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Arachnophobia por KuroAshi_ZxS

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Notas del fanfic:

Hola a todos! Aqui yo con un nuevo fic...o mas bien two shot XDD se que no deberia estar subiendo historias nuevas cuando tengo tantas pendientes, pero bueno XD esta humilde autora le tiene fobia a las arañas y luego de un enfrentamiento con una de ellas D: se me ocurrio este fic XD

Gracias por leer y espero les guste!! x33

Notas del capitulo:

One Piece es propiedad de Eiichiro Oda, si no quien sabe...

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas y espero les guste n.n

-¡KYAAAA!-se escucho un agudo grito proveniente de la cocina, seguido de un fuerte ruido y un golpe seco-

Zoro arqueo una ceja confundido mientras se dirigía a paso cuidadoso hacia la cocina, suspirando molesto al recordar que aquella noche se encontraría acompañado solamente del cocinero, con quien compartiría las guardias en el Sunny hasta el día siguiente. Recordaba nítidamente el instante en que se había sorteado horas atrás quienes se quedarían a cargo del barco y, para su suerte o desgracia, los nombres de ambos habían sido los primeros en salir; lamentándose no poder bajar a recorrer la isla y tener que convivir por veinticuatro horas con la persona que menos soportaba en su vida…

…o al menos, eso solo seria por parte de Sanji…

El espadachín estaba más que consiente de sus sentimientos hacia el cocinero de a bordo, así como sabia que nunca seria correspondido. Es más, no sabía si alabar o maldecir a la peli naranja por la oportunidad que les había brindado.

Podría disfrutar de la compañía de Sanji por todo un día sin tener que verlo humillarse por las brujas de la tripulación, como las atendía y protegía a pesar de sus insultos e indiferencia. Un día completo sin celos, ni fachas, ni mentiras. La ocasión perfecta para confesarle sus sentimientos al rubio y poder quitarse aquel peso que había sentido por meses, pero del cual ahora se libraría aunque este, probablemente, le rechazase.

Aun así se sentía tranquilo, conocía al oji azul a la perfección y sabia que aunque sus sentimientos no fuesen correspondidos su relación no se vería afectada en demasía. Sanji, como devoto practicante al amor que era, respetaba todo tipo de opiniones y sabía que, cuando este le diese el no definitivo, el cocinero no le miraría con desagrado y guardaría aquel momento en secreto.

Aturdido, vio como el rubio sabia prácticamente disparado de la cocina, abrazándose a el por la espalda, ocultando su delgado cuerpo tras el suyo. Suavemente sonrojado pero intentando mantenerse serio al entender lo que pasaba, suspiro audiblemente mientras empezaba a caminar con el oji azul aun pegado a su espalda.

Luego de pasar años conviviendo en la tripulación había aprendido a conocer a todos y a cada uno de sus compañeros, sus temores y sus comportamientos. Y conocía a Sanji lo suficiente como para saber que su reacción y el insistente temblequeo en su cuerpo solo significaban una cosa: había un insecto en la cocina.

Abrió la puerta suavemente, recorriendo con la mirada el lugar hasta toparse con el origen del temor del rubio: había una pequeña araña sobre los platos limpios que el cocinero había estado ordenando hasta escasos minutos. Y, a juzgar por los ruidos que había escuchado y los fuertes además de los trozos de vidrio en el puso, podía adivinar que este había roto parte de su preciada bajilla al intentar escapar de la cocina lo más rápido que podía.

Le cargo con cuidado entre sus brazos al sentir como se estremecía por el miedo, sonriendo al notar cómo, contrario a lo que esperaba, se acurrucaba contra su pecho en vez de patearle por acercarse demasiado a él.

Zoro entendía aquella reacción, todo había iniciado luego de su viaje en Skypea. Había sido durante aquella ocasión en la cual había descubierto por mera casualidad el miedo que sentía Sanji por todo tipo de insectos y arañas, la forma en la que le había pedido con el rostro avergonzado que guardase su secreto y, de la misma forma, que le protegiese hasta que acabase su travesía por la Isla del Cielo.

De esa manera, el espadachín se había convertido en su guardián personal, el único de los tripulantes en el Thousand Sunny que conocía aquel secreto del rubio y le había ayudado a salir adelante después de eso. Y, aunque el cocinero le había dicho que no era necesario que siguiera protegiéndolo luego de abandonar Skypea, el había seguido en su labor incluso después de volver a encontrarse pasados los dos años que había dado su capitán luego de su encuentro decisivo con Kuma.

Sabía que aquella era la única forma que tenia para acercarse a Sanji sin que este se enfadase, de poder sentirle entre sus brazos o simplemente poder conversar sin patadas ni katana de por medio, como si fuesen dos personas normales en vez de los rivales que eran. Que de aquella manera su lazo de amistad había logrado fortalecerse hasta el punto de hacerse indestructible, logrando amainar parte del dolor que consumía día a día su desdichado corazón.

