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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

¿Logrará Jim su propósito de bajar al planeta? ¿Por qué se siente tan atraído por él? ¿Tendrá Jim razón cuando afirma que el Almirante Kirk se equivoca? Menuda paradoja...

 Intento de fuga

 



                                                                  Por la mañana el comandante Spock daba las últimas instrucciones al señor Scott, a quien dejaba al mando durante su ausencia. En la sala del transportador le dejó bien claro su deseo de que Jim permaneciese bajo custodia en la enfermería, acompañado en todo momento por el doctor McCoy.

    Esperó con las manos a la espalda a que el resto del grupo de aterrizaje se presentara. No había vuelto a ver a Jim desde la noche anterior. Tampoco había comido nada. La idea de ir a Metafisto le tenía con el estómago revuelto.

    Los primeros en llegar fueron la asistente Landon y el alférez Chekov. Seguían tan acaramelados como de costumbre, cogidos de la mano y mirándose como un par de adolescentes enamorados. Chekov, al ver a su comandante observándole, se soltó de su compañera y se posicionó sobre las plataformas circulares. Entró entonces la teniente Uhura, quien tras un breve saludo a Spock con un gesto de su cabeza, besó a su prometido antes de tomar su lugar junto a los demás. Después Johnson y Márquez, de seguridad, se presentaron en la sala y saludaron formalmente.
- Comprueben que sus fasers se encuentren en posición de aturdir. No quiero incidentes diplomáticos. Y no olviden las indicaciones que la asistente Landon les ha dado.
    Spock se refería al modo de ser de los metafistos y cómo debían proceder ante ellos. Ambos hombres asintieron y ocuparon sus lugares en la plataforma del transportador.

    Por último apareció el joven doctor Oetker, que sustituiría a McCoy en la expedición.
- Siento el retraso. Tenía que traer estas cajas con medicinas. El doctor McCoy me ha encargado personalmente que le diga que yo no le daré problemas porque soy alemán. La verdad es que no sé qué ha querido decir con eso.
- No se preocupe, doctor. Suba las medicinas a la plataforma, nos iremos enseguida. - Le indicó Spock.

    Uhura se reía por lo que acababa de escuchar. McCoy, tan burlón como siempre, se refería a que un alemán era lo más parecido a un vulcano que tenemos en la Tierra.

    Spock observó la selección que había realizado entre la tripulación para bajar a Metafisto. La consideró adecuada. Chekov por su inteligencia y Uhura por su fortaleza de carácter se ocuparían de las negociaciones con Barak. Él mismo y Landon recabarían información sobre el planeta. Confiaba plenamente en Johnson y por lo visto éste a su vez en Márquez, ya que Spock le había pedido que trajese a su mejor hombre. Por último, el doctor Oetker, quien le pareció un hombre razonable y sensato.
- Estamos listos. - Dijo subiendo a la plataforma. - Señor Scott, energice.



                            Nada más materializarse en el planeta a Spock empezó a dolerle la cabeza. La comitiva enviada por Barak para recibirles debía tener órdenes de explorar sus mentes.
- Doctor Oetker, tenga a mano los analgésicos. Creo que nos van a hacer falta.

    El tricorder de Chekov pitó con insistencia. El alférez se aproximó a su comandante y le mostró la pantalla.
- Programé el aparato para analissar las extrañas ondas que emite este lugar. ¿Observa los picos en Alfa y Gamma, señor?
- Bien hecho, Chekov. ¿Qué cree que significa?
- Paresse como si el planeta entero tuviera propiedades telepáticas.
- Interesante. Pero déjeme a mí el análisis, usted se ocupará de llegar a un acuerdo con Barak.
    Intercambiaron sus tricorders mientras seguían a su escolta hasta el palacio del Generalísimo. Unos pasos más atrás Marta y Nyota contemplaban, no sin cierto disgusto, el aspecto del planeta. Escaso en vegetación, totalmente industrializado y contaminado, no era un lugar agradable donde vivir.

- ¿Humanoz? - Gritó una mujer metafisto acercándose a ellos al verles pasar frente a su casa.
- Atdraz, vieja bdruja... - La apartaron los escoltas. - Zon de la Fededración, han venido a negociadr con nueztdro Genedralízimo Comandante en Jefe.

    La mujer se retiró asustada por la brusquedad de los soldados sin dejar de mirar a Uhura quien, sorprendida, sintió su voz en el interior de su cabeza.
- ¡Tengan cuidado, intentadrán engañadrlez! Zi nezezitan ayuda eztadré podr aquí...
- ¿Has notado eso, Marta?
- ¿El qué?
- Esa pobre anciana... me ha hablado, se ha metido en mi cabeza.
- ¿Te ha hecho daño?
- No, en absoluto. - Respondió Nyota.
- Entonces debes haberlo imaginado. Los metafistos provocan dolor cuando se introducen en una mente.

    Uhura se encogió de hombros y siguió caminando. Ya se encontraban a las puertas del “palacio”... Un edificio grotesco, sin ventanas, de forma triangular y recargado de relieves y columnas por todas partes, con las paredes ennegrecidas por la suciedad del aire.
- Yo no llamaría a esto palacio. - Comentó Márquez.
    Spock le miró severo, dándole a entender que se guardase su opinión delante de los metafistos.

    Tal como esperaba, Barak escupió nada más verle. Sentado en su trono en mitad de una inmensa sala oscura y mal ventilada, el Generalísimo preguntó por Jim e insistió en que no habría trato si no era con él.
- Eso no va a ser posible. Mi... capitán... – dijo cerrando su mente, rechazando la intensa invasión a la que se estaba viendo sometido, – ...se encuentra en estos momentos en la enfermería de la nave. Si no desea tratar conmigo, la teniente Uhura y el Alférez Chekov están autorizados para ocuparse del asunto.
- ¿Un niño y una mujedr? - Rió Barak con un sonido que les ponía los pelos de punta. - Eztá bien. Negociadremoz.

