Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Jim debe llevar urgentemente a Spock a Nuevo Vulcano, su supervivencia está en juego.

Camino a casa




                                                                                               No sin cierto nerviosismo al no obtener respuesta a su llamada, Jim pulsó la clave para abrir la puerta del camarote de su Primer Oficial. Entró seguido de cerca por McCoy. Apenas podían ver nada allí dentro. Cuando sus pupilas se adaptaron a la falta de luz se dieron cuenta de que todo estaba desordenado, como si alguien se hubiera dedicado a lanzar los libros y demás objetos por todas partes; un auténtico caos donde siempre habían reinado el orden y la limpieza.
- ¡Pero qué demonios ha pasado aquí! - Exclamó McCoy.
- ¡Spock! Amor mío... - Le llamó Jim.
- Ha debido de sufrir un exabrupto de furia, mira cómo está todo Jim.
- Al menos ha ocurrido estando a solas, él no soportaría que nadie le viese así. Spock, mi amor, ¿dónde estás?

    Antes de poder verle oyó su respiración agitada. Así le localizó en un rincón en el suelo, entre la cama y la pared. Estaba allí tirado, en posición fetal, todo su cuerpo parecía estremecerse. El doctor se acercó corriendo, tricorder accionado en mano para intentar ayudarle.

- ¡No le toques! - Le advirtió Jim. Pero era demasiado tarde. Spock se sintió atacado e, incorporándose, respondió agarrando brutalmente por el cuello a un aterrado McCoy que apenas podía respirar.
- ¡Spock, basta! ¡Suéltale! - Le gritó Jim.
    Tuvo que forcejear con él para que liberase al médico, quién apartándose, trataba de recuperar el aliento.

- Estoy aquí, a tu lado mi amor. Lo siento... lamento haber tardado tanto.

    Jim repasó mentalmente todo lo que Spock le había enseñado para afrontar el Pon Farr y empezó por acariciarle la cara con los dedos índice y corazón. Spock se arrodilló en el suelo y levantó el rostro hacia su T'hy'la. Sus ojos negros parecían arder en llamas, con su mirada estaba quemándole el alma al propio Jim. Éste intentó conectar psíquicamente con su amante pero le resultaba imposible: ira, dolor, miedo, soledad... todas esas emociones negativas se erguían en la mente de Spock conformando un muro que le resultaba imposible penetrar.

- ¿Y si le administro un calmante? Puede que eso le ayude... - El doctor escarbó en su bolsa hasta que cargó el hipospray. Dudó si acercarse a ponérselo temiendo por su vida.
- Ahora está concentrado en mis dedos, Bones. Es seguro, puedes inyectarle... - Jim continuaba masajeando la mano de Spock, luego su antebrazo, descendiendo y ascendiendo con movimientos lentos hasta llegar de nuevo a la mano.

    McCoy se aproximó lo justo para descargar el contenido del hipospray en el otro brazo de Spock y se alejó de inmediato. El comunicador de la pared junto a la cama no dejaba de pitar. Alguien les llamaba insistentemente desde el puente. Como Jim no hizo por apartarse de Spock fue el doctor quien se acercó a responder. Al otro lado la voz algo alterada de Sulu les advertía de un inminente ataque Klingon.
- Jim, te necesitan en el puente.
- No puedo dejarle solo, Bones. Dile a Sulu que se haga cargo y a Scotty que proporcione toda la potencia necesaria para llegar cuanto antes a Nuevo Vulcano.
- Pero Jim, ¡es un ataque Klingon...!
- No estoy en situación de llevar el mando ahora, créeme. Mi cabeza late como si me fuera a estallar. ¡Nada de lo que me has dado me ha hecho el más mínimo efecto en los últimos tres días!
- Tres días... ¿es posible que el pon farr de Spock te esté afectando a ti también? Tienes un vínculo telepático con él, ¿no es cierto?
    Jim se detuvo un momento a pensarlo... podría ser. Ninguno de los dos se había encontrado bien desde que regresaran de Cestus III. Asintiendo levemente con la cabeza le dio la razón a su médico.

