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Notas del capitulo: Si las palabras están en:
-cursiva- es un pensamiento.
-normal- es dialogo.
*** es separación de escenas

 

Que el juego empiece

Se acomodó por octava vez la túnica, llevaba sentado en la biblioteca fingiendo que leía por casi cuatro horas. Por Merlín, era fin de semana ¿Qué diablos hacía tanto tiempo allí? No tenía la menor duda de que Lucius Malfoy era una persona muy extraña.

Tenía un bello rostro, un rostro afilado cabía decir, sus ojos grises como la plata, sus estilizadas cejas y sus largas pestañas rubias, un poco más oscuras que su cabello, su cabello largo y sedoso atado por una cinta negra, sus perfectos labios color rosa pálido, aunque no tan pálido como su piel. El brillo que se encendía en su mirada mientras deslizaba sus ojos por las gastadas páginas era tan atrayente, ¿Cómo no lo había notado antes?

Hasta cierto punto era casi morboso, sin duda se deleitaba leyendo, ¿Qué clase de broma le podría hacer con esa información?, nada o al menos nada ingenioso. Eso lo molestaba mucho, no iban hacer nada mediocre, tenía que ser algo brillante.

Pasaron un par de horas más, hasta que vio a Severus levantarse y casi llevarse arrastrado al rubio. Se levantó también y notó que sus piernas estaban dormidas, avanzó de prisa para no perderles de vista aunque con la distancia necesaria para que no lo notaran.

Contra todo lo que creyó, se dirigían al despacho de su jefe de casa, no se acordaba del castigo que se le había impuesto, y por lo visto fue la única razón para que Lucius saliera de su amada biblioteca.

Los vio entrar y se decidió por un descanso, miró al cielo y notó que la hora de la cena seguro ya habría acabado, camino en dirección al dormitorio de Gryffindor, en el camino se topó con varias serpientes que lo veían mal y su sonrisa se amplió con arrogancia.

Justo antes de entrar a su sala común una idea corrió por su mente y se ilumino. Entró a gran velocidad y sin mediar palabra tomo su capa de invisibilidad y retomó su paso en dirección a las mazmorras. Llegó a la entrada y espero a que algún estudiante dijera la contraseña.

Encontrar la habitación del rubio fue sencillo, simplemente busco la más grande y lujosa, se sorprendió muchísimo al descubrir que era compartida pues habían dos camas, se acerco a la cama más pequeña y descubrió un gran libro de pociones, sus ojos se pusieron en blanco. Era obvio a quien pertenecía ese espacio.

Miles de ideas pasaron por su cabeza al imaginar que podía hacer contra Severus, mas se abstuvo pensando en que la broma era para Lucius y no podía levantar sospechas. Su nariz captó un delicioso aroma y sin poder evitarlo se acostó en la cama más grande.

Abrazo la almohada y aspiro con fuerza, le encantaba el aroma, tan embriagador. Vio una de las corbatas con los colores de Slytherin y la sujetó, no se percató de que el tiempo se le iba de las manos, llevaba casi dos horas memorizando cada parte del exquisito aroma.

Reaccionó hasta que escucho los pasos acercarse, apenas le dio tiempo para agarrar su capa y cubrirse.

Vio una cabellera rubia entrar por el umbral, iba solo. Se deslizo sobre su cama como un gato, y James, que estaba a un lado de la cama, sintió unas enormes ganas de tocar el cuerpo que tenía enfrente. Las perfectas curvas sin dejar de ser masculinas del cuerpo del otro le atraían como un imán.

Lucius suspiro al estar en su cama, se sentía tan relajante. Severus se había quedado ayudando al profesor de pociones, sonrió para sus adentros, parecía ser que no tendría que cumplir con su castigo.

— Qué extraño — Murmuró al sentir un olor que no pertenecía a su gama de perfumes, y que no lo había sentido jamás en Severus. James contuvo el aliento alarmado.

Un paquete capto de inmediato la atención del rubio al levantarse, esa mañana le había sido entregado aunque se había decidido a no abrirlo en público. Lo destapó con lentitud y por curiosidad James se acercó, se sorprendió muchísimo al ver una caja de chocolates Teuscher.

Los grises ojos le brillaron y una sutil sonrisa ilumino su rostro. Con cierta impaciencia abrió la caja y saco un chocolate café oscuro, lo mordió con deleite. James tuvo que morderse el interior de su mejilla, pero no por el chocolate, sino por la expresión de profundo placer que el rostro del rubio mostró, sintió una gran necesidad de echarse sobre el otro y provocar una expresión similar, pero con besos.

El chocolate era su segunda gran obsesión, y aunque nunca lo admitiría, el chocolate muggle era su favorito. Se acomodó en su cama con la caja a su lado y degustó los chocolates, el paquete traía aproximadamente veinte diferentes chocolates, y fue cuestión de segundos para que quince desaparecieran.

Se sintió tentado a acabar con los últimos cinco, pero en serio quería dejarle unos a Severus, después de todo gracias a él no estaba cumpliendo su castigo.

