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Click, Flash y Café por Vegeta II

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Capítulo 3

 Casualidades

 

 

Noches en vela, peleas constantes y su jefe que no paraba de exigirle demás. A todo esto, Thor comenzaba a fastidiarle, y a cansarle en ese aspecto. Estaba cansado de no poder dormir, de pelear con Jane.— De la que por cierto, se dio cuenta de que la relación no iba más— y de su fastidioso jefe, que creía que él tenía las respuestas y soluciones del mundo ¡Era fotógrafo! No un periodista o reportero. Ahora resulta que tenía que hacer ‘’notas’’ para las fotos y revistas de no sabía dónde.

Cayó exhausto al sillón, que se encontraba en la sala. Quedando  totalmente despatarrado y estirado gracias al cansancio que tenía en esos momentos, solo hacía unos segundos que había terminado esa nota para la revista y se sentía como; cuando estaba en la escuela y terminaba un examen. No, sin duda, eso no era para él. Pero de nuevo, todo gracias a su asqueroso jefe.

Sacó su celular, quien desde hace un buen rato no dejaba de sonar y como quería terminar su trabajo, no lo atendió. Miró el número que lo había llamado más de veinte veces ese día y se trataba, sin duda, de su madre. Así que marcó el número y la llamó él.

—Hola, Ma’— Saludó Thor, cuando la mujer atendió.

Hijo, estaba muy preocupada ¿Por qué no atendías? — Preguntó la mujer, se podía percibir su preocupación y angustia. — Tu padre estuvo a punto de llamar a la policía…

—No exageren, estaba terminando un trabajo. — Contestó el rubio, rodando los ojos ante la exageración de su querida madre.

Hijo… ¿Pasa algo? — Preguntó finalmente la mujer.

— ¿Por qué lo preguntas? — Él ya sabía a qué se refería, pero prefería esperar a que su madre terminase de hablar.

Jane, me habló el otro día y me dijo que estabas raro, y hace poco vino llorando a mi casa a hablarme de ti. — Dijo la mujer, — así que dime Thor ¿Qué pasa con Jane?

—Ahg… No lo sé Ma’… Creo que no quiero estar más con ella. — Confesó Thor con toda su sinceridad, pues, su madre le había enseñado a siempre decir la verdad o al menos; delante de ella. — Quiero terminar. — Finalizó el rubio. Él sabía que Frigga esperaba que él se casara con la mujer, pero ya tenía en claro que ese deseo no se iba a cumplir.

Yo creo que debes pensar mejor lo que harás, sabes que hagas lo que hagas es tu decisión y yo no intervendré. — Su madre, siempre apoyaba las decisiones de su hijo, siempre. Aunque tal vez sean las menos indicadas, ella sabía que Thor era capaz de manejar su vida por un buen camino.

—Gracias mamá. —Agradeció Thor, con una cálida sonrisa. Estuvieron charlando por un tiempo más, hasta que por fin la mujer decidió cortar. Aún era temprano, apenas eran las nueve de la noche. Por lo tanto el rubio decidió dar una vuelta con su coche antes de irse a descansar, necesitaba refrescar su mente.

Thor silbaba una pegajosa canción que pasaban por la radio, mientras doblaba en la siguiente avenida. Todo estaba normal, hasta que vio como alguien se le cruzaba delante. Pero fue tarde cuando quiso frenar, ya lo había atropellado. Rápidamente salió del automóvil y corrió al cuerpo tendido en el asfalto.

Miró para todos sus alrededores en busca de ayuda, pero las calles estaban desiertas ¡¿Nadie salía los domingos?! Eso parece. Se acercó al cuerpo que estaba recostado de lado, su cabello negro y sedoso le cubría la cara y por ende no pudo reconocerlo. En cuanto apartó los mechones del rostro e inmediatamente lo reconoció ¡Era Loki! ¡Atropelló a Loki!

— ¡Oh, por Dios! — Exclamó Thor con preocupación, no sabía qué hacer. Entonces sacó su celular, pero cuando iba a marcar a emergencia lo pensó mejor. Si llamaba, seguro lo arrestaban por haberlo atropellado y él, —obviamente — no quería eso.  Así que cargó el cuerpo inconsciente y lo metió en su auto, en la parte del pasajero. Pudo notar que tenía algunos moretones a causa del golpe.

Thor se sentía muy nervioso y preocupado, apenas podía digerir lo que había pasado y lo que estaba pasando. Trataba de reconstruir el momento en que atropelló al pelinegro ¿Cómo no pudo verlo antes? Es decir, aquel chico salió de la nada y al parecer muy apurado, como para que cruzara la calle de esa manera tan bruta, pero quien sabe.

