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Regalo a la George Weasley por Lizie CoBlack

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Notas del fanfic:

Clasificación: G

Géneros: General, Romance.

Advertencias: Chan=Adulto/Menor, AU= Universo Alterno.

Escrito para el reto: Mi regalo para Harry. Lanzado por La Mazmorra del Snarry.

Un poco de OoC (creo) por parte de Severus. 

Notas del capitulo:

¡Hola!

Bueno verán ya paso esa fecha pero quisiera que lo leyeran, por esa razón está aquí espero les guste, además es como un aviso, en cuanto a mi otra fic, el de Mi Niñera. Notas finales *u*

Disclaimer: Estos personajes no son míos, si lo fueran Sev estaría por siempre feliz con Harry. El universo Harry Potter es de J.K. Rowling yo solo me divierto creando fics.

Recuerdos: “letra cursiva y comillas”

Presente: letra normal.

Regalo a la George Weasley

*

Hoy era el día, George lo sabía, hoy era el día en que se enteraría por fin de quien era la persona que gobernaba el corazón de Harry. Removió un poco más el caldero en que preparaba la fórmula, un ingrediente más le agregó y esperó, minutos después, la poción estaba lista. Tomó varios de los chocolates y caramelos que tenía en un recipiente, con el encantamiento justo les adhirió la pócima. Sonrió travieso, aun sin Fred con él, seguía siendo un gemelo Weasley. Listos los dulces los colocó en una bolsa, y se dirigió a la sala de gryffindor.

Cuando llegó lo encontró en uno de los sillones más apartados de la sala, como siempre, en estas últimas semanas, rumiando en su compasión. A veces, se preguntaba cómo alguien tan valiente para enfrentar a Voldemort, era tan… ¿cobarde? No. Ésa no era la palabra, solo falta de valor para enfrentarse a la persona que amaba. Pero bien para él, tenía suerte al tener a un amigo como él, porque George Weasley le ayudaría a obtenerlo como regalo de cumpleaños. Acercándose silencioso se sentó a su lado.

— ¡Hola Harry! —No pudiendo evitar reír al ver a su amigo saltar en el asiento.

—Hola George, tenías que asustarme de esa forma —por respuesta solo le sonrió —, claro que tenías —continúo divertido. —Qué te trae por aquí, pensé que estarías trabajando con Snape.

— ¿Quieres un dulce, Harry? —Le extendió la bolsa, viendo con deleite como tomaba un dulce y se lo llevaba a la boca. —Snape ha salido y, teniendo algo de tiempo, he venido a platicar un rato. ¿Hermione y Ron? —Le señaló al lado contrario de la sala, donde se hallaban los dos tortolitos retozando. —Ya me lo suponía. Oye Harry, te puedo hacer una pregunta, aquí entre amigos —. Harry asintió esperando la pregunta, más fácil no podía ponérsela. —Quién es el que te trae así, llorando por los rincones, siendo más claro, ¿de quién estás enamorado?

—De Severus Snape—. Harry abrió los ojos, alarmado, tapándose la boca por inercia, no sabía qué lo había obligado a confesar, jamás lo haría por voluntad propia, algo debieron darle, fue entonces que reaccionó; los dulces de George. Volteó a verlo, estaba estupefacto, tenía la boca ligeramente abierta, si no hubiese sido en esa situación probablemente le hubiese causado risa.

—Creo que la fórmula aún no está lista, o ¿sí? Harry me podrías volver a repetir de quién estás enamorado.

—De Severus —. Se quedaron en silencio por un momento. — ¿George, qué me has dado?

Claramente Harry se había dado cuenta ya de las cosas, eso quería decir que la fórmula si estaba lista y en forma, pero aun así se le hacía un poco ¿raro? El comprobar efectivamente que amaba a Snape, no que le tuviera algo en contra, por lo menos ya no, después de todo le estaba ayudando con su creación, a la modificación de la poción multijugos.

—Es una variación al suero de la verdad, ésta provoca que el que la ingiera le diga toda la verdad a la persona que le pregunta, sin ninguna capacidad de mentir, sin antídoto hasta la fecha y en pruebas para saber si puede engañar a un oclumante, hace decir la verdad absoluta de la pregunta, sin ser alterada por las creencias o la perspectiva del individuo, y la he anexado al dulce que te comiste —miró divertido a Harry cuando éste escupió el dulce sobrante. —Eso no sirvió de nada, tiene la misma capacidad que el suero de la verdad normal, lo cual quiere decir que me responderás todo lo que deseé sin oponer alguna clase de resistencia, pero no te preocupes —agregó al ver lo asombrado y asustado de su amigo —, este veritaserum solo entra en función con la persona a la cual ha preguntado desde un inicio, es por eso que se utiliza un hechizo, lanzado a la persona que lo consumió. Descuida tu secreto estará muy bien guardado conmigo —concluyó bromista.

