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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

La nueva familia del Canciller Korrd acogerá, brevemente y sin saberlo, al joven e inconsciente dios del vino en su hogar.

El Enterprise sufre un ataque sorpresa y Sulu no acaba bien parado. Ahora Pavel, segundo al mando, tendrá que hacerse cargo de la situación.

 

No estamos solos

 

                                                                                               La noche era cerrada, desde que Praxis había explotado ya no había luna llena sobre Kronos. Las estrellas brillaban en la distancia y el capitán Klaa regresaba a su casa después de una dura jornada en su despacho del Alto Consejo Klingon. Como Azetbur se encontraba en HarOs, trabajando por la paz con el Imperio Romulano, el canciller Korrd era el máximo representante de su gobierno en Kronos y Klaa se ocupaba, no sin esfuerzo, de que sus órdenes fuesen cumplidas.

           Caminaba aprisa por las estrechas calles de la ciudad, tenía ganas de estrechar entre sus brazos a su esposa, Bazthum. Desde que la había dejado encinta le costaba ausentarse de su lado, aunque sólo fuera por unas horas. Su preciosa guerrera estaría aún más hermosa con la tripa hinchada.

             Iba imaginando su redondeado vientre cuando tropezó con el cuerpo de aquel joven. Parecía humano, tenía ese aspecto, y no imaginó ni por un segundo que pudiera tratarse de un ser de otra Galaxia.

   - ¡Eh, amigo! - Le dijo agachándose a su lado. - Este no es lugar para dormir.

    No respondió. Debía estar borracho, inconsciente. Le agitó por los hombros, le agarró la cara y le abofeteó. Acercándose olió su aliento.

   - ¡Vino de sangre! - Refunfuñó. - ¡Maldito idiota! Los humanos no aguantáis nuestra bebida... - Metiendo la mano por debajo de la axila del joven le propinó un tremendo pellizco que le hizo abrir los ojos.

   - ¡Aaaaaaaaaah! - Chilló Dionisio.

   - ¡Necesitas un médico! Te llevaré a mi casa y te procuraré la atención adecuada... - Klaa se echó hacia atrás, calculando cómo tomarlo en brazos sin romperle ningún hueso.

    Parecía frágil. Era delgado, poco musculoso aunque fibroso, el klingon dedujo que no debía tener más de veinte años. Con el pelo castaño ligeramente ondulado y la piel blanca, el joven le resultó extrañamente hermoso. Los ojos eran de un color difícil de definir, toques de azul, verde y gris en sus iris relucían bajo la escasa luz algo turbios por la elevada ingesta de alcohol.

   - ¿Cómo te llamas, chico? - Le preguntó tirando de su brazo derecho para echárselo sobre el hombro.

   - Dionisio... - Murmuró el dios desmayándose boca abajo sobre el enorme klingon.

 

                   El Canciller Korrd acababa de recibir un mensaje de su colega, la señora de la casa D'Ghor. Azetbur le informaba de lo sucedido con la Enterprise en Talos IV y de la posibilidad de un ataque por parte de los Kazon a los humanos. Se quedó preocupado, ella y T'rak irían en búsqueda de la nave de la Flota para protegerles si fuera necesario. No sabía si decirle a Klaa todo aquello, ahora que iba a ser padre tal vez no fuese lo más conveniente hacer que se involucrase en semejante conflicto.

   - ¡Sol de mis días! - Llamó Bazthum a su esposo nada más verle entrar en casa. - ¿Qué traes ahí?

   - Luna de mis noches... Es un humano ebrio que me he encontrado en la calle. - Dejó al dios tendido sobre el gran sofá del salón. - Llama a un médico, uno que sepa cómo curar a los de su especie.. ¿Está Korrd en casa?

   - Tu padre se encuentra trabajando en su despacho, le diré que venga. - Bazthum besó a su marido y se marchó, mirando de reojo al joven que yacía en su sofá.

       Klaa se arrodilló junto al cuerpo del dios, le puso la mano sobre la boca para comprobar si aún respiraba. Le pareció que sí, pero muy débilmente.

