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Amor Oscuro por yaoistamoon

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son creaciones de Masashi Kishimoto.

 

Esten advertidos que la Violencia e intentos de Violacion pueden estar presentes...

Que digo!

La Violencia seguro estara presente, no me caracterizaria si no hubiera rudeza en mis historias jaja XD

Para los amantes del RAPE y el HARD ♥♥

     

Notas del capitulo:

Si habra Violacion o no, eso es algo que aun no esta decidido.

Por favor, no desesperen por las contis de los otros fics, tengo que reescribirlas!!!

Espero que disfruten de esto, yo adore escribirlo y ya lleva tres capitulos escritos :3

 

En una humilde casa de clase trabajadora se encontraba un azabache esperando preocupado por su padre. Lo había citado a un juicio donde una empresa de seguros le demando por una importante suma de dinero como pago por los daños causados al otro vehículo. Cuando les había llegado la carta no podían creerlo, ya que no tenían la menor posibilidad de acudir mediante el trabajo del padre soltero Fugaku que mantenía un oficio donde de casualidad le daba para mantener los gastos del hogar.

Sasuke estudiaba en una escuela privada a base de una beca de estudio, la mantenía con sus buenas notas y excelente rendimiento, además de eso no tenía buenas relaciones con sus compañeros ya que era muy frio y distante, por no mencionar el hecho de que tampoco estaba “a su nivel” y lo hacían a un lado de manera despectiva. Era hijo único; sabía que su madre lo había abandonado a él y a su padre cuando tan solo era un bebe, lo único que tenía en ese sombrío mundo era a su padre. Se lo consideraba un chico humilde, jamás exigía nada al mayor de los Uchihas que sabía no podía darle nada y le dolía… ver a aquel hombre tan noble sacrificándose por comprarle cosas bonitas que sabía no necesitaba. A pesar de ser rechazado por sus compañeros, Sasuke era un bellísimo chico de diecinueve años, estaba en su último año de secundaria el cual debió volver a recusar debido al accidente causado por el automóvil que ahora los demandaba donde su padre no logro trabajar y él debió hacerlo.

En la escuela le habían perdonado lo ocurrido y no perjudico su beca de estudio por la excelente escolaridad del moreno. Ahora cuando las cosas habían mejorado mucho y lograron saldar cuentas pendientes, su padre se recuperó por completo y volvía  a trabajar les caía como escupitajo del cielo esa bendita demanda.

Escucho la puerta de la entrada abrirse, él se encontraba en la cocina preparando la cena para él y su padre cuando vio al mencionado entrando por la puerta con una expresión de preocupación total.

-padre –fue hacia él y le abrazo –siéntate te traeré una taza de té –el mayor completamente cansado lo hizo, no sabía cómo decirle a Sasuke que la cosa no pintaba para nada bien.

-la jueza aún está analizando todo –dijo sorprendiendo a su hijo que serbia él te –la audiencia quedo nuevamente para mañana.

-mañana? –pregunto sentándose junto a su padre –pero es sábado –el mayor rio irónicamente luego de beber su taza.

-tal parece que la justicia no descansa –dijo sarcásticamente, luego miro la carita de preocupación de su amado hijo y sintió un profundo dolor en el pecho. Aun con diecinueve años Sasuke no podía evitar parecer tanto un adorable chiquillo –descuida –dijo levantando el semblante decaído de su adoración –encontrare la solución a esto.

-y cómo? –dijo con un nudo en la garganta –sacando más prestamos? –pregunto dolido por tener que hablarle así a la única persona que tenía en este mundo –aún no sé cómo es que logramos pagar todo esas deudas a tiempo –el mayor se sintió inmensamente mal por la realidad que los rodeaba.

-lo se hijo –dijo calmadamente –lo lamento mucho por… todo lo que hemos pasado hasta ahora –pidió dolido por no poder darle a Sasuke la vida que se merecía.

-no yo lo siento –dijo tratando de tranquilizarse al ver lo que había ocasionado –no quise ser un idiota padre es solo que… olvídalo, mañana quiero ir contigo –pidió decididamente –al menos quiero colaborar con mi apoyo.

