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La maldición de los gatos gemelos por kuroneko07

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Notas del fanfic:

El universo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling,y yo solo cambio unas cuantas cosas por diversión

Notas del capitulo:

Es mi primer fic, no sean muy duros conmigo, pero por supuesto estoy abierta a sugerencias, como el amor no surge a los 11 años ni conociendose por un mes, aun no va a haber lemon pero no hay de que preocuarse porque es seguro que en un futuro próximo lo halla

Pronto comenzaran las clases en el colegio de magia y hechicería Hogwarts, donde los jóvenes e inexpertos magos y brujas se prepararan para su vida futura, y mientras lo hacen van a divertirse mucho con la competencia de las casas, los juegos de quidditch y quien sabe, quizá encontrar pareja.

Albus

-          Mamá, papá no tenemos todo el día – dije muy entusiasmado al ver a mis padres aun durmiendo, sabía que era muy temprano para comprar mis materiales en el callejón Diagon, pero aun así no podía esperar, por fin llegó la hora de que Albus Potter fuera a Hogwarts.

-          Tranquilo tus materiales no irán a ninguna parte – respondió de forma adormilada mi padre.

-          Es verdad – afirmo mi madre – además, no pensaras ir en pijama ¿verdad?

-          No te preocupes por eso, que estoy listo en cinco minutos.

Corría delante de mis padres después de pasar por el banco de Gringotts y comprar una túnica nueva, fue entonces cuando la vi, ella me miraba fijamente desde la vitrina, cuando nuestras miradas se cruzaron supe que me necesitaba y yo a ella, entonces les dije a mis padres:

-          ¿Recuerdan que se me permite llevar una mascota al colegio? – mirándolos con ojos suplicantes.

-          Si… - dijo mi madre.

-          ¿Y recuerdan que mi cumpleaños se aproxima?

-          No podríamos olvidarlo – exclamo divertido mi padre.

-          Pues entonces quisiera pedirles un regalo – dije señalando la tienda de mascotas, específicamente a la hermosa gatita blanca

-          Mmmmm si prometes cuidarla y quererla mucho, ¿Por qué no? – accedió mi madre arrimándose a mi padre como si fueran adolescentes enamorados – siempre quise una mascota.

Entramos a la tienda de mascotas y me di cuenta de que mi futura mascota estaba acompañada de otro felino, negro con un pequeño punto blanco en su frente, rasgo que mi gatita compartía ya que tenía un punto negro en su frente, me dio tristeza separarlos ya que parecían muy unidos pero mis padres se negaron a llevar a los dos gatos, ya que de todas formas solo uno me podía acompañar al colegio. Terminamos todas las compras excepto la más importante, y que me acompañaría toda mi vida, mi varita. La tienda de Ollivander parecía desierta a primera vista, con montones y montones de pequeñas cajas apiladas, que observaba hasta que un anciano alto, delgado y de aspecto misterioso apareció.

-          Harry y Ginny Potter, hace años que no nos vemos, espero estén cuidando sus varitas como cuidan a su pequeño hijo, bienvenidos – dijo al ver a mis padres.

-          Claro que sí – respondieron, pues sus varitas eran tan sagradas para ellos que ni siquiera me dejaban jugar con ellas.

-          Esta vez venimos por una varita para nuestro pequeño Albus.

El señor Ollivander fue rebuscando por un rincón y trajo con él una caja negra, me dio la varita que contenía y me indico que la agitara. Solté a mi gatita y lo hice.

-          Ups – sin querer rompí un jarrón con flores.

 

 Y mientras me disculpaba vi a mi nueva mascota arañando algo al final del pasillo, Ollivander pareció algo asustado y rápidamente fue a sacar la caja que mi pequeña marco.

-          Interesante, muy interesante… - repetía mientras abría la caja y me alcanzaba la varita que contenía.

Mi gata se sentó arriba del recibidor y me observo detenidamente como esperando que algo sucediera. Agite la varita y una lluvia de luces blancas salió de ella, era un espectáculo maravilloso, aunque mis padres parecían algo asustado y Ollivander no tenía expresión alguna mi gata se puso muy contenta.

-          ¿Es malo? – dije preguntándome como algo tan mágico podía serlo.

-          Para nada – dijo Ollivander antes de que mis padres pudieran responder.

Ya de vuelta en mi casa mis padres y yo hablábamos de como llamaríamos a mi pequeña gata blanca, mientras yo empacaba mis cosas para el próximo día.

-          ¿Qué te parece Hedwig? – me pregunto mi madre.

-          Yo creo que le quedaría mejor Shiny - discutió mi padre.

-          Se llamara Blanc – dije observando como ponían cara de resignación.

-          ¿Cómo blanco en francés? Es un buen nombre, cuídala bien – dijo mi madre acariciando a Blanc – buenas noches.

-          Hasta mañana hijo

-          Buenas noches papá, mamá

Salieron de mi habitación, me apresure a ir a mi cama porque al día siguiente por comenzaría mis estudios en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, vi a Blanc sobre mi mesita de noche, mirando la luna llena que pasaba por mi ventana, por un momento creí ver un extraño brillo en sus ojos celestes hasta que saltó y fue a su cojín no sin antes despedirse de mí y dejar que la acaricie un poco.

