Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Al fin llegan a Nuevo Vulcano donde se celebrará el Kal'i'farr entre Jim y Spock.

Kal'i'farr: ceremonia nupcial

 



                                                                                                 El personal cuya presencia había requerido el Oficial Médico Jefe iba siendo inyectado con un hipospray por Christine Chapel conforme entraban a la enfermería.

- ¡Ay! ¿Qué es esto, doctor? ¿Una wacuna? - Se quejó Chekov.
- Vacuna, Pavel. Bien, como sea, ahora todos habéis sido inoculados con el virus de la gripe thelusiana... - Empezó a explicar McCoy.
- ¿Qué? ¿Nos pones enfermos a propósito? ¿Qué locura es esta? - Dijo indignado el señor Scott.
- Monty, cariño. Habrá que hacerle caso al médico... deja que se explique. - Le calmó Nyota acariciándole el brazo.
- Gracias, teniente. Ahora que todos “supuestamente” tenéis la gripe thelusiana, el virus ya corre por vuestra sangre y puede que mostréis algunos síntomas. La enfermera Chapel y yo mismo nos ocuparemos de que descanséis y os recuperéis en tan sólo unos días. Para eso seremos transportados a Nuevo Vulcano, únicamente nosotros y por supuesto Spock y Jim, que aparentemente están algo más graves porque incubaron antes la enfermedad... Así evitaremos el contagio del resto de la tripulación, ¿comprendido? - McCoy inclinaba ligeramente la cabeza a la par que sonreía, dando a entender algo muy distinto de lo que estaba diciendo.
- Pero yo no tenía gripe... los rusos nunca enfermamos de gripe. Tenemos unos genes extraordinarios que nos protegen de pequeñesses como esa.
- ¡Oh, Pavel...! Se trata de Spock y del Capitán. Su secreto, ¿entiendes? - Le explicó Uhura.
- ¡Ah, claro! - Dijo como si hubiera comprendido. - ¿Y qué hemos venido a hasser a Nuevo Vulcano?
- Bueno, ya está bien de perder el tiempo con tonterías. Scott, vamos todos a la sala del transportador y bajemos a las coordenadas del Nuevo Monte Seleya. Allí nos están esperando.
- Desde luego, doctor. El transportador registrará que todos tenemos la gripe. - Dijo Scott guiñándole un ojo y tomando a Uhura de la mano para encabezar la expedición.

    Al entrar en la sala al Ingeniero Jefe le bastó con una seña de su cabeza para que el suboficial de guardia abandonase su puesto en la consola de transporte. El grupo se posicionó sobre las plataformas circulares. Al instante entraron el Capitán y el Primer Oficial, desnudos de cintura para arriba, y con aspecto de encontrarse ambos extenuados. McCoy les ayudó a subir los escalones. Jim sostenía el cuerpo de Spock apretando su pecho contra la espalda de éste... No te apartes de él ni un segundo, ni un milímetro... la voz del almirante Kirk resonaba en su dolorida cabeza. Scott corrió hacia la plataforma una vez activó el mecanismo tras introducir las coordenadas. La luz azulada brilló y sus moléculas empezaron a desintegrarse del Enterprise.
                


        Desde el altar del Monte Seleya podía observarse la lenta puesta de sol tiñendo el cielo de tonos anaranjados. Sarek, Kirk y Spock habían hecho todo lo posible por disponer lo necesario para la ceremonia: las túnicas blancas para los cónyuges, la cinta del mismo color con la que sus manos serían unidas, la copa de Oporto Vulcano de la que tendrían que beber tras declarar su unión... Faltaban multitud de detalles pero teniendo en cuenta la urgencia de la situación y que ni aquello era Vulcano, ni los futuros esposos eran de sangre pura – uno era medio humano y el otro lo era totalmente – los preparativos serían suficientes.

- Yo mismo acondicionaré la mente del joven capitán Kirk, Sarek. Creo que podría hacerlo dado que prácticamente Spock y yo somos parientes. No es preciso que formes parte de la ceremonia si no es de tu agrado. - Dijo Spock prudentemente.
- Se trata de mi hijo... y de su futuro esposo. He de ser yo quien les otorgue la bendición. Si T'Pau estuviera aún entre nosotros sería ella quien oficiase la ceremonia. En su ausencia será para mí un honor que tú, Spock, te ocupes de presidirla.
- La última vez que hablé con McCoy en el Enterprise me dijo que se le había ocurrido algo para ser transportados aquí directamente. Creo que el joven Spock no está en condiciones de subir por su propio pie los escalones. – Dijo Jim señalando el impresionante ascenso. - Ya deben estar a punto de llegar.
- Así se hará entonces. - Agregó Sarek con sobriedad.

    Lo cierto es que estaba deseando volver a ver a su hijo y estar presente en el momento más importante de su vida: su boda.


