Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tu sonrisa disipa la tormenta de mi vida... por Dark Master

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, este fic se me ocurrió mientras estaba en la escuela, pues, estaba aburrido y me puse a recordar un fic que había leído anteriormente por PruePhantomhive, llamado “Seducido por un idiota”, el cual en cierto modo me gusto, puesto su modo de relatar es en palabras sencillas “Excelente”, por lo cual en cierto modo tengo que darle agradecimientos por inspirarme.

Los personajes de Full Metal Alchemist, personalidades, derechos, etc. NO me pertenecen, le pertenecen a su creador, este fic está hecho para fans fuera de cualquier motivación además de compartir una historia con los usuarios de Amor Yaoi y los que leen por sin ser usuarios (Únanse e.e). Espero les guste, es el primer fic que subo en esta comunidad, ire mejorando con el tiempo.

Notas del capitulo:

Bueno, como primer capítulo, lo hare para identificar la trama central entre los personajes y con esto me refiero a explicar en cierta forma la vida de Roy Mustang y la de Edward Elric por separado y dando a entender cómo se acercan, aunque no digo más, sería hacerme un spoiler propio.

Se veía un hombre corriendo por las calles de Londres en medio de la lluvia, su cuerpo esbelto cubierto por una gabardina de color azul oscuro casi igualando el color negro, su piel blanca como la nieve contrastando con el negro de su cabello húmedo por el agua y ojos del mismo color que la noche, además de una mirada de preocupación bastante notoria, ese hombre era ni más ni menos que el comisario Roy Mustang. Las calles estaban vacías a causa del mal tiempo, y eso era un alivio, puesto que el que se atreviese a ponerse en su camino saldría volando por los cielos.

Maldita sea… - Demostraba estar preocupado, maldita sea la hora en que había dejado todo el papeleo de la oficina pendiente solo por ir a beber un café, pero maldecía aún más el que la mesera no le dejaba ir por haberse “Cautivado” por la belleza del comisario. A él no le interesaba una mesera cualquiera, no le interesaba nadie de hecho, solo ser el mejor por sobre todos los demás, después de todo no le gustaría alguien que ni siquiera diera batalla para enamorarse.

Sin embargo, con la ayuda de Hughes su mejor amigo y vice-presidente de la empresa que había heredado fue capaz de escapar de sus garras, pero por desgracia Hughes termino por quedarse sujetando a la mesera y que su amigo pudiese huir. Roy maldecía no haber llevado su auto hasta el condenado café, se estaba empapando con la helada lluvia, pero al menos ya solo debía avanzar una o dos calles y por fin estaría en un lugar cálido.

¡…Buaaaaa Buaaaa Buaaa…! - Se escuchaba un llanto, decidió ignorarlo puesto seguro era un bebe el cual lloraba por la lluvia, más no era así, el sonido era demasiado nítido como para estar detrás de una pared, como dice el refrán “La curiosidad mato al gato”. Roy se había asomado por un callejón de donde provenía aquel sonido.

El ruido provenía de uno de los contenedores de basura. ¿Acaso una estúpida mujer había abandonado a su bebe en un contenedor como ese? Ojala y estuviera equivocado, porque aún deseaba tener un poco de fe en la escoria humana que había tenido la desdicha de ver hasta el momento.

Para su mala suerte no fue así, un bebe estaba llorando cubierto por una manta harapienta y sucia, al menos se habían dignado a dejar cubierto al pequeño aunque no era un buen trabajo, mas seguía siendo algo de verdad cruel, inmoral, estúpido y demás. ¿Qué clase de monstruo abandonaría un bebe a su suerte en ese lugar? Dios quisiera que el pequeño no lleve mucho tiempo ahí, un lugar tan anti higiénico era de lo más peligroso para ese pequeño.

Como pudo tomo al pequeño entre sus brazos arrojando a la basura la manta sucia. - Pobre pequeño, has de sentirte solo… ¿No? Te entiendo… - Algo en el le provocaba ternura, el bebe había dejado de llorar y ahora sonreía acariciando el rostro de Roy, este se quito su abrigo quedándose en camisa únicamente para luego cubrir al pequeño con el impermeable, este examinaba el rostro de Mustang con una sonrisa amplia, al parecer le había agradado y el sentimiento era mutuo puesto el frío corazón de Roy se derretía por ese pequeño niño tan adorable.

