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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

En contadas ocasiones caminas por ahí sin pensar y tus pasos te llevan a tu destino... eso es lo que le sucedió a Sulu aquella noche. Su amada rosa le estaba esperando y no se encontraba sola.

ADVERTENCIA: Capítulo subidito de temperatura.

Una butaca de espectador

 

 

                                                                                            La noche cayó sobre la ciudad. El barro de algunas calles, acumulado por los camiones de limpieza en los bordes de la calzada, le ensució las botas y los bajos de los pantalones. Sulu había caminado sin rumbo durante horas. En su cabeza se sucedían ideas contradictorias: regresar al Enterprise, ir a casa de Jim o a la de Scott, buscar a Selene y quedarse con ella... incluso se vio a sí mismo viviendo en París junto a su esposa y su hija, alejando de su corazón a Pavel y a Khan para siempre.

      De pronto se detuvo ante un edificio cuya familiar fachada de espejo le devolvió su propia imagen. Se sintió ridículo, solitario y patético en su infinita tristeza.

   - ¿Qué es lo que quieres, Sulu? - Se preguntó en voz alta mirándose a los ojos. - ¿Qué es lo que TÚ quieres en realidad?

      No hizo falta responder. Aquel era el bloque de apartamentos donde Peter y Alex tenían su piso. Sin pensar entró al portal usando la conocida clave de su jefe de seguridad, afortunadamente siempre utilizaba la misma: la fecha de nacimiento de Alex. Subió en el ascensor y se preguntó si alguien abriría la puerta. De no haber nadie allí probaría con el código, con suerte podría darse una ducha y cambiarse de ropa. En la penumbra del corredor esperó unos segundos tras tocar al timbre. Oyó unos pasos al otro lado acercándose por el pasillo, la puerta se abrió con sigilo.

   - ¡Sulu! - Exclamó Pavel. - ¡Qué susto! ¡Khan, es Sulu, puedes salir...! - Gritó volviendo la cabeza hacia el interior. - ¿Qué hasses tú aquí?

   - Yo podría preguntarte lo mismo. - Le respondió con media sonrisa.

   - ¡Aparta, atontado! - Khan empujó a su novio a un lado y tomó entre sus brazos al japonés. Con delicadeza le metió dentro del apartamento sin dejar de abrazarle, hundiendo los dedos de su mano derecha en el pelo corto de su amigo, la izquierda frotando enérgicamente la espalda. Sulu se echó a llorar. - Tranquilo, ya pasó... - Le susurró al oído.

   - ¿Y Selene? - Preguntó Pavel observando el movimiento convulsivo en los hombros de Sulu, el llanto era incontrolado.

   - Cariño, si no vas a decir nada agradable mejor te callas. - Pensó Khan para él. - Lo último que necesita ahora es que le recuerdes a su mujer.

   - Lo siento, yo... - Pavel se echó a la espalda del piloto apretándose contra él, encerrando su cuerpo entre el suyo y el de Khan. - Moy drug... *(amigo mío)

 

 

                                                     La luna brillaba llena aquella noche, Spock se tumbó en el jardín de su casa a contemplarla. Leonard estaba a su lado, con la cabeza apoyada en su pecho, embelesado con el ritmo pausado de su respiración.

      Dentro Jim abrazaba a sus hijos en el sofá chester. David estaba triste porque no vería a Pavel en un tiempo; su hermana Amy ya se había hecho a la idea.

   - Entrareis juntos a la Academia. - Les decía con su sonrisa torcida entre la barba. - ¡Los hermanos Kirk! Apuesto a que vais a ser la bomba allí...

   - ¡Ni la mitad de populares que tú, a'nirih! - Rió Amy. Su loco doctor le había contado más de una anécdota un tanto embarazosa acerca de la juventud de su padre.

   - Bueno... - Frunció el ceño fingiendo enojo. - No podréis hacer demasiadas locuras, cielo. Spock va a volver a su puesto de director del departamento de ciencias y os tendrá controlados.