— ¿Por qué lo hiciste?

—Tenía curiosidad, además pienso ayudarte a tenerlo como regalo de cumpleaños, no te preocupes. Siempre he sido muy efectivo. Nos vemos Harry, tengo muchas cosas que hacer, ya falta poco para tu cumpleaños.

Harry lo vio salir sin más, ¡por Merlín! Qué es lo que había dicho, debía reconocer que era muy ingeniosa la nueva fórmula, mucho más con sus resultados. Gimió asustado, solamente esperaba que George no lo echara a perder más. Recordó con un poco de melancolía el cumpleaños pasado, bueno no exactamente el festejo sino un regalo muy especial.

“Se encontraba un poco apartado de todos, junto al lago, la mayoría estaba en su celebración, un  poco celebrando su cumpleaños, otro poco por la guerra terminada y otro tanto más por la terminación de la reconstrucción del castillo. Estaba meditando un poco sobre sus nuevos sentimientos hacia Severus Snape, cuando sintió la presencia de alguien sentarse a su lado, al voltear se llevó una grata sorpresa, a su lado se encontraba la razón de sus pensamientos. Se le quedó viendo directamente a los ojos, esas profundas ónix que te podían decir todo y nada, y hoy le hablaban con cariño, eso le sorprendió pero no por eso le dejo de gustar.

—Señor Potter, si intenta violar mis pensamientos, quiero decirle que no lo está logrando —habló en son de broma, algo a lo que Harry ya se había acostumbrado, la guerra cambia y, en ella, se había dado cuenta de la buena persona que era Severus, ahora podía apreciar la confianza y cariño que le tenía el director.

—Créame, señor, nunca he sido bueno en legeremancia, así que descuide, no presento un peligro para usted —le sonrió y a cambio recibo la oscura risa de su profesor de pociones.

—Sepa, Potter, que jamás lo ha presentado para mí. Pero he venido a darle esto —le tendió un frasco con una poción dorada, al instante la reconoció como Felix Felicis, le miró sorprendido. —Cierre la boca, puede entrar algo que no sea agradable.

—Pero, por qué lo hace, no tenía que hacerlo…—trató Harry de explicar, siendo interrumpido por el hombre.

—Es tu cumpleaños, y no es como si la hubiese preparado especialmente para ti, tenía un poco y he querido regalártela. Acepta el regalo de una vez y no discutas.

Harry no perdió el detalle, lo había tuteado después de estos meses que llevaban tratándose mejor. Sonrió agradecido al hombre, e inconscientemente, abrazó el frasco a su pecho. En un acto muy gryffindor, tomó un pequeño sorbo de la poción, ante un intrigado y expectante Snape, en un acceso de valor y esperando que la poción funcionara, se acercó a Severus plantándole un beso, fue solo un roce, pero en él pusó todas sus esperanzas, sus sentimientos, pensó en alejarse, cuando los labios ajenos le respondieron acariciándole dulce y con cariño, una vez terminado el beso, suspiró enamorado. Esperaba Felix le siguiera ayudando, porque de verdad la necesitaba.

—Quiero que sepa que estoy enamorado de usted profesor, que este tiempo en el que le conocí de verdad me permitió darme cuenta de la bella persona que habita en usted. Le quiero.

Habló con toda sinceridad, Severus lo sabía. Cuando estaba a punto de contestar algo, la señorita Granger los interrumpió.

—Vamos, Harry, es hora de partir el pastel —volteó a ver a Mione, unos metros adelante, regresó a ver a Severus, pero éste ya se había levantado, ayudándole a hacer lo mismo, sintió un beso delicado en su frente.

—Ve Harry —él solamente asintió, aunque dudoso, caminó hacia Hermione.”

Sonrió con nostalgia, ése fue su único acercamiento, después de ello, Severus siempre le rehuyó.

**

Mañana sería el cumpleaños de Harry y aún no sabía los sentimientos de Snape hacia él. Era la hora de la prueba de hierro para su fórmula. Con disimulo vacío dos gotas en el café de Snape, estaban tomando un descanso en la investigación, aprovechando que le tocaban a él las bebidas, sabría la verdad.

—Toma Snape, espero que hoy sí este bien—. Olfateó la taza, si era perspicaz pero no para su nueva fórmula, ésta era indolora e incolora, aun para los sentidos expertos de Snape, sonrió divertido cuando le vio tomar el primer trago. Antes de que pudiera hacer algo le lanzó el hechizo que faltaba.

