Act. 8 Emociones
Sábado, 12:00 hrs.
Por fin era sábado al medio día. Wolfram se encontraba en su habitación alistándose para salir al centro comercial cerca de la estación de Shinjuku, donde había quedado con su "Novio" para ver una película.
-"¿Mmm~? Te ves muy contento ¿Algo bueno ocurrió…?"- canturreo Izaya, quien miraba desde el umbral de la puerta con una sonrisa de lado, cruzado de brazos. Ocasionando que su hermano pequeño se avergonzara un poco, adquiriendo un pequeño tono carmín en las mejillas.
-"N-No, p-para nada…"
-"Mmm…"- analizándolo para después dirigirse a la cocina donde Fye se encontraba con un mandil color azul, cocinando el desayuno.
-"Estos días no has regresado a casa ¿Sucedió algo?"- cuestiono el ojiazul aunque sin dejar de cocinar.
-"¿Mmm?"- fingiendo hacer memoria, colocando su dedo índice en su mentón-"Nada en realidad"
-"Recuerda que hicimos la promesa de siempre llegar a casa, no importa lo tarde que sea…"
-"Jajaja. Eso era cuando éramos unos niños… Ahora cada quien puede cuidarse solo…"- hablando con una sonrisa que no se reflejaba en los ojos carmesí.
-"Una promesa es una promesa. Hablando de eso… hace unos días tuve una visita inesperada de unos *clientes tuyos*"
El informante trato de no expresar nada por lo dicho por su hermano a excepción de una sonrisa de lado, para posterior caminar hacia la salida, lo que ocasiono que ahora si lo volteara a ver el mayor.
-"¿A dónde vas?"
-"Parece que voy a tener que hacer un par de visitas. Mientras no estuve, mis queridos humanos hicieron lo que quisieron…"- cerrando la puerta tras él.
Fye soltó un suspiro, nunca sabía lo que pensaba ni como actuaria a pesar de los años.
-"¿A dónde fue mi hermano Izaya?"- hablo el ojiesmeralda al entrar a la cocina.
-"Tuvo que salir…"- con una sonrisa- "¿Y a dónde vas tan arreglado?"
-"Y-Yo v-voy a ver una película"- volteando la mirada un tanto nervioso.
-"Diviértete mucho Wolf-kun"- colocando amablemente su mano en la cabeza del pequeño.
-"Jumm. No tienes que hacer eso"- fingiendo un poco de molestia, con un pequeño sonrojo- "Nos vemos…"
-"Que te vaya bien"- dedicándole una sonrisa, mientras miraba el platillo que acababa de preparar –"Ahaa. Parece que de nuevo se quedará todo…"
*************************SHIZAYA******************************
Sábado, 13:00 hrs.
Izaya se encontraba caminando por las calles de Kabukichou que en realidad sabía de memoria, hablando por teléfono. Hasta llegar a una casa de citas situada en el barrio rojo, donde se dispuso a pasar, después de ver la entrada con algo de repulsión.
-"Oh. Bienvenido~"- fue recibido por una chica peliroja con un escote extravagante y maquillaje un tanto exagerado- "Le gustaría pasar un buen rato…"- pronuncio de forma melosa para abalanzarse a su cuello; rápidamente el pelinegro la esquivo con una mirada seria.
-"En realidad busco a un hombre"
-"Mmmm"- pasando la mano por su cabello al momento que ponía cara de pocos amigos.- "Así que eres gay… que desperdicio. Lo siento pero en este lugar solo hay chicas"
-"Jajajaja"- riéndose de manera estruendosa para después cambiar la cara de forma aterradora, tomando el rostro de la chica y apretándolo de forma violenta.-"No me entendiste. Busco a Kenichi-san. Me dijeron que es un cliente frecuente de este lugar y deseo verlo…"
La chica solo apunto con el dedo de forma temblorosa hacia unas escaleras que daban al bar del lugar que despedía un olor a cigarrillos baratos y bebidas de mala calidad.
-"Oh. Izaya hasta que te apareces por aquí"- hablo de forma alegre el hombre, al ver entrar al azabache, rodeado de dos chicas que le acariciaban el pecho.
