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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Llega la barbacoa del sábado en casa de Jim. Reciben noticias de la Flota.


Khan volverá a sorprenderse de sus propios sentimientos compartiendo confidencias con sus dos amantes.

 

Camino de Ocampa

 

 

                                                                                    Nyota se dio por vencida y dejó de perseguir a sus hijos alrededor de la piscina. Se metió en la casa y fue derecha al sofá chester a tumbarse, lo encontró ocupado por Spock que le hizo un hueco con una ligera sonrisa. Fuera, en el jardín, Bones y Scott intentaban que los dos cachorros dejaran de pelear por la colchoneta hinchable.

   - Es lo suficientemente grande para los dos, Cayden. - El escocés consiguió agarrar del brazo a su hijo mayor. - Tú y tu hermano tenéis que acostumbraros a compartir.

   - Ya está bien, Bean... Si no te comportas te quedarás sin postre. - Le amenazó McCoy riendo al ver su cara de susto.

     Spock se carcajeó al oírles, sujetando a su amiga mientras la ayudaba a quitarse los zapatos y tumbarse en el sofá.

   - Me vuelven loca, me agotan... - Nyota se dejaba mimar. - No sabes la suerte que tienes de haber criado a Amy, la chicas son más tranquilas.

   - Las chicas... puede, pero Amy... - Spock negó con la cabeza. Su hija le había dado más de un disgusto cuando era pequeña.

   - ¡Oh, y David...! Ese chico es un encanto. - Apoyando la mano en el pecho del vulcano le miró a los ojos. - Tan educado, tan responsable...

   - Su madre hizo un gran trabajo con él. - Spock estuvo de acuerdo.

   - Hemos pensado en ir a Nuevo Vulcano a visitar a Carol y a St. John en vacaciones. - Se fijó en que la mano de Spock le estaba acariciando la cadera distraídamente y se sonrió. - ¿Vendríais con nosotros?

   - Es buena idea. Llevaremos a los chicos, David no debería perder el contacto con su madre. - Spock bajaba la mano hacia el trasero de Nyota, ni siquiera era consciente de lo que estaba haciendo. - París sería otra opción. Leonard no conoce la ciudad, sé que le gustaría. Así podríamos hacerle una visita a Selene.

   - Y a Demora. Casi ha cumplido cuatro añitos, está preciosa. - Cogió la mano del vulcano para detener la caricia que estaba empezando a subirse de tono. - De vez en cuando hablo con Selene. Las echo de menos.

   - ¡Oh, discúlpame... yo...! - Se puso verdoso. - Nyota, a pesar de los años sigues teniendo un trasero impresionante.

   - ¡Gracias, cielo! El tuyo tampoco está nada mal. - La mujer se echó a reír, el rubor en las mejillas de Spock le hacía mucha gracia.

 

                 Jim había dejado que sus hijos se ocuparan de la barbacoa, pues recibió una llamada de la Flota que tuvo que atender en la biblioteca. Sin salir de allí llamó, usando la telepatía, a su marido y a su amante.

   - Decidles a Scotty y a Uhura que vengan también. - Les pidió dirigiéndose a sus mentes.

       Cerraron la puerta asegurándose de que sus hijos no se habían dado cuenta de su ausencia. Cayden procuraba que su hermano pequeño no le echase de la colchoneta en la piscina y David les vigilaba, dando la vuelta a las chuletas, mientras Amy aliñaba la ensalada.

   - ¿Qué ocurre, capitán? - Scott le clavó la mirada con su sonrisa tensa en los labios. - ¿Noticias del Enterprise?

      Jim se echó atrás en su sillón cruzando las manos a la altura del pecho. Acababa de desconectar el monitor de su ordenador.

   - Sulu ha recuperado el mando y ha informado a la Flota, Paul y yo acabamos de hablar con él. - Sonrió. - Todo ha ido bien en Talos IV. El teniente Black está de vuelta en el Enterprise y las comunicaciones han vuelto a la normalidad al alejarse del planeta. Ahora se dirigen hacia Ocampa. Nuestro Pavel ha construido un satélite que limpiará su atmósfera y hará que vuelva a llover sobre el planeta.

   - Pero Jim, eso es... - Spock estaba atónito. De los klingons les habían llegado informes sobre lo dañada que se encontraba la atmósfera del mundo de origen de los kazon.

   - Ya... ¡Mi genio ruso! - Exclamó lleno de orgullo y abriendo los brazos.

   - Así que los kazon dejarán de piratear naves romulanas para robarles el agua. ¡Qué gran noticia! - Scott sabía de los problemas entre romulanos y kazons por los viajeros que llegaban de todas partes a la Base Estelar I cuyo mando ostentaba.

