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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Entre los brazos de sus primos Peter y Alex, David experimenta lo que es sentirse un Kirk.


Amy, Khan y Pavel en la nave oscura deberán cumplir su destino: abrir la puerta del trisquel.

 

Sentirse un Kirk

 

 

                                                                     Aquella forma que tenían tatuada en sus cuerpos... Khan sobre el corazón, Amy en su vientre, Pavel en su espalda... Dionisio les miraba las marcas sobre la piel, se sonrió imaginando la postura en la que los mortales pudieran alinear los tres trisqueles.

      Apolo hizo un gesto a Artemisa y juntos observaron cómo la puerta que su Padre había dejado allí estaba a punto de abrirse. El tenue brillo azulado pasó a ser deslumbrante y cegador, los gemelos tuvieron que apartar la vista a un lado.

      Ares había desnudado a Khan. Lo hizo sin miramientos, relamiéndose al descubrir cada tramo de su piel, rozándole más de lo necesario con las traviesas palmas de sus manos. El moreno se dejó hacer notando la lujuria en su mirada.

   - Estás mejor en persona que disfrazado bajo la apariencia de un kazon... - murmuró.

      Ares sonrió al mortal y le besó en los labios, no dijo una palabra. Estaba concentrado.

 

      Amy agradecía las caricias de Artemisa en sus hombros. No sabía muy bien por qué; de la época en la que fue gestada en la nave oscura recordaba voces, sonidos, sensaciones... pero nunca pudo ver la cara de aquella mujer que se preocupaba de que no le faltase nada y cuyo contacto ahora la calmaba. La oyó muchas veces llamarla “mi amazona”, si dijese algo... tal vez podría reconocer su voz.

   - ¿Por qué nos habéis traído aquí? ¿Qué es esa cosa? - Preguntó la joven señalando la forma sagrada que flotaba sobre sus cabezas, encima del lecho que parecía esperarla.

    La diosa no respondió, ninguno de sus hermanos lo haría. Se mantenían en absoluto silencio bajo el trisquel que ya empezaba a adquirir un tono dorado.

 

       Hefesto sujetó a Dionisio mientras Apolo ayudó a Pavel a desvestirse. El ruso sabía lo que tenía que hacer; cuando estuvo completamente desnudo se subió a la cama de rodillas y gateó hasta Amy, atrayéndola con su libidinosa mirada.

   - Moya krasivaya devushka! *(mi preciosa muchacha) – La llamaba con un ronco susurro que hizo que ella se dejase ir de su mano.

   - Mi criatura imposible... - Khan la besaba ya en la nuca, apartando la negra y sedosa cabellera a un lado para desabrochar los botones del cuello de la blusa.

   - Mis t'hy'la... - musitó Amy deshaciéndose con cada caricia, - ...os amo...

 

 

                                                          Peter rió las gracias de su primo, invitándolo a unas cervezas había sacado de él su lado más pícaro. Alex empezó a preocuparse cuando la mano de David pasó de estar inocentemente apoyada sobre su muslo a deslizarse hacia la entrepierna. El médico carraspeó y se apartó unos centímetros sin darle demasiada importancia.

   - ¿Sabes Peter? No he perdido el tiempo en la Academia... - Decía el chico con una sonrisa torcida. - Además de ganar la medalla al mérito científico con mi proyecto de energía auto-renovable, he sabido divertirme también.

   - ¡Pues claro! - Rió. - Es la época... ¡Menudas juergas nos corríamos tú y yo en aquellos tiempos! ¿Verdad Alex?

     El pelirrojo se dejaba acariciar la barba por su primo, sonriendo los dos cara a cara, mirándole a los ojos como intentando atrapar una sensación que parecía escapársele... algo que le tenía intrigado y que ni siquiera sabía que estaba ahí.

   - Me he acostado con un chico... unas cuantas veces. - Comentó David. - Pero hace un par de meses se casó con Nat en Nueva York... ¿os acordáis de ella?

   - Sí, Natalie... la mejor amiga de Amy. - Alex asentía, aquella muchacha de cabellos castaños le pareció siempre una buena chica.

   - ¿Estás enamorado? - Peter le rozaba la nuca, temiendo que el corazón de su primo estuviera herido.

   - No... nunca lo he estado. Max era... bueno, una diversión, nada más.

      El pelirrojo levantó las cejas y se echó a reír con aquel descaro.

   - Yo le tomaba a él, no al revés. - David omitió que normalmente Amy estaba al otro lado de la cama. - Es decir que yo... bueno... ¡Que soy virgen! - Espetó elevando el tono.

   - ¡Vaya! - Peter se sintió incómodo. - Demasiada información...

   - Esas cosas podrías guardarlas para ti, chico. - Le dijo Alex con una sonrisa.

   - Es que no quiero. - David se giró y abrazó al médico. - Alex, por favor...

   - ¿Qué te pasa, cariño? - El rubio vikingo le rozó la frente con ternura. - Estás ardiendo...

   - ¿Tiene fiebre? - Peter se echó sobre su primo y trató también de tomarle la temperatura.