El mayor no hablo simplemente se dedicó a abrazar a ese ser que adoraba, que era lo único que tenía desde que aquella mujer que solía amar lo dejo por otro tal y como otras tantas veces. Odiaba no poder hacer más, no poder salir de esa situación pero nada estaba al alcance de sus manos; por lo menos su trabajo era estable aunque el motivo por el que su jefe no lo despedía era porque estaba loco por él. Minato Namikaze, un dios entre los mortales con su apariencia de semental que hacia vibrar sus sentidos; pero jamás se sometería a él, a la humillación de ascender de puesto solo por ser la zorra de tal imponente magnate como el rubio lo era.

-la cena esta lista? –pregunto muerto de hambre. El menor sonrió.

-día pesado? –pregunto pícaramente.

-como todos los días –contesto comprendiendo a la perfección la pregunta de su pequeño y nada inocente hijo.

-aun te acosa? No comprendo porque te sigues haciendo el difícil padre –dijo burlonamente y el moreno mayor rio.

-primero porque es mi jefe –recalco –y segundo es el padre del deportista ese que te molesta en la escuela –dijo con molestia en su voz.

-ya no me molesta desde que esta con la zorra de la clase –dijo en un suspiro de alivio que tranquilizo a su padre –ya sabes, Sabaku no Gaara, el chico que se maquilla exageradamente y apenas se viste el pobre chico –dijo haciendo reír a su padre.

-enserio? –cuando Fugaku estaba con su hijo su carácter severo y reservado se iba por el caño, se entendía perfectamente con Sasuke –pobrecito deberías prestarle algo tuyo entonces –decía ya habiendo captado el sarcasmo de su pequeño.

-yo creo que el simple hecho de usar un suéter o pantalones largos son demasiado para él, debe sufrir mucho calor para vestirse con ropa tan ligera –decía el menor acabando de servir los platos y sentándose a comer.

-mañana será un día jodido pequeño –decía con una resignada sonrisa.

-sabes? Tengo la ligera sensación de que todo esto se resolverá y no tendremos que meternos en ningún tipo de préstamos ni nada de eso –decía causando un suspiro de parte del otro.

-eso espero hijo –decía asintiendo –que esos malditos del seguro se les abra el corazón y dejen de pensar en cosas como sacarles el dinero a personas humildes y se pongan a ganar dinero de manera más honesta y no a costillas de las personas sacrificadas –decía con tono de frustración.

-descuida padre –dijo regalándole una reconfortarle sonrisa –todo se solucionara.

El silencio que acompaño el resto de la cena no fue para nada incomodo, sino des estresante. Una vez acabado, el moreno menor lavo la loza y dejo todo ordenado para poder irse a dormir.

No conseguía el sueño, una extraña sensación de ansiedad le recorría la espalda acompañado de una nostalgia indescifrable; sabía que algo ocurriría mañana, pero no estaba seguro de que se trataba. Después de tanto dar vueltas en la cama se levantó, se sentó en el viejo sillón que había en la ventana y dirigió la mirada al cielo que estaba completamente despejado.

Cerró los ojos y dio un profundo suspiro. La calle parecía despejada, a excepción de un sujeto que permanecía parado en la oscuridad de la noche junto al poste de luz; no lo había notado antes, se veía completamente extraño, iba bien vestido aunque no llamaba la atención. No distinguía su rostro, estaba cubierto por una tétrica sombra, la curiosidad lo inundo de pies a cabeza e imprudentemente quiso ir a ver de quien se trataba.

El sujeto permanecía inmóvil, como si esperara algo, miraba hacia el frente, pero sin más levanto la oscura mirada hasta toparse con los hermosos ojos del azabache menor y no evito emitir una media sonrisa algo perversa. Del susto causado, Sasuke se fue hacia atrás. Ese sujeto era muy parecido a él, debía admitir que incluso se veía aún más guapo; no quiso darle importancia, intento volver a asomarse muy lentamente a la ventana y corroboro que el sujeto aún estaba mirando hacia allí y sonreía.

Tenía que saber quién era, bajo las escaleras hasta la planta baja y de inmediato escucho como llamaban a la puerta. Un miedo impropio de él se apodero de su raciocinio y no quiso emitir sonido alguno, fingiría que no había nadie pero eso no evito que se asomara al ojo de la puerta a ver quién golpeaba.

Era su vecino y amigo del barrio, Deidara por lo que no tuvo problemas de abrir la puerta de manera confiada, el rubio peli largo contaba con una figura escultural que trabajaba en el gimnasio de la zona, practicaba boxeo y había estado tras Sasuke desde que empezaron a ser amigos. Antes de saludar al oji azul miro tras él, verifico inquietamente como en el poste de luz ya no había nadie como hace unos momentos; exhalo calmadamente y el rubio rio.

