"Entregando Un Tesoro"
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Diez de octubre, mil años después: Era una mañana de lo más hermosa en Konoha; las aves cantaban, el sol brillaba como nunca, las pocas personas que había en la calle reían, todo era perfecto esa mañana. Excepto para cierto doncel rubio, que lo único que quería era seguir durmiendo, pero su amada madre entro a su habitación para levantarlo “amablemente”.
—Hijo ya es hora de levantarse —, dijo una hermosa mujer pelirroja de ojos azules a su pequeño hijo.
—No quiero, dame cinco minutos más —, pidió el doncel con intenciones de seguir durmiendo mientras se envolvía con la sabana.
—Llevas diciendo eso hace más de una hora, además ya es medio día —, la pelirroja comenzó a enojarse por el comportamiento de su hijo y comenzó a tratar de quitarle la sabana.
—Pero ni siquiera me das los cinco minutos que te pido y siempre vienes a despertarme y lo que yo quiero es seguir durmiendo-ttebayo —, se quejó el doncel mientras se envolvía a un más.
—Ya levántate —, ordenó la pelirroja en tono molesto.
—No quiero-ttebayo —, espetó el doncel aferrándose a la cama.
—La pelirroja ya estaba hasta el límite y su frente tenía una venita palpitándole —. ¡¡TE DIJE QUE TE LEVANTARAS YA NAMIKAZE NARUTO!! —, comenzó a gritarle al doncel en tono furioso.
—El doncel se levantó rápidamente cuando escucho el grito de su madre —. Ya me levante mamita —, comenzó a reír nerviosamente.
—Así me gusta —, comenzó a sonreír triunfante, por haber logrado levantar a su flojo hijo —. Ahora date un baño, arréglate bien.
—S… Sí —, contestó sumiso y comenzó a buscar ropa.
—No busques nada, hoy te pondrás esto —, le sonrió maternalmente, mientras le entregaba una caja.
— ¿Qué es esto mamá? —, preguntó el doncel mientras veía la caja con algo de intriga.
—Por este día, es tu primer regalo de cumpleaños, tu papá y yo lo compramos juntos para dártelo hijo —, respondió mientras le sonreía cariñosamente.
— ¿Puedo abrirlo? —, preguntó curioso y ansioso por saber que tenía la caja.
—Claro y póntelo, porque hoy tienes que lucir más hermoso de lo que ya eres —, le dijo la pelirroja a su hijo, mientras le sonreía cariñosamente —. Te estaremos esperando abajo hijo —, dijo esto y salió de la habitación.
—Sí —, contestó el doncel y luego comenzó a sonreír.
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Naruto se bañó y arreglo como su madre le dijo, luego abrió la caja y saco un hermoso kimono de color naranja con toques negros y bordados en forma de flores de color blancas inmediatamente se puso el kimono y bajo donde toda su familia lo estaba esperando.
El doncel estaba muy contento porque casi toda su familia estaba reunida, desde sus padres, Namikaze Minato y Uzumaki Kushina, hasta su hermano mayor, un varón de nombre Namikaze Kurama, sus abuelos Namikaze Jiraiya y Senju Tsunade, claro que su otro hermano, doncel como el, Namikaze Deidara no estaba, ni su tío, Uzumaki Nagato, pero sabía que sus regalos no faltarían.
—Mi bebé se ve muy hermoso —, dijo un varón de cabello rubio y ojos azules a su pequeño hijo y comenzó a abrazarlo melosamente.
—Papá no hagas eso —, reclamó el doncel muy apenado por el comportamiento de su padre.
—No puedo evitarlo, eres muy lindo mi niño —, contestó melosamente mientras lo abrazaba más fuerte.
—Ya hijo, deja que yo también abrace a mi lindo nietecito —, reclamó una rubia de ojos color miel y atributos muy exagerados a su hijo.