- Aquí McCoy, señor Sulu. - Dijo pulsando de nuevo el intercomunicador. - Ni el Capitán ni el Primer Oficial se encuentran en condiciones de ostentar el mando. Les he relevado por prescripción médica. Tendrá usted que hacerse cargo de la situación. Si es preciso haga subir al puente al Sr. Scott. Tiene mayor graduación que usted aunque algo me dice que será más útil en la sala de máquinas si así logra incrementar la velocidad de la nave. El objetivo prioritario es llegar a Nuevo Vulcano lo antes posible.
- Recibido doctor. Sulu fuera. - Respondió el piloto tragando saliva.
    McCoy se encogió de hombros y respiró profundamente.
- Tendrán que arreglárselas solos en el puente. Jim, ¿puedo hacer algo más por vosotros? - En sus ojos la compasión y la preocupación se reflejaban a partes iguales.

    Kirk no podía pensar con claridad. La nave amenazada por los klingon, Sulu en el puente... y no es que no confiara en él... era el mejor piloto de la Flota y había demostrado sus dotes de mando en numerosas ocasiones, pero el Enterprise y toda su tripulación no dejaban de ser su responsabilidad como Capitán. La cabeza le latía sin cesar, con un dolor sordo que le estaba volviendo loco. Sentía a Spock ardiendo bajo el contacto de sus dedos, no sabía qué más podía hacer. De pronto recordó lo que le había contado acerca de los puntos de presión. Ante la estupefacta mirada de McCoy desabrochó la túnica de Spock dejándole desnudo hasta la cintura y con sus dos dedos, sentado en el suelo junto a él, le fue presionando en el cuello, los hombros, dibujando círculos sobre la ardorosa piel del vulcano hacia los omóplatos y a lo largo de la columna vertebral, con movimientos pausados y repetitivos, una y otra y otra vez.
    
- ¡Eso parece funcionar! Está más tranquilo, respira mejor. ¡Continúa así, Jim! - Dijo McCoy observándoles a una distancia prudencial.


    Tras varios minutos que parecieron horas el comunicador volvió a pitar. La cabeza de Kirk explotó por dentro una vez más y no pudo ocultar una horrible mueca de dolor antes de indicar sin palabras al doctor que respondiera por él.

- Capitán, si está escuchándome, he logrado establecer la comunicación con el número particular de Nuevo Vulcano, pero... - Titubeó Uhura.
- ¿Cómo se las están arreglando con los klingon, teniente? - Preguntó Kirk preocupado aunque sin dejar de realizar los movimientos sobre la espalda de Spock.
- El Sr. Sulu se las ha ingeniado para darles esquinazo en la Nebulosa de la Tarántula. Ahora Monty, digo el Sr. Scott, nos ha proporcionado velocidad warp factor ocho y estamos de camino a Nuevo Vulcano. Chekov ha calculado que llegaremos en unas cinco horas, Capitán.

    McCoy y Jim sonrieron aliviados. Al menos el peligro con los Klingon había pasado.
- Por cierto, la comunicación... - Continuó Uhura. - No ha respondido exactamente quien esperábamos, señor... aún así ¿le paso?
- Adelante teniente. Bones, si no te importa, trae aquí ese monitor.

    McCoy tomó del suelo la maltrecha pantalla, víctima del arrebato de furia que Spock había sufrido, como todo objeto que el vulcano había pillado por banda. Afortunadamente aún funcionaba. La colocó cerca, sobre una silla que enderezó primero, de modo que los tres podrían ver la imagen. Bueno, eso si Spock apartaba la vista de los ojos de su capitán, cosa que no parecía que fuera a suceder. Una figura apareció poco a poco, dejando ver a un hombre de unos sesenta años con una cara sorprendentemente familiar.

- Jimmy, muchacho... ¿eres tú? - Sonó una voz ronca al tiempo que un rostro rubicundo asomaba por el monitor. - Perdona que no hayamos respondido antes. Spock no está en casa, anda reunido con todos esos tipos de las togas, ya sabes a qué me refiero... y yo estaba intentando pescar algo para la cena en el lago. Ha sido toda una sorpresa escuchar de nuevo la voz de Uhura... ¡ah, esa dulce voz, tan joven y preciosa...! Pero dime, hijo. ¿Cuál es el problema?

    McCoy no podía creer lo que estaba viendo y oyendo. ¿James Kirk en Nuevo Vulcano? ¿El James Kirk del otro Universo? ¿Y viviendo con el otro señor Spock? ¡Esto era demasiado!

 

Notas finales:

Como siempre gracias por leer y fuera la timidez a la hora de comentar. Espero que os guste la historia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).