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El amor de un padre. por Emilianixus

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Notas del fanfic:

nueva historia!!

Ya sé, Ya sé!! ¿que ocurrió con Amor Eterno?

Lo eliminé porque me atoré con la historia y sinceramente, al revisarla vi que no era muy.. ¿coherente?

en fin! la volveré a escribir y cuando esté listo ese fic lo publicaré. 

disfruten a mi nuevo hijo :)

Notas del capitulo:

enjoy this!!

Disclaimer: Herry Potter, desafortunadamente no me pertenece... Le pertenece a la genial J.K. Rowling

Yo solo me divierto con ellos.

1 de Septiembre.
Llegaron apenas a tiempo al anden 9 ¾. La guerra había terminado y en las vacaciones de verano habían reconstruido el colegio. Ahora, meses después de terminada la guerra, los que habían cursado séptimo año, asi como los que no lo cursaron, debían repetirlo, ya que sus estudios habían quedado inconclusos. Lo que mas deseaba, era tener POR FIN un año tranquilo en Hogwarts. Meses antes de la guerra en el colegio, se había dado cuenta de que en verdad estaba enamorado de cierto rubio engreído, y se habían dado una oportunidad, pero el rubio lo había lastimado demasiado, lo había insultado, se había burlado de el, y al final, lo había dejado solo. Harry cayó en una profunda depresión de la cual se dieron cuenta sus amigos, y con ayuda de Hermione y Ginny, había ido saliendo podo a poco, aunque a veces, aun recordaba al rubio y lloraba… lloraba como nunca. Y ahí estaban de nuevo, en el andén, cuando a lo lejos vió una cabellera rubia… acompañada de una cabellera castaña… que iban juntos… de la mano… y se acercaban… y… y… y Harry huyó, no quería ver esa escena.
Hermione se dio cuenta y  lo alcanzó, ya que Harry se había echado a correr buscando un compartimento vacio.

-Harry, ¿Qué ocurre?- le preguntó su amiga.
-Nada. -dijo Harry tajante, pero de sus ojos seguían saliendo lagrimas de dolor.

-Vamos compañero… ese hurón no vale la pena. – le dijo Ron, que los había alcanzado y ahora lo abrazaba en un intento de consolarlo.

-Es que no lo entienden chicos… me enamore perdida y estúpidamente de ese imbécil, y a pesar de lo que me hizo, no puedo dejarlo de amar. – dijo Harry tratando de controlarse, pero las lagrimas seguían cayendo. Sus amigos o abrazaban en un intento en vano de consolarlo mientras el lloraba amargamente.

 

En otro lugar del tren, un serio Draco Malfoy se deshacía de su compañía de minutos atrás con la excusa de buscar el baño. Había visto correr a Harry y nada pudo hacer, era el precio que tenía que pagar por amar a un hombre, estar lejos de el. Se metió al primer cubículo que vió y se sentó en el inodoro. De sus plateados ojos salió una solitaria lagrima al recordar, como su padre se había enterado de la relación que tenía con el salvador del mundo mágico. Como lo había amenazado con desheredarlo, con dejarlo en ridículo, con convertirlo en la puta de Voldemort si seguía con el. En como lo había obligado a dejarlo, a destrozarlo, a hacerlo quedar en ridículo frente a todo el colegio. Los ojos de su amado león llenarse de lagrimas al escuchar sus palabras, el golpe que éste le dio antes de echarse a correr huyendo de las burlas de la casa Slytherin y como tuvo que poner su mejor mascara de indiferencia ante las miradas asombradas de todo el colegio. De como su padre lo obligó a hacerse novio de Astoria Greengrass. De como Harry se apagó durante tanto tiempo, y de como en el momento de la batalla final, había ido a pararse frente a Voldemort para que lo matara. De la mirada que le lanzó y la lagrima que escapó de sus ojos cuando Voldemort sacó su varita y le apuntó. De como el Lord lanzó la maldición asesina y de como el cuerpo de Harry caía sin vida. De como su madre iba a inspeccionar el cuerpo, de como había hecho un esfuerzo sobrehumano para no desgarrarse de dolor frente a su padre al ver el cadáver de Harry Potter yacer en el suelo del bosque prohibido. De como el Lord celebraba su victoria, y de como Harry revivía para acabar con el. De la cara inexpresiva de Harry al destruir al mago tenebroso mas peligroso de todos los tiempos. Como los defendió a el y a su madre  en los tribunales, pero a su padre lo había condenado a cadena perpetua en Azkaban. De los ojos de dolor del chico cada vez que sus miradas se cruzaban. De pronto, se dio cuenta que no solo había escapado una lagrima, si no que ahora lloraba con ganas.

