Capítulo 1
‘‘Fotografías y café ’’
Estaba cruzando la calle, sin siquiera mirar. Ignorando por completo los bocinazos y quejas de los conductores que transitaban, enfurecidos por el atrevimiento del rubio, quien caminaba perdido y ¿desanimado? Su aspecto facial daba mucho que desear. No solo por la cara larga, sino que también era poseedor de unas terribles ojeras. — No sé qué más hacer…—Decía el joven hombre, acomodándose el bolso de su hombro. — Si no consigo una buena foto ¡de lo que sea! El jefe me va a patear… ‘’Literalmente’’ — Aparentemente eso se debía al trabajo. — Thor ¿Qué te propusiste cuando elegiste este trabajo? ¿Por qué no lo estás haciendo bien? ¡¿Por qué tiene que ser tan difícil?! — Se quejaba una y otra vez Thor. — Ah…— Suspiró resignado el joven. — Nunca creí que ser fotógrafo sería un delirio. — Dijo, entonces levantó su cabeza y miró al resplandeciente cielo de verano. Aún era temprano, para ser exactos las nueve de la mañana.
Vio a lo lejos un café bar e inmediatamente su estómago rujió exigiendo ser llenado, ahora que lo recordaba no había comido nada desde que se levantó. Así que cruzó la calle y entró al café observando el pintoresco lugar, vio una mesa libre al fondo junto a la ventana, así que se sentó allí. Aquella mesa le daba una gran vista del lugar, desde allí podía ver casi todo, quien entraba y quien salía. Cómodo con el lugar, dejó su bolso a un lado y sacó su cuadernillo. — No entiendo porque el jefe rechazó todas mis fotos, eran buenas para el evento…— Se decía para sí mismo — Cultura y sociedad, cultura y sociedad, cultu…— Repetía, pero no pudo seguir ya que fue interrumpido por la mesera.
— Señor ¿Ordenará algo? — Preguntó la muchacha, con libreta en mano. A lo que Thor inmediatamente reaccionó, cierto, su estómago…
— Mmm, Café y torta de vainilla, si es tan amable. — Pidió Thor.
— También tenemos, marmoladas y rellenas. — Comentó la mesera.
— Entonces tráigame una de vainilla y otra marmolada. — La chica terminó de anotar en su libreta y se fue, dejando a Thor solo de nuevo.
El trabajo de Thor consistía en fotografiar distintos tipos de eventos, dependiendo de la editorial. En ese momento se encontraba en un dilema, ya que la revista para la cual estaba trabajando actualmente había rechazado sus fotos, las cuales había tomado en una plaza, con niños y esculturas. Su jefe no había estado conforme con las fotos por más espectacular que las haya sacado, tachándolas de aburridas y repetitivas y el, pues bueno, no tenía idea de lo que su jefe quería exactamente.
— Aquí tiene señor. — Dijo la mesera que momentos antes había tomado su orden, la chica depositó enfrente de Thor la taza de café y un plato con las tortas encargadas. — Que lo disfrute.
— Gracias. — Dijo Thor con una sonrisa, seguido de eso la chica se fue. Devoró su desayuno, ya que tenía hambre. Y volvió a centrarse en su cuadernillo, donde tenía anotada varias ideas. Tachó por completo cultura, y redondeó sociedad. Sociedad… ¿Qué podía ser sociedad? No estaba muy seguro. — ¿Gente? Si Thor, pero que clase de gente… — Entonces el rubio levantó su cabeza y observó el bar, estaba bastante lleno de personas y como la vista desde su mesa era genial tuvo una buena idea, sacó su cámara y enfocó el lente de una forma que la foto quede bien. Click, tomó unas cuantas fotografías, de los distintos ángulos del café y para ser honestos, eran bastante convencionales.
Oyó el sonido tan instintivo de la campana de la puerta, esa que delata que alguien había entrado, y se fijó en la persona que había entrado, quedando totalmente embobado y ¿por qué no? Babeando, si es que era la palabra correcta. Era un hombre, sí, pero un hermoso hombre de pelo negro y ojos verdes, que vestía un pantalón negro y una camisa blanca. La vestimenta era muy parecida a la de los empleados de aquel lugar, así que supuso que él también trabajaba allí.