   - ¡Luna de mis noches! - Gritó. - ¡Que ese galeno se apresure o el joven morirá!

   - Deja que le eche un vistazo... - El viejo Korrd se inclinó sobre el muchacho, apartó los largos cabellos ondulados de su frente y forzó el párpado a abrirse. - Es tarde, se va. - Concluyó a la vista de lo apagado que estaba aquel ojo.

   - Maw' tok, ¿qué es eso? - Klaa se apartó del cuerpo alejando a su vez a su querido ex-general.

       Una sombra negra, como un lienzo, fue adquiriendo forma en torno al dios, envolviéndolo con su oscuridad hasta hacerle desaparecer ante sus ojos.

   - El médico llegará enseguida... - Bazthum se agarró el vientre donde llevaba a su hijo con ambas manos, de la impresión le pareció que el pequeño feto se había movido. - ¿Dónde está el humano?

   - Ha... - Korrd balbuceó, - ...él... ¡Él ha desparecido!

   - Kaf'la? *(cómo puede ser) – La klingon se tambaleó sorprendida, su marido acudió a sostenerla.

   - Algo se lo ha llevado, luna mía... - Le respondió sujetándola entre sus fuertes brazos.

   - Ese joven no parecía de este mundo. - Korrd sacudió la cabeza, aquello había sido insólito.

       El viejo canciller se giró para contemplar cómo su hijo adoptivo, Klaa, se ocupaba de su esposa y su futuro retoño. Decidió en ese momento no decirle nada acerca de los Kazon. Tal vez no fuera necesario, quizás Azetbur y T'rak podrían ocuparse de ellos junto al Enterprise... Por ahora no separaría a su familia; con suerte, no llegaría a haber una guerra. Acercándose a los dos les envolvió en un tierno abrazo protector.

 

 

 

   - Da poshel ty! *(¡vete a la mierda!) - Le espetó dándole un empujón al pelirrojo.

     Pavel estaba harto ya de las estúpidas bromas de Peter. Mientras sacaba los tres cafés, descalzo y sin camiseta, vestido solamente con los pantalones negros, tuvo que aguantar que el jefe de seguridad le preguntase nombre y rango fingiendo que tomaba nota en su tablet.

   - No se puede ir así por la nave, teniente Chekov. - Siguió bromeando. - Tendré que amonestarle.

   - Por si no sabes ruso acabo de mandarte a la mierda, Peter. - Le repitió cogiendo el segundo vaso y preguntándose qué haría con el tercero.

   - ¿Y las braguitas? - Inquirió el barbudo tirando ligeramente de la cinturilla del pantalón para asomarse a mirar dentro. - ¡Oh, vaya! - Le soltó al ver que no llevaba nada debajo.

   - ¿Te ha gustado lo que has visto? - Se rió Pavel, su amigo se había puesto colorado al contemplar su blanco trasero.

   - ¡Lárgate, gilipollas...! - Contestó dándose la vuelta y echándose a reír.

       El ruso tuvo que hacer uso de su poder de telequinesia. Caminó despacio, concentrado, haciendo flotar el tercer vaso de café sobre los dos que llevaba en sendas manos. El problema vino cuando se topó con la puerta cerrada. Sonrió y utilizó el tel (vínculo) para indicarle a Khan que le abriera.

   - Sujeta éste, se me va a caer... - Le pidió levantando las cejas y señalando con su nariz el vasito de café flotante.

   - ¡Mi brujo! - El moreno se rió, los poderes de Pavel eran realmente útiles.

   - ¡Sulu! - Le llamó dejando los cafés sobre la mesa. - ¿Dónde estás, moy drug? *(amigo mío)

   - En el baño, déjale... - Khan le agarró por la cintura y le besó la espalda, justo donde empezaban las cicatrices.

   - ¡Ese Peter es un incordio! ¿Sabes que quería ponerme una multa por ir sin el uniforme completo? - Pavel se dio la vuelta y besó los jugosos labios de su novio.