Examino al pequeño no parecía estar herido, lo había cubierto bien y podría llevarlo hasta la jefatura donde podría tomar algo de su casillero para cubrirlo mejor y ver cómo le daba un poco de leche para que recuperara fuerzas.

A paso rápido llego a la comisaría, no había nadie puesto todos los policías estaban patrullando como de costumbre durante la noche, ya que por regla general, de noche todos los policías recibían directamente las llamadas de emergencia en la unidad más cercana al lugar de los hechos.

Bien pequeñito, será mejor abrigarte mejor que eso. - Sonrío Roy para luego quitar toda la ropa al pequeño, pañal incluido, se las arreglo para poder poner una muda de pañal al pequeño en el baño de mujeres de la comisaría, agradecía el día que esa recluta pidió uno al tener que asistir en ocasiones con su bebe recién nacido en lo que conseguía una niñera a tiempo completo.

Roy también se tomo la libertad de rebuscar entre las cosas de su oficina, estaba seguro de tener algo que pudiese ponerle al bebe que parecía no tener más de 5 meses. Lotería, había encontrado una camisa pequeña que tenía guardada de cuando era joven, estaba en perfecto estado puesto tenía una capa de plástico, ya ni recordaba cuando la había llevado ni el porqué, solo agradecía que la tenía.

Indudablemente lindo, como no tienes padres… creo que me haré cargo de ti, te llamare… Tsuyoshi… Tsuyoshi Mustang ya que eres fuerte, firme y duro como para no perder la esperanza en que te iban a encontrar. - El bebe sonrío al escuchar su nombre, mientras que Roy le ponía aquella camisa, le quedaba algo grande pero al menos le hacía de pijama, Roy subió el aire calefaccionado mientras se cambiaba también, no podía estar empapado ni el bebe tampoco.

Roy calentó un poco de leche que encontró en su congelador privado y luego la coloco en un biberón que tenía guardado, había olvidado que tenía uno en su escritorio, era el que le había regalado Hughes en caso de que se le olvidara como se bebía en un vaso normal, mala broma a decir verdad.

Roy vió como el bebe comenzaba a quedarse dormido en un sofá mientras con su teléfono en mano marcaba el numero de Hughes, debía decirle muchas cosas de las cuales ni la mitad el pobre hombre esperaría. - Hola Hughes, debo contarte una larga historia. - Hughes no sabía la que le esperaba, ni tampoco estaría preparado para tal noticia.

 

 

En otro lado de la ciudad de Londres, un joven rubio de cabello largo atado en una coleta corría a su casa empapándose bajo la lluvia, lamentaba haberse quedado dormido en la biblioteca, pero estaba justificado, había tenido que terminar un informe de química aplicada la noche anterior, por lo cual estuvo en vela y no había dormido nada en absoluto, lo cual era notorio por su cansancio durante el día. - ¡Hermano! - Se escuchaban unos pasos apresurados en dirección al joven rubio, era similar al mayor pero un poco más alto y con el cabello corto, el futuro científico le observo sorprendido.

Alphonse. ¿Cuántas veces te he dicho que no salgas a buscarme? Y llámame Edward, que al fin y al cabo es mi nombre. - Edward bromeaba con su hermano, sus ojos color dorado y sonrisa juguetona lo demostraban, Edward nunca había tenido problemas con que su hermano le llamara como tal, Alphonse no pudo evitar reír, su hermano siempre podía sacarle sonrisas hasta cuando estaban bajo la helada lluvia y se helaban hasta los huesos.

