-Quiero ver a Harry, quiero ver a Harry, quiero ver a Harry- dio tres vueltas frente a la pared vacía hasta que una puerta se abrió.
Hermione esperaba ver una sala, habitación, campo o lo que fuera y no otra pared con una puerta de roble. ¿Por qué Harry pondría seguridad adicional? Dio tres golpes y gritó:
-Harry, soy yo, abre la puerta-
Se escuchó un ruido fuerte, como si algo se hubiera caído y la puerta se abrió. Draco Malfoy la invitó a pasar y divisó a Harry sentado en una mesa con dos tazas de té. Frunció el ceño, su amigo está nervioso y ¿sonrojado? ¿Por qué estaría Harry sonrojado?
-Harry, sabes que no debes salir de la enfermería, si Snape se entera te matará, además, ¿que estabas haciendo aquí? ¿Cómo saliste de la habitación si hay barreras alrededor?-
-Herms ¿qué haces aquí? Es muy temprano para que estés de vuelta, ¿sucedió algo malo? ¿Dónde está Ron?- se levantó de la mesa deprisa listo para correr a la puerta-
-tranquilo Harry, si hubiera pasado algo grave ya nos habríamos enterado rápido, además Granger esta demasiado tranquila. Siéntate y escucha lo que tenga que decir- Draco guió al moreno a la mesa y calentó su té. Sirvió una taza adicional y se sentó a escuchar las nuevas de la chica.
-Encontré información relevante para la cuestión de la profecía. Halle un libro en la biblioteca del Ministerio que nos puede ayudar a empezar la investigación- soltó la chica hablando rápidamente. Sacó de su pequeño bolso un libro viejo, de pasta sumamente desgastado, casi cayendo a pedazos. Lo abrió y se revelaron paginas amarillentas increíblemente bien conservadas.
-no tengo mucho tiempo por lo que les diré lo mas importante, Ron y yo tenemos una misión especial. Este libro cuenta la historia de los Doce guardianes. Se dice que ellos son los que fundaron el mundo mágico, ellos poseían poderes especiales que eran transmitidos a sus descendientes. En realidad no hay información de ellos, pues cada familia guardaba los secretos fuertemente-
-Herms, ¿Qué tiene que ver con la profecía, el inicio del mundo mágico?- dijo Harry mirando con escepticismo a la chica.
-Harry, no me interrumpas y déjame hablar- respondió. El ojiverde siempre había sido impaciente.
-lo importante de los doce guardianes son sus sucesores. Gryffindor y Slytherin fueron los herederos de sus diferentes familias. El libro dice que cada familia, específicamente los cabeza de familia, dejaban un legado secreto. Aquí dice que podían ser personas, hechizos u objetos importantes, así que lo que habíamos hablado de que solo podía ser una persona queda descartado. Se dice que solo a la hora de morir se revelaba al heredero la naturaleza del objeto y su ubicación.
- O sea que si hallamos a los herederos de Gryffindor y Slytherin podemos hallar una pista de que es el legado y donde se encuentra- siguió la idea Draco al ver el punto de la chica.
-Exacto, el problema es que solo nombran a los miembros de familia hasta los fundadores, por lo tanto tendremos que rastrear a los sucesores desde esa época-
-Ya sabemos que el ultimo heredero de Slytherin fue Voldemort, necesitamos encontrar quien es el heredero de Gryffindor- añadió Harry.
-Sabemos que es el último heredero, pero él no tuvo información sobre la familia en sí, así que también tendrán que seguir su línea sucesoria. Aquí empieza su trabajo, Ron y yo nos ausentaremos dos días, tendrán que buscar en la biblioteca toda la información posible de la sucesión genealógica. Hable con Sirius y el traerá todos los libros disponibles del ministerio- mientras terminaba de hablar la chica corrió hacia el moreno y lo abrazó fuertemente.
-No hagas ninguna locura mientras estamos fuera. Malfoy estas a cargo de cuidarlo eh?- dicho esto salió de la habitación.
-uff casi nos descubren, te dije que pusieras una alarma- se escuchó la voz del moreno con una nota de enojo.
-se supone que nadie vendría hasta la tarde- replicó el rubio –ademas no veo porque no les cuentas-
-se los contaré pero no por el momento, ahora date prisa que todavía no he avanzado mucho-
Lo que no sabía era que Hermione había escuchado esta última parte, pues iba a dar una recomendación extra. La chica extrañada quiso seguir escuchando lo que hacían los dos magos, pero el tiempo apremiaba, así que escribiendo una nota mental sobre averiguar la situación dejó finalmente la escuela.
“Genial, Harry, tu suerte es tan miserable” pensaba Harry mientras corría por el bosque prohibido.
Draco había ido a Hogsmade a encontrarse con sus padres del viaje en el que habían estado. Era una oportunidad valiosa ya que habían pasado dos meses sin verse. Lucius y Narcisa Malfoy estaban encargados de mediar los estragos causados por la guerra en los países vecinos, eran embajadores, y como tales pasaban viajando.