     Cuando el capitán Sulu salió del aseo les vio así, entrelazados, mimosos... algo se le movió dentro del corazón. Se pegó a ambos y les cubrió con pequeños besos por todas partes.

   - Mmm... Hikaru... ¿Quieres más de lo que te di anoche? - Pavel usaba su tono más cantarín.

   - Fuiste un poco salvaje, pero me gustó... - Le respondió acariciándole el pecho desnudo. Sus tetillas le volvían loco, siempre le habían gustado aquellos pezoncitos sonrosados, bombones de fresa que lamió juguetón.

   - ¿Te hisse daño? - Le preguntó preocupado, la verdad es que no había podido controlarse.

   - No mucho, tranquilo. - Contestó levantando la cara y mirándole a los ojos aguamarina.

       El intercomunicador de encima de la mesa silbó interrumpiéndoles. Khan se inclinó a responder.

   - Aquí el teniente Black, adelante. - Dijo con su marcado acento británico.

   - Señor, el escáner detecta una nave desconocida acercándose a toda velocidad. - La voz del alférez Quiroly les informaba desde el puente.

  - Vamos enseguida. Black, corto.

  - ¡Mierda, Pavel...! - Protestó Sulu frotando su erección contra el cuerpo de su amante. - Tendremos que dejar esto para más tarde.

 

              Los tres terminaron de vestirse para acudir rápidamente a sus puestos. Pavel recibió un beso de ambos antes de ir a la sala de máquinas, Sulu y Khan tomaron el turboascensor hacia el puente de mando. La señal de alerta amarilla brillaba por todos los pasillos de la nave.

   - Edward, informa de la situación. - Solicitó el japonés a su joven alférez, sentándose ya en la silla de capitán.

   - Están a menos de una hora de nosotros, señor. Desconocemos su origen y sus intenciones. - Respondió Quiroly tomando los mandos de su puesto de navegante.

   - Escudos a máxima potencia. Teniente Sjare, llame a esa nave, solicite identificación. - Ordenó balanceándose a izquierda y derecha como solía hacer Jim. - Donald, haz un análisis, quiero datos de esos desconocidos.

   - Sí, capitán. - Respondió el moreno inclinándose sobre su consola de investigación científica.

   - Y Sjare... - añadió Sulu girándose a mirarla, - ...informe de esto a la Flota, que sepan que no estamos solos.

 

                        Los interminables minutos transcurrieron en silencio. Khan trató de identificar la procedencia de aquella nave, por su trayectoria y velocidad dedujo que venía de algún lugar próximo al planeta Ocampa.

   - ¡Kazons! - Exclamó Sulu aferrándose a su silla. - Teniente... dígaselo a la Flota. - Se puso en pie, en la pantalla principal apareció ante sus ojos un impresionante crucero de guerra.

   - No responden a nuestras llamadas, capitán. - La teniente de comunicaciones empezaba a temblar, aquel silencio no era bueno.

   - Donald, amplía la imagen. - Le ordenó Sulu.

       Sus ojos rasgados se encogieron, apretando los labios, en pie tras el puesto de artillero.

   - Prepare los fásers, alférez Norton. - El hermano pequeño de la doctora Claire manejaba el puesto con habilidad. - Puede que tengamos que defendernos. ¿Qué es eso...?

       Sulu observó un parpadeo brillante bajo una de las alas del crucero enemigo. De pronto todo el Enterprise se estremeció. Un impacto les había alcanzado haciendo que la nave se sacudiera con fuerza. El japonés perdió el equilibrio y cayó de espaldas, con la mala suerte de acabar golpeándose la cabeza contra los pies de su propia silla.

   - ¡Nos atacan! - Gritó Norton comprobando los datos de su consola. - Las defensas han aguantado, señor... ¿Capitán?

  - ¡Sulu! - Khan corrió a atenderle, acariciándole el rostro y comprobando que se hallaba inconsciente por el golpe. - Anata...! *(cariño) – Exclamó asustado. - ¡Sjare, llame al doctor Freeman al puente! - Ordenó.