Cerro con todo el dolor de su corazón el paquete y lo dejó sobre la cama de su amigo, caminó hacía su baúl y sacó una pijama de seda verde a la medida. Entró al baño donde se acicaló para dormir. Salió con una pequeña toalla en la cintura, y se vistió. Jamás en su vida había recibido una tortura tan grande, el pecho lampiño, la estrecha cintura, los rosados pezones, las piernas esbeltas y ese trasero, ¡Merlín!, ese trasero firme y duro que no pudo apreciar en su totalidad por la molesta toalla. Sintió su auto control desfallecer, y justo cuando se iba a lanzar como un lobo feroz, la puerta se abrió.

— ¡Lucius! — Gritó Severus — ¿En qué momento te fuiste del despacho?

— O vamos Sev — Murmuró mientras sonreía divertido — No te molestes, yo solo no quería estorbar en tu excelente desempeño como pocionista.

— Si claro, seguro que fue eso.

— Para compensarte te guarde algo — Sonrió señalando en dirección a la cama, donde reposaba el paquete.

— No me gusta el chocolate — Cortó en cuanto vio el contenido del paquete.

— ¡Bien! — Exclamó Lucius sintiéndose algo irritado por la actitud del moreno — ¡Pero tú te lo pierdes!

Estaba vestido de la cintura hacía abajo, él siempre había sido penoso al mostrar su cuerpo, odiaba hacerlo, no porque tuviera un mal cuerpo, de hecho se consideraba poseedor de un perfecto cuerpo. Aún así le incomodaba hacerlo, por eso odiaba aún más a los y las idiotas que se colaban en los vestidores para verlo desnudo.

Aunque siempre hay una excepción a la regla, y en este caso Severus lo era, Merlín sabía que éste ya lo había visto en todo su esplendor. A ninguno le incomodaba, ya que no se atraían en ese sentido, sin importar la situación, Severus siempre miraba a Lucius a los ojos, directamente, igual que Lucius hacía lo mismo con él.

James en cambio buscaba la manera de mantener sus manos quietas que sin importar qué, buscaban ir en dirección del perfecto trasero de Lucius. Sus ojos en cambio ya lo habían devorado por completo.

— Oh, por cierto Sev, ¿Compraste alguna loción nueva?

Severus arqueó una ceja — No, ¿Por qué?

— Desde que entre he sentido un aroma que no es de ninguno de los dos, como si alguien hubiera entrado en la habitación — James se tensó como una tabla.

No puede ser — Sus ojos se abrieron y decidió salir de allí.

Con mucho cuidado de no golpear nada y por ende hacer ruido, salió de las mazmorras.

Cuando por fin estuvo a salvo en la sala común de Gryffindor suspiro con desgano, aún llevaba puesta la capa de invisibilidad, sentía perfectamente bien la erección monumental que tenía en los pantalones — ¿Por qué?, nunca me había puesto así por nadie — Exhaló, en efecto, jamás nadie le había excitado de tal forma, nadie le había alborotado así las hormonas.

Puso el agua lo más fría que pudo, y se dio cuenta para su horror que la erección no había bajado ni un poquito. Se le tiñeron las mejillas de rojo al masturbarse pensando en cierto rubio de ojos grises, imaginó esa pálida piel serpenteando bajo él, esas firmes piernas enredadas en su cintura, lo imagino gimiendo de placer mientras lo hacía suyo, lo imagino una y otra vez, fantaseó con ese cuerpo pegado al suyo, y cuando finalmente llego al orgasmo, fueron un par de ojos grises llenos de placer los que completaron el panorama.

Había sido la paja más intensa que se había hecho en la vida, tuvo que meterse en la tina para relajarse un momento. Todo parecía tan irreal, tan ilógico, tan irracional e inverosímil, ¡Era ridículo! no supo cuánto tiempo estuvo allí, solo supo que algo intenso, y contra toda lógica, fantástico, había sucedido en ese baño.

Esa noche, luego de acomodarse en la cama, soñó de nuevo con esa piel, con ese cuerpo y con esos ojos. Al amanecer y notar lo húmedo de su pijama, con un pase de varita limpió las sábanas y corrió en dirección al baño, donde se encerró a arreglar su pequeño problema.

***

En las mazmorras de Slytherin, se encontraba ya arreglado y perfumado el causante de las hormonas de James, su túnica se encontraba perfectamente impecable, su cabello atado con un una sencilla cinta negra, sus zapatos bien lustrados, su corbata tenía un magnifico nudo y su bolsón reposaba en su hombro derecho.

Antes de salir acomodó la corbata de Severus y trató de ayudarle con su cabello, y como todas las mañanas sus manos fueron removidas con un manotazo.

— Deja de hacer eso, me molesta — Murmuró.

— Pesado — Lucius salió y avanzo al gran comedor, se sentó con elegancia y empezó a desayunar, Severus le siguió, una pequeña y muy sutil sonrisa se acomodo en su rostro, no sabía a dónde iba a parar toda la comida que su amigo ingería, comía en grandes proporciones pero no aumentaba ni un solo kilo.

Los Gryffindor bajaron inusualmente tarde y callados, las demás casas se lo contribuían al incidente bombarda como habían decidido ponerle, al ser el hechizo atacante y al haber sido la forma en que se expandió el suceso.