Luego de haber casi peleado con Draco porque este no quería dejarlo solo y un medallón en el bolsillo que haría de mensajero si una situación de peligro se presentara, finalmente el rubio se había ido. Harry no tenía problemas para salir de la enfermería, pese que Severus se había encargado de poner barreras que supuestamente no le iban a dar paso. Se había decidido por dar un paseo por los jardines de Hogwarts pues no podía hacerlo mientras algún mayor estuviera en el castillo.
Cuando llego a los jardines pasó por los límites del bosque cuando un sonido captó su atención. Escuchó atentamente cuando supo de donde provenía. Er a una risa, y no una risa cualquiera, sino la risa de SU niño. En las noches la había escuchado tantas veces que no dudo en seguir el sonido. Se adentró sin miramientos buscando el sonido. Pasó entre árboles y salió del camino. Altos arboles se erguían y el solo quería divisar a su niño.
-pequeño, soy yo, Harry Potter, ¿Dónde estás?- gritaba siguiendo el ruido.
Llegó a un pequeño claro y lo divisó. Hay parado en medio del bosque, iluminado por los rayos de luz. Parecía un ángel con su cabello rubio. Lentamente se acercó y le dijo:
-ven, tranquilo, soy yo Harry-
-Harry, ¿Por qué estas solo en el bosque?- dijo el niño con tono curioso.
-Vine a dar un paseo, luego te escuche y quise seguirte, ¿Cómo entraste al bosque prohibido? Puede ser peligroso- expreso el moreno acercándose al pequeño.
-No es peligroso para mí. Pero si para ti. Ten cuidado Harry, nos veremos después- lo ultimo lo dijo casi cantando y saltando se alejó del claro.
-espera, a dónde vas- soltó el moreno comenzando a correr tras él.
No habían pasado ni un minuto cuando lo vio. La bruma negra que envolvía al niño a sus sueños se acercaba a él. Quiso ver al pequeño pero ya no estaba. Cada vez la niebla se acercaba más y él no sabía qué hacer. Había dejado su varita en su habitación de la enfermería, pues creyó que no pasaría nada. En su mente solo aparecía la imagen del niño siendo tragado por la niebla y se asustó. Dando media vuelta comenzó a correr mirando hacia tras constantemente. No alcanzó a saltar las raíces de un árbol sobresalidas en el suelo y cayó rodando. Su tobillo se lastimó y apenas podía levantarse.
Estaba comenzando a desesperarse. Lo único que encontró como solución fue apretar la pequeña serpiente envuelta en el dije de la cadena que le dio Draco como emergencia. La cadena era como un traslador, que una vez activado, aparecía en el cuello de Draco alertando a su portador. Pero el recurso solo alertaba del peligro y Draco no sabía que Harry estaba en el bosque. Mirando otra vez atrás vio a la neblina acercarse rápidamente. Armándose de valor se paró y comenzó a correr con dirección al castillo. Jadeaba y aguantaba el dolor.
“Genial, Harry, tu suerte es tan miserable” pensó mientras corría hacia los linderos del bosque. No quería ver más hacia atrás. Solo miraba enfrente rogando porque Draco apareciera hasta que lo alcanzó. Siguió en su carrera hasta que sintió unos brazos alrededor suyo. Se tensó y comenzó a recular queriendo soltarse.
-tranquilízate Harry, soy yo- escuchó la voz de Draco.
-Draco, la niebla esta aquí, se está acercando- dijo Harry nerviosamente mirando en dirección del bosque prohibido.
Diviso a un hombre rubio con la varita en ristre lista para atacar.
-revelio totalum- Un haz de luz salió de la varita perdiéndose entre los árboles, pero nada ocurrió.
-no hay nada en el bosque, ninguna presencia, pero será mejor que entremos al castillo- dijo el hombre.
Draco deslizo su brazo por la cintura de Harry y recargó su peso para poder ayudarle.
Una vez que Harry estuvo sentado en su cama y luego de haber tomado un vaso de agua para calmarse finalmente prestó atención a los acompañantes de Draco. Lucius y Narcisa Malfoy estaban parados cerca de su cama viendo como su hijo ayudaba al otro mago a quitarse los zapatos.
-Harry, te dije que no salieras del castillo, pudo haber sido peligroso, terminaste lastimado, ahora tendré que llamar a Madam Pomfrey para que te cure y mi padrino se enterará. ¿Cómo pudiste ponerte en peligro?- la voz de Draco denotaba enojo y preocupación al mismo tiempo.
-¡NO¡ No le puedes decir a Severus, no me dejara salir siquiera de esta habitación y estoy arto de estar encerrado- alzo la voz mientras decía lo último.