   - ¿Qué hacemos, teniente Black? - Le preguntaba Quiroly ya que el moreno era el oficial al mando en el puente, en ausencia de Sulu y Pavel.

   - ¡Sáquenos de aquí! - Gritó. No podía pensar en nada más que en Sulu desmayado entre sus brazos, con un fino hilo de sangre brotando de la herida en su cabeza por detrás de la oreja izquierda. - Informen a la Flota del ataque y pónganos a salvo, Quiroly... Entre en velocidad de curvatura, rumbo al cuadrante Beta. - Pensó que aproximarse al Excelsior y salir de aquel espacio era lo más sensato.

   - Sí, teniente. - El alférez obedeció, estaba de acuerdo con las órdenes de Black.

   - Sulu, mi amor... abre los ojos... ¡Cariño! - Khan temblaba, apretando el cuerpo de su amante contra su pecho comenzó a acunarle sin darse cuenta.

   - ¡Deja que le examine, Donald! - Alex ya hacía zumbar su tricorder alrededor de Sulu. - Tiéndele en el suelo... - Le pidió.

       Mientras el médico comprobaba las constantes vitales de Sulu, Khan se llevó la mano a la mejilla, una lágrima furtiva había escapado de sus ojos. Entonces se dio cuenta, no había cerrado su mente... Sintió que Pavel corría por los pasillos de la cubierta A presto a subir al puente de mando, en breve aparecería por las puertas del elevador. Acudió allí para abrazarle en cuanto llegara.

   - Sufre una conmoción, nada grave, pero no es la primera así que le llevaré a la enfermería para tenerle vigilado. - Alex, con un gesto de su mano, ordenó a uno de los hombres de jersey rojo que le ayudase a cargar con Sulu.

   - Lyubimiy moy... *(amor mío) - Pavel tropezó con él al entrar en el puente. - ¿Qué le pasa? Ay, moy drug... ¿está bien?

   - Se recuperará, cariño. No temas. - Susurró Khan a su oído.

   - Me lo llevo abajo. Deberíais quedaros aquí los dos, ahora estáis al mando. - Alex se despidió entrando con el tripulante y Sulu al turboascensor. - ¡Cubierta B! - Dijo enérgico, no quería perder tiempo en terminar de curar aquella brecha en la cabeza de su capitán.

       Khan palmeó a Pavel en el hombro, había que hacerse cargo de la nave y él era el segundo al mando.

   - He ordenado poner rumbo al cuadrante Beta. - Le informó.

   - ¿Quién nos ha disparado? - Pavel le miraba aún desconcertado.

   - Un crucero de guerra Kazon... - Bajó los ojos, los de su novio se habían abierto de par en par.

   - ¿Has informado a la Flota? - Le interrogó, no estaba seguro de que Khan fuese capaz de recordar los protocolos de actuación.

     El moreno asintió, Pavel se sentaba a la silla de capitán y él regresó a su puesto.

   - Se pondrá bien, mi vida. - Pensó para él. - Alex le curará.

 

    El ruso suspiró encogiéndose de hombros, sacando el labio inferior con gesto de tristeza, mirándole con los ojos aguamarina empañados en lágrimas que no dejó escapar. Estaba al mando del Enterprise y una temible nave enemiga les perseguía a toda velocidad por el cuadrante Delta. ¿Qué debía hacer? ¿Qué haría Jim en su lugar? Decidió que ir al encuentro de la Excelsior era una buena idea y dejó que Quiroly les llevase hasta allí.

          Lo que Pavel ignoraba era que tres aves de presa romulanas junto a tres pájaros de presa klingons también les seguían. Y todos ellos desconocían la presencia de una nave oscura que sobrevolaba la burbuja de curvatura en la que se encontraban. El Enterprise no estaba solo.

 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por los comentarios.

Dejo imagen del Canciller Korrd y su nueva familia.

http://www.casimages.es/i/140808081932207128.jpg.html


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