Act. 4 El Hilo rojo del destino.
El sol de un nuevo día era reflejado entre los altos edificios situados en Shinjuku.
Yuuri ahora ya se encontraba en el aula esperando que comenzarán las clases junto a su amigo.
-"Está vez sí llegaste temprano, Yuuri-kun"- con una sonrisa.
-"Si. Hoy todos salieron temprano a escepción de Kurogane que va a empezar a trabajar por las noches..."- explicándole la situación de forma positiva.
-"Debes tenerlo un poco difícil. Siempre están fuera..."
-"No lo es. Kotetsu-san nos dió un lugar donde vivir después de la muerte de mi madre y aunque no lo parezca nos entendemos mutuamente y, confío en ellos"- con su mirada puesta en el techo algo pensativo.
-"Ya veo..."
-"Ah, ¡Me olvidaba"- parándose de su asiento de un brinco-"Olvide mi libro de literatura en el casillero"- saliendo del aula rápidamente.
-"Jejejeje"- mirándo como se alejaba con una sonrisa. -"Nunca cambiarás..."- acomodándose sus anteojos, al momento que volteaba a ver con seriedad, unas sillas adelante a la chica de pelo largo color café, que siempre se le quedaba viendo a su amigo, aunque él por supuesto nunca se daba cuenta.
El ojinegro aun caminaba de prisa para llegar a los casilleros lo antes posible, pero una vez ahí divisó a varios chicos de 3er año juntos, rodeando a alguien y hablando de forma amenazante.
-"¿Ah? ¡¿Con que tú eres el hermano del famoso Izaya-sempai?! ¿Podemos cobrarte los favores que les hizo a nuestros superiores? Después de todo, pareces una linda niñita"- hablando de una manera tosca a la vez que sus compañeros se reían con burla.
-"Sempais deberían dejar de intimidar a los demás. Va en contra de las reglas de la escuela..."- habló el pelinegro de forma decidida, con los puños cerrados, pues trato de no inmiscuirse, pero esa pequeña voz en su cabeza siempre era más fuerte.
-"¡¿Eh?! Pero si es...¿Fuuri-san?"- acercándosele con el ceño fruncido pero uno de sus camaradas le susurró algo al oido, lo que le hizo chasquear la lengua e irse del lugar sin decir nada más, algo que dejo totalmente extrañado al azabache.
-"Jejeje. Estás bie..."- detuvo la frase al ver que el chico que intimidaban era nada más y nada menos que su nuevo compañero de clases.
-"Jumm. No necesitaba que alguién como tu me defendiera. Yo sé cuidarme solo."- pronunció con total prepotencia, pasando a un lado sin siquiera mirarlo.
-"¿Qué rayos pasa con el?"- con clara molestia- "Por lo menos debería ser un poco agradecido..."- tras decir eso en voz baja tomó el libro que había dejado y camino de vuelta a su clase con mala cara.
Dos periodos habían culminado al fín, lo que les hacía relajarse un poco ya que la siguiente era clase libre, pero la llegada de su tutora indicaba que sí tendrían cosas que hacer.
-"¡Buen día chicos!"- con total entusiasmo y una enorme sonrisa.
-"Buenos días Tomoyo-sensei"- pronunciarón al unísono al momento de hacer una reverencia.
-"Como sabrán está por empezar el nuevo trimestre y como es costumbre nombraremos a los nuevos representantes de clase. Así qué, quien quiera sugerir a alguien o postularse sea libre de levantar la mano."- mirando a todos lados, esperando una respuesta; algunos solo murmuraban, otros trataban de esconderse y los demás no se veían interesados en el tema.- "¡Muy bien! ¡Ya que nadie levanta la mano yo decidiré!"- los alumnos no sabian cómo, pero a pesar de su sonrisa, algo en ella daba miedo. -"Wolfram-kun tú serás uno de los representantes para que te vayas adaptando y..."- el rubio solo se tenso al escuchar su nombre.
-"¡Profesora yo quiero postular a alguien!"- el chico pelinegro de lentes levanto la mano señalando después a su amigo que solo se le quedo viendo desubicado.
-"Muy bien. Entonces, está decidido. Yuuri-kun y Wolfram-kun serán los nuevos representantes de la clase."
-"¡¿Eh?!"- ambos chicos soltaron al mismo tiempo.
-"Por favor, diríjanse a la sala de audiovisuales para organizar el programa de estudios y traérselos a sus compañeros."