                Nyota abrió los ojos después de ser teletransportada a la explanada del Monte Seleya. Así que éste es el santuario de Nuevo Vulcano, pensó. Su aspecto era imponente, sobrecogedor. Con altísimas columnas de piedra rodeando el altar en el centro y una fuente de extrañas formas frente a él. Se quedó embobada por el color ocre de la roca escarpada que circundaba el aislado lugar fundiéndose en una amplia gama de naranjas a la puesta de sol. Unos pocos escalones les separaban del lugar ceremonial donde tres figuras familiares les esperaban. Reconoció a Sarek, el padre de Spock y al Embajador Spock del otro Universo pero... ¿quién era aquel humano corpulento que la miraba con aquella sonrisa tan encantadora?

- ¿Jim? Quiero decir... ¡Almirante Kirk...! ¿Es usted? - Había escuchado su voz antes en la nave y había pensado si no se estaría volviendo loca, pero ahora, la seducción de aquella sonrisa no dejaba lugar a dudas.
- Nyota, es un placer volver a verte, querida. - Dijo abrazándola y plantándole un sonoro beso en la mejilla. - ¡Bienvenidos todos, amigos! - Exclamó ahora dirigiéndose a los demás. - Mis muy queridos y viejos... no, JÓVENES amigos.
- Almirante, ayúdenos... - Jim sujetaba a duras penas el cuerpo de Spock. Él mismo estaba agotado, el intenso dolor de cabeza estaba a punto de hacer que se desmayara.
    
    Spock y Sarek avanzaron hacia ellos. Bones fue a echar una mano pero el Almirante Kirk le detuvo. Los demás se quedaron atrás mirando cómo el viejo Spock tomaba al joven Spock del brazo y le acercaba a la fuente sagrada. Allí terminó de retirar la negra túnica de su cuerpo desnudo y refrescó su piel con el agua purificadora. Luego le vistió con una túnica blanca. Ahora había dejado de temblar. Bones se quedó más tranquilo.

    Sarek se había quedado mirando fijamente a los ojos del joven Jim, pidiendo en silencio permiso para entrar en su mente. Él comprendió y consintió, dejando que le pusiera la mano sobre el rostro presionando los puntos de unión psíquica.

- Tu mente y mi mente unidas en una sola mente... Capitán James Tiberius Kirk, ¿amas a mi hijo Spock y es tu deseo unirte a él de por vida?
- Amo a tu hijo Spock. Sí, deseo unirme a él de por vida...
- Tu mente está preparada, James Tiberius Kirk. Veo que eres su T'hy'la, veo que has establecido con mi hijo el tel *(vínculo), yo te doy mi kudaya *(bendición) para que puedas unirte a mi hijo Spock y alcanzar juntos el Kah-ka *(la unión)

    Los dos permanecieron en silencio unos segundos, el uno frente al otro, la mano de Sarek en la cara de Jim. Hasta que de pronto se separaron. El joven capitán sonreía: ya no le dolía la cabeza.

- Bones, sé un buen amigo y ayuda a Jimmy. – Le dijo el Almirante con media sonrisa.
- Pero, ¿qué tengo que hacer? - Preguntó McCoy algo perdido.

    Kirk se le acercó y le susurró unas palabras al oído. Bones levantó las cejas con sorpresa, luego se encogió de hombros, carraspeó y se encaminó hacia su capitán.
- Jim, no te tomes esto como algo personal, es parte de la ceremonia, además no olvides que soy tu médico. - Le dijo todo aquello mientras le quitaba las botas, los pantalones y lo dejaba tal cual su madre le había parido.
    
    Luego se acercaron a la fuente, le echó un poco de agua sobre la cabeza y el pecho para inmediatamente, y con todo el pudor del mundo, vestirle con otra túnica blanca.

- Nunca pensé que tendría que verles desnudos... en Rusia no hassemos así las bodas. – Comentó Chekov por lo bajo a Sulu que estaba a su lado.
- No será la primera vez que les vean así... - Dejó caer el Almirante Kirk entre risas.

    Una vez la pareja había sido purificada y vestían el blanco tradicional, el señor Scott apartó su enorme mano de los ojos de su prometida quien había estado todo el rato protestando divertida.
- Sólo quería ahorrarte el espectáculo, cielito.
- Tarde, ya les he visto desnudos antes...
- ¿A los dos?
- No seas celoso, Monty... no te pega. - Dijo besándole en el cuello.
- Lo de Spock lo entiendo, pero ¿al Capitán? ¿Cuándo le has visto tú desnudo?
- En la academia tuvo un lío con mi compañera de cuarto y les sorprendí una noche... y ahora cállate. Creo que viene la parte importante.

    Uhura tenía razón. La ceremonia nupcial en sí estaba a punto de comenzar.

Notas finales:

Gracias por leer, y espero que no os dé por llorar en las bodas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).