Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias a los dioses, el piso de Peter y Alex está bien provisto de bebidas.


Carol y Sarek tendrán una pequeña charla antes de la cena con Talbot.


Un profeta con ansias de divinidad formará un pequeño séquito en las proximidades de Ciudad Paraíso.


Capítulo inspirado en Star Trek V: la última frontera. Quinta película de Star Trek, dirigida por mi querido William Shatner, después de que los dos films anteriores fuesen dirigidos por Leonard Nimoy. Lleva su sello, no se puede negar.

 


El profeta


 


                                                                   David guardaba sus escasas pertenencias en la habitación de invitados del piso de su primo Peter. Se quedaría allí con Pavel por el momento, al menos hasta que Jim aclarase las cosas con su marido. ¿Cómo se tomaría el vulcano que su adorado sa-telsu *(esposo) tuviese un hijo con la doctora Marcus?


      Pavel acariciaba la barba de Jim sentado a su lado en el sofá. Le encantaban aquellos pelos que salían disparados de su mentón, observó que muchos de ellos eran blancos y no rubios.


   - Envejeses, capitán... - Rió cuando él le apartó la mano de su cara cogiéndola entre las suyas.


   - Cuando Sarek me contó que estabas en Kronos... - Jim no podía sacarse de la cabeza la imagen de un Pavel en los huesos dejándose vejar por los klingons.


   - Le pedí que no lo hisiera... ¡Me traisionó! - Los ojos aguamarina se tornaron oscuros.


   - ¿Cómo iba a no hacerlo? ¡Por todos los dioses, Pavel! - Jim apretaba con fuerza los dedos de su amigo. - ¿Por qué? ¿Por qué te hiciste eso a ti mismo?


   - Tenía que pagar por mis pecados... - Retiró su mano, Jim le estaba haciendo daño. - Pero eso se acabó, tranquilo. No más torturas, no más drogas. ¡Estoy limpio, Jim! Soy un hombre nuevo.


   - De eso no me cabe duda. - Con los ojos no dejaba de escrutar su mirada. - Estás muy cambiado, Pavel. ¿Has asimilado ya que lo de Christine fue un desafortunado accidente?


   El ruso se levantó y acudió al mueble bar. Aquella conversación bien merecía una copa. Se alegró al ver que Alex poseía cierto gusto por el vodka, aunque fuese noruego. Para Jim sirvió un whisky de malta de una botella que Peter tenía por la mitad.


   - Tuve una experiensia en mi primera noche en el Exselsior que me hiso cambiar, Jim... - Bebió un trago de su vaso y volvió al sofá.


   - ¿Cuando Sulu te sacó de Talax? - Cogió la copa que le ofreció su amigo y tomó un sorbo. El whisky de su sobrino era de muy buena calidad. - Hablé con él, me llamó al día siguiente...


   - ¡Y nadie me pregunta nada! - Pavel sonrió. Ni Sulu ni Sarek ocultaron sus encuentros con él a Jim.


   - ¿Qué experiencia fue esa, cielo?


   - ¡Vi a Chris, Jim! La vi sentada en mi cama como te estoy viendo a ti ahora mismo... - Notó que su ex-capitán le miraba con auténtico asombro. - No creo que fuese un sueño, de todos modos ¿qué importa eso? Lo que de verdad importa fue lo que me dijo.


   - ¿Y qué te dijo Christine? ¿Te perdonó?


   - Sí... para ella fue también un acsidente. Le pedí perdón, fue culpa mía... iba drogado, borracho, llevaba días sin dormir... No debí coger la moto en esas sircunstansias... Fui un irresponsable. No me importaba poner mi vida en peligro y no pensé, egoístamente, en que podría acabar con la vida de otra persona.... como ocurrió... Aquello fue una gran lecsión, Jim.


   - ¡Oh, Pavel! - Le abrazó, casi tira su vodka cuando lo hizo. - Todo eso pasó hace mucho tiempo, cariño...


   - Y siempre cargaré con ello en mi consiensia. - Se terminó la copa de un trago dejando el vaso vacío sobre la mesa de café. - Ahora entiendo mejor a Khan, su sufrimiento. Él también soporta pesadas cargas en su alma...


   La vista se le perdió en el infinito. Pensó en su amante llorando en silencio mientras él, apretando su cuerpo desnudo contra la piel de alabastro, lamía sus pezones hasta dejarlos duros y apuntando al techo de aquella sórdida habitación en Aldebarán B.


   - Bones está deseando verte... - Susurró Jim.


   - ¿Para lansarse otra ves a mi cuello? - Sonrió mirando de nuevo a su amigo. - No me defenderé si quiere darme una palisa... - Su voz sonó rasgada por la tristeza.


   - ¡No! No Pavel, él lo ha superado... - Jim le acarició la mejilla. La barba empezaba a salir después de todo un día sin haberse afeitado.