-estas bien Sasuke? –pregunto el exuberante rubio con una sonrisa matadora.

-ah sí claro Dei –dijo restando importancia –que se te ofrece?

-bueno… los muchachos están en mi casa y hay cerveza y todo eso, me preguntaba si quisieras acompañarnos –pidió haciendo una clásica pose de coqueteo con el musculoso brazo apoyado en el marco de la puerta dando una visión de su prominente y tan trabajado cuerpo. 

-no lo sé –dijo pensando que nuevamente el rubio iba a presumir mintiendo que él era su novio y esas cosas solo para seguir tratando de convencerlo hasta que recordó un pequeño detalle –dime, tu primo estará ahí? –dijo enarcando una ceja y cruzándose de brazos.

-quien, Naru? –dijo rascándose detrás de la cabeza nerviosamente –bueno… él está pero está muy ocupado con su noviecito como para prestarnos atención a nosotros –dijo riendo pícaramente cosa que hizo reír al azabache algo derrotado.

-aun no sé cómo alguien como tu puede ser algo de un idiota dobe como él –dijo recordando como a pesar de ser tan insistente profesándole su amor, el rubio era tan gentil y bueno con él, era honesto y humilde no arrogante y pedante como su primo Naruto.

-me cuesta trabajo creer como Naru puede ser tan baka contigo muñeco, él que siempre me decía lo mucho que te admiraba y envidiaba y esas cosas que me hacían ponerme celoso –decía sonriendo coquetamente –pero claro que él sabe que algún día tú serás mío y ahora con esa zorrita con la que anda ya no tengo de qué preocuparme.

-ya basta Dei –dijo algo cohibido con un ligero sonrojo.

El rubio era bellísimo pero él no estaba enamorado. Sabía que si iniciaba una relación querría ir hasta el final y aun no estaba listo; tenía muchas cosas en que pensar y no podía decaer en la escuela en la cual mantenía la beca que no podía perder, además estaba su padre, que a pesar de saber lo trabajador que el oji azul era el simple hecho de las personas con las que se juntaba no le gustaba para nada. Vivía rodeado de sus amigos del trabajo, tenía un bar que se llamaba Akatsuki donde exponía sus obras de arte y no quería tener nada que ver con la fortuna de su familia, era completamente independiente y responsable, pero sus amigos eran todos unos irresponsables que no servían para nada y eso Fugaku lo sabía. Deidara había apoyado mucho a los azabaches cuando aconteció lo del accidente, le había dado trabajo a Sasuke y de paso se había desvivido por conquistarlo pero el morenito era orgulloso y jamás caería con obsequios, casi ruegos y halagos tan comunes.

-y bien, vienes? –pidió haciendo una pose acercando su boca a la de Sasuke.

-bien –dijo no muy convencido alejándose un poco del rubio –pero no puedo tardar mucho mi padre se tomó unas pastillas para dormir y mañana debo levantarme temprano.

-descuida no lo harás –decía tomando la delicada mano del moreno llevándolo a rastras a su casa luego de que cerrara la puerta con llave antes de que se arrepintiera.

-oye! Puedo caminar solo.

Pero por no quedarse atrás el rubio le soltó la mano para sujetarlo de la cintura cosa a la que el moreno no se opuso dejándose llevar hasta la casa del otro. Le gustaba sentir esas fuertes manos apresando su delicada anatomía, Naruto era igual de bello y atlético al igual que el señor Namikaze la primera vez que lo vio cuando fue a llevarle la comida al trabajo a su padre; jamás olvidaría ese día, cuando vio al prominente rubio arrinconando a su padre contra el escritorio y la manera en la que se separaron cuando lo vieron. Todos los hombres Namikaze eran así, su padre solía contarle sobre su abuelo Orochimaru y como había estado a punto de casarse con uno de ellos; un peliblanco llamado Jiraiya quien le fue infiel con una rubia.

El pequeño y jodido problema que los caracterizaban. Todos ellos, a diferencia de los Uchihas eran completamente infieles; si no le decía que si a Deidara en gran parte era por eso, él jamás se sentiría preparado para salir lastimado, más aun con el abandono de su madre, su corazón no estaba preparado para romperse nuevamente.