   - Sí... yo... - David se encontraba extraño. Algo le quemaba en la piel, era como si tuviera la imperiosa necesidad de rozarla contra las de ellos dos.

     Al momento le estaba besando. La boca del noruego, grande y jugosa, le recibió cuando coló su lengua para lamerla desde dentro. Peter les miraba pasmado, no podía pensar en nada... Eso era lo que se le había escapado antes: sentía una fuerte atracción por el muchacho. Apartó la cara de David de la de su marido para lanzarse él mismo a mordisquear aquella pícara sonrisa torcida que tenía dibujada.

 

         Estuvieron durante casi una hora en el sofá, buscando sus lenguas para jugar entre ellas, metiendo las manos por debajo de la ropa y rozando la piel con furtivas caricias. Alex sentado con David de rodillas encima de él, Peter a su lado besando ahora a uno luego al otro. El calor de sus cuerpos aumentó, el matrimonio se vio contagiado por la fiebre del joven.

   - Quiero que tú seas el primero, Peter... - Le pidió a su primo en un susurro.

     El pelirrojo abrió los ojos como platos, por un segundo la sangre regresó a su cerebro y pensó que aquello no estaba bien, que tenían que parar...

   - Vamos a la cama. - El médico levantaba al chico con sus fuertes brazos, ya le tenía casi desnudo; en algún momento le había quitado la camiseta, los zapatos y los calcetines.

   - ¡Alex! - Llamó a su marido pero éste no le respondió. - Esto es una locura... - Murmuró meneando la cabeza y siguiéndoles al dormitorio.

 

 

                                                       Todo estaba oscuro a su alrededor. Podía notar que los dioses seguían allí, observando, pero no los veía ya. El trisquel sobre sus cabezas pareció girar, las aspas se movían en una espiral infinita que hacía cambiar la forma.

         Pavel se había tendido sobre ella, la besaba y la derretía con sus preciosos ojos aguamarina. Khan se echó sobre él, frotando sus cuerpos a escasos centímetros de Amy que empezó a jadear con las caricias del ruso. Le envolvía los pechos con sus grandes manos, dejando entre los dedos los pezones que respondieron quedando orgullosos y firmes. Bajaba la cabeza para lamerlos y con sus manos seguía camino de su sexo, deteniéndose antes en marcar la curva de su vientre. La humedad que los recibió hizo que Pavel sonriera.

   - Moya... ti moya... Dabai Khan, so mnoy... *(Mía... eres mía... vamos Khan, conmigo...)

      Amy gimió al sentirle entrar, duro y enorme, la llenaba por entero. Las caderas se le empezaron a mover solas sin que se diese cuenta, buscando el placer que ya estaba sintiendo. Abrió los ojos para ser consciente de que Pavel estaba dentro de ella. Le acarició la cara con ternura... al fin le tenía, después de tanto tiempo soñando con aquel instante.

   - Thy'la... - Susurró a su mente. - Khan... tienes que completar el círculo...

   - Sí, lyubimiy moy... *(amor mío) – Pavel echó un brazo hacia atrás para rozar el pecho de su novio. - Los tres... juntos...

   - Me asusta. - Se confesó el sobrehumano. - Tengo miedo de perderme en ese océano otra vez.

   - Déjate llevar, t'hy'la... yo no os soltaré. - Le habló Amy segura de que aquello era lo que debían hacer.

 

         El moreno cerró los ojos, suspiró y se dejó guiar por sus sentimientos hacia Pavel y Amy uniéndose a los dos en el vínculo, entregándose por completo al deseo, la lujuria, la pasión que les invadía, a las olas que pronto sintió acariciándole la piel y llevándole mar adentro junto a sus dos t'hy'la.

        Entre las espirales en las que se convirtieron las tres aspas comenzó a abrirse un hueco repleto de luz. Artemisa lo miró buscando ver algo al otro lado, un camino que les condujera al Olimpo, una señal... un mensaje... cualquier cosa que les indicara cómo regresar a casa.

 

                   En el puente de mando, Hércules descubrió una perturbación espaciotemporal frente a la Pantheion. Consultó con Cassie sin necesidad de palabras, ella también se había quedado helada al ver surgir aquel agujero que crecía de la nada.

   - ¡La puerta! - Exclamó el piloto. - ¡Tenemos que atravesarla...! - Gritó accionando los mandos de su consola.

   - ¡Aún no, imbécil! - La sacerdotisa saltó de la silla de mando y detuvo al rubio de la cabellera leonada dándole un buen tirón de pelo. - Esperaremos a que esté completamente abierta... ¡Y no podemos irnos con los mortales a bordo!

   - Es verdad, perdona... además aún no sabemos si mi padre nos recibirá de buen grado. - Hércules se rascaba la cabeza, allí donde Cassandra le había hecho daño.

   - Apolo nos dirá cuándo, hasta entonces mantén la nave en este punto. - Le ordenó al navegante.

 

 

                                                      Peter no podía creer lo que estaban haciendo. David se había soltado del agarre de Alex y se le tumbaba debajo separando las piernas, ofreciéndose para que le penetrase de una vez y le hiciese perder la única virginidad que el chico se había guardado.