-"Escuche que le hizo una visita a mi hermano y vengo a agradecerle por eso"- con una sonrisa fingida.
-"No te lo tomes personal. No aparecías y tuve que hacer eso para que mostraras tu cara"
-"Ya veo"- su sonrisa se ensancho aún más- "En estos momentos debe de estar por llegar Ichigo-san. Escuche que le quedó a deber mucho dinero de su negocio de venta ilegal de armas"
-"¿Q-Que estás diciendo? ¿C-Como lo sabes…? Dijiste que me darías información de él para poder emboscarlo…"
-"Oh. Lo siento, cambie de parecer, pero… *No se lo tome personal*"- dando media vuelta para salir del lugar, a la vez que varios hombres vestidos de negro con armas en las manos entraban, alterando a todos en el lugar.
Por su parte no muy lejos de ahí se encontraba el hombre más fuerte de la ciudad, quien escoltaba a su jefe.
Cuando pudo sentir una esencia para él muy conocida que lo hizo comenzar a alterarse, moviendo el pie contra el suelo de forma violenta, lo que ocasiono que Fei Wong se diera cuenta de inmediato.
-"Si tienes algo que hacer puedes salir, te llamaré si necesito algo. No quiero arriesgarme a que causes algún alboroto en la junta"- menciono el hombre robusto, entrando en un restaurant junto a Vorona.
Shizuo no espero dos veces para caminar de forma acelerada hacia donde percibía ese olor.
-"¡Maldición. Maldición. Maldición!"- rechinando los dientes.
A lo lejos y sobre la acera el ojirojo se encontraba apreciando el lugar, del que había salido, con una sonrisa maliciosa.
-"¡Izayaaaa-kuun! ¡Vamos a jugar!"- lanzándole una máquina expendedora de bebidas.
Hábilmente el informante la esquivo, sacando de inmediato su navaja, poniéndose a la defensiva.
-"Shizu-chan. Que sorpresa. Pensar que por propia voluntad viniste a que te matara"- lanzándole un par de navajas que rompieron parte de las mangas de su traje.
El ojirojo corrió de repente hasta llegar a un callejón, donde fue seguido por el rubio, quien ya traía en las manos una señal de tránsito, mientras Izaya aprovecho unos anuncios para subir a la azotea de un edificio al parecer abandonado, y el ojimiel entro por una de las puertas derribándola para subir de igual forma.
-"¡Izaya!"-vocifero con rabia.
-No deberías ponerte así Shizu-chan, después de todo quien debe estar furioso soy yo…Estuve en cama un par de días por tu culpa. No cabe duda que eres un monstruo"- levantando sus manos hacia el cielo con una sonrisa cínica.
El falso rubio por un momento se quedó estático, recordando escenas de aquella vez, empezando a sentir como le hervía la sangre, para posterior acercarse a sacadas hacia donde estaba el más bajo, tomándolo de la camisa.
-"¡Todo fue tu culpa! ¡¿Que me hiciste?!"- ambas miradas se cruzaron por un instante, los furiosos ojos miel contra las sádicas perlas rojas.
Una fracción de segundo vasto para que la atracción de dos polos opuestos surtiera efecto. Sus labios se juntaron en un salvaje beso; correspondido por ambos, mientras su aliento se perdía en el contacto.
El hombre vestido de bar tender tomo de la cintura al azabache para acercarlo más a él, dejando que la pasión se apoderara de ellos.
-"Shizu…chan"- su voz entrecortada envolvía los sentidos del guarda espaldas hasta dejarlo sin razón. Solo probando los dulces labios y acariciando la silueta bien proporcionada del informante.
-"Vamos a hacerlo"- dijo el más alto con una voz ronca mientras desabotonaba el pantalón de su acompañante, quien tenía sus mejillas sonrojadas, imitando sus movimientos.
-"Por unos besos mira ya como estás Shizu-chan, deberías controlarte un poco".- pronuncio con una voz y mirada traviesa, al momento que sujetaba ambos miembros y comenzaba a masajearlos.
Un nuevo beso dio inicio, donde sus lenguas tuvieron participe. Shizuo bajo los labios hasta el cuello del moreno, dejándole una marca bastante visible mientras él seguía acariciando ambas entrepiernas de arriba abajo, hasta que después de varios minutos los dos se corrieron en un sonoro gemido.