Llegaron a la casa del rubio que era tan humilde y sencilla como la suya, en ella estaban los inútiles amigos del rubio o “los Akatsukis” como ellos mismos se llamaban por trabajar en el bar del Namikaze. Estaban todos, el maniático oji verde del dinero que se ocupaba del cajero en el bar Kakuzu, el boca sucia peliblanco Hidan encargado de la seguridad, el loco por las plantas y el mantenimiento Zetsu, la mesera Konan que también se encargaba de sacar a los pesados y los ebrios debido a su intimidante forma de ser y fuerza sorprendentes, estaba Tobi que era el perrito faldero del rubio y de vez en cuando se encargaba de algo y se caracterizaba por su infantil forma de ser, estaba Pein que era el encargado de los tragos y estaba lleno de pircings y era muy sociable con los clientes y por último Sasori, el encargado de la decoración del bar, el aparente “novio” del rubio peli largo y hermano de Gaara el novio de Naruto. Aparte de ellos estaban en un rincón apartado los mismos mencionados últimamente, Gaara y Naruto comiéndose a besos sin importarles absolutamente nadie.

Todos bebían y reían, el lugar era un completo desastre, escuchaba los insultos de Hidan y los regaños de Pein, las tonterías de Tobi que molestaba al tesorero del grupo y se ganaba uno que otro golpe, la mujer del grupo jugaba videojuegos con el hombre planta en el enorme plasma y bebían continuamente soltando muchos improperios y hablando estupideces. La casa era un completo desorden, la música golpeaba las paredes y retumbaba en el techo, los novios en el rincón apartado ya se empezaban tocar más de la cuenta y Sasori venia de la cocina con un paquete de frituras directo a relevar a Zetsu en el videojuego. Deidara reía sujetando la estrecha cintura del azabache, cuando los demás los vieron llegar silbaron traviesamente y dijeron una que otra cosa sugerente molestando al pequeño azabache.

-oye amor cuando vas a dejar a esa rubia travesti impotente y vas a venir conmigo?! –gritaba el peliblanco.

-cállate Hidan! –grito celosamente el oji verde.

-cuando vas a ponerle una correa a tu perra Zetsu? Mira que está molestando al Uchiha del jefe –grito el peli naranja de los pircings.

-no insultes a Deidara-sempai y el Uchiha no es suyo yo lo soy –dijo infantilmente Tobi.

-ya no jodas Tobi, el Uchiha es de quien quiere –dijo molesto y a la vez celoso del moreno Sasori quien no le ganaba a Konan.

-porque mejor no dejan de joder todos a Sasuke? –dijo autoritariamente el rubio.

El escándalo había llamado la atención de Naruto quien había hecho a un lado a Gaara para mirar envidiosamente a su primo. Se levantó y se llevó al pelirrojo a uno de los cuartos que era de él, ya que muchas veces se quedaba en la casa de Deidara los fines de semana cuando salían juntos a los antros y los telos. La ultima acotación del pelilargo solo género más silbidos y molestias de parte del demás.

-que infantiles y bakas que son –dijo fastidiada mente el azabache menor cosa que causo gracia en el rubio.

-no les hagas caso Sasuke –dijo el rubio para tomarle la mano y llevárselo a la parte trasera de su casa donde había un fondo tipo jardín.

Se sentaron en un banco que era como de plaza, había un parrillero y una piscina junto a un parrillero.

-tus amigos son algo molestos –dijo el azabache, el rubio no dejaba de mirarlo.

-ni que lo digas –dijo bufando –ellos no son como tú que te levantas temprano incluso los sábados para estudiar.

-no, no es eso, mañana voy a acompañar a mi padre al juicio ese sobre lo del accidente –dijo algo preocupado.

-ah… algo me había enterado sobre eso –dijo como un susurro –Sasuke, sabes que sin necesitan dinero o un mejor abogado…

-no podría pedirte nada más Dei, tú ya nos has ayudado demasiado –dijo con una sonrisa como las que cautivaba al rubio.

-sabes que no es el menor problema –dijo tomando las frías manos del menor.

De inmediato Naruto apareció molesto, tenía sus fuertes brazos cruzados y una expresión de completa inconformidad.

-así que de esto se trata? –pregunto el deportista.

-de que hablas dobe? –dijo con fastidio notable el moreno.

-necesitas dinero y te vendes a mi primo? –dijo con una expresión de asco bastante desilusionado –creía que eras más que eso Uchiha –el azabache menor se sintió completamente ofendido y se levantó solo para propinarle una bofetada el rubio ante él.

