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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Un capricho, una excentricidad, medio en broma medio en serio Sulu hace que su rosa y su violeta cumplan con el fetichista deseo más retorcido de su imaginación.

Advertencia: este capítulo no se debe leer comiendo ni bebiendo, para evitar el riesgo de atragantarse y/o ensuciar la pantalla al escupir.

 

Tú blancas, yo lilas

 

 

«¿No es cierto que cuanto más culto se es, más se saborean los placeres de la voluptuosidad?

 

¿Y qué necesidad hay de sentirse encadenado a otras sensaciones distintas a las del placer?»

 

Fragmentos de Historia de Juliette o las prosperidades del vicio - Marqués de Sade.

 

                                                                                                     El capitán Sulu recabó toda la información que habían podido extraer del tricorder que Khan llevó a Talos IV, la sumó a la que la computadora central del Enterprise y el ordenador de a bordo de la Galileo VI obtuvieron y se la envió a Jim a la Tierra. Después abandonó el puente de mando, era la hora del descanso para comer.

              Había ordenado a sus flores que preparasen un almuerzo ligero en su camarote, quería disfrutar de su compañía a solas. Una ensalada de fruta y algunos fiambres. No deseaba llenarse el estómago demasiado, ya había tenido más que suficiente con el copioso desayuno japonés de Pavel.

          Le complació en extremo encontrarles allí esperándole para atacar los sabrosos platos. Obedientes, sonrientes, perfumadas flores con sus pétalos de sedoso tacto desplegados para él. Les acarició las mejillas a ambos sentándose en el medio. Khan tomó entre los dedos un gajo de naranja y se lo acercó a los labios al japonés. Iba impregnado en aceite de sésamo, con unas tostadas semillas de amapola sobre él. Los aromas le envolvieron la nariz y Sulu de inmediato empezó a salivar, abriendo los labios para recibir la fruta de la mano de su amante.

      Ahora era Pavel quien le rozaba la boca con una fina loncha de pastrami enrollada cuidadosamente sobre un trocito de queso mozzarella, rociada con unas gotas de pesto de albahaca genovesa. Toda una delicia que le explotó en el paladar, mezclándose con el ácido sabor de la naranja, llevando a su cerebro las encantadoras sensaciones y haciendo estallar en su sangre un torrente de dopamina, la hormona del placer, que hizo que se le empañaran los ojos.

   - ¿Te gusta, moy drug? *(amigo mío) – Preguntó el ruso cantarín, sabiendo de antemano la respuesta por su cara de gozo. - Lo ha preparado Khan espessialmente para ti. ¡No sabes la que hemos montado en cossinas! - Se rió a carcajadas.

   - No te preocupes, capitán. - Añadió el moreno limpiando las gotas de aceite que resbalaban por la barbilla de Sulu con una servilleta. - Lo hemos recogido todo dejándolo como estaba.

   - ¡Qué remedio! - Pavel seguía riendo. - Esa sargento cossinera tiene un carácter terrible...

    Sulu conocía a la suboficial encargada de las cocinas, la sargento García. Levantó las cejas y se echó a reír; imaginaba a la rubicunda mujer, con su uniforme de color verde oscuro, puesta en jarras y observando cómo sus dos florecillas le desordenaban sus dominios.

   - ¡Ay, Hikaru... - le besó en el cuello, dejando caer la cabeza sobre su hombro, - ...cómo me gusta verte reír, moy drug!

   - ¿Quieres un poquito más, cariño? - Khan le ofrecía otro pedazo de fruta de la ensalada, melocotón esta vez.

   - No... ahora me apetece otra cosa. - Respondió agarrándole el pelo por detrás de la cabeza. - Desnudaos el uno al otro, y hacedlo muy... muy despacio. - Pidió sonriente, sabiendo que siendo el Rey sus deseos eran órdenes.

   - ¡Por fin nos pides algo interesante...! - Se alegró el ruso.

        Continuó tranquilamente con su almuerzo encantado con las vistas; el japonés observó a su violeta retirando las prendas del cuerpo de su rosa, y a ésta girando en torno a la primera para despojarla poco a poco de sus vestiduras. Cuando llegaron a la ropa interior se detuvieron. Sulu tenía algo para ellos.

   - Poneos esto. - Les lanzó dos braguitas a la cara. - Pavel las blancas, tú, Khan, las de color malva.