    Spock decidió dejar a Johnson custodiando a Uhura y a Chekov y salir del palacio para explorar el planeta en compañía de la ayudante Landon y Márquez. El doctor Oetker sería acompañado al edificio al que llamaban hospital para que dejase allí los medicamentos que había traído.
- Esté pendiente del comunicador, doctor. En cualquier momento Chekov o yo mismo podríamos necesitarle. - Le recomendó Spock antes de despedirse.

    Miró al joven alférez y notó en su gesto que a él también le empezaba a doler la cabeza. Se le acercó para tomarle del brazo y susurrarle aparte que estuviera tranquilo. Tenía plena confianza en que haría un buen trabajo negociando la adquisición del uranio-metamizado.





                                Jim se escabulló de la enfermería aprovechando que Christine y Bones tenían un momento de intimidad en el dispensario. Tuvo que quitarle el arma al tripulante Chase y dejarle k.o. de un puñetazo para poder escapar. Pensó en recompensarle más adelante con un permiso extraordinario.

    Logró recorrer el pasillo hasta la sala del transportador sin ser visto, pero allí, el teniente Riley le pilló de lleno.
- ¿Qué hace aquí, capitán? - Le preguntó extrañado.
- Riley... amigo... - Dijo acercándose con una sonrisa a la vez que intentaba coger el fáser que había ocultado en su espalda.
    El teniente advirtió sus intenciones y pulsó el intercomunicador con el puente.
- Señor Scott, el capitán está en la sala del transportador y... ¡me está apuntando con un fáser! - Gritó asombrado.
- Lo siento Riley... - Dijo Jim antes de disparar y dejarlo aturdido en el suelo.

    Tenía que darse prisa en accionar los mandos, alguien de seguridad ya estaría en camino. Primero se aseguró de que el teniente estaba bien, y eso le hizo perder unos valiosos segundos. Antes de que pudiera desmaterializarse del todo un guarda entró apuntándole a la sala.

- ¡No dispare, por Dios! - Gritó Scott a su espalda.

    Corrió a la consola y bajó las palancas justo a tiempo. Jim seguía en la plataforma circular, encañonándolos a él y al guarda con gesto amenazador.
- Scotty, bájame al planeta...
- ¡Ni hablar, Jim! Y suelta ese fáser ahora mismo.
- Señor Scott... ¡se lo ordeno! ¡Transpórteme a la superficie!

    La situación ya era bastante tensa cuando apareció McCoy por la puerta. Miró a Riley que se estaba recuperando y luego bajó la mano del guarda de seguridad que continuaba apuntando a su amigo.
- Jim, por favor. Vuelve conmigo a la enfermería...
- Tengo que ir al planeta... - Las manos le temblaban, se sintió mareado y se tambaleó.
- ¡Jim! - Gritó McCoy subiendo para sostenerle.

    Tomándole entre sus brazos le quitó el fáser y se lo lanzó al guarda de seguridad.
- ¿No lo entendéis? El almirante Kirk se equivoca... ¡Soy yo y no Spock el que está embarazado! - Las lágrimas le resbalaban por las mejillas. Había estado tan cerca de conseguirlo...
- Teniente, tripulante, salgan de la sala. - Ordenó Scott pensando que ya habían escuchado bastante aunque por sus caras parecían no haber comprendido ni una palabra.

    Jim se sentó en los escalones del transportador, resignado intentó calmarse. ¿Cómo hacerles entender a sus amigos que debía ir a Metafisto? Los dos le miraban como si fuese un desconocido.
- ¿Por qué ese empeño, Jim? - Le preguntó Scott.
- Es un presentimiento, la intuición de que si bajo allí podré tener a mi bebé. No sé cómo explicarlo, pero desde que estamos en órbita le siento más cerca, como si le tuviese dentro de mí... - Les dijo totalmente alterado.
- Jim, si no fuera porque podría afectar al bebé te inyectaría un sedante.
    Scott miró al médico con una mueca de no comprender nada.
- Si la criatura no está en su vientre, ¿cómo podría afectarle?
- Escocés ignorante... sin estar en su vientre le afecta a él, a su sangre, a sus hormonas... ¿por qué no iba a darse el mismo efecto en sentido contrario? - Chilló McCoy perdiendo las formas. - Lo siento, Scott. No quería...
- No tiene importancia, doctor. ¡Todo esto es tan... insólito!
- ¿Podríais al menos considerar que Kirk pudiera estar equivocado? - Volvió a insistir Jim en su argumento.
- De acuerdo. Supongamos que Metafisto, en el otro Universo, afectó negativamente al embajador Spock embarazado... - Bones se echó a reír nada más decir aquellas palabras.
- Lo sé, a mí también me hace gracia... Spock no aguantaría lo que yo estoy pasando. - Se llevó la mano al abdomen, juraría que había sentido una patada.
- ¿Estás bien Jim? - Preguntó McCoy notando su gesto.
- Bajadme al planeta... ¡sólo un minuto! Scotty... por favor. Si algo va mal me subes otra vez y ya está...
- ¡Si algo va mal Spock nos colgará de los motores! - Renegó el ingeniero.
- Bones... te lo suplico... - Estaba llorando otra vez.

    McCoy no sabía qué pensar. Jim había hecho todo lo posible por descender a ese maldito planeta, debía tener una razón muy importante. ¿Y si lo que fuera que Metafisto le hizo a Spock en el otro Universo era justamente lo que Jim necesitaba en éste?

Notas finales:

Gracias por leer. Y ánimo con los comentarios... que yo sepa no los cobran. Jajajajaja


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