Cap 9. Lluvia y Canción
Sábado 12:00 hrs.
-"Solo escúcheme… Están en grave peligro usted y… su compañero. E-Están siendo vigilados…Se ha dado cuenta que….lo están inves…"
-"¿Bueno…? ¿Quién habla…? ¿Por qué dice eso…? Bueno… Bueno…"- el oji avellana se encontraba algo alterado pues de pronto se cortó la llamada y de inmediato corrió con todas sus fuerzas hacia donde se había dirigido el rubio, pues tenía un mal presentimiento.
************************************************KAHEIWASHI***********************************************
En ese momento Yuuri se encontraba en su departamento junto a su hermano mayor, alistándose para salir, pues no quería llegar tarde ya que sabía que si lo hacía Wolf le recriminaría.
Mientras su hermano mayor entrenaba en la terraza que daba vista a la ciudad. Es cuando sonó el teléfono de la sala por lo que el ojinegro se apresuró a contestar.
-"¿Si?"
-"¿Yuuri-kun?"
-"Si. ¿Quién habla?"
-"Soy Antonio. ¿Están tus hermanos ahí?"
-"Solo Kurogane"
-"¿Podrías comunicármelo?"
-"¿Qué pasa? ¿Todo está bien?"- el azabache rápidamente le hablo a su hermano al no recibir respuesta.
-"¿Antonio?"
-"Escúchame... Kurogane-kun… Kotetsu está en el hospital. Le dispararon mientras estaba en el trabajo… No sabemos su estado de salud, deben venir lo antes posible. Lo llevaron al hospital central."
-"Vamos para allá"- contesto de forma seria al momento que apretaba sus puños con fuerza y una furia lo invadía.
-"Chico. Nos vamos. Kotetsu está en el hospital"
Yuuri no pronuncio palabra alguna y siguió en silencio al mayor, con una mirada descolocada.
-acariciándole la cabeza- "No te preocupes. No pasará nada…"
-"Sí…"- saliendo del lugar para dirigirse hacia donde se encontraba su tío.
****************************************HOSPITAL*****************************************
Al llegar al hospital el castaño se encontraba en la sala de espera junto a un rubio de lentes que tenía el rostro totalmente abatido; a quien ninguno de los dos conocía.
-"Kurogane-kun. Yuuri-kun"- caminando hacia donde estaban.
-"¿Qué sucedió?"- se apresuró a decir el oji rojo con un rostro totalmente serio.
-"No lo sabemos a ciencia cierta. Al parecer fue un atentado. El objetivo era Barnaby-san, quien es su compañero, pero él intervino y la bala le dio. Los médicos aun no nos dicen nada…"- después de una pausa continuo.
-"¿Dónde está Shizuo-kun?"
-"Les avisamos de camino aquí. No debe tardar en llegar…"- hablo Yuuri con un rostro melancólico.
-"Tu tío es un hueso duro de roer. No tienes de que preocuparte…"- brindándole una sonrisa para tratar de tranquilizarlos, pues sabía que para ellos era como un padre.
Barnaby se encontraba nervioso y preocupado pues se culpaba por lo le había pasado al castaño. Nunca nadie lo había protegido como él, a pesar de que siempre lo trataba de manera grosera y lo único que el castaño hacia era acercársele amablemente para poder llevarse bien.
Le constaba trabajo admitirlo pues desde pequeño aprendió a no confiar en nadie, pero sabía que ese hombre era diferente: Alegre, amable, honesto, cariñoso; todo lo contrario a su persona.
-"Si le pasa algo a Kotetsu-san yo…"- murmuro mientras sus manos temblorosas se aferraban a sus rodillas.
-"Él es muy fuerte…no pasara nada…"- la voz seria del oji rojo lo hizo voltear extrañado. Antonio y Yuuri lo veían pero no con ojos acusadores, sino todo lo contrario.
-"Mi tío seguramente te considera alguien muy importante. Tanto, que arriesgo su vida para protegerte. Debes agradecerle cuando despierte"- continuo el oji negro con una sonrisa.
El chico de lentes se quedó estático, algo en ellos le recordó a Kotetsu.