-"No es suficiente"- atino a decir el más alto mientras lo besaba de nueva, bajando totalmente su pantalón y tomaba uno de sus muslos para acariciarlo.
De pronto el sonido de un teléfono, cortó el ambiente, dejando a ambos jadeantes mirándose intensamente.
-"Si. ¿Quién habla?"- la cara del rubio cambio de pronto con seriedad. –"Voy para allá"- colgó y de inmediato se acomodó su ropa, a la vez que pasaba su mano derecha por su cabello para quitarse el rastro de sudor en él; hipnotizando al azabache por un segundo.
-"Debo irme, pero ni se te ocurra mostrarle esto a nadie nunca más. ¿Me escuchaste? Quien te matara soy yo. Eres mío. Te buscare después…"- mirándolo con el ceño fruncido, mientras salía del lugar rápidamente.
Izaya no sabía porque, pero tenía una sonrisa de satisfacción. –"No seas tan creído Shizu-chan. ¿Quién dijo que soy tuyo?"- hablando para sí mismo pues el antes mencionado ya no estaba, colocándose de nueva cuenta su ropa, para salir del edificio. –"Nunca actúas como lo planeo… por eso te odio…"- pero su rostro no mostraba ese sentimiento.
**************************YUURAM****************************
Sábado, 15:00 hrs.
Wolfram estaba ubicado frente al centro comercial un tanto desesperado, esperando al azabache pues según él se habían quedado de ver a las 14:30 hrs., pero no había ni rastro suyo.
El cielo ya estaba nublado y constantemente veía el reloj a lo alto, colocado a un costado de él, casi frente a la entrada principal. Paso una hora más y la lluvia comenzaba a caer, aun así no se movió del lugar pues pensaba que tal vez había entendido mal cuando le dijo la hora.
Minuto tras minuto trascurría y la lluvia se intensificaba aún más.
-"Tal vez no vendrá…"- sus ojos miraban al piso y todo su cuerpo estaba empapado, su corazón comenzaba a doler…
****************************KOBA**********************
Horas antes, Sábado 12:00 hrs.
En las afueras del edificio Koomori. Kotetsu y Barnaby se encontraban bebiendo un poco de chocolate caliente mientras vigilaban la entrada al emporio. Pues había pasado mucho tiempo y no tenían ninguna prueba que inculpara al dueño de algún delito.
-"Hace poco hable con un ex empleado de la empresa. Parece que tiene algo que nos pueda servir"- el castaño se encontraba con el rostro serio mirando de reojo a su compañero.
-"No creo en usted, Debe ser otro fraude como el de hace unos días que solo nos estafaron y nos dejaron una semana sin dinero para el almuerzo"- atino a decir estoicamente, mientras le reclamaba al mayor quien comenzó a ponerse nervioso.
-"Te digo que no. ¡Confía en mí Bani! Está vez es algo serio…"
-"Mi nombre es Barnaby. No le creo, será mejor que vaya a conseguir pruebas yo mismo. Usted quédese aquí y vigile el lugar…"- atino a decir mientras daba media vuelta, perdiéndose entre las calles.
-"¡Ch! Bani-chan. Deberías tener fe en tus mayores"- pronuncio en un susurro, caminando al lado contrario, cuando de pronto el sonido de su celular lo detuvo. –"Buenas, Kotetsu a sus órdenes… ¿Hola?"- pregunto al no recibir respuesta, solo escuchando un pequeño jadeo al otro lado. –"¿Quién habla?"
De repente una voz temerosa comenzó a escucharse.-"¿U…Usted es… K-Kotetsu-san?"
-"Así es. ¿Quién habla?"
-"Solo escúcheme… Están en grave peligro usted y… su compañero. E-Están siendo vigilados…Se ha dado cuenta que….lo están inves…"
-"¿Bueno…? ¿Quién habla…? ¿Por qué dice eso…? Bueno… Bueno…"- el ojiavellana se encontraba algo alterado pues de pronto se cortó la llamada y de inmediato corrió con todas sus fuerzas hacia donde se había dirigido el rubio, pues tenía un mal presentimiento.
CONTINUARÁ….