—Sí, sí —, soltó a su bebé para que su madre lo pudiera abrazar.
— ¿Cómo has estado Naru-chan? —, preguntó mientras comenzaba a abrazar al menor.
—Bien abuela, ¿y tú? —, respondió a la pregunta de su abuela y luego le pregunto, ya que quería saber sobre su querida abuela.
—Se podría decir que bien, con eso de que siempre hay gente muy herida en el hospital... y todo por culpa de ese maldito Orochimaru —, respondió con algo de molestia al recordar a Orochimaru.
—Querida sabes que no debes nombrar a ese hombre, es muy peligroso —, regaño a su esposa el varón peliblanco de ojos negros.
—Pero es la verdad —, se quejó la rubia por el regaño de su esposo.
—Bueno, será mejor que dejemos de hablar sobre eso y sigamos festejando al pequeño Naru-chan —, sugirió la pelirroja para evitar una pelea entre sus suegros mientras sonreía.
—Ya no soy un pequeño, ya cumplí los dieciocho —, se quejó el rubio doncel por el comentario de su madre, mientras hacía un puchero típico de él.
—Ja, pero para todos siempre serás la misma pulga chillona —, dijo con burla un varón pelirrojo mientras sonreía de lado.
—Kurama-nii eres muy malo —, comenzó a sollozar por el comentario de burla que hizo su hermano.
—N…No es cierto, era broma, por favor no llores —, trato de calmar a su hermanito y se arrepintió por haber hecho que se sienta mal.
—El doncel comenzó a reír mientras le sacaba la lengua a su hermano —Caíste hermano —, se burló por la reacción que tuvo su hermano.
Todos comenzaron a reírse porque sabían que Kurama podía ser uno de los varones más fríos y temibles, pero con sus hermanitos Deidara y Naruto era todo lo contrario, sobre todo con el más pequeño de los tres, Naruto.
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La fiesta continuo, pero cuando llego la noche todos se tensaron y el ambiente se hizo pesado ya que tenían algo que confesarle a Naruto.
—Naru-chan, creo que es tiempo —, dijo con preocupación.
— ¿Tiempo de qué? —, preguntó el doncel con curiosidad.
—De que te de esto —, dijo esto mientras sacaba un collar de plata con una gema en forma de gota de color rojo.
—Pero mamá, ese es el collar que te dio la abuela Mito —, dijo esto en tono preocupado mientras veía el collar.
—Sí, pero es lo que te convierte en un guardián —, respondió sonriendo, mientras le ponía el collar a Naru.
— ¿Guardián? —, inquirió dudoso, mientras veía a su madre.
Kushina le conto todo a Naruto....desde la creación de la gema hasta el sacrificio de Rikudo Sennin y del cómo se va pasando la gema del Kyuubi a cada generación y del porque él era el siguiente, luego lo abrazo fuertemente.
—Mi niño no quisiera que tú tuvieras esta carga, pero solo contigo brilla la gema —, le dijo con algo de tristeza mientras lo abrazaba.
—No te preocupes mamá —, dijo el doncel mientras le sonreía a su madre para tratar de calmarla.
—Bien, dejemos este tema para después y comamos pastel —, sugirió el varón rubio mientras sonreía para tratar de calmar la tensión del momento.
—SÍ —, contestó alegremente el doncel.
Toda la familia siguió festejando sin saber que toda su vida cambiaria.
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Sasuke llego a la época de Naruto y comenzó a caminar sin rumbo, lo único que tenía en mente era una sola cosa, detener de una vez por todas las ambiciones de Orochimaru y para eso, tenía que encontrar todas las gemas y restablecer el orden y la paz.
—Lo juro…Orochimaru, juro que te voy a detener —, susurró con decisión mientras seguía caminando.
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Afuera de la mansión Namikaze, unas sombras acechaba a la familia Namikaze con un solo objetivo, acabar con el guardián de la gema Kyuubi.
Continuará