Lucius ni siquiera les dirigió una mirada, en cambio al terminar de comer, platicó muy a gusto con su amigo. No tenía idea alguna de la gran e hinchada vena que palpitaba en la frente de cierto azabache.

Apretó con fuerza los cubiertos — ¿Por qué le presta atención?, Quejicus no tiene absolutamente nada bueno, yo soy mil veces mejor. Debería estarme viendo a mí.

— James, ¿Estás bien? — Preguntó Sirius extrañado, la comida de su amigo estaba casi intacta. De hecho lo que le faltaba era porque él se lo había estado quitando — ¡James, responde! — Le gritó en tono bajo.

— ¿Qué? — Respondió saliendo de su trance, sus alarmas se encendieron al darse cuenta de lo que había estado pensando.

— ¿Sucedió algo?

— Por supuesto que no, es solo que...— James dirigió su vista a las serpientes, no iba a decirle a su amigo “He estado fantaseando con el cuerpo de Malfoy desde ayer. Ah, por cierto tuve la mejor paja de mi vida al imaginármelo teniendo sexo conmigo y ahora no puedo sacarlo de mi cabeza” — Estoy irritado porque no se me ocurre ninguna broma para el rubio estirado.

— ¿Nada de nada? — Murmuro sorprendido — Que extraño, parece ser que la tendremos difícil — Sonrió — Esto será muy divertido.

Lily se levantó y camino fuera del gran comedor, había dejado su comida a medias. Remus de nuevo salió en su búsqueda. Severus se levantó al verla salir, justo cuando estaba por ir tras ella, una mano lo detuvo y lo sentó de nuevo.

—Ya alguien se levantó para ir por ella — Murmuró Lucius entre dientes — No le des más atención de lo que merece. Con una persona basta.

— Pero...

— Pero nada, no has comido ni la mitad de tu plato.

— Pero...

— Si no veo ese plato limpió no te levantaras de esta mesa.

Enfurruñado siguió comiendo, de vez en cuando su mirada se posaba en la puerta, quería verla. La hora del desayuno acabó y en cuanto Lucius le dio el visto bueno a su plato, salieron en dirección a clases.

La clase de transformaciones entre Gryffindor y Slytherin paso sin inconvenientes, McGonagall les estaba enseñando algo sencillo que pudo hacer en cuestión de un intento, se encontró con una mirada avellanada observándolo con insistencia, arqueó una ceja en su dirección y recibió una mala mirada.

— No te metas en problemas Lucius — Regañó Severus, jaló a su amigo hasta la otra punta del salón.

James ardía en cólera, si las miradas matarán, Severus estaría irrefutablemente muerto, ni su alma quedaría de él.

De manera muy sutil se acercó a las dos serpientes cuando la clase estaba a punto de terminar, mientras su sonrisa se ensanchaba: — ¡Locomotor Mortis! — Gritó, y como resultado Severus se vio de nuevo con un amigo muy cercano suyo, el suelo.

— ¡Potter! — Bramaron McGonagall y Lucius al mismo tiempo, no lo había pensado con detenimiento, fue un impulso que siguió sin pensarlo, y ahora, sin creerlo ¿Cómo había podido ser tan estúpido? Justo enfrente de la profesora, observo a Sirius que lo miraba sorprendido por el garrafal error.

— A mi despacho, Sr. Potter — Murmuró con ojos asesinos — ¡Ahora!, y otros treinta y cinco puntos menos para Gryffindor — Sentenció.

Caminó fuera del salón con James tras de ella. Estaba muy cabreada. Se detuvo un instante y regreso un segundo al salón — Diríjanse a su siguiente clase, y cuidado de estar haciendo escándalo.

Lucius uso el contra hechizo y ayudo a su amigo a ponerse de pie, levantó la vista y un par de ojos verdes miraban con pena a su azabache amigo. Sus ojos crisparon de rabia y al chocarse gris contra verde el aire se denso por completo.

— ¿Estás bien? — Preguntó.

— Solo mi orgullo se dañó — Murmuró.

— Tu orgullo se daña porque así lo permites, yo ya te di una opción.

Se vieron un momento y salieron de clase, caminaron por los pasillos en silencio.

— Entonces... ¿Qué dices?

Severus suspiró y su ceño se frunció — Tienes toda la razón Lucius, esto se acabó. No dejaré que me pisoteen así.

— Guerra buscaron.

— Guerra obtendrán.

Lucius sonrió — Que el juego empiece — esto iba a ser muy, muy interesante

Ten cuidado si juegas con fuego, porque sin duda terminarás quemado

 

 

Notas finales: Aquí les traigo la continuación, mi plan es actualizar todos los sábado (Hoy me adelante, aunque creo solo en mi país). Voy a viajar por semana santa (dos semanas) y es posible que me retrase en la actualización de esas dos semanas, luego de ese percate subiré sin falta cada sábado.

Espero les guste el capítulo y que lo disfruten tanto como yo lo disfrute escribiéndolo.

¡Muchas gracias a mis dos hermosas betas, Ericka (Kiuk)y Melissa (zsadist shadows)!


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