   - ¿Qué? - Pavel se sorprendió. Estirando entre sus manos las bragas blancas le miró con los ojos completamente abiertos. - ¿Quieres que me ponga “esto”? - Se las plantó delante de las narices, agitándolas con verdadero fastidio.

   - Estarás algo apretado ahí dentro, procura que no asome nada por ninguna parte. - Sulu le devolvía la mirada acompañándola de una pícara sonrisa.

   - Vamos, cariño. No es para tanto, piensa que son unos slip. - Khan ya se había bajado los calzoncillos hasta los tobillos e introducía uno de sus pies por la prenda lila. Luego se ajustó sus partes dentro y abriendo los brazos a los costados giró sobre sí mismo para exhibirse ante Sulu. - ¿Así? ¿Te gusta cómo me queda?

   - Es humillante... - Se quejaba el ruso obedeciendo a su amigo. - ¡Unas bragas! ¡Y con puntillitas! ¿No había nada más ridículo?

   - Son las únicas que he podido conseguir. - Respondió el capitán.

 

           Lo cierto es que tuvo que armarse de valor para pedirle a la teniente Sjare que le dejase aquellas prendas. Rió recordando la cara que ella puso cuando le suplicó que buscase entre sus pertenencias dos bragas, a ser posible algo sexis, y exactamente de los colores que precisaba: blanco para su rosa, malva para su violeta.

   - No son para mí, no piense mal. - Trató de aclararle. - Es una especie de broma, nada más. Hoy es mi cumpleaños y...

   - No tiene que darme explicaciones, señor. - Becky se había ruborizado con semejante petición pero sabía que no se debía a ninguna atracción que su capitán pudiera sentir hacia ella. - Son para el oficial científico y el ingeniero jefe, ¿verdad? - Entendió que la relación que ambos hombres mantenían con Sulu era algo especial, pudo ver algunos detalles durante la boda de Peter y Alex, ex-compañeros suyos en el Excelsior.

   - Así es, Sjare. - Reconoció el japonés con una sonrisa. - Yo... bueno, le estaré agradecido si...

   - Deme cinco minutos. - La muchacha se dirigió a su camarote, creía tener lo que su capitán necesitaba en uno de los cajones de su armario ropero.

 

         Al ver a Pavel pelear con la escasa tela, medio transparente por encontrarse tan estirada sobre su voluminoso paquete, intentando que sus pelotas no se salieran por los lados, Sulu no pudo evitar la carcajada. Khan se tuvo que sentar en la cama, tampoco podía dejar de reír.

   - ¡Ay, lyubimiy moy... *(amor mío) - pensó para él en silencio, - ...recuérdame a quién de los dos se le ocurrió la brillante idea de hasserle hoy Rey por su cumpleaños!

   - ¡A ti! - Le respondió su novio en voz alta desternillándose. El culo de Pavel se veía muy apretado dentro de las braguitas de encaje.

   - ¿Usando la telepatía otra vez? - El japonés lo había advertido, se levantó molesto y tiró de la oreja del ruso hasta hacerle algo de daño. - Tendré que darte unos azotes, sabes que no me gusta que habléis entre vosotros sin que me entere.

   - Ay, yebát! *(joder) – Se quejó. - ¡Prometo no volver a hasserlo, Sulu!

       Ya era tarde, el japonés se sentó en la cama junto a Khan, tirando del brazo de Pavel hasta tenerle tendido boca abajo sobre sus rodillas. Mirando al moreno se rió travieso. Levantó su mano y palmeó el precioso culito del ruso hasta hacer enrojecer ligeramente las nalgas.

   - Así aprenderás, rosa mía. - Le soltó dejando que se pusiera en pie. A Sulu le pareció ver que Khan cruzaba las piernas para ocultar una incipiente erección, aquello le había puesto cachondo.

   - ¡No vuelvas a hasser eso! - Protestó enérgico Pavel frotándose las cachas. - Hoy pase, es tu cumpleaños... ¡Pero nunca más! - No le gustaba la sensación de sentirse castigado como un niño, tal vez porque en su infancia más de un profesor le hizo lo mismo en San Petersburgo.

   - ¡Ya basta! - El japonés se puso en pie y le miró desafiante. - Se ha hecho tarde, vestíos.

   - ¿Con esto puesto? - Consultó Khan prudentemente, señalando la ropa interior femenina.