   - Papá... - A David le empezaba a gustar llamarle así. Le encantaba ver el brillo en los ojos de su padre cuando lo hacía. - Spock no dejaba de mirarme durante la cena... ¿crees que aceptará bien que viva con vosotros?

   - Cariño, no te preocupes. - Jim le apartó el flequillo y le besó en la frente. - ¿Sabes lo que estaba pensando mientras te miraba?

   - No... ¿tú sí? - El muchacho le miró atónito.

   - ¡David, ellos leen sus mentes! - Amy se echó a reír de nuevo. - ¡Tonto! El vínculo que les une hace que tengan telepatía entre los tres...

   - ¿Bones también? - El chico estaba sorprendido.

   - Pensaba que eres igual que yo, y en lo mucho que me ama... - Jim le revolvió el pelo con la mano. - Imaginaba lo que podría llegar a quererte, David... Spock está encantado de tenerte en casa.

 

                 La mano del vulcano se deslizó por debajo de la cintura de los pantalones del doctor, hasta rozar con la punta de sus largos dedos la dura y redondeada nalga. Acariciándola con suavidad suspiró.

   - ¿Dónde has dejado tus vaqueros, Leonard? - Le preguntó en un susurro grave.

   - Arriba, en el dormitorio... - Respondió abriendo los ojos de par en par. - ¿No querrás que me los ponga ahora?

   - Más tarde, t'hy'la... ¿Sabes? Creo que aún tengo algo de fiebre. - Spock bajó la cabeza buscando la jugosa boca de su amante.

   - Mucha cara tienes tú... - Bones respondió al beso dejándole entrar a jugar con su lengua, sintiendo el dedo corazón del vulcano adentrándose en territorios secretos.

 

 

                                                Hikaru no tenía idea de donde se estaba metiendo. No comprendía hasta qué punto aquello le marcaría de por vida. Cuando Khan le arrastró al dormitorio de invitados en el apartamento de Peter, el japonés consintió. Cuando desnudó a Pavel con delicados y sensuales movimientos ante sus ojos, consintió. Cuando tumbó al ruso en la cama dejándole ver su hermoso cuerpo y le pidió que le tomase... se volvió hacia él y negó con la cabeza.

   - No puedo hacer eso, Khan.

   - ¡Claro que puedes! Es lo que deseas, lo que siempre has querido. - Le cogió por los hombros y le giró para que mirase a Pavel allí tendido. - Tu rosa, tu preciosa y amada rosa está esperando a que lamas cada pétalo con tu lengua, a que abras su capullo y te metas dentro... Mírale, Sulu. ¡Está impaciente! Observa su sexo, no podría estar más hinchado, esperando tu boca para convertirse en una roca...

     Pavel les devoraba con la mirada desde allí abajo, los ojos aguamarina entrecerrados por la lujuria, la boca abierta, retorciendo muslos y caderas con ansias de ser poseído...

   - Él te pertenece, es tuyo y de Amy... - Sulu se resistía. - ¡Nunca será mío de ese modo!

   - Pero él te desea, ¿verdad mi amor? - Le preguntó con voz vibrante.

   - Da...! - Fue su única respuesta. Pavel se llevó el pulgar de la mano izquierda a la boca y lo succionó goloso para provocar a Sulu.

  - ¿Lo ves? ¡Anda, tómale! - Le empujó desde atrás sin soltarle, acercándole a la cama. - Te lo debo, los dos te lo debemos... por todo lo que te hemos hecho pasar.

   - Khan... ¡Aaaaah! - La mano del moreno le frotaba con fuerza el miembro por encima de la ropa, aquello le hizo gemir de placer. - ¿Y qué harás tú?

   - Mirar... - Respondió bajándole los pantalones, poniéndose de rodillas y quitándole las botas para terminar de sacárselos. - Te salvé la vida, Sulu. A cambio te pido esto: deja que vea cómo le haces el amor por primera vez.

   - Pero... - El japonés no podía entender aquel juego. - ¿No sentirás celos? Tú le amas...