Ambos chicos no tuvierón más remedio que hacerlo, mientras el rubio iba de mal humor el pelinegro solo suspiraba con resignación sin muchas ganas de hacerlo.
Al final ambos entraron al aula encontrandose con una enorme pila de papeles.
-"Supongo que tendremos que hacer algunos juegos para los demás jejeje"- suspirando y soltando una risilla tonta tratando de ser amigable.
El ojiesmeralda no dijo nada y se dirigió a la mesita de mala gana, acomodando los papeles en forma brusca; Yuuri no dijo nada y se sentó frente a él engrapando las hojas que el otro organizaba.
Un completo silencio reinó el lugar por varios minutos, era completamente tensa la situación pues el moreno estaba seguro de no haber hecho nada para ganarse ese desprecio, así que sin aguantarse más, se puso de pie golpeando la mesa con la palma de sus manos.
-"¡Estoy arto! No sé lo que te hice y no pienso disculparme, pero no aguanto esta situación."- volteando a verlo a los ojos de forma decidida, al momento que el rubio se le quedaba viendo sin decir palabra alguna con los ojos completamente abiertos.- "¡Vamos a estar juntos de ahora en adelante, quieras o no! Así que más vale que cambies esa actitud egoísta!"- terminó de decir de manera agitada pues no era común para el levantar la voz.
El pelinegro se levantó de inmediato con una pila de papeles en las manos, totalmente nervioso y avergonzado por la escena que había hecho, por lo que sin darse cuenta tropezó con sus propios pies callendo en el suelo, regando las hojas que tenía en sus manos, sin siquiera poder voltear a ver a su compañero que seguramente estaría burlándose de él.
Escuchó la silla del otro moverse y al darse cuenta tenía a su lado al ojiesmeralda ayudándole a juntar los papeles.
-"Jumm. No puede ser que un henachoko como tú intente sermonear a los demás"- volteando a verlo con una sonrisa de lado, pero esta vez sin rasgo de prepotencia o superioridad.
Yuuri se quedo por unos minutos sin habla intentando asimilar lo que había pasado para después replicar. -"¡N-No soy un henachoko!"
-"¡Claro que lo eres!"- poniéndose de pie y tomando su propia pila de hojas para dirigirse a la puerta. -"Ah..."- volteando a verlo antes de salir-"Estoy de acuerdo con eso de estar juntos..."- dirigiéndole una mirada antes de cerrar la puerta tras suya.
-"¡¿Eh?!"- con una mirada confundida pues no entendió a lo que se refería.
Tras unos minutos ambos entraron al aula, uno tras de otro, entregando los juegos de copias a sus compañeros y sentándose de nuevo en su lugar.
-"Vaya al parecer lo hicieron más rápido de lo que esperaba."- hablo el chico de lentes con una sonrisa divertida.
-"¡Guarda silencio Murata! Tú me metiste en todo esto..."
-"¿Quién es él?"- preguntó el ojiverde de manera curiosa señalando al chico sentado tras el.
-"¿Eh? Es mi amigo problemático Murata Ken"- con un tono de cansancio.
-"¡Hola!"- levantando una mano sonriente hacia el rubio, que solo se le quedo mirando extrañado.
Por otro lado había alguien que los vigilaba muy de cerca, sobre todo el cambio tan repentino de actitud de esos dos chicos que hasta esa mañana parecían odiarse, así que no le quedaba otra forma más que actuar.
-"Buenos días Y-Yuuri-kun"- brindándole una sonrisa amigable al momento que se atravesaba ante él y el rubio.
-"Ah. Buenos días ¿H-Horada-san?"- devolviéndole la sonrisa.
-"Es Harada jejeje"- sin dejar aquella sonrisa infantil.
-"Ah, sí cierto jejeje. Lo siento..."- un poco avergonzado.
-"No tienes porque disculparte"- sujetando una de sus manos de repente, entre las de ella.- "Me preguntaba si... ¿Quisieras ir a almorzar conmigo? Puedo compartirte de mi bentou si quieres."
-"¿Eh? Jejeje."- rascándose la nuca sin saber que responder.
En ese momento el rubio se puso de pie con su almuerzo en las manos.- "Lo siento pero Yuuri y yo ya quedamos en almorzar juntos; además yo soy el que debe compartir el bentou con él, porque estamos saliendo juntos"- de manera segura y orgullosa, quitándola del agarre con una sonrisa triunfante, lo que la hizo quedar totalmente petrificada.