Un ruido proveniente de la entrada los distrajo por un segundo; a pasos fuertes, alterando a las enfermeras y doctores que se encontraban en el pasillo, se acercó el chico con lentes de sol quien al ver el alboroto que ocasiono se acomodó los lentes y trato de bajar su carácter.
-"No causes ningún problema aquí"- recrimino su hermano mayor, haciendo que le ojimiel se quedara estático, quien después de una pausa hablo.
-"¿Qué sucedió?"
-"Aun no sabemos. Solo que les dispararon"- continuo el mayor de los morenos.
-"¡Familia Kaheiwashi!"- pronuncio un doctor el cual salía de una de las tantas puertas del pasillo. Haciendo que todos los presentes se acercaran. –"El peligro ya paso. La bala le atravesó un costado, pero no perforo ningún órgano. Lo que necesita es reposar, así que lo tendremos en observación el día de hoy. Si todo va bien pueden llevárselo a casa el día de mañana, siempre y cuando tengan los cuidados pertinentes"
Los rostros de los presentes se relajaron al escuchar las palabras del médico, sobre todo el de Barnaby quien suspiro aliviado.
-"¿Podemos pasar a verlo?"- pregunto su amigo, al momento que veía a los chicos.
."Sí, pero uno por uno. Está sedado así que no les contestará. Además, no tiene caso que estén todos aquí."
-"Y-Yo me quedaré "- hablo Barnaby con total determinación.
En ese momento Yuuri miro el reloj ubicado en la sala de estar. Ya pasaban de las 19:00 hrs., tratando de disimular su desesperación y preocupación. Dando paso a una guerra mental, pues por una parte estaba su tío y por otra aquel ángel que de seguro estaba furioso.
-"Yo…"-alzo la voz dejando extrañado a los presentes- "Lo siento…Debo irme… alguien debe estar esperándome"
-"Ve"- contesto el chico vestido de barman sin más, quien se colocaba las manos en su cintura, viendo a lo largo del pasillo.-"Si tienes algo que debes hacer. Ve… yo me quedaré aquí…"
No cabía duda que sus hermanos siempre lo apoyaban, a su manera pero cuando los necesitaba siempre estaban para él. Finalmente salió corriendo del hospital para tomar un taxi, con dirección a donde se encontraban esos ojos esmeraldas.
***********************************KUROFYE*************************************
Bar Horitsuba
Los clientes comenzaban a entrar pues las puertas del lugar se habían abierto. Fye se encontraba extrañado ya que su compañero nunca solía llegar tarde.
-"Tuvo que haber pasado algo"- hablo la pelinegra más para sí misma, casi adivinando lo que estaba pensando el oji azul, quien se encontraba preparando unas bebidas en la barra. –"Verdad que es aburrido sin Kurogane, ¿Fye?- mirándolo de forma picara.
-"Jejeje"- soltando una pequeña risita, para después salir de la barra y dirigirse a la bodega. –"Iré por mas botellas."
La dueña solo lo miró con un rostro serio, podía perfectamente leer sus emociones.
De pronto un sonido fuerte se escuchó proveniente del almacén seguido del grito alterado de Watanuki.
-"¡Fye-san!"
La pelinegra entro rápidamente, presenciando al rubio en el suelo, con un montón de cajas sobre su pie derecho.
***************************YUURAM****************************************
La lluvia aún continuaba por lo que el tráfico de la ciudad se intensifico, dejando prácticamente varado el taxi donde venía el menor de los Kaheiwashi, por lo que bajo del vehículo y sin importar mojarse salió corriendo hasta el lugar donde se había quedado de ver con su proclamado "amante".
Mientras con cada gota que caía el corazón del Wolf se iba quebrando en pedazos. –"Eres un henachoko Yuuri"- dijo por lo bajo con su rostro y ropa totalmente empapados. Habían pasado 4 horas, ya no podía ser un malentendido; así que, comenzó a caminar sin buscar un rumbo fijo, definitivamente lo haría pagar por dejarlo plantado, o eso trato de pensar para ocultar la decepción que sentía. Por eso en los únicos que podía confiar era en sus hermanos, nadie más entraría en su vida.
