Derek puede oír sus gruñidos desde el salón, dónde está sentado con Cora dormida sobre sus piernas. En realidad, cualquier persona podría oírle en este momento; sobretodo, cuando los quejidos y lloriqueos empiezan a aumentar de volumen. “¿Se puede saber qué cojones hace?”, piensa el mediano de los Hale rodando los ojos, y tomando a su hermana entre sus brazos para llevarla a su dormitorio. Camina escaleras arriba y pasa junto a la puerta de Peter, quien parece haber encontrado la paz en sus sueños, parándose unos cortos segundos que se le hacen eternos. Continua hacia la habitación de la más pequeña, posándola delicadamente entre las mantas, para evitar que se despierte. Cuando, sin previo aviso, un aullido de dolor se hace presente al otro lado del pasillo. Cora ruge, levantándose casi al instante, garras preparadas. Derek le muestra una mirada furtiva, haciendo presentes sus zarpas también, y se dirigen hacia la habitación principal en apenas dos zancadas.
La imagen que encuentran es de lo más chocante, provocando que en sus caras se muestre una clara mueca de confusión extrema. De hecho, Cora podría asegurar que -por un segundo- ha visto la boca de Derek golpear el suelo.
Peter está en la esquina más alejada de la puerta, junto al ventanal. La habitación está casi destruida, y hay plumas surcando el frío aire de la estancia. Las patas de la cama han vencido, haciéndola caer al suelo; y, junto a ésta, una lamparita parpadea sobre el parqué. Hay arañazos en la pared, y también en sus brazos goteando ligeros hilos de sangre que se curan momentáneamente después. El mayor de los Hale tiene la cara enterrada entre sus piernas y brazos, encogido contra la pared, asustado, retorciéndose por un dolor inexistente, temblando y…
- ¿Está llorando? -Murmura Cora con los ojos muy abiertos hacia su hermano.
Sí, exacto. Y la chica cree que no va a poder aguantar las ganas de romper a reír hasta que tenga que morir por falta de aire, pero se ve detenida cuando Derek le da un codazo en el costado y ella tiene que parar para quejarse. Éste se acerca muy lentamente, con paso dubitativo, hacia su tío alzando una ceja a la par. Es entonces cuando observa más detenidamente que huele a miedo y que su corazón va a salírsele del pecho en cuestión de microsegundos. Gira la cabeza hasta Cora y ella se encoje de hombros sin entender qué le pasa. Peter profiere otro gruñido lastimero que les hace pitar los oídos.
- Eh… Peter. -Derek está de cuclillas frente a él, apoyando sus manos sobre las garras de su tío, buscando un punto dónde anclarle para que se relaje-. Peter… ¿Qué…? ¿Peter?
- Y será en serio que es sonámbulo. -Cora se echa a reír estrepitosamente, recibiendo un cojín en su cara como advertencia de que debería de guardar silencio-. ¡Au, Derek!
Su hermano le pide ayuda para alzar a Peter por los brazos y llevarlo a otra habitación para que continúe descansando, puesto que la suya no es la mejor opción, tampoco quieren que sufra un shock cuando se levante. En el camino hasta el último dormitorio, el mayor parece estar un poco calmado, exceptuando el hecho de que las lágrimas continúan brotando de sus ojos sin ningún motivo aparente. Y Cora quiere reír; Derek también, pero él intenta ser un poquito menos cruel. Lo dejan caer sobre la cama, y Peter se arrastra sobre el colchón abrazando la almohada y dándole un ligero mordisco. Sus sobrinos siguen a los pies de la cama, con los brazos cruzados, aún atónitos por ver semejante faceta del que fue un alfa.
- ¿Crees que es de los que muerde la almohada, o de los que sopla a la nuca? -Susurra Cora sin apartar la mirada del colchón.
- Por última vez, Cora. -Resopla dándose la vuelta su hermano-. No es gay.
- No, ni tú tampoco. -Niega sarcásticamente, dejándose arrastrar fuera de la habitación.