   - ¿Ya no me odia? - Se encogió de hombros. Lo cierto es que hubiera deseado en el fondo de su corazón que el médico le diese esa paliza.


   - Escucha, tengo que contártelo... - Jim pensó que Bones se pondría hecho un basilisco pero no quería ocultar a Pavel lo suyo con el médico. - Spock y yo...


   - Estáis con él. Lo sé. - Los ojos de Jim se abrieron como platos mirándole. Pavel sonrió. - Christine me lo dijo, que estáis los tres juntos. Me dijo que ella lo entendía, que se lo dijese así a McCoy y me dio un par de recados más para él. - Echó su brazo derecho por detrás del sofá, recostándose sobre el respaldo y cruzando la pierna izquierda hasta poner la pantorrilla sobre la rodilla contraria. - ¡Está bien! ¿Cuándo podré verle?


   - Pues... no sé... - Jim balbuceaba, no podía creer que su amigo supiera aquello. - Le preguntaré esta noche a ver si mañana podemos almorzar los tres...


   - Los cuatro...


   - Hay un problema con Spock... - Bajó la mirada al suelo. La mano de Pavel le rozó la nuca. - Él no quiere hacer la ceremonia del koon'ul *(compromiso) entre tú y Amy, sigue sin querer que os veáis... Incluso ha prohibido a Bones el acceso a Khan, ya no podrá llevarte a verle, ni a Amy... Ella ha ido cada cumpleaños a hacerle una visita. ¿Cómo habéis podido estar todos estos años separados los tres? ¡Es algo que no entiendo! Llevamos dos semanas sin dormir con Spock, y Bones y yo estamos a punto de volvernos locos por su ausencia... - Jim estaba alterado. Demasiadas emociones fuertes en un día.


   - ¡Cálmate, Kirk! - Pavel reía pasando sus dedos por la parte de atrás del cuello del almirante, acariciando el nacimiento del pelo. - Yo me refería a David, no a Spock. Por sierto... tendrás que darle explicasiones... ¿Aún os habláis, o tampoco eso?


   - Ya, sí... claro que hablamos. Poco, ya sabes cómo es. No sé cómo voy a afrontar esa conversación con él, la verdad. - Se levantó para buscar la botella de Peter y rellenar su copa. - ¡Maldita Carol! - Exclamó enojado.


   - Sí, esa vedma *(bruja) tenía que haberte dicho desde el prinsipio que ibas a ser padre. Pero desaparesió de tu vida ocultándote el secreto... Quería a David para ella sola. - Le dio su copa vacía a Jim indicándole así que la llenase de vodka. - Cuando nos despedimos me dijo que el chico siempre había sido más tuyo que de ella... ¡David se parese tanto a ti!


   - Gracias por cuidar de él estos dos años, Pavel. - Le entregó en mano el vaso con su bebida y le regaló una amplia sonrisa.


   - Él también ha cuidado de mí... es algo que tenéis en común todos los Kirk. - Levantó la copa y la estrelló con cuidado contra el vaso de whisky de Jim. - ¡Por Peter y su mueble bar! - Rió con una fuerte sacudida de sus hombros.


   - Nazdarobia, Pavel!


   - ¡Salud, Jim!


 


 


                                                                    Un poblado de colonos se asentaba a escasas millas de ciudad Paraíso. Sybok llegó a ellos con su poder telepático. No le resultó difícil convertirlos en sus seguidores.


   - ¿Qué es lo que estás buscando, vulcano? - Le preguntaba aquel klingon flaco y cubierto de harapos sentado a su lado.


   - Lo mismo que tú. - Sybok se puso en pie ante el fuego en torno al que se reunían humanos, klingons y romulanos para compartir sus exiguos alimentos durante la cena. - ¡Lo mismo que todos! La Verdad... La Verdad Absoluta, el Saber de Dios...


   Caminó en círculos en torno a la hoguera, captando la atención de todas las miradas. Hombres, mujeres y niños le contemplaban embelesados. Horas antes habían compartido el dolor de su alma con aquel místico tan carismático. Escuchaban absortos sus palabras.


   - En el centro de nuestra Galaxia, de donde partió la vida en un principio, hay un mundo esperándonos. El primer planeta, el origen de todo, aguarda a que un puñado de hombres como nosotros lo descubra. - Alzó sus brazos al cielo, en su cara oscurecida por la barba una sonrisa brillante deslumbraba a su audiencia multirracial.


   - ¿Y cómo llegaremos hasta allí, Sybok? - Preguntó una mujer romulana.


   - Sencillamente... en una nave...


   - No hay naves aquí en Nimbus III... - Lamentó la colona.


   - Por eso haré que venga una. - Sybok volvió a sentarse junto al fuego. Riendo compartió la comida con su devotos siervos, contento de que hasta el momento sus planes fueran saliendo bien.