¡Lo siento, lo siento, es solo que salí a buscarte porque estaba preocupado Ed! - El nombrado no pudo evitar reír, mas no era prudente quedarse bajo la lluvia podían terminar enfermos. Ambos hermanos se cubrieron con las manos para evitar empaparse más y luego corrieron bajo la lluvia hasta una casa de 2 pisos bastante amplía aunque solo vivían 2 personas dentro, por lo menos sus irresponsables padres se habían tomado la molestia de dejarles un hogar decente y dinero para comida y demás, monto no muy grande pero suficiente para no morir de inanición y darse unos pequeños lujos ocasionales.

¡Al! ¿¡No me digas que hiciste filetes con salsa de champiñones!? - Edward saltaba feliz al sentir ese delicioso olor entrar por sus fosas nasales, era su comida favorita y si Alphonse la hacía era miles de veces mejor, puesto su hermano era el mejor cocinero que había conocido en su vida, ni Winry ni la abuela llegaban a compararse con el talento culinario de su hermano. - ¡Te amo Al! ¡Mi comida favorita para acabar el día más largo de mi vida! ¡Alguien se apiado de mí! - Los ojos de Edward brillaban, que su hermano le haya cocinado tal platillo era sin duda algo genial para él luego de semejante mal día. Obviamente estaba orgulloso de su hermano, ambos perseguían sus sueños y en el proceso se daban apoyo mutuó.

Alphonse sonreía ante los comentarios de su hermano, si le gustaba su comida, es que no iba a las clases de gastronomía no estaban siendo en vano, mientras Edward comía bestialmente los filetes Alphonse recordó un dato importante que más le valía atender. - Oh, hermano, un policía vino hoy, dijo que necesitaban que fueras a actualizar los datos de la casa, como papá y mamá ya no viven aquí. - Edward observo a su hermano para luego dar un pequeño gruñido de enfado, odiaba ir a las comisarías donde habían demasiados policías creídos.

¡Odio ir a la comisaría, todos los policías son unos engreídos! – Edward de verdad odiaba ir a la comisaría, para él la policía no era más que unos sobrantes apestosos con menor importancia de la que tenía un guijarro en el camino más sucio del mundo.

Pero supongo que no tengo elección, iré mañana en la mañana, aprovechando que es sábado y de cualquier forma debo buscar trabajo, recuerda que se faltan unos meses para navidad y no quiero quedarme atrás con los regalos. - Alphonse sonrío. ¿Cómo no hacerlo? Su hermano siempre intentaba contentarlos a todos en el hogar, sobre todo al mismo Alphonse. Edward había aprendido a trabajar duro para conseguir lo que deseaba ya que sus padres le habían criado de esa manera.

Podrían no ser los más ricos y poderosos de todos los ciudadanos de Londres, pero vivían en un hermoso hogar de aspecto renacentista, después de todo ese hogar le pertenecía a la pareja de científicos Elric, investigadores con alto renombre y cuya historia había causado que Edward deseara ser un científico tanto o mejor que ellos para hacerle honor a su nombre, mientras que su hermano había decidió ir por el camino de lo gourmet para ser el mejor chef del mundo y que no hubieran quejas de que él era un buen cocinero.

Tan pronto como terminaron de comer ambos hermanos comenzaron a lavar los trastos, ambos sonrientes, haber vivido toda su vida juntos logro que ni siquiera tuviesen que hablar para saber cómo estaban, todo se sabía en su forma de moverse, sonreír e incluso parpadear, una vez todo limpio ambos subieron a sus habitaciones para darse una ducha rápida en sus respectivos baños privados y de paso cepillarse los dientes, su madre siempre decía que o tenían buena higiene o les cortaba la salchicha, por lo cual terminaron tomándolo como costumbre, Edward ni se imaginaba que tan pronto se levantara por la mañana pasaría un montón de cosas.

¿Buenas? ¿Malas? ¿Decentes? A saber, nadie esta 100% seguro de que ocurrirá, solo el tiempo y la suerte lo decidirá.

Notas finales:

Espero les haya gustado, por favor, solo críticas constructivas, si de plano me meterán en la hoguera por favor absténganse que me quemo rápido xD

Bueno, sin más me despido y les prometo que la actualización será de 2 a 3 días, que no tengo mucho tiempo para hacerlo diario, porque lo haría si pudiera, de verdad lo haría.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).