Severus sintió el débil impacto del hechizo, poniéndose en guardia, miró desconfiado al gemelo Weasley, éste en cambio solo le mostraba una sonrisa muy grande, una que envidiaría el gato de Chesire. Antes de lanzarle cualquier hechizo, el menor habló.

—Lo siento Snape, pero era necesario, necesitó ayuda para el regalo de Harry.

—A mí eso qué me puede importar, y qué tengo que ver yo en todo esto —le respondió desinteresado y un tanto cabreado.

—Lo tienes que ver todo, tú eres el regalo de Harry, pero antes necesitó saber algunas cosas. ¿Cuáles son tus sentimientos hacia Harry? No te resistas, no lo podrás evitar.

Alzó una ceja elocuente, si creía que con simple veritaserum hablaría, lo creería más iluso de lo que pensaba. Se llevó una sorpresa al responder.

—Estoy seguro que lo amo —se escuchó decir al mismo tiempo de la risa estruendosa de ese maldito Weasley, cómo había sido capaz de hacerlo hablar.

—Soy un genio, un maldito genio —celebró. —Es una renovación a la fórmula del veritaserum común y ésta hace que sea incapaz de engañar a la persona que cuestiona, todo lo que digas Snape, será irrevocable.

Severus siempre pensó que los gemelos Weasley eran muy buenos y desperdiciaban su talento, ahora solo lo acaba de reafirmar. Sonrió, aun en su situación, había caído, debía reconocerlo.

—Cuando todo el interrogatorio pase, le comentaré de mi innovación, únicamente como garantía de ninguna posible represalia —vio asentir al maestro en pociones. —Bueno continuemos, ¿por qué es, si lo ama, que no le responde a sus sentimientos? No me puede negar que ya se dio cuenta de éstos.

—Porque reconocer lo que sentía me llevó un tiempo, porque sé que Harry merece mucho más de lo que le puedo dar, porque no soy tan egoísta para negárselo —. Habló fríamente, por más que estuviera bajo el suero de la verdad, no quería hablar de ello, y éste tendría que saberlo.

—Déjeme decirle que es un idiota, si cree que eso es lo mejor para ambos, no se ha dado cuenta de lo infeliz que lo hace su rechazo. Tales son sus sentimientos que ha decidido quedarse en Hogwarts estas vacaciones, solo para verle un poco más antes de irse para siempre del colegio. ¿Qué acaso no le duele hacerlo sufrir?

—Claro que me duele, pero es mejor que me olvide.

—Eso no funciona así y lo sabe. Dese y dele la oportunidad, inténtelo, puede hacerlo muy feliz —dijo George completamente serio.

Después de ese comentario, se quedaron en silencio.

***

Harry estaba en su fiesta de cumpleaños, celebrada en la sala de maestros. La puerta se abrió y con esperanza vio entrar a George. Éste se acercó dándole un fuerte abrazo para después susurrarle quedo al oído: —Si quieres tu regalo, se encuentra en las mazmorras, ve a buscarlo.

— ¡Feliz cumpleaños Harry! —le giñó el ojo y asintió a su muda pregunta, para después mirarle y sonreírle.

— ¡Gracias George! —gritó Harry al salir corriendo hacia las mazmorras.

Sentía su corazón martillar muy fuerte, no solo por la carrera, se detuvo junto al despacho de Snape, se tomó de las rodillas tratando de calmarse. Respiró hondo y tocó. Un “pase” de la voz amada se escuchó. Abrió la puerta, entró casi temblando. Y ahí estaba, Severus Snape, la persona amada, parado en medio de la oficina, esperándole con los brazos abiertos, una hermosa sonrisa que le iluminaba el rostro y una mirada llena de amor. No pudo ni quiso evitarlo, demostrándole su amor en sus facciones, corrió a abrazarlo.

— ¡Feliz cumpleaños, amor! —le susurró la cálida voz de Severus, e instintivamente le besó. Con todo ese amor que le tenía y que tuvo que guardar por todos estos meses de indiferencia, se vio correspondido. Una cálida lágrima de felicidad brotó, lágrima que fue recogida con amor, en una suave caricia al separarse.

—Te amo, Severus, nunca más me vuelvas a alejar de ti, me oíste —demandó.

—También te amo, Harry, y mientras tenga vida ya no podrás librarte de mí.

Con otro beso sellaron esa promesa.

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de que estuvo mal o que necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

Lo escribe en celebración de Harry, el año pasado, para la mazmorra del snarry, y aunque ya lo he publicado, espero lo disfrutaran. También sirve para decirles que el cap de Mi niñera ya está empezado y si me va bien lo podré publicar a más tardar el viernes.

Saludos :D

Nos vemos.

Lizie. 


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