Mientras el chico de lentes veía la escena con una mueca divertida en sus labios.
-"¡¿Ehh?!"- soltó el pelinegro sin saber como reaccionar ante tal declaracion, con su rostro tan pálido que parecía haber visto un fantasma. Nunca en su corta vida hubiera imaginado que algo así pudiera suceder, pues la vida daba vueltas como en una montaña rusa.
*********************KoBa********************
Y eso estaba por comprobar de igual forma cierto castaño que se encontraba ahora en un auto junto a su nuevo compañero, tratando de comenzar su investigación frente a la empresa Koomori.
-"¿Con que este es el lugar que debemos investigar? Es muy lujoso. No lo crees ¿Bunny-chan?"- mirando el gran edificio que estaba situado frente a ellos.
-"Me parece que no escuche bien...¿Usted acaba de llamarme Bunny? Mi nombre es Barnaby..."- hablándole severamente al momento que se acomodaba los lentes.
-"Pero Bunny-chan te queda mejor, siempre brincas de un lado para otro como un conejito, además combina con el llavero que llevas en tu celular..."-mirando por la ventanilla del auto.
-"No me entendió. Mi nombre es Barnab..."- sin poder acabar la frase ya que el castaño levantó la mano para alertarlo.
-"Ya está aquí... El presidente, Fei Wong Reed..."- mirando con total seriedad, hasta que sus ojos se posaron en la persona que venía detrás de él dejándolo impactado.- "¿Qué esta haciendo aquí Shizuo? No, no me digas que... ¿Este era su nuevo trabajo...? Esto se está poniendo cada vez más complicado..."- sumergido totalmente en sus pensamientos.
-"Ojii-san ¿Qué sucede?"- sujetando su hombro pues no conseguía ninguna reacción por su parte.
-"Ah, sí ¿Qué pasa?"- volteando a verlo un tanto desubicado.
-"Eso debería preguntarte yo..."- con una mirada incriminatoria.
-"Jajaja. No es nada. Mejor sigamos observando, por el momento solo nos encargaron mantener vigilado el lugar para ver quien entra y sale."- tratando de ocultar su nerviosismo, pues no era bueno diciendo mentiras.
-"¿Ha...?"- mirándolo de reojo sin estar convencido de forma seria.
El castaño divisó su parabrisas esperando que algo sucediera en el edificio, pero no fue ahí donde pudo ver a un hombre enmascarado corriendo por la acera con una pistola en su mano derecha, lo que ocasionó que saliera a toda velocidad del auto y se abalanzara sobre él para detenerlo y quitarle el arma.
Unos minutos después un grupo de gente llegó a la escena con cámaras y reflectores, recriminandole al moreno por la intervención en su trabajo, mientras el rubio divisaba molesto desde el auto cómo el mayor se disculpaba varias veces totalmente avergonzado. Hasta que después de unos minutos regreso.
-"¡¿Se puede saber que estaba haciendo?!"- hablándole de manera disgustada al momento que lo veía subir al auto.- "¿En qué estaba pensando? ¿Qué hubiera pasado si somos descubiertos?"
-"Calmate Bunny-chan. No es para tanto"- un tanto intimidado.
-"Mi nombre es Barnaby y claro que lo es ¿Qué pasa si la misión se arruina por su culpa? Déjeme decirle esto: Nunca quise hacer equipo con usted. Así que no arruine mi trabajo por algo que no vale la pena."
-"Una vida no es algo que no valga la pena"- mirándolo con seriedad.- "Yo elegí este trabajo por que me gusta salvar y proteger a las personas."
-"Ni siquiera sabe diferenciar la realidad con la ficción. ¿Cómo pretende salvar a las personas? Nadie se lo agradecerá o reconocerá...además eso no es parte de nuestro trabajo, así que es mejor limitarnos a hacer lo que se nos encomendó y no involucrarnos con nada más."- de manera cortante.
-"Tal vez tengas razón en lo que has dicho pero... ¿sabes? Nosotros no arriesgamos nuestras vidas todo el tiempo solo para ser apreciados por alguien, lo hacemos para salvar a las personas. Jejeje, claro está vez no fue el caso pero..."- mirándolo de manera significativa y con total seriedad, lo que hizo al rubio voltear la mirada y no decir nada más.