   - Y tú. - Contestó despojándole de la casaca y la camiseta. - Nada me complacerá más que ser testigo de tu amor por Pavel. - Al tiempo que musitaba las palabras le rozó los pezones con las yemas de los dedos hasta dejarlos enhiestos.

      Khan se echó hacia atrás, retiró unas prendas de la butaca en el rincón y se sentó cómodamente allí para disfrutar del espectáculo. Sulu le miraba de reojo, desnudo le costó esconder la excitación, su erección era evidente e hizo que Pavel empezase a gemir y a retorcerse con más ganas sobre las sábanas. Con un gesto de su mano, el moreno le indicó que comenzase. El japonés suspiró y con cuidado se tendió sobre Pavel.

 

        Sus piernas se separaron para recibirle, todo empezó con un beso. Pavel abrió su boca y le buscó la lengua para jugar con ella. La calidez de su cuerpo le quemaba, las manos volaban sobre su piel.

   - Sulu, moy drug... Ya tebya lyublyu! *(te amo) – Susurró Pavel a su oído.

   - Watashi wa anata o aishite! *(te amo) – Respondió en su idioma.

   - Procura no correrte rápido, Pavel. Estás muy excitado... - Le pidió su novio desde su asiento.

   - ¡Oh cállate! - Protestó Sulu. - Si vas a quedarte ahí sin hacer nada no quiero escucharte... ¡Y no uséis la telepatía!

  - Como ordenes, capitán... - Contestó Khan desabrochándose la bragueta y cogiéndose el miembro con la mano. Aquello le iba a gustar...

 

      Las caricias y los besos pronto fueron sustituidos por arañazos y mordiscos, Sulu estaba enardecido, al fin tenía a su rosa para él. Descubrió que a Pavel le gustaba sentir algo de brutalidad en la cama, tal vez a consecuencia de sus experiencias con los klingons, así que Sulu dio rienda suelta a su pasión.

   - Ay da...! - Gritó al sentir sus dientes en la clavícula. Abrazó su cuerpo con brazos y piernas, restregando su sexo contra el duro abdomen de su amado amigo. - ¡Fóllame Hikaru... hasme tuyo! - Le suplicó con la voz rota.

 

       Al principio la sola idea de ir a penetrarle casi le hace terminar de repente. Concentrándose en Pavel, en darle placer, bajó la boca por su pecho lamiendo cada tramo de piel hasta su ingle. El olor de su sexo le enloqueció. Su fuerte aroma varonil le hizo morder la curva interna de los muslos. Entró con su lengua entre los glúteos, deslizándola hacia los testículos y succionándolos hasta notarlos duros entre sus labios. Luego siguió lamiendo toda su longitud, la envergadura de aquel miembro le deleitó: Pavel estaba bien armado. Retiró la cabeza para mirarlo de cerca. ¡Qué hermoso era! Pensó que Khan debía disfrutar y mucho con la virilidad de su amigo.

   - Haslo, Hikaru... No aguanto más... ¡Fóllame! - Volvió a suplicar. ¿O se lo estaba ordenando?

   - Ssschhh... - Sulu estiró el brazo sobre su pecho hasta taparle la boca. El ruso se metió dentro dos dedos y los chupó como si fuesen otra parte de su anatomía.

 

       Entonces quiso probarlo. Se levantó por encima de su cuerpo y le acercó la entrepierna a la cara. Pavel sonrió feliz de tenerle allí arriba, abriendo los labios le devoró por entero. El japonés gritó arqueando la espalda, echando la cabeza hacia atrás... estaba al borde del orgasmo.

   - ¡Oh, vamos...! - Intervino Khan desde su butaca de espectador. - ¡Ni se te ocurra terminar así...!

   - ¡Cállate imbécil...! - Sulu agarró la cabeza de Pavel con las dos manos y le apartó echándose hacia atrás. - ¡Te lo advertí!

 

       El japonés se levantó de la cama para acercarse al moreno. Cuando le vio con su propio miembro duro en la mano sonrió de medio lado. Tirándole del pelo hizo que le chupase allí, forzando su boca, llenándola por completo.