   - Y eso no es todo, chicos. - Jim amplió su sonrisa echándose hacia delante, apoyando los codos en su escritorio para hacerse el interesante. - T'rak y Aznabur van camino de Rómulo ahora mismo para hablar ante el Senado, pronto el Imperio se unirá a la Federación.

   - ¡Eso sí que no me lo creo! - Negó Bones. - ¿La cabezota de T'rak abogando por la paz entre su pueblo y los nuestros?

   - La gente cambia, cariño. - Jim se carcajeó. - Y no sabes cuánto... según Sulu, y esto es confidencial, ella y Aznabur se han liado...

   - Azetbur. ¡Y no digas tonterías, Jim! Esa mujer estaba loca por Spock no hace nada... - El médico dudó de aquella información. - Sulu debe haberte tomado el pelo.

   - Cuando hablamos con ella estaba en HarOs, en el palacio de Azna... Azetbur. - Recordó el rubio mirando a su marido que asentía a sus palabras.

   - Es cierto. - Confirmó Spock. - T'rak se encontraba en las habitaciones privadas de la canciller klingon.

   - Yo sigo sin creerlo. - Negaba con la cabeza McCoy. - ¡Y lo de la "Paz Total" ya veremos!

   - ¡Hombre de poca fe! - Scott se echó a reír y golpeó con fuerza al doctor en la espalda.

   - No veo por qué T'rak no iba a poder enamorarse de Azetbur. Ambas son unas mujeres muy fuertes y poderosas. Si se alían a la Federación será ventajoso para todas las partes. - Esta vez Jim consiguió decir el nombre de su amiga klingon sin equivocarse.

   - Hay quien cambia de acera y sigue conservando los mismos gustos, Bones... - Murmuró Nyota mirando de reojo a Spock. Su cara verdosa volvió a hacerla reír.

   - Lo importante: ¿los chicos están bien? - El doctor quería saber si podía dejar de preocuparse por sus amigos.

   - Todos bien, cielo. Mis sobrinos, Khan, Sulu... Lo suyo fue solamente un golpe en la cabeza. Volvió en sí enseguida aunque Alex le tuvo de baja hasta que le consideró recuperado. - Le informó Jim.

   - Le enseñé bien a ese muchacho. - Murmuró McCoy.

   - ¿Y Pavel? - Nyota se dio cuenta de que Jim le había omitido, en sus ojos azules vio que lo había hecho adrede.

   - Oh, bueno él... fue abducido por la nave oscura. - Masculló. Ante las expresiones de desconcierto de su familia se apresuró a sonreír. - ¡Pero está bien! Le devolvieron sano y salvo... puede que hasta más listo de lo que se lo llevaron. - Volvió a carcajearse.

   - Si ha sido capaz de fabricar algo que haga llover sobre Ocampa, estoy de acuerdo contigo. - Apostilló Spock.

   - ¿Cuánto le tuvieron? Los dioses... ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo regresó? ¿En qué circunstancias? - Bones le acribillaba a preguntas.

   - ¡Eh, eh! ¡Tranquilo, t'hy'la! - Jim se echó atrás en la silla, el médico le estaba avasallando.

   - Leonard, amor... - Intervino Spock. - Alex se habrá ocupado de Pavel, cálmate. Como has dicho, enseñaste bien a ese muchacho.

    McCoy tuvo que conformarse con eso, al menos hasta que pudiera hablar personalmente con Alex.

 

 

                                                                     Desde que subió a bordo de Talos IV, Pavel no podía separarse de Khan ni por un segundo. Cuando Sulu entró al camarote después de haber informado a la Flota de las últimas novedades, consideró por un momento si marcharse y dejarles a solas. Pero fue sólo un segundo.

   - Hikaru... ven aquí, anata *(cariño) – El moreno le llamaba tendiéndole la mano.

   - Sí, moy drug *(amigo mío) – Pavel también estiraba el brazo hacia él. - ¿Dónde estabas? ¿Por qué has tardado tanto?

   - Jackson y Jim me han tenido bastante rato en conferencia. - Respondió con una sonrisa acercándose a la cama.

   - ¿Has visto a Amy? - Quiso saber Khan.

   - No. Sólo a Jim, y con el almirante delante tampoco hemos podido hablar tranquilos. - El japonés sintió cómo sus flores tiraban de él hasta hacerle caer sobre el lecho.

   - Te quitaré las botas. - Murmuró Khan.

