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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Paralelamente a lo que sucedía en el camarote del capitán, una particular reunión exclusivamente masculina se llevaba a cabo en el despacho de McCoy.

Cosas de hombres

 



                                                                                Cuando Christine le dijo a Leonard aquella mañana que tenía algo que hacer en su tiempo de descanso, el médico no se lo tomó demasiado bien. No había pacientes, ni trabajo pendiente. ¿Qué podía ser más importante que un achuchón a oscuras encerrados en el dispensario?
- ¿Y a dónde vas, si puede saberse?
- He quedado con Nyota. Vamos a hacerle una visita al capitán.
    McCoy torció la boca con fastidio.
- Claro... como está “preñado”, supongo que tendréis cosas de que hablar... cosas de mujeres. - Su tono era burlón y algo ofensivo.
- Le veré más tarde, doctor. - Se despidió ella secamente saliendo por la puerta.

        El médico se mordió el labio inferior como castigo a sus palabras. Luego tendría que pedirle disculpas si no quería volver a dormir solo. ¿Por qué eran las mujeres tan complicadas? Y aún así Christine era la rubia que menos problemas le había causado hasta ahora.

    Sus pensamientos se vieron interrumpidos con la llegada de Scott.
- ¿Está usted ocupado, doctor? - Preguntó con cortesía antes de entrar al despacho.
- Pasa, Scott. No tengo absolutamente nada que hacer. ¿Te ocurre algo? - Le preguntó observándolo con curiosidad profesional.
- No, nada. Nyota, acaba de darme plantón... dice que tenía una cita. ¡Una cita! Y me he quedado tan pasmado que ni siquiera le pregunté con quién.
    Scott se sentó suspirando y agitando la cabeza lentamente.
- ¡Mujeres! - Exclamó Bones con su típica expresión. - Pero no tienes nada de qué preocuparte, Scott. La cita es con Christine, ella también me ha dejado tirado esta mañana. Van a hacerle una visita a nuestro embarazado capitán.
- Oh, comprendo. Le vendrá bien el apoyo de las chicas. Desde que está así se me hace difícil tratar con él. No sé cómo hablarle, la verdad... si se va a poner a gritar o a hacer pucheros. ¡Y es muy violento verle lloriquear de esa manera por cualquier tontería!

    Scott le había estado rehuyendo las últimas semanas, procurando no quedarse a solas con él si podía evitarlo.
- Te entiendo. Como amigo está inaguantable, como paciente es un caso digno de estudio. ¿Quieres una copa, Scott?
- Sea... - Respondió con una sonrisa.

    Acababan de servirse un trago de whisky de malta que el doctor guardaba como un tesoro en su vitrina. Acostumbraba a compartirlo exclusivamente con el ingeniero, el único en todo el Enterprise con el paladar necesario para apreciar aquella exquisitez. De pronto su comandante al mando irrumpió en el despacho.

- ¿Puedo servirte en algo, Spock? - Dijo McCoy señalándole la botella.
- Hemos recibido una llamada de Nuevo Vulcano. He ordenado a telecomunicaciones que nos la transfieran aquí: el almirante Kirk quiere hablar con nosotros. - Le contestó ignorando su ofrecimiento.
    Scott se levantó de su asiento, inquiriendo con la mirada si debía marcharse.
- No será necesario, Scott. - Respondió Spock poniéndole la mano sobre el hombro. - Quédate y escuchemos lo que el almirante tiene que decirnos.
    
    Sonó el silbido del comunicador y McCoy, expectante, activó el monitor de tres lados situándolo en el centro de la mesa. Ante su sorpresa no fue el rostro del almirante Kirk el que apareció allí.
- Kevet-dutar... *(embajador) - Saludó formalmente Spock a su otro yo con una inclinación de la cabeza.
- No puede ser... ¿Jim? - Llamó girando el cuello hacia su izquierda. - Mira esto... debemos haber contactado con otro Universo.
    
    Scott sonrió al ver la expresión de los dos vulcanos completamente idéntica, con sus cejas levantadas y ladeando la cabeza.
- ¿Qué tonterías estás diciendo? He marcado bien, no soy idiota... Aunque no fue Uhura la que respondió... Pero ¿qué es lo que pasa? - Se le oía decir mientras se acercaba al embajador y se asomaba por la pantalla. - ¡No! ¿Spock? ¿Eres tú muchacho? - Preguntó con los ojos abiertos como platos.
- Por supuesto, almirante. ¿Cuál es el motivo de su llamada?
- ¿Y esa barba? - Respondió Kirk con otra pregunta y una perspicaz sonrisa de medio lado dibujada en la cara.

    Ninguno de los dos le quitaba el ojo de encima desde Nuevo Vulcano a la perilla de Spock. Parecían mirarla con desconfianza.
- Es su nuevo look, señor. - Contestó Scott al almirante con una sonrisa.
    Spock se llevó la mano al mentón desconcertado.
- A Jim le gusta. - Explicó. - Está atravesando una etapa muy complicada desde que regresamos al Enterprise... - No sabía bien cómo expresarlo y se detuvo con la esperanza de que ellos comprendieran su silencio.
- ¿Jim? ¿Es él quien está embarazado? - Interrogó el embajador.
- Lo sabía... ¡Ustedes tienen todas las respuestas! - Exclamó McCoy elevando el tono. - Te dije Spock que les llamases. ¡Hace meses que te lo vengo diciendo! Y tú negándote... ¡maldito cabezota de sangre verde!
    