-te equivocas! –le espeto, el rubio junto a él permanecía serio y defraudado por lo dicho por su primo –yo no soy la ramera que tú crees y Deidara no es el bastardo que tú eres –el rubio peli largo se levantó y estrecho al colérico moreno.

-dices que me equivoco –rio sarcásticamente Naruto –yo no veo más que una gatita que no sabe guardar sus uñas –dijo con una expresión de lujuria con fuego inyectado en sus ojos –cuando te tenga amor, espero que juguemos igual de rudo –expreso vulgarmente recorriendo con la mirada el lindo cuerpo del azabache.

-él no es como tu disque noviecito Naruto –dijo abrazando al moreno que aguantaba las ganas de arremeter contra el voluptuoso rubio ante él  –él jamás se vendería como esa zorrita que está esperando que vayas a cogértelo luego de venir y hacer esta escena de celos porque estás enamorado de otro chico –ahora había apartado al moreno para enfrentarse al rubio que lo igualaba en masa corporal y estatura.

Ambos altos y con físicos pronunciados. El moreno permanecía a un lado en lo que esos rubios se miraban como para comenzar a atacarse en cualquier momento, si se volvían uno contra otro correría sangre, Naruto el jugador de rugby y Deidara el boxeador, eran como dos Aquiles mitológicos, el azabache no disimulaba su nerviosismo y temor.

-Dei olvídalo –dijo para aplacar la cólera del otro.

-él te está ofendiendo Sasuke –dijo esperando el primer golpe para tener motivos para defenderse.

-no le des importancia, me trajiste para divertirnos –decía inquietamente rezando para que no se lanzaran uno contra otro, sabía que Deidara no aguantaría mucho tiempo.

-para divertirse eh? –rio irónicamente el otro blondo –el Uchiha debe coger rico no Dei? –pregunto con mucha sorna eso último, causando un gruñido del peli largo, parecían dos leones peleando por la única hembra.

-cállate bastardo! –grito el peli largo y cuando estuvieron a punto de atacarse fueron detenidos por los amigos del rubio que habían escuchado todo el griterío y sabían se armaría una contienda entre ambos.

-ya cálmense los dos! –los sujetaban Hidan y Konan a Deidara, y Kakuzu y Zetsu a Naruto.

Los blondos luchaban por soltarse por lo que debieron unirse Sasori a ayudar con Deidara para llevárselo a otra habitación y  Pein para llevarse también a Naruto mientras que Tobi revoloteaba alrededor.

-esto no se quedara así Uchiha! –le grito Naruto forcejeando.

Sasuke permanecía en una especie de shock, todo pasaba en cámara lenta ante sus ojos; casi no sintió cuando Gaara llego junto a él con una expresión de completo odio.

-ya estas contento?! –le grito sacándolo de su transe –maldito muerto de hambre no te basta con uno tienes que sacarme a los dos! –dijo para irse de ahí en dirección donde había ido su amado Naruto o de otra forma a consolar a Deidara.

“Muerto de hambre”, no comprendía, si eso era para Gaara también debía ser para Naruto por lo que no tenía el menor motivo para reclamarlo, todo era demasiado confuso en esos momentos para él. No quería causarle más molestias a Deidara que estuvo a punto de golpear a alguien que era su propia familia solo por haber insultado al “maldito muerto de hambre” que ahora también resultaba ser un maldito prostituto.

Salió de ahí lo más rápido que pudo, la casa de Deidara quedaba cruzando la calle a unos metros de la suya. Sentía sus ojos húmedos, lo había estado reteniendo por demasiado tiempo y ya no resistía más esa agonía; una salada lagrima resbalo por su dulce y blanca mejilla en lo que cruzaba la calle. Se dejó caer en el escalón que estaba en la puerta de su casa y dejo escapar aún más lágrimas acompañadas por sollozos que morían en sus manos que cubrían el bello rostro. Los lamentos no cesaban, tenía un profundo dolor en su pecho y un nudo en la garganta que se hacía más presente cada que intentaba parar de llorar.

-las lágrimas nunca han solucionado nada –escucho la ronca y varonil voz a su lado, tan cerca de él por lo que no evito que un temblor recorriera su cuerpo por completo.