Yuuri por fin llego frente al reloj, pero no vio ni un rastro del rubio, era lógico. Ya había pasado mucho tiempo, pero como si fuera una ráfaga de luz, no se dió por vencido; comenzando a caminar por los alrededores buscándolo, con una clara opresión en su pecho. Ahora recordaba que a pesar de que a decir del rubio eran novios, ni siquiera tenía su número celular.
Después de varios minutos y caminar por diferentes calles, por fin el pelinegro pudo verlo, así que corrió con todas sus fuerzas hasta sujetarlo del brazo, haciéndolo voltear.
-"¡Wolfram!"- le faltaba el aire y estaba totalmente empapado, pero al verlo, por fin pudo suspirar aliviado y extrañamente el dolor en su pecho también desapareció.
El oji verde lo miró impactado, con sus pupilas abiertas de par en par, y sus ojos húmedos, aunque no sabía sí era por la lluvia o…
-"Déjame ir…"- su voz parecía quebrarse pero el pelinegro no lo soltó, al contrario lo sujeto con más fuerza.
-"Lo siento… te explicaré todo. Lo prometo"- comenzando a caminar, prácticamente arrastrándolo consigo.
-"Eres un henachoko…"- pronuncio en voz baja, mientras se dejaba guiar por él- "Será mejor que tengas una buena excusa. Sino, nunca te lo perdonare…"
-"Lo sé…"- sus voces sonaban tranquilas, casi como si tuvieran una conversación casual, caminando hasta donde se encontraba una parada de autobús, en la cual se refugiaron un poco de la lluvia.
Ambos se quedaron pensativos sin decir nada por unos minutos, hasta que el pelinegro decidió hablar, pues sentía la necesidad de explicarle todo a la persona que estaba a su lado, no sabía por qué pero le pesaba el corazón. –"Mi tío… es un agente de la policía. Esta mañana cuando estaba a punto de salir… nos avisaron que le dispararon"- su voz sonaba tranquila pero al recordar el momento sintió una punzada en su pecho –"Así que nos dirigimos al hospital… yo…"
-"Yuuri…"- el oji esmeralda se acercó, dándole un cálido abrazo.
-"Maldición. Creo que me cayó una gota en mi ojo. Duele"- a pesar de no querer demostrarlo el dolor de perder a alguien que quiere como a un padre no pudo con él; Wolfram no hizo más que abrazarlo con más fuerza, mientras sonreía de lado, tratando de darle ánimos.
El moreno acepto el gesto tomándolo de la cintura, dejando salir por fin unas pequeñas lágrimas que había estado aguantando todo el día. Tras unos minutos así, ambos se separaron, regalándose una mutua sonrisa.
-"Gracias Wolf…"
-N-No tienes n-nada que agradecer… por algo s-somos n-novios…"-hablando un poco nervioso, volteando el rostro para ocultar el sonrojo en sus mejillas.
En ese momento el azabache por fin se dio cuenta, ambos estaban empapados y el pecho del rubio se veía claramente gracias a la camisa azul cielo que traía puesta, haciéndolo sonrojar de repente.
-"D-Debemos ir a cambiarnos… vamos a mi c-casa… no está muy lejos de aquí…"- volteando la mirada, mientras se rascaba la mejilla con el dedo índice ocultando su nerviosismo.
-"Esta bien"- mirando su actitud, totalmente extrañado.
*************************************KUROFYE*************************************
Eran pasadas de las nueve y el moreno se encontraba de mal humor parado en la puerta del Bar a punto de entrar ya que minutos atrás su Jefa le había marcado para que se presentara de inmediato al local.
Suspiro pesadamente y abrió la puerta.
-"Oh. Sí que llegaste rápido"- lo recibió la azabache con un tono travieso.
-"¿Por qué me hizo venir? Le dije que tenía una situación personal que atender"- refunfuñando al momento de entrar y sentarse en un banco de la barra; la cual era atendida por Watanuki, a lado de la pelinegra.