— Valla, acaso ¿Te caíste de la cama? — Se burló una de las meseras, el pelinegro sonrió.
— Tal vez. — Respondió el chico, entrando a la barra. Thor vio todos sus movimientos, desde que entró, hasta que se puso su delantal negro. Aquel chico le había atraído de alguna manera, aquel chico le había sacado su lago GAY, pero no importaba porque tenía novia, aunque en esos momentos no sabía si llamar aquello como una ‘’relación’’ eran bastante inestable a decir verdad, pero él iba a hacer todo lo posible para que sea lo contrario.
Descubrió que el chico de lindos ojos se llamaba Loki, o así lo había llamado una de las meseras. Había algo que a Thor le llamaba la atención, no sabía qué. Pero la forma con la que el pelinegro se desplazaba por el bar o como le hablaba a los clientes, era… No, no tenía palabra para lo que sus ojos veían. Tomó su cámara y enfocó el lente al pelinegro, tomó dos fotos. La primera era cuando el pelinegro entregaba una orden, con bandeja en mano y otra, cuando estaba de espaldas y le tomaba una orden a uno de los clientes. Quedó maravillado con aquellas fotos, seguramente a su jefe le parecerán perfectas, porque para él, eran una maravilla.
Pidió su cuenta, pagó y se fue a su casa, donde reveló las fotos que había sacado en el bar. ¡Eran perfectas! En ese momento se encontraba en un sillón repasando una y otra vez las fotos, admirándolas, agarró con delicadeza la foto del mesero y la admiró por un largo tiempo. Por un momento en su mente pasaron imágenes, recopilando muchas escenas del bar, cuando el pelinegro sonrió, cuando se enfadó con una de sus compañeras, cuando limpió una de las mesas y muchas más donde solo se veía a Loki haciendo algo. Con eso se quedó dormido, y no pudo evitar soñar con el mesero.
A la mañana siguiente se levantó muy apurado, pues se quedó dormido y él había programado despertarse temprano, pero el maldito despertador hizo lo que quiso y sonó más tarde de lo que esperaba.
— ¡¡¡Mi jefe me va a patear!!! — Decía mientras corría hasta su auto y lo ponía en marcha, a toda velocidad o llegaría tarde. Al final su jefe no lo reprendió, solo lo miró con cara de advertencia que decía claramente que a la próxima, lo iba a patear bien lejos.
— ¿Qué me traes hoy, Odinson? — Le preguntó su jefe con desinterés y cara de aburrimiento.
— Bueno, ayer fui a un café bar y saqué algunas fotos…— Contestó Thor, extendiéndole un sobre marrón.
— Oh, valla, que interesante… — Dijo sarcástico el hombre, comenzando a sacar las fotografías. El hombre cambió su expresión a una más de sorpresa, pues, las fotos eran más buenas de lo que él se había planteado en su mente. — Oh… ¿Cambiando a nuevos aires, Odinson? — Preguntó el hombre.
— Solo pasaba por allí y me pareció una buena idea para el área de Sociedad. — Respondió Thor.
— Están bien, puedes dejarlas. — Dijo tomando una de las fotos y seguir observándolas. — Me gusta la del mesero de espaldas ¿No tienes otra de él? Se ve atractivo. — Comentó el hombre, tomándola foto entre sus dedos. Thor le hubiera dicho que sí, la foto en la que Loki se veía de enfrente, pero no lo hizo. No es que no quisiera mostrársela... ¿A quién engañaba? No, no quería mostrársela ni por nada en la vida, no sabía muy bien a qué se debía ese sentimiento de querer adueñarse del pelinegro. Para ser más precisos, le daba celos de que alguien más viera al mesero. ¿Y si le preguntaba quién era y lo iba a buscar? No, de ninguna manera.
— No… No tengo otra foto… — Mintió Thor.
— Waaa ¡Que lastima!
Thor le dio las gracias a su jefe y se fue a su cubículo en la editorial, y sin que su jefe lo viera sacó la foto de Loki de frente con la bandeja, sonrió tontamente a la foto y luego la volvió a guardar. Oh si, esa foto no iba a salir a ningún lado, de eso estaba seguro.
Loki se había convertido en su pequeño secreto.
Y no lo iba a compartir con nadie.