Al levantar la mirada con sus oscuros ojos aguados en llantos lo vio. Se veía aún más atractivo ante él, su cabello como el ébano, suelto largo hasta la cintura  y sus ojos del mismo color en su mirada penetrante y misteriosa, solemne tanto como Deidara o incluso aún más que él o el dobe; estaba apoyado en la pared junto a la puerta con los brazos cruzados, vestía casual, tenía una chaqueta de cuero negra que contrastaba con su piel blanca tan fría como la nieve. El menor se limpió las lágrimas algo avergonzado, no comprendía porqué su corazón latía tan desenfrenadamente y esa sensación de nostalgia y ansiedad lo volvían a abordar, aun temblaba ligeramente creyó que era por el frio y el temor por la presencia de ese sujeto.

-que hacías frente a mi ventana? –dijo aun limpiándose las lágrimas con hastío.

-no eres muy sociable no es así? –dijo con una arrogante sonrisa.

-no respondas mi pregunta con otra pregunta baka –el temblor no lo hacía más ameno ni siquiera la mirada del peli largo a su lado, era como si quemara su alma.

El cabello azabache del más alto se mecía con la brisa, un pequeño viento frio que hizo temblar un poco más a Sasuke que inconscientemente se abrazó a sí mismo. El mayor se quitó la chaqueta y se la paso por los hombros al menor, causando un sonrojo de parte del otro.

-tu novio es todo un caballero –dijo sarcásticamente, Sasuke solo hizo una mueca de incomprensión.

-mi novio? –pregunto extrañado.

-ese rubio que te abrazaba –le recalco… ¿molesto? –te hace llorar y te deja salir en la noche solo y sin ningún abrigo.

-él no es mi novio –aclaro –además él no me hizo llorar… jamás lo haría –dijo con una mirada algo perdida en la mirada del otro –no sé porque te digo todo esto, ni siquiera sé quién eres y aun no me dices porque mirabas hacia mi ventana!

-entonces porque llorabas? –pregunto casi como una orden, provocando una especie de hipnosis sobre el menor que lo hacía olvidar sus problemas.

-bueno… es que, son demasiados problemas y… no sé cómo enfrentarlos –dijo sintiendo como se le volvía a formar un nudo en la garganta y sus ojos se humedecían rápidamente.

El mayor se sentó junto a él, limpio las lágrimas que resbalaban por las mejillas buscando con sus ojos la mirada del menor que se escapaba traviesa de él. Acaricio el semblante pálido, las mejillas que estaban sonrojadas y percibió la suavidad y el calor que comenzaba a emanar de su piel bajo el contacto de las frías y masculinas manos.

-eres hermoso –expreso suavemente poseído por la belleza del menor, cosa que hizo ruborizar aún más a Sasuke que evitaba mirarlo.

-no digas cosas como esas, ni siquiera me conoces –dijo para luego sentir sus labios siendo cazados por los labios del contrario.

Tenía los ojos abiertos a más no poder, ese sujeto que era perfectamente atractivo estaba saboreando sus labios con toda la naturalidad y libertad del mundo. Sin embargo no había forma de que eso se sintiera mal, cerro sus ojos muy lentamente disfrutando la humedad que ahora recorría el interior de su boca, ya no se trataba únicamente de esos suaves y turgentes labios, era su lengua, su saliva, el aliento que se les escapaba hasta que el mayor separo perezosamente la misma unión.

-te equivocas –dijo sorprendiendo al otro –se quién eres Sasuke –le dedico una sonrisa ladina y se levantó –ya verás como todo se resuelve baka –se despidió esta vez golpeando juguetonamente su frente con dos dedos y desapareció entre las sombras de la noche.

No sabía si sentirse apenado o temeroso, ese sujeto si sabía de él después de todo, conoce su nombre, sabia donde vivía y lo más inquietante, se había atrevido a besarlo tan deliberadamente. Entro a su casa con la mente hecha un caos, al menos ahora no sentía más la necesidad de llorar, pero ese sujeto no le había dicho ni su nombre ni el motivo por el que miraba hacia su ventana. Rio ante la idea de que fuese un acosador, lo creyó imposible ya que en su inconsciente mente el ignoraba la increíble belleza que poseía y que el único ciego que podría quererlo era el usurutonkachi de Deidara.

Con esas ideas en mente, se largó a su habitación, había sido demasiado para tan solo unos pocos momentos desde que se había ido con el rubio. Se preguntaba cómo estaban él y el dobe molesto; se quitó la ropa y noto que traía la chaqueta de ajena, la tomo entre sus manos y percibió el masculino aroma que lo había inundado minutos antes, la dejo sobre el mismo sillón junto a su ventana y se acostó a dormir. Cerró los ojos y se sumió en un profundo sueño.