-"Para estar renegando tanto. Llegaste muy rápido ¿No será porque te dije que Fye tuvo un accidente?"- con un tono sarcástico mientras le acercaba un vaso de sake.
-"Hmph"- volteando la mirada sin decir nada, al momento que bebía de mal humor- "Usted me dijo que debía venir, además tenía ganas de beber"
-"Mmmm"- sonriendo de lado.
-"Jeje"-se escuchó la risilla algo tímida del oji azul que estaba sentado a un costado de Yuuko.
La mirada carmesí lo contemplo de reojo, estaba con sus piernas cruzadas y una bolsa de hielo sobre su tobillo derecho el cual se encontraba un poco rojo.
-"Maldición. Puedes pelear con maleantes pero ¿No puedes tomar una caja como se debe?"- reprochándole mientras tomaba otro sorbo.
-"Lo siento"- el chico de lentes intervino, haciendo una reverencia. – "Fue mi culpa. No las acomode correctamente"
-"No es tu culpa Watanuki-kun. Yo no me fije…"- brindándole una sonrisa despreocupada, mientras también bebía un trago, que le fue servido minutos antes por la pelinegra.
En ese instante un leve sonido del piano que se encontraba en el pequeño escenario del lugar, se empezó a escuchar.
-"Ya va a comenzar"- comento la azabache mientras servía más de la pequeña botella de cristal con un líquido color azul cielo a ambos chicos y se levantaba de su asiento para cedérselo al moreno, quedado uno al lado de otro.
-"Deberían sentarse juntos. Yo voy a saludar"-caminando hacia el escenario, donde recibió a una chica de pelo rizado color negro, vestida con un traje del mismo color, pegado a su figura. Ambas se saludaron y Yuuko regreso a sentarse un poco más alejada de ambos chicos.
La Canción comenzó a sonar:
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Kaze no Machi he (La ciudad del viento)
Toki no mukou kaze no machi e
Nee, tsurete itte
Shiroi hana no yume kanaete
Hacia la ciudad del viento, al otro lado del tiempo.
Vamos, llévame contigo.
Haz que mi sueño de flores blancas se haga realidad.
Amai yubi de kono te wo tori
Nee, tooi michi wo
Michibiite hoshii no
Anata no soba e
Toma mi mano con tus suaves dedos.
Vamos, quiero que me guíes.
A un lugar lejano
Para estar a tu lado.
Sono utagoe taenai hiru sagari
Mezamete futari wa hitotsu ni nari
Shiawase no imi wo hajimete shiruno deshou
Tsurete itte…
El canto de esa voz no se detiene al atardecer.
Despertaremos juntos para convertirnos en uno.
Conoceremos el significado de la felicidad por primera vez.
Llévame contigo…
Sono utagoe setsunaku takara kani
Subete no kokoro ni hibiku no deshou
Shiawase no imi wo shirazuni nemuru yoru ni…
El canto de esa voz es tan doloroso y fuerte.
Seguramente resuena en cada corazón.
De quienes duermen en la noche sin conocer la felicidad…
Mada shiranai yume no mukou
Nee, tooi michi wo
Futari de yukeruwa
Kaze no machi e
Llévame a un sueño que nunca he visto.
Vamos, quiero que me guíes
A un camino distante.
A la ciudad del viento.
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-"Que bella canción"- pronuncio el oji azul, mientras bebía de nuevo de su vaso.
-"Si ella quiere ir a algún lado ¿Por qué no va allí simplemente? En vez de pedir que alguien la lleve"- el pelinegro hablo severamente dando un sorbo a la bebida.
-"Tu eres así ¿Cierto Kuro-tan? Pero… yo también he esperado mucho tiempo, para que alguien me lleve… aunque por tu cara se ve que odias ese tipo de cosas ¿No?"
El azabache no dijo más y solo se limitó a beber y escuchar esa canción.
Por su parte la dueña del lugar, solo contemplaba la escena con una sonrisa melancólica, sirviéndoles en su vaso cada que se vaciaba, de aquella bebida color azul.
Pues la noche para ambos era aún muy larga….
CONTINUARÁ….