Suspiro entre abatido y asustado al ver como Sanji escondía su cabeza en su pecho, recordando la plaga de insectos y arañas que había en el barco y que les había obligado a abandonarlo hasta que el mentiroso encontrase algún potente veneno en el pequeño pueblo de aquella isla.

No pudo evitar jadear de ansiedad al sentir como el cuerpo del rubio estaba deliciosamente pegado al de él, cuando un par de insectos se acercaron peligrosamente a ellos obligándoles a subir a la torre de vigía luego que el peli verde le jurara y perjurara que era seguro allí arriba.

-debiste irte con los demás-comento el espadachín mientras se cruzaba de brazos, viendo como Sanji hacia un pequeño puchero luego que le dejase en el suelo-nadie se hubiese reído de ti y lo sabes, todos tenemos nuestros puntos débiles-se tenso un poco al sentir como Sanji volvía a abrazarle, sin poder evitar rodear su delgado cuerpo entre sus brazos al ver como no le rechazaba-

-no importa, si dices que aquí es seguro me quedare a hacerte compañía hasta que Usopp regrese-bufo en rubio mientras sonreía al sentir como correspondía su abrazo, poniéndose en puntillas al notar la diferencia aun más notoria que había entre sus estaturas- estuve a punto de irme con los chicos, pero cuando Nami san dijo que te quedarías conmigo decidí quedarme-respondió en un susurro, algo avergonzado- desde aquella vez siempre me has cuidado, y te lo agradezco marimo. No es que tema como reaccionen los chicos, pero aun así no soy capaz de confesarles lo que me pasa…-

Se quedaron así, abrazados en silencio durante un par de minutos más. El moreno no sabía qué hacer, luego de aquella confesión de parte del rubio todos sus esquemas se habían roto en un abrir y cerrar de ojos, impidiéndole formar una oración coherente.

Había algo, algo en las palabras que le había dedicado Sanji que habían hecho que su corazón latiese nervioso, casi como si tuviese un doble significado oculto en aquella declaración que, luego de tantos años, había confesado en voz alta la gratitud que sentía hacia su persona luego de todo lo que había hecho por él desde que se habían conocido.

Un pequeño gritito saco al peli verde de sus ensoñaciones, viendo como Sanji se removía asustado al ver como una pequeña araña se deslizaba desde su corbata hacia el interior de su saco. Seguramente, en un momento de descuido aquel arácnido había trepado por su ropa mientras cocinaba y ahora, a pesar de estar en un lugar seguro luego que el moreno revisase cada día recodo a recodo para cerciorarse de que no hubiese ningún insecto, el cocinero con el rostro aun mas pálido que antes chillaba mientras hacía movimientos extraños, intentando quitarse aquella araña de encima con todo el valor que había podido reunir.

-¡quítamela! ¡Quítamela, Zoro!-suplico el chico con el rostro teñido por la vergüenza, viendo como el espadachín se acercaba a él con una gotita de sudor tras la nuca mientras se quitaba su saco y lo enviaba a volar a algún punto de la habitación- ¡HYAAA!- grito al sentir como la araña se deslizaba por su espalda, viendo como Zoro le quitaba su camisa y su corbata, intentando dar el pequeño arácnido-

-maldita sea, es demasiado escurridiza ¡Quédate quieto, cocinero! O no podre dar con ella- pidió mientras terminaba por quitarle sus pantalones, tomando la araña entre sus manos para luego aplastarla de sopetón, sintiendo como el rubio suspiraba de alivio y le miraba agradecido- listo, ya la mate, tranquilízate-susurro al ver como Sanji le miraba con los ojos aguados, intentando regular su respiración-

-gra-gracias Zoro…-agradeció en un murmullo, desviando la mirada algo avergonzado al verse en tan penosa situación, sin darse cuenta que le había llamado por su nombre por primera vez en mucho tiempo- hey, marimo ¿podrías pasarme la manta que esta a tu lado? No quiero volver a ponerme mi ropa hasta que la haya lavado-susurro en un tono tímido, intentando cubrirse al darse cuenta que el espadachín le había acabado quitando casi todas sus prendas para poder dar con la pequeña araña-

-yo…-balbuceo Zoro al darse cuenta de la comprometedora situación en la que se encontraba, con el rubio prácticamente desnudo entre sus brazos y a su completa merced. Tragando saliva se acerco mas a él, rozando su cuerpo contra el suyo- yo…-repitió, sin saber que decir, dándose cuenta que un momento como aquel no volvería a repetirse en lo que le quedase de vida-yo…te amo Sanji…-

Tsusuku (o tal vez no XD

Notas finales:

Espero les haya gustado y sus rew XD intentare actualizar pronto mis demas fics y este lo actualizare el fin de semana, entre viernes y sabado ewe cuidense!

Nos Leemos!!! x33

Kuro-Chan!!!


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