..

.

Tan cansado estaba que no escucho cuando la ventana era abierta sin el menor de los  problemas y por ella entraba como un ninja la aparición morena. Era el mismo azabache que sonrió al ver su chaqueta sobre el sillón desgastado en esa pobre habitación que de seguro necesitaba una remodelación como el resto de la casa.

Se sentó en el lugar donde Sasuke lo había visto por primera vez y lo contemplo durmiendo. Prendió un cigarrillo y observaba recelosamente al inmaculado ángel que estaba postrado en la cama dirigió su mano a su miembro y lo acaricio por sobre el pantalón mientras aspiraba grandes bocanadas de humo; tenía los ojos cerrados, se imaginaba a si mismo sobre el cuerpo de esa bella criatura arremetiendo sin descanso, imagino sus fuertes gemidos y gritos descontrolados. No podía despertarlo, en todo este tiempo nunca lo había hecho, siempre entraba y lo miraba dormir, se masturbaba y luego se iba; tomo un suéter que el menor se había quitado antes de acostarse, luego de acabar su cigarrillo lo arrojo al cesto de basura y comenzó a ahogar sus gemidos en la prenda que poseía el aroma de Sasuke impregnado en la tela. De reojo cada tanto miraba al menor que dormía dulcemente sin que afectara su imaginación en lo más mínimo, una vez que acabo se limpió con un pañuelo descartable que arrojo al cesto ocultando la colilla del cigarro y se fue sin hacer el menor ruido.

……………………

A la mañana siguiente el menor de la casa se despertaba con los rayos del sol sobre su inmaculado rostro. Veía la ventana algo entre-abierta por lo que entraba la brisa matinal algo fresca, se debía haber abierto seguramente por el viento, pensó, luego de desperezarse y bostezar profundamente pudo percibir un olor algo peculiar en su habitación; no dio importancia a ese último detalle, seguramente había entrado humo de los camiones que comienzan a hacer sus entregas desde tempranas horas de la mañana.

Luego de darse una ducha, se vistió y bajo a preparar el desayuno, unas tostadas con mantequilla y café negro era todo lo que había. Su padre se había levantado con el apetitoso olorcito del pan ligeramente quemado y los granos de café recién colados, bajaba pesadamente por las escaleras a medio vestir.

-buenos días –dijo algo disperso el menor.

-buenos días hijo –saludo con una sonrisa forzada para no desanimar la mañana de su pequeña adoración.

Se sentaron en la mesa y comenzaron a comer en silencio, ya que Sasuke aún estaba algo inquieto por lo acontecido anoche y Fugaku porque había estado toda la noche siendo atormentado por unos sueños que iban a acabar por volverlo loco, donde la mujer que lo había abandonado volvía su vida un infierno. Luego de desayunar acabaron de vestirse y cuando ya estaban listos fueron al juzgado y se quedaron afuera para esperar a la abogada Haruno.

Ella llego en taxi, no como los azabaches que habían tomado un aventón que le había hecho uno de los “inútiles Akatsukis”. Se veía como una mujer muy elegante, su cabello era color rosa y sus ojos de un espectacular jade, conocían al padre y al hijo de las empresas Namikaze y se había ofrecido voluntariamente a ayudar a Fugaku ya que se lo debía de la vez que el moreno mayor le había salvado el cuello al padre de la Haruno hace muchos años atrás, mantenían una más bien llamada deuda de honor.

-buenos días señores Uchiha –saludo ella con una reverencia, los azabaches se lo devolvieron –espero no haberlos hecho esperar demasiado tiempo.

-no, no lo hizo –dijo el moreno mayor amablemente sin salir de su seriedad tan característica.

-va a ser mejor que entremos pronto, los del seguro aún no han llegado –dijo ella tan formal y profesional como siempre.

Así se dirigieron al estrado, Sasuke al ser ya mayor de edad logro entrar sin inconvenientes. Se sorprendieron que los demandantes aun no hubiesen llegado, les asombraba tanta informalidad de parte de una empresa tan grande y poderosa como la empresa Sharingan que tenían sucursales en cada continente. Se sentaron a esperar, la jueza no era otra que la gran Tsunade Senju, la mujer más cruel y severa que había en la suprema corte de justicia. La misma que estaba casada con el ex dueño del imperio Namikaze, el mismo Jiraiya con el que el padre de Fugaku iba a contraer matrimonio. Pero lo que las personas ignoraban era que esa mujer no solo era hermosa y tenía un cuerpo monumental, no solo era increíblemente inteligente y astuta, ni poderosa o cruel, ni despiadada o déspota, sino que también era una aprovechada corrupta que maquinaba a espaldas de los ojos de la ley.

