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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

No es que Jim se haya convertido en mujer... ni mucho menos. Pero dadas las circunstancias, con su revolución hormonal y todo eso, tiene bastante más en común con sus compañeras femeninas que nunca.

 

Cosas de mujeres




                                                                               Christine Chapel pasaba su mano con delicadeza por la espalda del capitán mientras Nyota procuraba secarle las lágrimas.
- Venga, ya está bien. Suénate... - Le pedía apretando el pañuelo contra su nariz.
    Como un niño obediente insufló con fuerza por sus fosas nasales dejándose limpiar por la teniente.
- Y basta ya de historias tristes... - Increpó a la enfermera con desaprobación. ¿Por qué le habría contado lo del embarazo de su hermana?

    Jim las miraba con inocencia en sus azules ojos, brillantes por las lágrimas y ligeramente enrojecidos por el llanto.

    Aquella mañana las dos habían decidido ir a visitarle a su camarote en su tiempo de descanso, para ver cómo se encontraba y distraerle un rato. Eran las únicas mujeres a bordo de la nave que conocían el verdadero motivo de su baja médica.
- Disculpad, chicas... esto es ridículo. Me siento como un verdadero idiota. - Dijo avergonzado.
- Es culpa mía. No debí hablarte de eso. - Lamentó Christine.
- No, te lo agradezco, Chris. Me ha ayudado a entender mejor por lo que estoy pasando. Creo que Bones tiene razón cuando dice que el bebé no está solamente en mi cabeza.
    
    La enfermera le había contado cómo cuidó de su hermana cuando ésta estuvo embarazada. Su cuñado trabajaba en un carguero espacial y apenas paraba en casa. Así que fue ella quien se ocupó de aliviar sus nauseas, sus dolores de espalda, de apoyarla cuando sus cambios de humor la volvían loca y de hacerle todo más fácil, a veces, simplemente estando allí para escucharla.

    La parte que había hecho llorar al capitán fue la de las primeras pataditas del bebé en el vientre de Juliet Chapel...  y cómo las dos se sorprendían al notar el movimiento de un ser vivo dentro de ella. A Jim le habría gustado poder experimentar también aquello.
- Esto no se lo he contado a Spock, guardadme el secreto. - Dijo mirándolas con complicidad.
    Las dos asintieron acariciando su espalda, sentadas a su lado sobre la cama con él en medio.
- La otra noche creo que pude sentir al bebé dentro de mí... - Su expresión había cambiado reflejando ahora una intensa felicidad.
- Debió ser un bonito sueño... - Expresó Christine.
- No era un sueño, Chris. Aún no me había dormido. Estaba tumbado boca arriba, con los ojos cerrados, pensando en lo que me había dicho Bones.
- Lo de que el bebé existe... ¿en alguna parte? Spock cree que está en la nave oscura. - Dijo Nyota sin contarle más de la conversación que habían tenido pues no quería aumentar sus preocupaciones.
- Yo también lo creo. Veréis, me concentré para contactar con el bebé telepáticamente, igual que hago con Spock. Y entonces lo sentí: tenía mis manos sobre el abdomen y os juro que algo se movió ahí dentro. - Su mirada, su sonrisa, su piel... todo en él resplandecía; estaba realmente radiante. - Estuve a punto de despertar a ya sabéis quién pero decidí ahorrarme sus idioteces sobre la lógica, así que no le he dicho nada.
- No seas malo... él te adora. – Le regañó Uhura frunciendo ligeramente el ceño.
- Oh, ya sabes... Habría empezado con lo ilógico que resulta torturarme a mí mismo de este modo, diciéndome que no debo preocuparme por una criatura que no sabemos si existe con seguridad... que no es lógico dejarme llevar por mis emociones hasta este punto, y bla, bla, bla... - Ahora su rostro revelaba hastío.
- Me temo que estás llegando a la etapa del embarazo en la que culparás de todo a tu pobre marido y le detestarás haga lo que haga. - Dijo la enfermera con conocimiento de causa.
- ¿Tú crees? Bueno, no has sido su novia, pero Nyota sabe bien de lo que hablo ¿verdad? - Jim buscó su aprobación con la mirada.
- Spock puede ser irritante a veces con su manía de racionalizarlo todo, pero deberías hablar con él sobre eso. - Respondió la teniente pensativa. - Si concentrándote logras contactar con el bebé tal vez podáis encontrarlo...
    
    Jim se quedó en silencio un momento, con los ojos perdidos en el vacío. ¡Uhura tenía razón! Si el bebé estaba en esa nave misteriosa tenían que hacer algo por recuperarlo.
- No sé cómo va a terminar esto, chicas... ¿experimentará mi cuerpo en unos meses un parto imaginario? ¿O simplemente desaparecerán los síntomas de este embarazo psicológico y....? - Jim tragó saliva. Estaba a punto de romper a llorar de nuevo. - ¿Y mi bebé? ¿Dónde estará? ¿Qué será de él? - Las lágrimas le brotaban sin cesar en un llanto compulsivo.
- Vamos, Jim... Procura calmarte... - Le consolaba Christine, estrechándole con fuerza contra su pecho.
- Lo solucionaremos, todos juntos, Jim. Hemos superado situaciones igual de complicadas... - Intentó animarle Uhura frotándole los hombros.
- Sólo quiero a mi bebé... tenerle en mis brazos... ¡Es mío! ¡Lo siento mío! Y lo necesito... ¡Por todos los dioses que lo necesito!

    Chapel y Uhura se echaron a llorar también. Tenían el corazón encogido por ver a Jim tan desesperado. En ese momento Spock entró al camarote y se quedó contemplando la escena sin saber cómo reaccionar. Nyota se levantó cediéndole su lugar con un leve gesto de su mano.

    Jim, al notar su presencia sentado a su espalda, se volvió para mirarle. Tenía los ojos arrasados en lágrimas y la respiración ahogada por el llanto. No pudo decir ni una palabra. Spock le envolvió dulcemente entre sus brazos.
- T'hy'la... todo irá bien. Acabo de hablar con Nuevo Vulcano. - Le decía mentalmente.
    Jim se separó unos centímetros para interrogarle con la mirada.
- Confía en mí, ashayam *(amado) Todo va a ir bien.
    

        Christine y Nyota salieron sin hacer ruido de la habitación, dejándoles a solas. Por el pasillo caminaron en silencio, secándose los ojos y recuperando la compostura. Antes de separarse para acudir la una al puente, la otra a la enfermería, se dieron un abrazo sin palabras. Como mujeres comprendían muy bien lo que Jim estaba sufriendo y sin decirlo se dieron a entender con la mirada que ambas desearían poder hacer algo más por ayudarle.

- A veces estar ahí, escuchar, es la mejor ayuda Nyota. - Pronunció Christine dirigiéndose hacia la cubierta inferior donde se encuentra la enfermería.

    Su amiga entraba ya al turbo ascensor. A solas se dijo a sí misma que haría falta algo más que estar ahí para que Jim y Spock tuviesen a su kan-bu. *(bebé)

 

Notas finales:

Gracias por leer. Espero que os guste. Estaría encantada de recibir vuestros comentarios.


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