-Demoraron más de lo previsto- recrimino Narcisa a su esposo e hijo. Habían comprado el traje y tuvieron que esperar una hora para que ambos rubios acudieran a su encuentro. Eran cerca de las 2 de la tarde, así que se decidieron por ir a almorzar a un pequeño, pero elegante restaurante en el centro de Londres.
-Los ineptos del banco pidieron un montón de requisitos antes de hacer el cambio de propietario de los inmuebles- respondió el rubio mayor.
Resultaba que los Malfoy eran dueños de una importante empresa de bienes raíces en el mundo muggle. Ese día Lucius había ido a cambiar una cantidad determinada de acciones para su hijo. Pese a que todo el mundo creía que Draco estaba obligado a seguir los pasos de su padre, no era cierto. Draco había crecido rodeado de negocios, economía y palabras demasiado técnicas para el gusto de Harry, pero él amaba eso. El seguiría los pasos de su padre con el objetivo de hacer crecer la empresa que un día nació de llevarle la contra a su abuelo.
Si, Abraxas Malfoy desafió a Lucius de no poder crear una empresa en el mundo muggle, ya que esos seres no aportarían ningún capital a su fortuna. Pues que equivocado que estaba. La empresa Malfoy era una de las más importantes en toda Europa. Ahora Draco tendría más aportación en la administración, aunque claro estaba que algún día esa empresa sería heredada a él.
El almuerzo transcurrió sin ningún inconveniente. Luego de aquella charla con Narcisa, Harry se sentía más confiado en aquel ambiente que parecía irreal. Lucius era cortes y educado, sin olvidar hacer comentarios desdeñosos e inoportunos hacia él cuando había ocasión, Narcisa era muy amable, pero Harry sabía que ella escondía algo. Si, era desafiante y muy imponente cuando lo ameritaba.
La plática era, sin embargo, del otro mundo. Harry no entendía ni la mitad de lo que hablaban: depreciaciones, bolsa de valores, acciones y otros términos que en su vida había escuchado. Desligó su cerebro de aquella conversación y se puso a pensar.
Necesitaba ir pronto de vuelta a la Mansión Malfoy por aquel libro. Estaba en la estantería de libros que Slytherin poseía. Por alguna razón sentía que ese libro saciará muchas dudas que tenía. Sintió cuando Narcisa le tocó el hombro suavemente.
-Harry, es hora de irnos, tenemos que alistarnos para la fiesta de hoy-
-Ah sí, disculpen, solo estaba pensando en un par de asuntos sin resolver-
-Como siempre, Potter, perdido en su mundo- soltó Lucius. Narcisa le miró con ojos calculadores, así que el hombre procedió a pagar la cuenta, para salir del lugar.
Draco tomó su mano, aun frente a sus padres, para comenzar a caminar.
-La recepción del evento es a las 6. Son las 3:30 así que tenemos que estar listos en dos horas-
De repente, Draco sintió a Harry tensarse, disminuyó su paso solo unos cuantos metros de sus padres. Aunque estaban en el mundo muggle era demasiado arriesgado estar con Harry Potter sin protección adecuada.
-¿Qué sucede?- preguntó.
-¿Cómo haremos para regresar a la mansión? Cuando vinimos a la ciudad Hillyan nos apareció en un callejón abandonado, pero ahora no podemos llamarlo. No puedo usar traslador ni aparición- sí, era un problema aquello.
La mansión estaba en las afueras de la ciudad y por transporte muggle llegarían en dos días. Harry si podía usar la aparición así que Draco no entendía el problema. De repente lo entendió. Harry sólo podía aparecerse cuando Draco lo llevaba. Eso significaba que Harry disminuía sus niveles de magia al mínimo posible mientras Draco se encargaba de la aparición, pero para eso tendrían que abrazarse. No era un gran problema, pero al parecer Harry no se sentía del todo cómodo frente a los padres del rubio.