Finalmente llegaron a la sala los demandantes, todos menos padre e hijo abrieron los ojos con la mayor de las sorpresas y estupefacción. Los presentes esperaban únicamente a los representantes de la empresa con mayores sucursales y poder en todo el continente, lo que no esperaban era ver al mismo presidente de la empresa Sharingan ahí presente.

Al verlo padre e hijo no lo reconocieron como lo que era, solo Sasuke lo reconocía como lo que había sido la noche anterior, un completo desconocido que lo había besado de manera atrevida y ahora lo veía tan pulcro de traje y con el largo cabello recogido en una coleta baja. El magnate no lo miraba, todos tenían la boca desencajada, incluso la abogada Haruno que no cabía en su sorpresa y temor ya que el majestuoso moreno iba con la fiera de los estrados, la mejor abogada de todo el país recibida en la universidad de Harvard, Hinata Hyuga, su eterna rival y enemiga.

-nos disculpamos por el retraso, mi cliente tuvo una importante junta directiva esta mañana de la que no pudo retirarse con anticipación –explico la oji perla de manera inexorable.

-disculpa aceptada –dijo la rubia de manera calmada mientras que en sus ojos se formaban signos de dólares y la sed de dinero picaba como agujas en sus manos –el juicio dará comienzo…

El moreno menor no escucho el resto de lo que la jueza decía, solo se dedicaba a observar al azabache de la noche anterior. El mismo parecía no prestarle atención, los demás sonidos eran burdos murmullos sin sentido a su alrededor y nada más que ellos existía. De improvisto el otro le devolvía la mirada con una expresión seria que congelo la sangre del menor, ahora si su mente estaba a reventar, se suponía que ese sujeto era parte de los que lo estaban demandando a su padre por esa suma tan exorbitante de dinero, si era así ¿Por qué le había besado y dicho que todo estaría bien?

A su alrededor el tiempo transitaba a la velocidad de una carrera, había perdido por completo la noción de la realidad en la misma mirada oscura que no despegaba la atención de sus negros ojos. Solo volvió en si cuando el otro centro su atención en la abogada que le llamo; viro donde su padre y éste discutía inquietamente con la oji jade.

Ambas partes debían tomar un receso, la jueza misma lo necesitaba para formular calmadamente su táctica ganadora, la cual estaba dando resultado, haciendo ganar momentáneamente a la parte más perjudicada, a los Uchihas, hasta que la parte demandante le había hecho un gesto que ella conocía muy bien “una señal de coima”, iban a pagarle un buen fangote de dinero por no dejar ganar a la otra parte.

Sasuke comenzó a sentirse mal, pidió a su padre para ir al baño y se retiró rápidamente.

…………………….

Al llegar ante el lavamanos se humedeció el rostro, y suspiro pesadamente con los ojos cerrados.

-nervioso? –escucho una voz que lo hizo estremecerse, al abrir los ojos lo vio por el espejo tras de él.

-tu? –dijo con voz airada a quien permanecía de brazos cruzados con una sonrisa arrogante.

-contestaras mi pregunta con otra pregunta? –pronuncio en tono de burla lo mismo que había dicho el menor la noche anterior.

-ya deja de estarte mofando! –espeto furiosamente –dime que es lo que quieres de nosotros?  -fue directo al grano.

-lo que nunca he tenido hasta ahora Sasuke baka –dijo juguetonamente –no podrán ganar así que mejor ve haciéndote la idea –tenia una sonrisa completamente arrogante.

-a que juegas? –dijo conteniendo el mismo nudo en la garganta que ayer.

-te dije que todo iba a salir bien.

 

Continuara…

 

Notas finales:

Sean buenos conmigo, les subire la contiii cuando pueda n.n

No quiero presionarlos pero.... REVIEWSSS!!!

No les cuesta nadaaaaaa, no sean malitos -.-

Adoro leer sus opiniones, lo saben

jeje

Muchos besitosss

Nos vemos pronto

Que anden hermosooooo :D


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