   - Las llevaréis lo que queda de día. Mientras trabajamos quiero imaginaros así, en braguitas... - su sonrisa retorcida dejaba claras sus intenciones, - ...hasta que esta noche os las arranque con los dientes. - Tras decir aquellas palabras les besó en los labios, primero su violeta, su rosa después, tomándoles a los dos por la cintura y apretándoles las posaderas tras haberlas acariciado. - ¡Vamos! ¡A vuestros puestos, señoras mías! - Les llamó así con evidente burla.

 

 

                                                La hora del almuerzo se le pasó volando; había sido delicioso, divertido y extremadamente placentero. Sulu regresó al puente de mando. Hizo una pequeña reverencia a su teniente de comunicaciones nada más entrar. Tendría que comprar unas bragas para ella o recompensarla de alguna otra manera, tal vez con un permiso: no pensaba devolverle las que le había prestado.

       Giró la silla hacia la derecha para ver a Khan inclinado sobre su consola. Debía sentirse algo incómodo, pues no dejaba de tirarse de la entrepierna del pantalón, pellizcando la tela una y otra vez. Sulu se sonrió, aquella idea le excitaba la imaginación.

   - Teniente Checov, suba al puente. - Ordenó por el comunicador del brazo de su silla. - Quiero que le eche un vistazo a la consola del piloto.

   - Sí, capitán. - Respondió Pavel de inmediato. - Estoy en camino.

   - Señor... - El joven alférez se volvió para mirarle. - No le ocurre nada a mi puesto.

   - Edward, a veces es mejor prevenir que curar. - Contestó el japonés. Lo cierto era que estaba deseando ver al ruso allí agachado, delante de sus narices, y con las braguitas blancas por debajo del pantalón del uniforme.

   - Sulu... - Peter entró al puente, traía una tableta que le pasó a su capitán. - Echa un vistazo. Tío Jim ha recibido los datos que enviaste y parece que está llegando a conclusiones algo sorprendentes.

       El capitán observó la pantalla táctil, pasando el dedo para leer el texto y ampliando las imágenes. Su amigo Jim creía que ese planeta, Talos IV, no era lo que aparentaba. Aún no tenía una idea muy clara pero todo apuntaba en una dirección: los Kazon.

   - Teniente Sjare, localice a la general T'rak en Rómulo y solicite una tele-conferencia. Cuando la tenga me la pasa al despacho. - Le pidió con media sonrisa, la cara de la muchacha cada vez que le miraba le hacía pensar en la ropa interior de sus amantes.

   - ¡A ver! ¿Qué le pasa a la consola de navegante? - Pavel entró con su jersey rojo remangado y la caja de herramientas en la mano.

   - Nada, señor. - Respondió torpemente Quiroly.

   - Levántese, alférez. - Ordenó Sulu. - El ingeniero jefe “tiene” que desmontar su consola y asegurarse de que todo funciona adecuadamente. - Dijo poniendo énfasis en el verbo tener, dando a entender a Pavel que aquel era otro de sus deseos de cumpleaños.

   - Ay, yebát! - El ruso se arrodilló para ponerse manos a la obra. - ¡Que termine este día, por todos los dioses...! - Exclamó por lo bajo.

   - Revisa a fondo ese puesto, Pavel. - Sulu estiró la pierna y le pateó ligeramente el trasero con su reluciente bota dándole un puntapié.

    Peter les observaba aguantándose la risa, sabía de qué iba todo aquello, aunque casi se le caen los ojos al suelo al ver cómo, por encima de la cinturilla del pantalón negro del ruso, asomaba una fina tira de encaje blanco cuando éste se agachó. Su risa se volvió muda, la boca abierta con la mandíbula casi desencajada. Miró a su superior atónito.

   - Las de Donald son de color malva. - Le susurró el japonés con complicidad.

       El jefe de seguridad se giró para mirar a Khan con los ojos igual de abiertos y los labios ahora metidos hacia dentro, encerrando la sorpresa. Acabó escupiendo una carcajada cuando el moreno se encogió de hombros mirándole con los ojos azul hielo.

   - ¡Me matas, Sulu! - Negó con la cabeza sin dejar de reír. - Voy a llamar a Alex, esto no puede perdérselo. - Dijo pulsando el botón de la silla de su capitán para contactar con la bahía médica.

 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por los comentarios, son un bálsamo para mí cada día que me enfrento a la página en blanco para continuar con el fic.

Dejo imagen de las flores en ropita interior... tendréis que añadir un poco de imaginación al asunto... jajaja!

http://www.casimages.es/i/140807105520343309.jpg.html


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