-Draco, Astoria está preguntando por ti. –le dijo con delicadeza Pansy.

-Ya voy.- dijo el rubio secando sus lagrimas y poniendo su mejor mascara.

Al entrar al castillo, Harry se topó de frente con Draco sin querer. Lo miró unos segundos a los ojos, se giró y salió huyendo cuando sus ojos le empezaron a arder, señal de que estaba a puto de llorar. Draco se hizo el fuerte, ya que también sintió sus ojos arder… no podía permitirse llorar. No por Harry, aunque lo amara con toda su alma.

La cena de bienvenida transcurrió lento para ambos, se lanzaban miradas furtivas de vez en cuando y cuando sus miradas se encontraban, la apartaban rápidamente. Fue un alivio cuando finalmente pudieron ir a sus dormitorios, pero el Trio Dorado tenia otros planes.

Se escabulleron hacia la Sala de Menesteres la cual se había convertido en un saloncito privado muy acogedor para que se sentaran los tres amigos. Al llegar, Harry se sentó e instintivamente, a su lado Ron y Hermione. El se recargó en el hombro de la castaña y empezó a sollozar mientras ella acariciaba su cabello.

-Tranquilo Harry.- decía ella intentando calmar a su amigo.

-¿Cómo quieres que me calme… si el volvió a ser el mismo Draco de antes? Frio y distante conmigo.- respondio el chico de ojos verdes.

-Harry, no puedes estar llorándole por siempre, Malfoy no merece tus lagrimas. – decía Ron.- fue un hijo de puta contigo.

-Ya lo sé Ron, no tienes que recordármelo… me utilizó, se burló de mí… dijo amarme y ahora… el está con ella.- otro sollozo por parte del moreno. Otra caricia de Hermione. Salieron de ahí ya entrada la noche y bajo la capa de invisibilidad y regresaron a sus habitaciones. Harry no podía dormir, no después de haber visto a Draco con Astoria y verlo tan feliz.

 

 

-Draco, ¿Por qué no lo intentas?- decía Blaise. Ambos se habían encerrado en la habitación del rubio después de la cena.

-Porque es absurdo. – respondió Draco

-No es absurdo Draco.

-Si lo es Blaise

-Claro que no, Lucius está refundido en Azkaban y no saldrá en el resto de su vida, tu madre nunca tuvo problema con ello y seamos sinceros, haces esto por darle gusto a tu padre.

-Idiota. ¿Crees que no lo sé?, no lo hago por darle gusto a mi padre, lo hago porque el es un completo imbécil y Astoria me quiere. - respondió de mala manera Draco

-No seas necio Draco, ella solo quiere tu dinero.

-Yo la quiero a ella

-Para aparentar- respondió Blaise ya un poco molesto de la terquedad del rubio.

-Yo no aparento nada, no se de que hablas.- dijo Draco.

-Claro que lo sabes Draco, - le dijo el italiano.- Estas con Astoria para aparentar. Aparentar que no amas a Potter aun, aparentar que amas a una mujer mas hueca y estúpida que Pansy, para aparentar frente a la sociedad que tu familia aun es poderosa y que Lucius aun en Azkaban es quien manda. Para aparentar que no te duele estar lejos de ese jodido Gryffindor con complejo de héroe.

Draco no pudo contenerse mas.

-¿Y que demonios pretendes que haga? – preguntó con lagrimas en los ojos. –Mi familia está arruinada, ya no tiene prestigio por los errores de mi padre a pesar de que conservamos la fortuna y las propiedades. Si me llego a casar con Astoria recuperaremos el estatus que es lo único que le importa a mi padre. A demás, para el es una vergüenza que yo me hubiera enamorado de un hombre, y casi me deshereda cuando supo que ese hombre es Harry Potter. No tengo escapatoria.

-Si la tienes Draco – le dijo Blaise rodeándole los hombros con un brazo.-Lucius estará en Azkaban el resto de su vida y mereces ser feliz.