Condujo de vuelta hasta su casa, cargó nuevamente a Loki y lo recostó en el sillón, miró las pequeñas, pero notables heridas y pensó que lo mejor sería curarla. Aunque… Lo primero sería que lo limpiara un poco.

 

 

Poco a poco el pelinegro comenzaba a despertar, se estiró sobre la cálida cama que lo reconfortaba. Sintió un pequeño tirón de ardor en la parte de sus costillas, he hizo un pequeño gesto de dolor. Cuando aquella punzada se fue por unos momentos prosiguió a seguir durmiendo en la cómoda cama. Que por cierto, olía muy diferente. Aspiró con fuerza y percibió un toque de vainilla, pero sobre todo; la masculinidad de aquellas sábanas. Esto le pareció muy raro, ya que él no recordaba que sus sábanas olieran de tal manera.

Abrió sus ojos lentamente, y con atención observó el lugar. Ese no era su cuarto, tampoco era la casa de su pareja o mejor dicho; ex pareja ¿Dónde rayos estaba? No podía reconocer para nada aquel lugar. Inmediatamente sus sentidos se pusieron alertas e intentó incorporarse, pero el dolor en sus costillas volvió aún más punzante.

—Conque ya despertaste... — Dijo una voz que entraba de la puerta, era un hombre —bastante fornido, — de cabellera rubia, muy rubia.

— ¿Quién eres tú? — Preguntó Loki tajante y cubriéndose con las sábanas.

—Oh, no te haré nada, te traje el desayuno… — Le dijo el rubio, dejando la bandeja en la mesita de luz que estaba al costado de la cama. — Y mi nombre es, Thor Odinson, pero puedes decirme Thor. — Dijo el rubio con una alegre sonrisa, pero aun así al pelinegro se le hacía muy sospechoso.

— ¿Por qué estoy aquí? Thor… — Preguntó, pronunciando las palabras con cierto recelo.

—Bueno, anoche sin querer te atropellé con mi auto y como estabas herido te traje aquí, te limpié y te curé. — Contestó Thor con toda la sinceridad, a lo que Loki lo miró muy sorprendido y confundido a la vez.

— ¿Cómo pasó todo? — Preguntó el pelinegro, mientras presionaba el puente de su nariz con los dedos, tratando de recordar algo de la noche anterior.

—Te cruzaste delante y no me diste tiempo de frenar… Para que veas que yo, no tengo la culpa. — Dijo Thor. Entonces Loki recordó:

Estaba corriendo lo más rápido que sus piernas podían llegar, después de lo que había visto en aquel apartamento. No quería voltear a ver, no quería regresar a aquel lugar jamás y correr era lo único que estaba haciendo. Hasta que cruzó la avenida, sin siquiera mirar. Luego, todo fue oscuro y penumbras.

—Oh… — Dijo Loki, de un momento a otro el pelinegro se destapó y miró su vestimenta. Era un pijama azul, el cual le quedaba muy grande y recordó. — Dijiste… ¿Qué me limpiaste y curaste? — Preguntó el pelinegro, con su cara oculta por sus pelos.

—Claro, estabas todo herido y sudado, no te iba a dejar así... — Pero antes de poder decir una palabra más, una almohada le fue aventada fuertemente. 

—E-eres un ¡Pervertido! — Le gritó Loki, totalmente roja de la vergüenza y sujetándose a sí mismo con fuerza, tratando de ‘’cubrir’’ su cuerpo. Entonces miró por entre sus pantalones y ¡Su ropa interior no estaba! Eso aumento más su vergüenza. — ¡Pervertido! ¡Violador! ¡Secuestrador! — Gritaba, Thor tuvo que taparse los oídos ya que sus gritos era muy, pero muy fuertes. Ahora el rubio se cuestionaba si era el mismo mesero que había conocido antes, con aquella voz suave y seductora, que tanto le… ¡No era momentos!

— ¡No, yo no soy eso! Yo jamás te haría nada, te lo aseguro. — Intentó convencer Thor, con la mano en el corazón, en señal de que decía toda la verdad. Loki alzó su brazo para tirarle —esta vez una lámpara, — pero otro fuerte dolor en sus costillas lo detuvo, e instintivamente se agarró en la parte herida. — No deberías de esforzarte mucho…— Le sugirió Thor, entonces Loki se calmó.