**********************Shizaya*****************
Dentro del edificio Shizuo se encontraba en una esquina de la gran oficina del presidente que estaba adornada por enormes ventanales que tenían una gran vista a la ciudad.
-"Jefe ¿Puedo salir un rato?"- preguntando rechinando los dientes con seriedad, tratando de ocultar la rabia que sentía, que fue captada de inmediato por el hombre.
-"Está bien. Si vas a causar algún destrozo que sea fuera de la empresa"- sin darle mayor importancia, firmando algunos documentos.
El hombre vestido de barman caminó a paso veloz, presionando sus puños hasta salir del edificio.
-"Holaaa Shizu-chan~~ Que sorpresa. ¡Cuanto tiempo sin vernos!"- frente a el se encontraba el pelinegro que siempre lo sacaba de quisio quien lo saludaba con una sonrisa.
-"¡Izaya! Maldito. ¡Te mataré!"- rugió el chico arrancando una señal de no estacionarse- "¡Te dije que no quería volver a ver tu horrible cara frente a mi!"
-"Que gran recibimiento de tu parte. Pero me temo que hoy no puedo morir."- sacando una de sus navajas para apuntarle con ella.- "Aunque... ¿Por qué no mueres tú?"
-"¡Haa!"- aventándole la señal que fue Esquivada hábilmente.
-"Nos vemos Shizu-chan~"- comenzando a correr por las calles.
-"¡Vuelve aquí. Maldita pulga!"- corriendo tras el con otra señal ya en sus manos.
Apreciando esa peculiar escena se encontraba el director de Koomori desde su oficina, con una sonrisa de satisfacción en su rostro.
-"La razón por la que contrate a Shizuo Kaheiwashi no fue sólo por su fuerza descomunal, sino porque el odia a muerte a ese informante que quiere meterse en mis asuntos e intenta matarlo siempre que lo ve, por lo que no permitirá que se acerque aquí y con suerte lo eliminará en mi lugar. Aunque...sí se matan mutuamente tampoco me importaría y...si no es así para eso te tengo aquí mi querida Vorona..."- hablando de forma astuta al momento que acariciaba los hombros de la rubia. -"...la mejor asesina de esta ciudad. Con esto, mi vida no correrá riesgos y puedo hacer lo que tengo planeado libremente."- tomando una copa de vino situada en su escritorio, dándole un trago. Siendo interrumpido por unos frágiles toquidos en la puerta.- "Adelante..."- ordenó con seriedad.
-"Señor. Sólo era para avisarle que ya se hizo la reservación de esta noche como usted lo pidió."
-"Muy bien. Puede retirarse... Ya lo oíste Vorona. Hay que alistarnos para salir."-con una sonrisa de satisfacción al momento que la chica asentía.
Por fin, tras un par de horas el informante de Shinjuku se había desecho de esa bestia tan molesta, aunque eso le ocasionó algunos golpes y raspaduras por lo que se dirigió al lugar que visitaba frecuentemente ante esos casos.
-"Ah. Izaya. No me digas que tuviste otra pelea con Shizuo-kun."- pronunció al abrir la puerta de su departamento dejando pasar a su *amigo*. El era un joven hombre de lentes con una bata blanca de médico.
-"Shinra. No creo que sea necesario decírtelo"- sentándose en uno de los sofás dejando de lado una bolsa departamental que traía en sus manos.
-"Ha pasado un tiempo así que pensé que ya lo habían dejado por la paz"- sacando su botiquín y sentándose frente al pelinegro.
-"Shizu-chan sigue siendo como un monstruo. Es como un grano en el culo... nunca actúa de acuerdo a mis planes. Lo odio completamente. Desearía que muriera."
-"Para ser una persona que odias tanto. Te tomas muchas molestias por él"- sonriendo mientras limpiaba las heridas con algodón.- "¿Por qué desapareciste de repente cuando nos graduamos del instituto?"- dirigiéndole una mirada de curiosidad.
-"Simplemente ya no tenia mas humanos que observar ahí. Así que me fui."- con una sonrisa dando un leve movimiento de hombros.
-"Mmmm... ya veo..."- un tanto pensativo- "Bien. Estás listo."- terminando de poner la última banda adhesiva.
-"Necesito pedirte algo más."- tomando la bolsa roja que había traído consigo, mirándolo con una sonrisa divertida.
El médico se le quedo viendo intrigado, para después acceder ante su petición que tomó unos minutos hasta que el plan de Orihara Izaya se puso en marcha.
CONTINUARA........