurrió, pero sé que me gustas y no es un juego. Quiero que me des una oportunidad para estar contigo-
Harry no tenía palabras, el se sentía igual. Le gustaba Draco pero nunca pensó que el otro correspondería a sus sentimientos. Solo pudo sonreir y dar un pequeño beso como respuesta.
-aunque no creo que tu padrino este feliz- soltó Draco.
-oh, pero no olvides al tuyo- se desquitó el otro -será mejor no contarles nada por ahora, suficiente interrogatorio tendré hoy-
-está bien, ahora vamos antes de que vuelvan a entrar- se dieron un último beso y salieron.
-Señor Potter no le han informado a usted los peligros de tocar cosas mágicas sin saber si están hechizadas- preguntó Snape con enojo.
Ahora que Harry estaba más despierto pudo apreciar la cara de exasperación de sus amigos. Debieron haber estado muy preocupados.
-Harry, no debes tocar nada hasta que no lo hallas verificado, en especial cuando de objetos mágicos se tratase. Pueden tener maldiciones, o como en este caso, ser convertidos en trasladores. No debiste ponerte en peligro- Remus estaba un poco decepcionado de su cachorro.
-mi Remy tiene razón Harry, tu ni te puedes defender correctamente y por más que Voldemort haya sido eliminado, no asegura que el peligro ha pasado- replicó Sirius. La sola idea de perder a su ahijado lo había puesto muy nervioso.
-Dios Harry, ni siquiera te puedes aparecer, ¿cómo rayos pretendías regresar? Por más que me cueste, si no fuera por el hurón, perdón, por Malfoy, no te hubiéramos encontrado- si Ron lo sermoneaba, las cosas habían estado graves realmente.
No replicó a la diatriba que le dieron sus amigos, si hasta Draco le había enrostrado lo impulsivo y temerario que era. Aun así había alguien que no hablaba. Miró inquisitivamente a Hermione, quien usualmente era la primera en reprochar, pero ahora se mantenía callada.
-qué, sabes que es verdad todo lo que te dicen, así que no me mires así- contestó la chica -además, creo que has tenido suficientes regaños. Pero bueno, ya cuéntanos lo que descubriste, a mi no me engañas, además parece ser algo muy importante-
Ya que estaban en el juego soltó la bomba:
-soy el heredero de Godric Gryffindor-
Silencio total.
-bueno, eso no es una gran sorpresa, tu sangre parece ser roja y dorada- Snape y sus comentarios acervos siempre tan sinceros, pensó Harry.
-pues sí, el traslador me llevó a la casa de Godric Gryffindor, frente a su retrato, y no, no se la ubicación del lugar- explicó antes que Severus lo interrumpiera-Gryffindor reside allí y solo los herederos de cada generación tienen acceso al lugar. Me explicó muy poco pues me sentía debíl por tomar el traslador, pero me dijo que podía regresar. Además ahora soy poseedor de ciertos objetos de su legado- enseñó el diario de Gryffindor y el cofre. -Draco, ¿dónde está Hillyan?-
Al llegar lo único que había hecho fue acostarse, dejando todo en manos de Draco. Como respuesta sintió un pequeño peso en su hombro. El fénix ya estaba cubierto de blanco plumaje, pero aún así, era un polluelo que apenas y podía volar. El resto maravillados admiraban al ave. Un fénix siempre llamaba la atención.
-debo decir que la semejanza entre Gryffindor y Slytherin, en cuanto a sus legados son iguales. Tengo en mi poder sus diarios personales, Thrysther, y ahora Hillyan, son mis guardianes y poseo sus legados, según sus palabras exactas. No les voy a mentir, pero siento algo de miedo por tener estos objetos en mis manos- explicó Harry.
-significa que ahora tu cuentas con el legado de Gryffindor y Slytherin, tienes las llaves para reparar el problema del mundo mágico- añadió Draco.
Genial, pensó Harry. Otra vez el destino del mundo en sus manos. todos trataban de entender la gravedad de la situación.
-¿Qué hay dentro del cofre?- preguntó Ron para cortar la tensión-
Harry cogió en cofre y lo abrió. Dentro había una cadena de plata con un dije en forma de león bañado en oro, en su boca había un diamante, pero parecía incompleto. Harry frunció el ceño tratando de recordar algo importante.
De repente abrió los ojos sorprendidos y corrió a la habitación. Apresurado trajo consigo el diario y el cofre de Slytherin. Sacó la cadena y todos lo entendieron.
¡Eso era! Los dijes debían juntarse formando un complemento. Harry los iba a juntar cuando Remus lo detuvo.
-no lo hagas, la serpiente es un traslador incompleto, si lo juntas al león se activará y nos llevará quien sabe a dónde. Es mejor esperar hasta tener algo de información-
Draco se apresuró a tomarlos y guardarlos en sus respectivas cajas, no vaya a ser que su testarudo moreno le de por unirlos.
-entonces para resumir- Snape pidió la atención de todos –Harry Potter es el heredero de Godric Gryffindor, y fue elegido por la serpiente como sucesor de Salazar Slytherin, es decir ahora cuenta con el legado de ambos magos, legado que la profecía describe como solución al problema del desequilibrio de magia que sufrimos. Pero no sabemos nada mas, para resolverlo necesitamos información contenida en aquellos diarios. Ellos serán la respuesta a las dudas, aunque ahora también puede hablar con Gryffindor. Entonces señor Potter, queda en sus manos avanzar con la lectura de los libros- terminó Snape parándose -por ahora lo dejaremos para que continúe con su misión. Nosotros contábamos con permiso hasta el medio día, pero ahora debemos volver al ministerio- se despidió y salió.
El resto de sus compañeros no añadió nada y solo se limitaron a despedirse. Tenían mucha información que asimilar.
-bueno, ha sido una reunión excelente- dijo Draco con sarcasmo –ahora será mejor que comamos para poder seguir en la lectura, te ayudare en ello. Yo leeré el diario de Gryffindor y tú el de Slytherin. Así acabaremos más rápido- declaró el rubio antes de llevarse al ojiverde a comer.