-Harry, mis padres aceptan nuestra relación, creo que pudiste darte cuenta luego del mensaje a tu padrino-
Si, Harry lo entendía y eso que Draco no sabía de la conversación que tuvo con Narcisa. Pero una cosa era que la aceptaran y otra que vean el espectáculo que harían al aparecerse.
-No te preocupes, todo irá bien- susurro.
Entraron a un callejón deshabitado. Narcisa cogió el brazo de su marido, mientras este buscaba el hombro de su hijo para poder guiar la aparición, pero se sorprendió cuando Draco se movió unos metros alejándose de su contacto.
Draco abrazo a Harry por la cintura, mientras este escondía su rostro sonrojado en el pecho del rubio. Lucius alzo una ceja en señal de pregunta.
-Harry no puede usar ningún medio de transporte mágico. Todo lo que dijo su padrino es cierto, es más ni usar al fénix es beneficioso porque afecta su flujo de magia. Pero, por alguna razón, puede aparicionar sin problemas si yo lo llevo.
-Harry, tienes que relajarte, aun siento tu magia-
Ni Narcisa, ni Lucius entendieron del todo la explicación de su hijo, pero sintieron muy bien la magia de Draco envolver a Harry. Draco desvió la mirada a sus padres antes de aparicionar frente a la mansión. Tuvieron que tomarse varios minutos para que Harry estabilizara su magia nuevamente.
El moreno estaba demasiado nervioso, se sintió mareado y Narcisa tuvo que controlarlo con hechizos básicos de curación, ya que no tenían pociones.
-Ahora entiendo porque mi primo amenazó con encerrarte. No puedes utilizar ningún medio mágico, pero aun así Draco te apariciona- en su voz había cierto reproche.
-En realidad, soy el único con el que puede aparicionar-
-¿El único?- preguntó Lucius incrédulo.
-Con usted también podría hacerlo- soltó Harry. Eso sí fue una sorpresa. Se levantó y camino a la biblioteca sin explicación alguna.
Tomó el libro para abrir el pasadizo secreto en donde entró seguido de Draco. Al parecer los padres de Draco no habían ingresado.
Harry había descubierto el libro en una parte del diario de Salazar y el necesitaba leerlo. Tenía un par de preguntas sin responder necesarias para seguir algunas pistas. Demoró un par de minutos buscando en la estantería, ya que no sabía a ciencia cierta cómo era el libro.
Salió del pasadizo y la puerta se cerró. Acto seguido procedió a tomar asiento en la pequeña sala de estar de la biblioteca.
-Este libro tiene información sobre las habilidades y poderes de las doce familias-
-pero eso es una simple leyenda- interrumpió Draco.
-No lo es, Salazar y Gryffindor estaban investigando sobre sus habilidades y escribieron en ese libro la poca información que obtuvieron-
-¿porqué viniste a ver este libro?, no tiene ninguna relación con lo que descubrimos en el diario- Draco no entendía que quería decir Harry.
-tiene relación y mucha, la profecía decía que el legado de Slytherin y Salazar salvaría al mundo mágico. Este es su legado, fruto de sus investigaciones- señalaba el libro.
-¿Cómo estás tan seguro de ello?-
-Draco, tenemos los diarios de ambos fundadores, cada uno cuenta los proyectos que emprendieron por separado, pero el único que hicieron juntos fue la investigación sobre las doce familias. Este libro tiene la clave para poder restaurar el equilibrio del mundo mágico, no solo por ese detalle sino también por su contenido. Cada uno de las doce familias tiene una habilidad en especial, una de ellas debe ser la principal- explico Harry.
Realmente no estaba seguro de ello, pero se había convencido de ello luego de leer en el diario. Otra cosa que lo tenía pensando fue lo sucedido en el combate Cuando esa niebla lo ataco y puso sus manos, sintió la magia fluir por su cuerpo, pero no una magia cualquiera. Era magia oscura, llena de sufrimiento, de desesperación, y entro a su cuerpo fusionándose con él. Pero era algo extraño, el nunca había tratado de absorber magia, y ahora tenía problemas para expulsarla.