   - Vamos, hazlo... - Le suplicaba aferrándose a su cuerpo.

   - ¡Oh, David...! - Exhaló su aliento sobre la cara del joven, su flequillo rubio voló a un lado y le vio los ojos azules sonrientes y entrecerrados.

      Alex se apartó un momento. Lo que estaba viendo le estremeció. Su elskede mann, su amado esposo, no dudó en abrirse paso dentro de su primo provocando que éste gritase de dolor y placer.

      Era la primera vez que le veía hacerle aquello a nadie que no fuera él. Recordó su primera experiencia, el aguijonazo que sintió en su interior cuando Peter le tomó. Tenía entonces diecisiete años, su marido dieciséis, acababan de empezar a acostarse y los dos pensaron que Alex debía probar lo que le había estado dando a Peter.

      Ellos jamás habían compartido cama con nadie, ni juntos ni cada uno por su lado; se amaban con locura desde el instituto y nunca se les pasó siquiera por la cabeza que pudieran tener sexo con alguien más. Y allí estaban ahora... David les tenía subyugados.

   - Quiero que tú le tomes al mismo tiempo, Alex... - Le pidió el chico mirándole a los ojos. - ¡Venga... que nos sienta a cada uno por un lado!

   - Eres igual que tu padre, siempre mandando... - Murmuró el médico. - Igual que tu padre...

   - ¡Oh Alex! - Peter se revolvió con aquella idea que le repugnó. Nada pudo hacer. Su vikingo le tenía agarrado con fuerza por la espalda.

   - Sí... mmm... - David supo que el doctor estaba dentro de su primo por cómo los movimientos cambiaron de cadencia, la presión aumentó y el placer se hizo más intenso. - Igual que mi padre... - Imaginó que así era, compartiendo como él la cama con dos hombres.

   - Esto no está bien... - Peter seguía intentando escapar pero se encontraba atrapado entre los cuerpos de los dos rubios. - ¡Ooooh... Alex...!

 

        Su marido sabía bien cómo debía moverse para alcanzar el lugar que le hacía ver estrellitas blancas flotando en el aire. Las embestidas se volvieron más fuertes y la sangre huyó del cerebro para mantener firme la erección, ya no podían pensar. Se dejaron llevar por la creciente excitación durante a saber cuánto tiempo, clavados los tres sobre las sábanas, jadeando y gimiendo con sus cuerpos pegados por el sudor.

     David creyó que iba a perder el sentido cuando el orgasmo le sorprendió llegándole desde lo más hondo de su ser. Nunca había tenido tanto placer, aquello fue diferente a todo lo que había probado. Su primo le mordió el cuello y soltó un grave gruñido. Notó cómo se le relajaban los músculos tras la tensión en la que había estado. Alex se echó atrás, palmeando el trasero de su esposo y soltando una ligera carcajada.

   - ¡Hecho! - Exlamó ufano. - Pavel ya no podrá llamarnos mojigatos otra vez... - Bromeó.

   - ¿Pavel os llama así? - Preguntó divertido el chico.

   - Ya sabes cómo es... - El médico recuperaba el aliento, buscando algo con qué limpiar su semilla de los muslos de Peter por donde resbalaba saliendo de entre las nalgas. - Alguna que otra vez se ha metido con nosotros por mantenernos fieles a nuestro matrimonio.

   - Solamente porque yo me burlaba de él y su relación abierta con Khan y Sulu... - Peter levantó la cabeza y miró a su primo a los ojos. - David... - Le dijo con seriedad. - Si tu padre se entera de esto se nos muere.

   - ¿Qué estás diciendo? - El chico le golpeó el hombro. - ¡Esto queda entre nosotros! ¡Nadie... - gritó, - ...absolutamente nadie sabrá jamás lo que hemos hecho! ¿Voy a tener que obligaros a jurar?

     El matrimonio le miró desconcertado. David era quien les había seducido, coqueteando todo el tiempo con sus sonrisas, sus miradas y sus caricias... y ahora ¿se comportaba como si se sintiese ofendido por lo que había pasado?

   - Este será nuestro secreto, primos... - Acarició la barba de Peter y le besó en los labios, estirando las piernas hasta enredarlas en los muslos de Alex y haciéndole caer sobre los dos para abrazarle también. - ¡Nuestro secreto mejor guardado!

 

        Sonrió feliz por haber cumplido su sueño. Si él fue quien se ocupó de desvirgar a Amy, no podía ser otro que Peter quien le robase a él su virginidad. Así todo quedaba en familia. Y para David, después de haberse criado solo con su madre, lejos del planeta de origen de su especie, su familia era lo más importante. Ahora sí se sentía un Kirk.

 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por los comentarios.

Dejo imagen del trisquel en la nave oscura transformándose para abrirse.

http://www.casimages.es/i/140909110433278507.jpg.html

De los tatuajes de los tres.

http://www.casimages.es/i/140629014822347806.jpg.html

Y este dibujo simple que he hecho a modo de croquis para que os hagáis una idea de la alineación de los tatuajes que tanto divirtió a Dionisio.

http://www.casimages.es/i/140910012047844775.jpg.html

 


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