 


 


                                    St. John Talbot se había afeitado en condiciones, se embadurnó la cara con colonia y se miró al espejo de su habitación un par de veces antes de salir camino del reservado. Eran las ocho ya, llegaría tarde... pero su reflejo en la pulida superficie le decía que había merecido la pena el retraso. ¡Estaba impresionante! Y esperaba que la rubia doctora opinase lo mismo durante la cena.


 


   - Sarek, ¿por qué no me dijiste que Jim se había casado con tu hijo? Me lo ocultaste cuando nos conocimos en Omicron IV. - La doctora Marcus sentada a su derecha no le quitaba ojo de encima, analizando los pocos gestos del vulcano para entender qué pasaba por su cabeza.


   - No creí que fuera conveniente. Y era lo justo, pues tú me hiciste prometer que yo no le diría a Jim que tenéis un hijo en común... - Sarek había guardado el secreto, compadecido ante una madre que solamente deseaba proteger a su hijo de la influencia militar de la Flota que tanto detestaba, amén del motivo de preservar la armonía en el matrimonio de su hijo y el entonces joven capitán Kirk. - Por cierto, ¿dónde está el pequeño David? Me agradará volver a verle...


   - Imposible, Sarek. - Carol tomó un vaso de la mesa y se sirvió cerveza romulana. Tragó aquel amargo líquido azul con la esperanza de sentirse más relajada. - Mi hijo está en la Excelsior, con Pavel y Sulu.


   - ¿Pavel? - El vulcano levantó una de sus cejas, la izquierda. Volvió a bajarla de inmediato, la doctora le miraba con frialdad analítica. - Así pues están en Kronos...


   - Sí, se lo entregué a Chekov para que le llevase junto a su padre. Al final el soldadito que David tiene dentro ha salido a la luz, mi hijo ya no me pertenece... - Bebió otro sorbo de cerveza, su amargor no era nada comparado con la hiel que ella sentía en su interior.


   - Puede que David sea exactamente lo que Jim necesita. Mi nieta, Amanda... - miró a Carol y la vio asentir, confirmando su suposición acerca de que Pavel le habría hablado de ella, - ...está atravesando una etapa muy difícil en su adolescencia. La presencia de otro hijo sobre el que volcar sus sentimientos paternales le llenará de alegría.


   - ¿Crees que se lo tomará bien? - Carol dudaba de la reacción de Jim cuando conociese a David.


   - Es un hombre extremadamente cariñoso, muy dulce, su pecho alberga un corazón enorme... - Sarek entrecerró los ojos, lo cierto es que quería a su yerno con locura. - Tu hijo estará bien a su lado, no debes preocuparte.


   - Y no lo hago. Sé que Pavel cuidará de él...


   - ¿Chekov? ¿Cómo está el muchacho? - Sarek se interesó por su estado, la última vez que le vio se encontraba en una situación deplorable.


   - Le hice ganar unos cuantos kilos con mi cocina... - Carol sonrió. - ¡Oh, estaba hecho una pena cuando le encontré en Rinax! ¡Dos años completamente solo...! ¿Puedes creerlo? ¿Qué crimen habría cometido para castigarse así?


  - ¿No te lo contó? - Sarek tuvo que volver a controlar sus cejas, sabía lo inteligente que era Carol y su forma de mirarle empezaba a ponerle nervioso.


   - Nunca le sacamos nada en claro, ni David ni yo. O eso creo... - No estaba muy segura de los secretos que compartían ellos dos. - Mi hijo pasaba todo el tiempo con él. Le admira como a un dios...


   - ¡Ah, Pavel! - Cerró los ojos respirando hondo. - Tuvo un horrible accidente hace años. Por desgracia Christine no sobrevivió.


   - ¿Chapel? ¿Chris Chapel, la enfermera en el Enterprise? - Carol la recordaba con cierto cariño, ella era la única que la trataba bien en el grupo. Los demás, Nyota en particular, parecían odiarla por cómo su relación con Jim se había convertido en un infierno.


   - Colisionaron sus vehículos, ella murió. Pavel se sintió culpable y abandonó la Tierra. - No quiso dar más explicaciones, no era necesario.


   - ¡Oh, pobre Christine...! ¡Y pobre Pavel! Ahora entiendo... tantas cosas... - Bebió de un trago el resto de su vaso de cerveza y sonrió al ver entrar al diplomático en el reservado. - ¡Buenas noches, St. John! ¿Olvidaste mirar el reloj?


   - Lamento el retraso, Carol. Embajador Sarek... - Saludó con una ligera reverencia de su cabeza y se sentó frente a él, a la derecha de la preciosa rubia que no le quitaba ojo de encima. - Pidamos la cena, estaréis hambrientos...


 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por compartir la historia con vuestros comentarios.

Espero que os guste.

Aporto imagen de Jim con barba... ¡delicioso!

http://cdn.revistagq.com/uploads/images/thumbs/201404/chris_pine_1497_645x.jpg


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).