Comenzó a hojear las páginas buscando información sobre la habilidad de Draco. Las familias cambiaban de nombre, descendencia y país, pero no de habilidades. Lo encontró:
(...) esta familia tiene, al igual que otras la expulsión controlada de magia, pero su especialización es la creación de barreras. Los pertenecientes a esta comunidad son capaces de manifestar su magia al exterior pudiendo manejar su movimiento. Las barreras que crean son más fuertes que los hechizos ya que residen del mismo núcleo mágico, tienen control sobre la magia espontanea que se presente en los niños. Una característica especial es su facilidad sobre el control en la magia de otros. Puede controlar los niveles de magia y la cantidad que se aplica en los hechizos...
-Eso explica porque puedes aparicionar conmigo sin problemas- sentencio Draco.
-En realidad nunca hicimos nada por probar aparicionar con alguien más. Fue una suerte no hacerlo, no quiero ni imaginar que hubiera pasado si aparicionaba con alguien más- soltó Harry.
-No lo hubieras hecho. Intentamos la aparición conjunta porque era el único que podía manejar el desequilibrio de tu magia. En ese entonces no teníamos explicación al hecho, pero nadie hubiera intentado aparición conjunta- explicó Draco.
-Suerte no, eres el niño que vivió, tienes la habilidad de meterte en problemas y salir de ellos sin explicación aparente- soltó Lucius Inquisitivo. Aquello si era sorpresa. El pensó que las habilidades de las doce familias eran solo cuentos. Estaba errado.
-y que dice acerca de tu familia- pregunto Draco.
-no sabría decirte. Busque en el libro una descripción de tus habilidades porque ya las habías manifestado en más de una ocasión. Las mías son diferentes, tengo una idea muy vaga sobre ellas por lo que es necesario que revise toda la información. El diario de Salazar mencionó que algunas de las habilidades se repiten, son generales por así decirlo, por lo que tendría que buscar características específicas- señaló Harry.
-oh, se hace tarde. Debemos apurarnos para estar listos para la fiesta- Narcisa rompió la tensión creciente. El tema era serio sin duda, pero haría todo lo posible para que esos muchachos se diviertan, o dejaría de llamarse Narcisa Malfoy.
Aparicionaron cerca de la mansión donde se realizaría la fiesta de máscaras del socio de Malfoy. Definitivamente aquello era irreal, la mansión estaba decorada al estilo colonial, los invitados vestían trajes variados y admiraban el decorado. Harry no pudo evitar sonrojarse al sentir las miradas posadas en su cuerpo, bueno, no solo en el de él. Narcisa sí que sabía elegir la ropa. Todos los Malfoy destacaban entre los demás, sus ropas eran sencillamente maravillosas y Harry no se quedaba atrás.
Flashback
-Narcisa, no estoy seguro de esto. Creo que el traje es muy llamativo.
-No, es perfecto. Sin duda debemos ir de compras más seguido, así podre ayudarte a escoger la ropa que mejor te quede. Ahora que ya se tu talla perfecta comprare ropa de Rusia y te la enviare. Hay unos pantalones de cuero que te quedarían perfectos…- Harry no sabía cómo salir de aquel problema, pero comprendía que, de ahora en adelante iba a ser el maniquí de Narcisa Malfoy cuando de ropa se tratase.
Narcisa agarró su brazo y lo guió a la entrada principal. Ella cargaba un vestido entallado color vino, lleno de volantes, con falda amplia con detalles de flores negras. Su máscara era dorada, con bordes escarchados del mismo color, sus ojos azules destacaban y su cabello rubio estaba peinado en un elegante moño cruzado. Al bajar las escaleras encontró a dos elegantes hombres parados esperando. Lucius lucia imponente, pero Draco, Draco estaba realmente guapo.