    El almirante se sonreía al oír a Bones hablarle así al joven Spock. Aquello le era tan familiar... Miró a su lado y observó cómo su esposo se encogía de hombros. Al otro lado de la pantalla el comandante del Enterprise realizaba el mismo gesto. Scott no pudo evitar reírse con el efecto espejo.

- Veamos. A vuestro regreso de la nave oscura... Bones espero que me hicieses caso con lo de la manta. - El médico asintió con una sonrisa. - No sabes lo que yo hubiera dado porque alguien tuviese cualquier cosa que echarnos encima en aquel momento... En fin. ¿Por dónde iba?
- Jim sufre un embarazo psicológico, almirante. - Dijo McCoy.
- ¡Nada de eso! Es real, muy real, Bones.

    El embajador Spock se giró de espaldas y murmuró algo al oído de su t'hy'la. Kirk negó con la cabeza.
- ¿Y eso qué importa? Está ocurriendo de igual modo. - Protestó el almirante encogiéndose de hombros.
- No de “igual” modo, Jim. - Le insistió su marido.
- Disculpad. - Trató de continuar el almirante. - Es que en nuestro mundo fue Spock quien tuvo el vínculo con la niña...
- Jim, no deberíamos intervenir. - Le repitió con seriedad, permaneciendo de espaldas a la imagen que les llegaba desde el espacio.
- Por favor, se lo ruego Kevet-dutar, ayúdenos. Las situaciones desesperadas necesitan medidas desesperadas. Mi sa-telsu está sufriendo intensamente. - Su voz era una sangrante súplica que el viejo vulcano no pudo ignorar.

    Al escuchar su tono el embajador se giró. La declaración de su homólogo le había removido la conciencia.
- Cuida de él, Spock. Dale todo lo que necesite. Estoy seguro de que sabes cómo hacerlo. Y no sientas angustia. Sé bien por lo que Jim está pasando, pero ten confianza en que todo llegará a buen término. - No quiso alargarlo más, hizo una seña a Kirk para que cortase la comunicación.
- ¡Espera! - Gritó el Almirante. - Aún no sabemos si han ido o piensan ir a Metafisto...
- Curiosamente esta mañana hemos recibido órdenes de la Flota para poner rumbo a ese lugar. - Intervino Scott.
- Muchachos, pase lo que pase que Jim no baje al planeta... - Fue lo último que pudo decirles. Se había escuchado un grito de “¡basta Jim!” y el almirante fue bruscamente apartado con un empujón de la pantalla.
- Pero... ¿por qué? - Preguntó McCoy.
    Como respuesta obtuvo la severa mirada del embajador vulcano durante unos segundos antes de que cortase la llamada.

    En la enfermería los tres hombres se miraron largo rato en silencio unos a otros. Como solía pasar cada vez que hablaban con Nuevo Vulcano surgían más preguntas que respuestas.
- Bueno. Al menos, Spock, tu otro yo te ha asegurado que todo va a terminar bien...

    Spock suspiró bajando la mirada. Tomó uno de los vasos sobre la mesa y bebió de un trago el contenido. Luego abandonó la enfermería camino del camarote del capitán.
- ¿Me sirves un poco más, doctor? Spock se ha bebido mi whisky – Señaló Scott apenado.



                        En Nuevo Vulcano había estallado una discusión inmediatamente después de que Spock cerrase la comunicación.

- ¡Sufrirá! ¿Por qué no se lo has dicho? ¡Eres un maldito cabezota! Bones tiene razón, ¡un cabezota de sangre verde...!
    
    Incluso antes de terminar la frase Jim ya se sentía arrepentido. Su marido le miraba cargado de paciencia aunque bastante molesto.
- El joven capitán Kirk no tiene la sangre verde. - Le dijo calmadamente, con las manos cruzadas a la espalda. - Los hechos no son los mismos, Jim. No sabemos si Metafisto ejercerá la misma influencia sobre él que tuvo sobre mí.

    Jim le miró apesadumbrado. Deseaba un abrazo pero aquel gesto de su marido, aquella postura tan suya, tan vulcana... sabía que iba a costarle obtenerlo. Posó sus manos en los hombros de Spock y lentamente las bajó recorriendo con una caricia sus brazos.
- ¡Spock...! - Musitó con una mirada de “perdóname la vida” (ceño fruncido hacia arriba y el labio inferior asomando sobre el superior)
    Al momento su t'hy'la entrecerró los ojos, destensó el rostro y separando sus manos de la espalda acabó cediendo y dándole ese abrazo que mentalmente le suplicaba.
- Gracias... - Pensó Jim sabiendo que él le escuchaba.

Notas finales:

Gracias por leer, y ánimo a la hora de comentar. Estoy abierta a sugerencias, solicitudes, correcciones, opiniones ect.

Sé que los viejos trekkies habrán sabido reconocer la referencia al episodio "Mirror, Mirror" (Espejo, espejito) de la serie original, escrito por Jerome Bixby. Personalmente quedé enamorada del Spock con barba... estaba taaaaan sexy... ¡Ñam!

Os recomiendo que lo veáis si no lo habéis hecho aún.


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