   - Quítaselo todo... nessesito su piel rossando la tuya... nessesito saber que los tres somos uno solo. - Pavel le ayudaba a desvestir al japonés.

   - ¿Por qué soy "moy drug" Pavel? - Le preguntó aguantándose la risa cuando entre los dos le arrancaban el jersey. - Siempre me llamas así. A Kevin le dices compañero, colega... pero a mí siempre "moy drug"...

   - Significa amigo mío, Sulu. - Le aclaró el moreno, no sin cierta sorpresa por aquella pregunta.

   - Ya sé lo que significa... pero ¿por qué no me llamas amigo? Sobre todo desde que nos acostamos, ya no me dices otra cosa.

      Pavel le miró con sus ojos aguamarina brillantes por unas lágrimas que empezaban a brotar, acariciándole con infinita ternura la mejilla.

   - Sulu... ¿recuerdas cuando te presenté a mi padre, el día de nuestra graduassión en la Academia? - El japonés asintió. - Le dije: "Papa, este es moy drug, Hikaru Sulu", ¿te acuerdas?

   - Sí, claro... ¡Oye, que la inflamación de mi cabeza está curada, ya no tengo ninguna amnesia Pavel! - Protestó por cómo le hablaba, como si fuese idiota o retrasado.

   - Yo nunca le había presentado ningún amigo a mi padre antes, Sulu. - Una gota salada le resbaló por la mejilla. - Nunca. A nadie.

   - Quieres decir... - Titubeó el japonés.

   - Que eres su AMIGO, Sulu. - Intervino Khan abrazándolos a los dos. - Con mayúsculas, su único amigo de verdad.

   - Ay, moy drug! Sé que mi padre te dio las grassias por cuidar de mí... y se murió tranquilo a los dos días, como si ya supiera que tú ocuparías su lugar. - El llanto era ahora incontenible. Pavel escondió la cara en el pecho de su t'hy'la.

       El japonés besó a su rosa por todas partes y terminó llorando también.

   - ¡Eh, ya está bien de lágrimas! Ya me había duchado, me estáis empapando otra vez... - Fingió enojarse Khan, apretando con más fuerza los cuerpos de sus dos amantes contra el suyo y aguantándose él mismo las ganas de echarse a llorar.

   - Pasabas tan inadvertido en clase... - Sulu recordó los viejos tiempos. - Siempre tan callado, tan obediente con los profesores, complaciente con todos... ¡Pavel, era como si vivieses en tu propio planeta!

   - ¡Nadie me hisso nunca caso, salvo tú! - Volvió a mirarle con infinito amor. - Nadie fue al funeral de mi padre... sólo tú.

   - ¡No se enteraron, Pavel! - Le espetó sorbiendo la nariz. - Ni Spock, ni Uhura, ni Jim, ni Bones... De haberlo sabido, ellos...

   - Ellos no me miraban, sólo tú. - Le besó en la mejilla. - Tú siempre has cuidado de mí.

   - Pavel, mi rosa... mi preciosa rosa... - Le susurró buscando su boca hasta besarle.

   - Anata, ¿cómo te enteraste tú de la muerte de su padre? - Preguntó Khan con curiosidad.

   - Me llamó. - Le respondió sin soltar la nuca del ruso. - Fue raro, no dijo ni una palabra.

   - No podía hablar... - Se justificó Pavel.

   - Vi la procedencia de la llamada y fui a verle al hospital... - De pronto sacudió la cabeza con rabia. - ¡Khan, no quiero acordarme de aquello... y no quiero que tú lo recuerdes! Fue muy triste.

   - Sulu me ayudó con todo el papeleo. - Pavel dejó caer la cabeza sobre el trisquel tatuado en el pecho de su novio. - El traslado a la funeraria, la inssinerassión... todo lo hiso él. Moy drug, mi amigo... ¿Cómo quieres que te llame? Ya teba lyublyu! *(te quiero) – Le dijo clavándole de nuevo la acuosa mirada.

   - Y yo a ti, rosa mía. - Posando la cabeza sobre el otro pectoral de Khan acarició el pelo de Pavel hundiendo los dedos en sus rizos.

       El sobrehumano se sintió extraño, enamorado de Pavel y del hombre que estaba también enamorado de su t'hy'la. Nunca había amado así a nadie. Les quería a los dos y sabía que nunca se separaría de ellos.

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por estar ahí y demostrarlo con vuestros comentarios.

Dejo imagen de un jovencísimo Pavel Andreievich Chekov, tal como le conoció Sulu en la Academia.

http://www.casimages.es/i/140823111907164957.jpg.html


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