Draco por otro lado permanecía sin moverse. Harry estaba deslumbrante. El pantalón era blanco, la camisa color granate con rayas verticales y el chaleco con volantes blancos. Se veía sencillo, sin embargo se amoldaban perfectamente al cuerpo de Harry. Su cabello rebelde, ahora crecido, estaba amarrado con una cinta negra de terciopelo en una pequeña coleta. Utilizaba unas botas altas negras, parecía un militar de aquellos tiempos. Pero lo que más llamaba la atención era su máscara. Usualmente estas eran doradas o plateadas, pero la de él era negra. De terciopelo negro adornado con brillantes negros alrededor de los ojos, destacando el verde profundo de ellos.
-Sin duda te has sobrepasado, Madre- Draco estaba maravillado por la vista.
-Debería ser de esa forma. Vamos querido, no debemos llegar tarde- dijo Narcisa guiando a su esposo fuera de la mansión.
-No debes separarte de mi esta noche, recuerda que no podrás reconocerme- le susurro Malfoy acercándosele.
-No me siento del todo cómodo con este traje, es demasiado llamativo. Debí escoger uno negro sencillo- dijo Harry jalando los volantes.
Draco tomó las manos de Harry evitando que dañe el traje.
-te ves demasiado hermoso- acercó su rostro buscando aquellos labios tan deseables, pero chocó con su máscara.
-Creo que no será posible- Harry sonrió, pero Draco no estaba dispuesto a parar. Jalo a Harry estampándolo bruscamente a la puerta y de un tirón retiró la máscara. Junto sus cuerpos. El beso, lleno de pasión y necesidad, los dejo sin aire. Harry estaba encantado. Draco nunca se había comportado tan posesivo, pero Draco no estaba conforme. Siguió besando la mandíbula, un camino de besos hasta el cuello donde paso su lengua. Harry suspiraba. Su respiración se aceleró cuando sintió la lengua de Draco pasar por su cuello, seguido de una succión y una mordida.
-Así sabrán que no pueden meterse contigo- dijo antes de darle un nuevo beso. Draco, con una sonrisa de medio lado, colocó nuevamente la máscara para después guiar a un Harry sonrojado afuera de la mansión.
Fin del Flashback
Dentro el ambiente era muy “lineal”, o eso le parecía a Harry. Ciertamente él nunca estuvo en ninguna fiesta, pero le pareció que no le agradaría del todo. Lucius y Narcisa habían desaparecido para hablar con los socios del hombre. Draco y el paseaban por el salón viendo a los demás invitados.
-¿Quieres beber algo?- preguntó Draco.
-Sí, está bien- Draco desapareció entre la gente dejando a Harry al lado de un ventanal enorme. Por fuera se veía un hermoso jardín iluminado por antorchas y luces azules, parecía mágico.
-¿Qué hace alguien tan hermoso aquí solo?- un hombre se había acercado a Harry. Era alto pero aparentaba ser mayor.
-Mi acompañante vendrá pronto- el no era débil, a pesar de ser algo bajo. Bueno, bajo para ser hombre, pero la experiencia que adquirió con su primo Dudley, al ser más grande que él, no era un desperdicio.
-¿no te gustaría ir a divertirte a un lugar más privado?- cada vez se acercaba mas y eso incomodaba al azabache.
-No, gracias. No creo que puedas ofrecerme algo decente- susurró desdeñoso queriendo alejarse de allí. El hombre lo tomo del brazo jalándolo fuertemente.
-tranquilo, preciosura, seguro nos divertiremos-
Draco se demoró un poco con las bebidas y cuando regreso vio aquella escena que lo hizo enojar. Aquel hombre estaba ligando a Harry y al parecer no aceptaba una respuesta negativa. Se sorprendió de sobremanera cuando vio a Harry soltarse de aquel hombre y tomar su brazo por la espalda. Era una llave. Draco había oído de ello por Theo, quien entrenaba boxeo, pero Theo era enorme comparado con Harry.
-Lárgate de aquí si no quieres que te rompa un brazo- dijo Harry antes de empujar al hombre, quien asustado se alejó rápidamente de la pareja.
-No sabía que entrenabas boxeo- dijo Draco mientras tomaba el brazo de Harry para ver si aquel inepto dejo una marca.
