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Destinos entrelazados por Alexis Shindou von Bielefeld

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Kyou Kara Maou! Pertenece a Tomo Takabayashi

Gravitation pertenece a Maki  Murakami 

Notas del capitulo:

Aclaración: En esta historia se habla un solo idioma, es decir, no hay lenguaje mazoku. repito todos hablan un mismo idioma xD ( esta aclaracion se entenderá mas adelante) 

Lo del hilo rojo del destino que se mencionará

Cuenta que entre dos o más personas que están destinadas a tener un lazo afectivo existe un «hilo rojo», que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es, siempre, una muestra del vínculo que existe entre ellas.

Prólogo

Un año es lo que había transcurrido desde que aceptó ser oficialmente el Maou en aquel extraño mundo. Yuuri Shibuya contaba ahora con diecisiete años de edad.

Hasta ahora había hecho un buen trabajo como Maou, buscando siempre el bienestar tanto de Mazokus como humanos y por supuesto mestizos. Con la ayuda de sus buenos amigos, como Gwendal, Conrad, Gunter, hasta lady Cheri y, por supuesto, de su prometido por accidente, Wolfram von Bielefeld.

Con el paso del tiempo se había convertido en un muchacho más maduro, menos confiado y más responsable. Todo gracias a las clases impartidas, experiencias vividas y regaños constantes de sus Consejeros. Sin embargo no todo era color de rosa en la vida del rey o al menos así lo creía él.

Yuuri había llegado a una etapa en la cual la necesidad de una relación afectiva del tipo amorosa se hacia una necesidad, esto sucedió poco después de cumplir los desdieseis, y eso estaba bien de cierta manera, sería raro si no hubiese pasado. El punto era que esa etapa hormonal en la cual se despertaba con uno que otro problema entre las piernas, se le hacía más difícil contando que compartía cama con la más dulce, excitante y hermosa tentación de todo el reino, eso se atrevía a aceptar muy a su pesar, Wolfram von Bielefeld como anteriormente lo había mencionado, su prometido por accidente. ¡Qué locura! Solo por golpear su mejilla izquierda había estado atado a él todo este tiempo, soportando sus celos enfermizos y mal temperamento; sin embargo, debía aceptar que en todo este tiempo había cambiado mucho, y eso lo demostraba constantemente. Ya no era despreciativo al dirigirse a los humanos, era un buen padre para Greta, su pequeña hija adoptiva, era amoroso y tierno, hacía mucho tiempo que había dejado de referirse a Conrad como Weller como en un principio, cuando él recientemente había llegado a esas tierras, y la manera como lo cuidaba a él, siempre pendiente de su bienestar, pendiente de su comportamiento durante reuniones políticas, aconsejándolo, y comportándose como si fuera realmente el Consorte Real.

Y ahí estaba el problema, que ya no le molestaba el hecho de que algún día eso iba a ocurrir; de que algún día se iba a casar con él, ¿desde cuándo sentía la necesidad de estar cerca de él? ¿Cuando fue que comenzó a despertarse temprano para poder contemplar su rostro, su perfecto rostro, mientras dormía? ¿Desde cuándo soñaba con Wolfram en unas situaciones no muy inocentes? Estas y otras cosas pensaba Yuuri esa mañana cuando despertó abrazado al rubio de ojos esmeraldas, quien a dios gracias no se dio cuenta de esa embarazosa situación o al menos eso quería creer.

Yuuri se dirigió a tomar un baño para empezar un nuevo día mientras se convencía una y otra vez que dichas reacciones eran solo porque no tenía el tiempo suficiente para relacionarse con chicas de su escuela o princesas de su reino y estando a la par de alguien más bonito que las chicas que hasta ahora había conocido era normal estar confundido. Porque, definitivamente nunca, pero nunca, aceptaría casarse con alguien del mismo sexo. Y tendría que tomar medidas drásticas para impedir cometer ese error.

Wolfram abría sus ojos esmeralda lentamente al percibir que su amado enclenque se había levantado de la cama. Disfrutaba las mañanas en las cuales amanecía bajo el abrazo de Yuuri. Sin embardo, sufría al notar que en cuanto éste se daba cuenta, se alejaba inmediatamente como si fuera una especie de ser repulsivo, al menos así lo sentía él.

Había pasado mucho tiempo tratando de ser lo suficientemente apto para ser la persona especial de Yuuri, su gran amor, y la verdad ya no sabía qué hacer. Desde ser mas paciente, cierto coqueteo, miradas, atenciones, mirarle siempre con una sonrisa, y, sin embargo, en todo este tiempo solo había llegado del rango de amigo a mejor amigo, como odiaba esa palabra. La verdad, todo tiene cierto límite, y él siempre había sido un Mazoku orgulloso; no solo por su poder, sino también por su belleza. Pero Yuuri había destruido casi toda la confianza que creía tener en su belleza, y lo comprendía de cierta manera, el mundo de Yuuri tenía distintas costumbres, pero aun no se explicaba como en todo este tiempo, Yuuri no se podía adaptar a las costumbres del reino que dirigía, ¿tan repulsivo era para él?