-pues sabes que las barreras están aquí para protegerte, pero tu sales y te lanzas al peligro, ahora estas herido- soltó el rubio. El ambiente se estaba poniendo tenso. Cuando Draco se preocupaba no podía sino mostrar enojo. Narcisa lo conocía bien así que interrumpió antes de que la situación empeorará-
-hijo no tendrás que llamar a nadie, yo curaré al señor Potter. Mientras estaba de viaje termine mi curso de medimagia. Ahora soy sanadora- decía la señora Malfoy mientras tomaba el pie de Harry delicadamente, evaluando la situación.
Con un pase de varita y unos conjuros descubrió la herida. Harry se había lastimado el pie en la caída. No se había roto el hueso pero el músculo estaba lastimado e hinchado. Fue hasta la estantería de la enfermera y trajo unos materiales. Aplicó a Harry un ungüento y cubrió el pie con vendas. Le dio una poción para el dolor y otra calmante.
-¿Qué estabas haciendo en el bosque prohibido?- quiso saber Draco una vez que el moreno se recostó en la cama para descansar. Ya más tranquilo por la poción que había bebido, Harry respondió:
-estaba dando un paseo por los jardines, hace tiempo que no tomo aire fresco y escuché un sonido. Se me hizo conocido el ruido así que me interne en el bosque. En medio del camino vi una neblina negra que se acercaba. No tenia varita, además para que me sirve si no puedo utilizarla-revoleo los ojos y continuo- se estaba acercando muy rápido, no sabía qué hacer y comencé a correr. Tropecé con las raíces de un árbol y caí. Apreté la cadena pero como sabía que no me ibas a encontrar rápido seguí corriendo.
-¿escuchaste un ruido y lo seguiste? Ya lo conocías-
Harry desvió la mirada al piso y Draco le entendió. No quería hablar del tema frente a sus padres y eso solo significaba que ya no iba a contestar más sus preguntas. Suspiró audiblemente con vista al moreno.
-Será mejor que duermas un rato, luego hablaremos de ello- añadió Draco. El moreno iba a responder sus preguntas como fuere.
Se acercó a la cama y tapo al moreno con la sabana. Vio como en el rostro de este se formaba un pequeño sonrojo que se intensificó cuando Draco le dio un beso en la frente y con una caricia en la cabeza lo mando a dormir.
El otro cerró los ojos, aun sonrojado. Draco se sentó a su lado y sólo cuando escuchó la respiración de Harry ralentizarse, puso un hechizo silenciador a su alrededor y se movió a la cama de al lado ya que el cuarto era de ambos. Sirius lo había hechizado para que mostrará un cielo lleno de estrellas, a pesar de que fuera el día, y unas esferas de luz iluminaban la habitación constantemente. Con el pase de la varita Draco bajo la iluminación un poco. Estas nunca se apagaban pues el moreno no gustaba de la oscuridad.
-Veo que su relación ha progresado considerablemente- dijo Narcisa con una luz picara en sus ojos azules.- ahora entiendo porque no quieres acompañarnos.
-mamá sabes que solo estorbaría en los viajes, además no sé nada de las relaciones con otros países. Además estoy ayudando aquí en Hogwarts- dijo Draco.
-veo que la ayuda que estás dando te calza adecuadamente, la estas disfrutando- aportó el señor Malfoy mirando a su hijo a los ojos.
Draco se sonrojo apenas, pero con férrea determinación completó- todos están ayudando en algo, yo accedí a cuidar a Harry. Aun no puede controlar su magia y las técnicas de relajación están obrando maravillas. No sabemos cómo solucionar su problema, pero ya tenemos pistas del caso.
Narcisa miró a su esposo y agarró la mano de su hijo. –Draco no insistiremos mas, veo que ahora has encontrado tu lugar. Aceptamos que te quedes y sabes que siempre podrás contar con nosotros- la suave mirada solo mostraba sinceridad en sus palabras.
-estas ayudando nada menos que a Harry Potter, el-niño-que-atrae-problemas- ironizo- no hay más que hacer, ya hablamos de la situación desde hace tiempo, pero sabes que tendrás que esforzarte por seguir al lado del muchacho, traerá muchas dificultades, y más aún si quieres cambiar la naturaleza de su relación. Pero sabes que tendrás nuestro apoyo, Draco. Ya es tiempo de que comiences a vivir- dijo finalmente Lucius Malfoy.
Draco estaba realmente agradecido, contrario a lo que otros pensaban sus padres siempre habían comprendido sus decisiones y avalaban sus actos. Ahora, a pesar de los constantes viajes y la dura guerra seguían siendo así.
-bueno, ahora que ya estamos seguros y que Harry no se moverá de la cama ni sufrirá un accidente podremos conversar tranquilamente- dijo Narcisa. Ambos padres se sentaron en la cama con su hijo.
-hace poco se dio a conocer una profecía que vinculaba a Harry- dijo Draco y procedió a poner al día a sus padres de todos los acontecimientos ocurridos.