Un fuerte suspiro salió de la boca de Loki, mientras tenía la mirada perdida en un punto inexistente en especial de aquella habitación.  Se sentía estresado mentalmente y lo único que quería hacer era descansar.  Cerró sus ojos nuevamente, y en cuestión de segundos volvió a quedarse dormido, bajo la atenta mirada de Thor. Quien, no se había perdido ni un segundo.

Thor miró la hora y se sorprendió. — ¡Tengo que ir al trabajo! — Exclamó mientras salía corriendo de la habitación,  pero antes de que pusiera llegar a ni una parte se paró en seco recordando algo muy importante. Iba a dejar a Loki solo…

Hizo una nota y la dejó en la mesa de luz, seguramente se despertaría y el no estaría. Este se asustaría y él no quería eso.  Por eso le dejó una corta nota. Cuando creyó no olvidarse nada, salió de su casa rumbo a su trabajo.  Al llegar, tuvo que afrontar la acusadora mirada de su jefe que le exigía saber, el porqué de su retraso.

La tarde en la oficina no fue para nada divertida, yendo de aquí allá. Haciendo estúpidas notas para las fotos de otros fotógrafos. Escuchando las ridiculeces de su jefe y sobre todo, aguantar las llamadas de su novia, o tal vez debería decir de su ex novia, Jane. Le hubiera gustado recibir una llamada de Loki, ya que le había dejado su número por si le pasaba algo. Pero no, no había llamado ni por curiosidad.

 

 

Mientras tanto, Loki comenzaba a despertar de su largo sueño. Se sentía mucho mejor que antes, y su cuerpo ya no dolía tanto. Se hizo un bollo en la cama, no tenía ánimos de salir de las cálidas sábanas. Aspiró hondo el aroma y despertó, levantándose de forma abrupta de la cama.

—No fue un sueño… — Dijo Loki, con los ojos bien abiertos. Los cuales luego, se llenaron de lágrimas de tristeza. — Es cierto… Fui engañado… — Pronunció por último, antes de salirse por completo de la cama. A un costado de esta había unas pantuflas, grande, pero que eran útiles ya que el suelo estaba muy frío.

Miró hacia la mesita que estaba a un lado de la cama y vio la nota, la leyó:

 

‘’Tengo que irme a trabajar,

Si necesitas algo, puedes usar lo que quieras en mi casa,

Siéntete cómodo.

Dejé mi número en la puerta del refrigerador,

Llama si pasa algo.

Thor. ‘’

 

Dejó la nota en su lugar, y notó con la bandeja de desayuno seguía allí y sin tocar. El té estaba frío ya, al igual que las tostadas. Tomó la bandeja y caminó a lo que él creía era la cocina. La casa no era tan grande, así que no era difícil de buscar las distintas habitaciones.

Dejó la bandeja en la mesa y se dispuso a inspeccionar el reducido lugar en el que estaba en esos momentos, una ventana no tan grande, la típica mesa redonda y la heladera. Se acercó a esta y ahí, se encontraba el número de teléfono del rubio. Pensó en llamarlo y pedirle gracias por su hospitalidad, e irse de ahí. Pero recordó que no tenía ropa y no sabía dónde, aquel hombre, la había dejado.

Su estómago rugió y recordó que no había comido nada, suspiró, no quería ser maleducado y tomar las cosas de una propiedad que ni siquiera conocía bien. Pero aquel rubio le había dicho en la nota que se sintiera ‘’cómodo’’. Así que abrió la heladera, esperando que haya algo comestible, pero no encontró nada. Más que algunas sopas instantáneas, algunos huevos —quien sabe en qué estado. — Miró la alacena y allí había cereales, algunos fideos y tomate enlatado. Tal vez con eso podría hacer algo…

 

Thor salió de su trabajo a las doce en punto, justo a la hora del almuerzo. Ahora que lo recordaba, no había comprado nada para comer, ni para que su ‘’huésped’’ comiera. Pero ya estaba de camino a su casa, suponía que cuando llegara vería que podría comer para ir a comprar. Él no era bueno cocinando, de hecho no le gustaba, prefería comer fuera o pedir algo del delivery.

Al entrar a su casa, lo único que lo llamó fue el rico aroma que provenía de la cocina, atraído como cualquier mosquito hipnotizado por una bombilla de luz, caminó en dirección a la cocina.  Allí sobre el lento fuego se encontraba la causa de semejante olor, lo destapó y se podía apreciar la exquisitez que se estaba cocinando a fuego lento.