-¿Qué hay de mi madre? – preguntó Draco sollozando.

-Estoy seguro de que a Narcissa no le interesa nada mas que tu felicidad.

 

 

A la mañana siguiente, Draco se encontraba en la lechuceria. Había decidido resolver todas sus dudas en cuanto a su madre. La platica con Blaise le había abierto los ojos en cierta manera y se había decidido a luchar nuevamente por robarse el corazón del moreno, pero primero, quería la aprobación de su madre. No es que fuera a decirle que lucharía por ese amor… básicamente le estaba diciendo que dejaría a Astoria y que buscaría su propia felicidad. Blaise tenia razón, su padre se pudriría en azkaban por el resto de su miserable vida y tenia que luchar por ser feliz, por decidir por su cuenta por primera vez en su vida ahora que el control de su padre se había perdido.

Terminando de escribir la carta, se la dio a su lechuza y la lanzó al vuelo. Salio de ahí un poco nervioso, pero decidido. Se dirigió al Gran Comedor a desayunar con sus amigos y sin darse cuenta, empezó a observar a Harry, de prnto, su mirada se cruzó con una verde por unos segundos. Cuando se dio cuenta de lo que hacia, apartó su mirada rápidamente.

 

-Harry, el Hurón te está mirando.- le dijo Seamus al oído señalando hacia la mesa de Slytherin. Harry levanto la vista hacia donde le señalaba el chico y su mirada se cruzó con la del Slytherin hasta que este bajó la vista.

Harry suspiró. Le dolia recordar el pasado. Apuró su desayuno y se despidió de sus amigos saliendo del Gran Comedor. Se dirigió a su primera clase del dia, Transformaciones Avanzadas, que afortunadamente no compartían con ninguna casa. La profesora McGonagall lo recibió cariñosamente.

-Señor Potter, bienvenido. –dijo la profesora.-¿debería sorprenderme por verle llegar antes a mi clase?

-No profesora, yo… ¿puedo pasar?- preguntó el chico.

-Por supuesto, no tardan en llegar los demás alumnos.- respondió la ahora también directora y lo dejó pasar. Poco a poco los demás alumnos fueron llegando hasta que la clase comenzó, Ron y Hermione se sentaron a su lado. Harry siempre había agradecido la compañía de los chicos, aunque ahora que eran pareja era un poco incomodo a veces.

-Buenos días y bienvenidos al su ultimo curso en Hogwarts. En esta clase los prepararé para sus EXTASIS, en la clase de hoy repasaremos algunos hechizos básicos, como el Glamour  que nos funciona para cambiar nuestra apariencia, aunque sin lo desagradable de tomar una poción multijugos, ni lo complicado de esta. El hechizo es rápido, eficaz y basta con pronunciar un Finite Incantatem para retirar los efectos. La clase transcurrio entre risas por los desastrosos efectos en el caso de Neville y Seamus y ganando una buena cantidad de puntos, cortesía de Hermione.

Al final del dia, habían obtenido una buena cantidad de puntos, junto con una considerable carga de trabajo por cortesía de los profesores. Se dirigían a la Sala Comun terminando la cena.

-Esos profesores están dementes.- dijo Ron con pesar.

-Vamos Ronald, no es para tanto.- decía tranquila Hermione – a demás, tenemos la suerte de que este año, el inicio del curso fuese un viernes, tienes todo el fin de semana para hacer tus deberes.

-Si, pero también quiero ir a Hogsmeade. No todos somos unos ratones de biblioteca como tu.- dijo el pelirrojo ganándose una mirada asesina de parte de su novia.

-Mejor para mi, con tantos deberes no tengo que pensar en otras cosas. Creo que no me importaría no salir del colegio  y quedarme encerrado en la biblioteca.- dijo Harry con cierto pesar.

-Debes estar de broma- dijo Ron incrédulo.- Hermano, no pensarás que me quede contigo y Hermione todo el fin de semana en la biblioteca

Siguieron caminando hacia la Sala común mientras Ron y Hermione discutían por los deberes. Ninguno se dio cuenta que alguien los estaba siguiendo.

Notas finales:

quien será???

 

En fin, saben que solo sé que les gusta la historia por sus reviews y comentarios asi que dejenme  muchos, prometo responderlos todos!!

Love you!!


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