Analizando todo esto esa mañana, de la nada, Wolfram comenzó a derramar lágrimas de dolor. Decidió levantarse e irse a su habitación, le esperaba un día lleno de trabajo, y no quería empezarlo con los típicos reclamos de: ¡Quiero una cama para mí solo!

—00—

Toda esta situación era observada desde el templo por el Rey Original, el Primer Rey de Shin Makoku, Shinou.

Escuchó los pasos de alguien acercándose, se trataba de la reencarnación del Gran Sabio, Ken Murata, quien al notarlo pensativo viendo esa especie de bola de cristal no dudo en preguntar:

—¿Sucede algo malo con Shibuya?

Shinou se dio la vuelta con una expresión de hastío en su atractivo rostro.

—Oh, mi gran Sabio, de hecho sí —respondió con cansancio. Estaba harto de la inmadurez de su Maou elegido—. Esta situación está llegando al límite.

Murata frunció el entrecejo, confundido.

—¿A qué te refieres exactamente? —volvió a preguntar al no entender exactamente la situación a la que se refería Shinou.

—Me refiero a que Yuuri está negándose a su destino con mi descendiente —explicó Shinou—. Ven observa.

Murata entonces se acercó para ver, y lo que vio lo dejo un poco más curioso con la situación.

—Ese es... el hilo rojo de Shibuya...

En la bola de cristal se podía observar dicho hilo conectado desde el meñique de Yuuri hasta la de su persona predestinada.

—Así es, ¿ ves? está conectado con lord Bielefeld —señaló Shinou .

—¡Vaya es cierto! Shinou entonces ¿eso significa...?

—Así es —asintió Shinou—. El hecho de que Yuuri se comprometiera con Lord von Bielefeld no fue simple error o accidente o como lo quieras llamar. Fue el destino quien dispuso de Yuuri Shibuya, después de un tiempo de quedar comprometido con Wolfram von Bielefeld, se enamoraría de él y se casaría siendo muy feliz y asegurando la paz y el bienestar de esta nación —Shinou entrecerró sus ojos azules, preocupado—. Sin embargo, parece ser que este mocoso no acepta este destino y se interpone a él creando un desbalance y con ello problemas para el futuro de este mundo.

—¿Problemas para el futuro de este mundo?

Murata parecía confundido, por lo que Shinou se apresuró a aclarar:

—Wolfram von Bielefeld no fue escogido al azar. Mazoku de raza pura, es heredero de una de las casa más Nobles de Shin Makoku, soldado capaz y valiente, orgulloso y hermoso codiciado por miles, admirado por mas ¿No te parece que es el consorte perfecto? —dijo Shinou con un pequeño dejo de ensoñación en sus palabras, cosa que hizo a Murata sentirse un poco celoso.

—Buen punto.

—Aun hay ciertas dudas con la capacidad de Yuuri para gobernar, pero si éste se hace acompañar de un consorte como Lord Bielefeld, las personas se sentirán más tranquilas y a gusto ¿no te parece? Además... —Después de decir esto, a Shinou se le formo una leve sonrisa en el rostro que no paso desapercibida por el gran Sabio—. Considero que solo Wolfram von Bielefeld sería capaz de enamorar a Yuuri. Difícilmente su belleza pasa desapercibida, ¿quién no caería con él? Y, creo que ya lo hizo caer, pero ese tonto de Yuuri no acepta.

Cada vez más interesado, Murata acomodó sus lentes y dijo:

—Piensas hacer algo al respecto ¿cierto?

—No lo dudes —respondió Shinou ahora sonriendo ampliamente y con descaro, cosa que preocupo a Murata de cierta manera, Shinou era muy radical en eso de ayudar a las personas, más bien eran como travesuras que hacía para divertirse con las reacciones de sus victimas.

—¿Qué piensas hacer Shinou?

—Oh no, esta vez no seré yo quien haga el trabajo. Sé de alguien que es capaz de unir a las personas con solo su carisma e inocencia, es capaz de hacer que las personas expresen sus sentimientos. Ya es hora que me devuelva el favor de hace años, además necesito saber de él, Gran Sabio. Él es mi posesión más valiosa.

Murata no parecía feliz con la descripción tan elocuente dada a ese tipo por parte de Shinou aun así se atrevió a preguntar muy a su pesar.

—¿Deseas que lo traiga aquí? Bien, dime en donde se encuentra, partiré en un carruaje para estar aquí lo más pronto posible y...

—No te preocupes, mi Gran Sabio —le interrumpió Shinou—. Esa persona no está en este mundo. De hecho, él se encuentra en la Tierra. Si lo traerás aquí en cuanto lo haga regresar por medio de un portal, por ahora llama a Ulrike necesito de su ayuda para traerlo de vuelta.

Murata salió de la habitación en busca de Ulrike para que ayudara a Shinou a traer a ese misterioso sujeto que parecía ser tan importante y también... Shinou hablo de un favor. Se preguntó qué tipo de relación tenían y qué era eso de su posesión más valiosa.

Mientras tanto Shinou no pudo evitar sentirse ansioso.

—Por fin nos volveremos a ver mí querido Ariel von Karbelnikoff o debo decir Shuichi Shindou

 

Notas finales:

Me dejarian algun review por favor... 


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