-No lo hago, pero la experiencia con mi primo me enseño a defenderme. Aunque sea más bajo que los demás chicos no significa que sea débil-
-Ven, salgamos un momento- Draco lo jaló por unas escaleras que daban al jardín.
De cerca, el jardín era más hermoso.
-Harry, de verdad me sentí furioso cuando vi a ese hombre acercarte a ti- dijo abrazando al azabache por la cintura –pero no pude hacer nada. No tengo el derecho de reclamarte nada-
Harry se tensó, aquellas palabras lo ponían tristes.
-Pero quiero que eso cambie- susurró mirando sus verdes ojos. Vio dolor en ellos y se apresuró a aclarar lo que sentía –No quiero que nadie más se acerque a ti, que no te toquen, ni te miren. Quiero que seas mío y que todo el mundo lo sepa.
De su bolsillo sacó una pequeña caja de terciopelo negro y sacó una cadena. Era de plata negra, algo inusual sin dudas, decorada con una cuenta de esmeralda rodeada por dos dragones a cada extremo custodiándola.
-¿Aceptas salir conmigo?- dijo poniendo la cadena en la mano del azabache.
Harry vio con ilusión la cadena. El estaba seguro de sus sentimientos, pero Draco era otro cuento. Sus padres no aceptarían su relación, aunque después de aquel día no estaba seguro.
Aceptaría sin duda, no sabía lo que vendría, pero ya era tiempo de que pensara en su felicidad. Depositó la cadena en manos de Draco y se giró para que se la pusiera. El rubio entendió el mensaje y contento puso la cadena alrededor de su cuello. Esta acompañó al traslador que le dio hace algún tiempo. Ahora ambas cadenas no dejarían a su dueño.
Harry besó a Draco sellando aquella aceptación sin palabras.
-¿eso es un sí?- sonrió de medio lado.
-Pensé que habías entendido Malfoy- respondió Harry abrazando a su ahora novio.
-Así que aquí estaban- la voz de Lucius Malfoy rompió el ambiente –la fiesta es dentro de la mansión. Draco te presentaré a un par de empresarios importantes que debes conocer-
Reingresaron al salón donde Narcisa lo arrastró a bailar. Le enseño una sencilla danza adecuada a aquel tiempo. Se divirtió pese a que no sabía bailar. Media hora después, una banda empezó a cantar. Resulta que aquella danza era una elaborada coreografía preparada para ese preciso instante. Todas las parejas bailaban con los mismos pasos. Poco a poco fueron despejando la pista dejando a unos pocos. Sintió a Narcisa soltarlo y dejarlo solo en medio de la pista. La gente lo miraba expectante. De pronto lo vio. Draco se acercaba bailando, se veía elegante, nada que ver con él. Le tomo algo de trabajo pero agarró el paso enseguida. Las personas miraban, la hermosura de Harry, sus pasos un poco torpes pero adecuados, la presencia de Draco y su elegancia. Sin duda un espectáculo digno de aquella fiesta. Narcisa y Lucius aparecieron al mismo instante en que varias parejas se unían nuevamente al baile.
Narcisa cambio de pareja dejando a Harry en manos de Lucius. Los pasos del hombre eran medidos y perfectos, la experiencia hablando por sí sola.
-Veo que aceptó la propuesta de mi hijo- instó Lucius.
-Sí, ya es tiempo de que elijamos nuestro propio camino- respondió Harry valiente, no en vano era un Gryffindor.
-Debo decirle que no estoy del todo conforme con ello, pero también debo aceptar que parece ser el único que lo acepte tal como es. Tenemos una deuda de vida con usted. Espero que pueda comportarse a la altura de un Malfoy- sonrió de medio lado. Harry afirmo su suposición. Esa sonrisa era la misma que Draco hacia.
-aprendo rápido- fue lo único que pudo responder. Draco volvió a tomar su mano cambiando de parejas.
La noche resultó maravillosa. La velada no resultó del todo aburrida y cuando ya se dio cuenta era de madrugada, tiempo de regresar a la mansión Malfoy.