A la mañana siguiente desperté temprano para ir a King Cross, estaba muy emocionado. Al llegar al andén nueve y tres cuartos vi a muchos de los que en un futuro próximo serian mis compañeros con todo tipo de mascotas, vi ranas, hurones, conejos, ratas, búhos y hasta serpientes, lo último me sorprendió un poco ya que no sabía si era seguro llevar una serpiente como mascota, comenzando a preocuparme por mi pequeña Blanc.

La mayoría de los compartimentos estaban completos, excepto uno al final donde se encontraba una chica con el pelo castaño, mi querida prima Rose

-          ¿Puedo sentarme aquí? Todos los compartimentos están ocupados – dije.

-          No hay ningún problema – dijo amablemente – ¿te compraron una mascota?

-          Si, su nombre es Blanc – dije señalando a la pequeña gata.

-          Es muy bonita, ¿es un gato mágico? – dijo intentando acariciarla, a lo que Blanc se alejó y ocultó detrás de Harry – es muy probable que no ya que son muy escasos.

-          No te preocupes solo es algo desconfiada – la puso sobre su regazo acariciándola – no dijeron nada en la tienda así que no se si tiene cualidades mágicas.

-          ¿Y en que casa te gustaría quedar? – pregunto con curiosidad Rose – todos en la familia fueron gryffindors así que supongo que tú también deseas estar ahí.

-          Solo no quiero terminar en slytherin.

-          Vamos Al no creo que te odien solo por pertenecer a una casa diferente, además el rencor entre las casas ya debería haber terminado.

Aun con el buen augurio de mi prima, yo seguía muy preocupado por la posibilidad de estar en la casa de las serpientes que era profundamente odiada por todos mis familiares, mi hermano James había estado toda la vacación atormentándome con ello, aunque yo sabía que el realmente solo bromeaba. Ambos se pusieron sus túnicas negras al llegar a la estación, al salir escucharon un una voz que gritaba.

-          Los de primer año, por aquí, los de primer año – a lo que muchos respondieron y siguieron, el hombre al que pertenecía aquella voz era enorme, con el cabello totalmente enmarañado, pero de alguna forma se veía amable. Hagrid nos saludó con gran afecto.

-          Albus, Rose, que bueno es tenerlos por aquí, espero que me visiten pronto, y también espero que no se metan en problemas desde el primer año como lo hicieron sus padres

-          Claro que si Hagrid

Subimos a los botes que nos llevaron hasta el castillo por el lago, todo era tan mágico que no podíamos evitar sentirnos maravillados y en casa, seria nuestra casa por los próximos 7 años. Luna Lovegood los recibió y condujo como profesora de Defensa contra las artes oscuras al comedor para la ceremonia de selección, estaba tan nervioso que no podía parar de temblar mientras Rose caminaba mi lado como si supiera exactamente a qué casa iba a pertenecer.

Toda mi familia está en gryffindor, ¿Qué posibilidades había de que el hijo del niño que vivió quedara en slytherin? Ninguna señores, ninguna – mi intento de auto consolación no sirvió de mucho, y menos que mi hermano James se riera de mis nervios al verme entrar en el comedor – solo tengo que pedirle al sombrero que me deje en gryffindor como lo hizo mi padre y todo estará bien. Todo estará bien.

Blanc iba detrás de mí y al igual que yo se maravillaba con todo lo que veía, vimos al andrajoso sombrero en la butaca al frente de todas las mesas, y comenzó la selección, las casas iban aplaudiendo a sus nuevos integrantes y yo cada vez me ponía más nervioso, llegó el turno de Rose se puso el sombrero y estuvo un rato así, hasta que este grito ravenclaw, ella se unió a su casa y mis esperanzas por la herencia familiar se hicieron pedazos, después de lo que parecieron segundos llego mi turno.

-          Interesante – murmuro el sombrero seleccionador en mi mente – muy interesante – por alguna razón desconocida algunas personas consideraban interesante a un pequeño niño que no tiene nada en especial, excepto el pequeño detalle de ser hijo de el salvador del mundo mágico, quizá solo sea por ese pequeño detalle.

-          Por favor, quiero estar en gryffindor – suplique, sin respuesta.

-          Mmmmmm, no –

Y desde ese momento mi mundo se cayó en pedacitos.

-          SLYTHERIN – grito el sombrero seleccionador al público entero.

Me levante y fui lentamente a mi nueva casa sin hacer mucho caso al silencio sepulcral que provoco mi selección, no quise ver la cara de mi hermano que sería peor a la de los fantasmas del castillo o la cara de aprobación de mi prima o la de asombro de todos los presentes, sólo me senté en la primera silla que vi, como un condenado a muerte va a la silla eléctrica. No preste ninguna atención al discurso de la directora Mcgonagall, ni al posterior banquete, aunque Blanc se veía muy feliz.

Seguí al prefecto de la casa de las serpientes - …….Mi casa…… - hasta lo que sería mi nueva habitación, era para dos personas, con una típica decoración verde y plata, había una gran ventana entre las dos camas, pero lo que más llamó mi atención era lo que hizo Blanc que estaba en el marco de la ventana con otro gato al principio pensé que era un espejo pero luego me di cuenta que era el otro gato, el de la tienda, verlos juntos me puso feliz por primera vez, se notaba que se habían extrañado mucho, y me convencí  de que el que hubiera comprado ese gato no podía ser tan malo como mis padres hubieran dicho de cualquier sly, o eso suponía hasta que vi una cabellera rubio platino asomarse por la puerta del baño, al darme cuenta de que se trataba del hijo del enemigo jurado de mis padres, me pregunte porque el destino estaba siendo tan cruel conmigo.


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