—Ya no hay vuelta atrás. Lo siento pero llegaste en el momento y lugar equivocados. ¿Tienes miedo? Eso es algo que entiendo. Oh! esa mirada llena de desesperación me provoca más y más ansiedad. Claro puedo hacer una excepción, obvio terminare hasta con la ultima gota de tu sangre... si, se que sientes dolor, es natural, el veneno que se encuentra dentro de nosotros, es algo que un ser humano no puede alcanzar a comprender.
El dolor es insoportable ¿cierto? Pero hagamos algo, en estos momentos tu muerte es inevitable, mi veneno no te matara, pero puede que yo acabe con tu vida. Oh! disculpa si rió, pero es la primera vez que estoy dispuesto a perdonar a una completa desconocida. No... espera miento. Pero igual, ¿quieres seguir viviendo? tus ojos me dicen que si. Bueno pues juguemos, te contare una historia y tu la escucharas con mucha atención, claro no te puedes distraer, ya que si me haces tres preguntas interesantes y que sean difíciles de responder para mi... tú estarás conmigo toda la eternidad. ¿Estas de acuerdo?
Avance con lentitud, hasta aquella elegante y descuidada silla. Claro que tenia hambre, la sed lastimaba mi garganta, pero... ella, ella era diferente, ¿Alguna clase de imán para el peligro? No lo creo... tal vez solo quería más compañía en mi eternidad. No lo se... pase mi lengua entre mis sedientos labios, sonreí. ni yo mismo creía lo que estaba apunto de hacer.
—Te lo preguntare de nuevo— la observe atento — ¿Quieres vivir?— lagrimas rodaron por sus mejillas y asintió con temor— Genial!— aplaudí alegremente— Bueno, tú sabes que soy yo... es tan notorio ¿cierto? Ahí algunas exageraciones que quisiera aclarar. No morimos con el sol, tampoco brillamos, eso seria totalmente absurdo; el sol solo nos deja en el nivel de fuerza de un ser humano común y corriente. Ahora que lo pienso bien, nada nos afecta, si no nos llamarían inmortales, solo tal ves que otro como yo me mate. Somos criaturas hermosas y perfecta. Debes sentirte afortunada por la oportunidad que te doy— saque una pequeña botella de mi saco, pero en vez de contener alcohol había vertido sangre en ella, no sabia igual como la de un cuerpo con un corazón latiendo, pero al menos calmaría mi sed, lentamente la comencé a beber, todo con la finalidad de no matarla — El dolor de mi veneno acabara en una hora. Ah! tenemos todo el tiempo del mundo— solté una estruendosa risa— bueno yo lo tengo, depende de tu inteligencia, cuanto tiempo tengas tú. No desperdicies tus preguntas, en el momento que la primera no sea interesante, te matare— le sonreí— Así que escucha atenta, sera una historia divertida, o tal vez aterradora? Ja, depende del punto de vista de cada persona.
Solo la luna y aquella mujer iban a ser testigos de mi relato, la pálida luna posaba su luz en ambos. Podía oír su corazón acelerado y sentir su miedo. Aquella mujer me miraba con tanta atención y cuidado, que por un instante un escalofrió sin fundamento invadió mi fría piel. Definitivamente ella no era normal.
— Temes demasiado, tanto que me haces sentir...— trague saliva— debes comenzar a pensar en que cortaras ese hilo mortal que te ata a la vida. Te advierto que después de esto no hay marcha atrás. Y en ocasiones querrás dejar de existir. Pero— sonrei con malicia— confio en que disfrutaras la eternidad tanto como yo.
Poderosos, hermosos y sin remordimiento, así somos los que vivimos en la obscuridad...