 

—Huele bien ¿no? — Se escuchó la voz de Loki detrás del rubio, este estaba parado detrás de él, con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa. Loki aún seguía con su piyama, pero con un delantal puesto para no ensuciarse.

—Eh, ah… Em, así es. — Dijo Thor, avergonzado por haberse visto descubierto de esa manera.

—Perdón si utilicé tus cosas, y toqué tu comida, pero es que tenía mucha hambre. — Decía Loki, disculpándose un poco. Ahora Thor podía apreciar mejor al pelinegro, a la mañana había estado algo denso y ¿Gritón? Ahora estaba más amable y ¡Cocinó!

—Oh, no pasa nada, me alegra saber que esa cocina se está utilizando para algo bueno. — Dijo Thor, dedicándole una brillante sonrisa, esto apenó mucho a Loki, haciendo que se sonrojara y a su vez, que el corazón de Thor comenzara a palpitar de forma inesperada.

—M-me imagino que debes tener hambre… — Dijo Loki, caminando en dirección a la cocina y apagando el fuego, para luego tomar la olla y ponerla en medio de la mesa.

—Claro…— Respondió Thor, un tanto embobado. — ¡Claro! — Esta vez lo dijo con más ánimos y Loki le sonrió.

—Entonces a comer. — Le contestó el pelinegro mientras comenzaba a servir la comida en dos platos, había hecho espagueti, con un salsa muy simple —ya que en la heladera de Thor no había mucho— en el plato de Loki, este le puso queso para rallar, en cambio Thor, no le agregó nada ya que al rubio le gustaba así.

—Está delicioso… — Dijo Thor, sorprendido al probar la comida que Loki había preparado. Si fuera por el rubio, no dejaría que el pelinegro se fuera nunca.

—Hmm… Si, bueno…Quería darte las gracias por haberme ayudado y curado. — Dijo Loki, a lo que Thor le sonrió cálidamente.

—No hay de qué, después de todo yo te arrollé con mi auto. — Dijo Thor, riendo. Y Loki le sonrió.

 

Cuando terminaron de comer, Thor insistió en que el lavaría los platos — aunque jamás tocó un en su vida, — ya que Loki había cocinado, y era una política que el que no cocinó debe de lavar. Y así lo hizo, después de todo Loki estaba medio herido y según el rubio, no debía de esforzarse mucho. Cuando terminó de lavar buscó al pelinegro por todos lados de la caza, pero no lo encontró. Miró por la ventaba y allí sentado en el tercer escalón de la puerta se encontraba el pelinegro.

— ¿Qué haces aquí, Loki? —Preguntó el rubio. Notó que este traía puesta su ropa del día anterior. La había lavado y al parecer estaba a punto de irse, ya que se había puesto de pie.

—Creo que ya debo de irme. — Dijo, extendiéndole la mano, para que el otro la estrechara. — Fue un placer conocerte. — Thor, un poco triste aceptó la mano del otro, apretándola medio fuerte.

— ¿No prefieres quedarte un poco más? —Preguntó Thor, no quería que Loki se fuera. Ya que tal vez, no lo volvería a tener tan cerca como en esos momentos. — Digo, por tus heridas.

—No, esto bien ahora, gracias. — Dijo, entonces comenzó a caminar.

— ¡Espera! ¿No quieres que te lleve? — Preguntó Thor, pero nuevamente Loki se negó. Y con eso se fue.

Thor, entró a su casa. Y como hace varios días atrás había comenzado a hacer, se tiró al  sillón. Pensando en las tantas cosas que había pasado en un día. No podía quitarse de la mente a Loki, ahora menos que lo había tenido tan cerca. Que lo había agarrado entre sus brazos cuando lo metió en su auto y que había sentido su piel cuando lo había bañado.

Ahora sabía que su corazón comenzaba a latir de una forma que jamás lo había sentido latir, este se comportaba distinto cada vez que pensaba en el pelinegro.

No estaba muy seguro, pero tenía el presentimiento de que se estaba comenzando a enamorar…

De ese mesero, de Loki. 

 

Notas finales:

Hola. 

Si, ya se que me dirán: que soy una maldita por no actualizar. Pero, tengo muchas escusas bajo la manga así que ojo (?)

En fin, espero que el nuevo cap les guste. Que además lo hice considerablememte largo, ya que no le vi el caso explicar todo lo que pasa en este en dos capítulos. 

Y bien, además no sé cuando volveré a actualizar, pero espero que pronto. 

Dejen comentarios y opinen. 

¡Saludos!


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