  - ¡Así aprenderás a estarte calladito...! - Le espetó mientras le empujaba el miembro hasta la garganta.

   - ¡Oh, Sulu...! - Pavel se había sentado en la cama, no podía creer lo que estaba viendo. Se llevó sin pensar la mano a su sexo y lo masturbó con fruición.

 

        Cuando consideró que Khan había entendido que debía mantener la boca cerrada, volvió a la cama junto a Pavel. Sin contemplaciones le dio la vuelta, poniéndolo de rodillas le separó las nalgas y entró con fuerza haciéndole gritar.

   - Da... Ay, da! Da, da... daaaaa! - El ruso se deshacía con cada embate, sintiendo la arrolladora pasión de su mejor amigo dentro de sí.

   - He guardado esto para ti durante años, Pavel... Desde aquella explosión de la supernova, cuando supe que nunca conocería a nadie tan hermoso como tú... - Sulu dejó caer el peso sobre su espalda, cada movimiento de sus caderas fue acompañado por un beso, las cicatrices ante sus ojos le hicieron llorar... Y así siguió un buen rato, empujando y besando, haciendo realidad su deseo de poseer a su amada rosa, hasta que el trisquel dibujado por encima de la rabadilla brilló un instante.

   - ¡Aaaaaaah! - Pavel alcanzó el éxtasis, se derramó sobre las sábanas sin necesidad de tocarse siquiera, sacudiéndose en infinidad de minúsculos espasmos.

   - ¡Eso es...! - Khan también soltó su semilla, la mano se le quedó impregnada del blanco y espeso líquido que salió en tres o cuatro chorros. - ¡Oh, Sulu! ¡Ha sido precioso!

   - Aún no he terminado... - El japonés tenía un gran control sobre su cuerpo. Deshaciéndose con ternura de Pavel se fue hacia el moreno y terminó de quitarle los pantalones y el jersey, mirándole a la cara se tendió sobre él.

   - Espera... ¿qué haces? - Le estaba separando las piernas, tumbándolo sobre la butaca y levantándole los muslos hasta tenerlos apoyados por encima de sus hombros. - ¡Ah! ¡No... para!

   - No voy a parar... Khan... quiero tenerte a ti también... - Sulu entró en él con cuidado de no hacerle daño y moviéndose cada vez más rápido, más furioso, hizo que su erección no bajase dándole más y más placer.

   - ¡Ooooh, oh Sulu! - Gritaba sin control alguno de sí mismo. Abrió los ojos azul hielo y vio a Pavel sonriendo sobre la cama, no les quitaba la vista de encima, parecía tan feliz...

 

        Ambos alcanzaron el orgasmo al mismo tiempo. Sulu se vació dentro del sobrehumano y sintió su leche manchándole el vientre. Cuando pudo se puso en pie, tirando de él se dejó caer en la cama con Khan encima. Pavel les abrazó, las seis piernas se hicieron un nudo y sus respiraciones entrecortadas se mezclaron.

   - A los dos... - al japonés le costaba hablar, no tenía apenas aliento tras el esfuerzo realizado, - ...os brillan los tatuajes... cuando os corréis...

   - Da... - Susurró Pavel. - Es raro, ¿verdad?

   - Muy raro... - Sulu dejó que el cansancio se apoderase de su conciencia y se rindió al sueño.

   - Te quiero, Hikaru...

     ¿Había sido la voz de Khan o la de Pavel? A Sulu le dio lo mismo, les amaba a los dos. Ahora lo sabía.

 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por comentar. Creo que no cobran.

Dejo imagen del dormitorio de invitados del apartamento de Peter y Alex en San Francisco.

http://portobellostreet.r.worldssl.net/imagenes_muebles/Muebles-Dormitorio-Dise%C3%B1o-Birke-i.jpg

Hay un par de cajas de pañuelos sobre la mesita de noche a la izquierda de la cama. Cuidado con la butaca, creo que aún está húmeda.


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