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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Jim está preocupado, ahora tiene a su bebé pero... ¿podrá continuar con su misión a bordo del Enterprise sin tener que renunciar a la niña?

Proyecto de estudio



                                                                              McCoy se llevó al bebé a la enfermería donde descubrió, sin asombro, que Christine y el doctor Oetker habían dispuesto todo lo necesario para realizarle un examen. Además de pañales y ropa adecuada, lo cual sí fue una sorpresa... ¿De dónde había sacado todo aquello? Al parecer la rubia enfermera había sido muy previsora.

    Spock se sometía a la cura de las heridas causadas por el minotauro que le proporcionaba Oetker. Estaba allí a regañadientes. Hubiese querido permanecer en el puente.

- Baja a la enfermería, mi amor...
- No... estoy bien.
- Bones, dado que ya no estoy embarazado... - Dijo guiñándole un ojo. - ¿Existe algún motivo por el que deba prolongar mi baja?
- Negativo, Jim. - Le respondió el médico con una sonrisa mirando de reojo al vulcano.
- Bien... - Expresó con satisfacción al recuperar su cargo. - Pues como capitán te ordeno Spock que vayas a que te curen. ¡Ahora mismo!

    Jim se puso encima un jersey marrón que le había traído Uhura y se sentó en su silla de mando... Estaba encantado de estar allí de vuelta. Se balanceó de izquierda a derecha con una sonrisa plena de regocijo. Miró a su lado observando la testaruda reticencia de su marido.
- ¿Aún estás aquí? - Preguntó fingiendo enojo. - Vamos, lárgate de una vez... Creo que tengo un par de asuntos de los que ocuparme.
    Spock asintió y obedeció. Ayudando a Pavel a incorporarse desaparecieron juntos tras las puertas del turbo ascensor.

- Sulu... informe sobre esas naves romulanas, por favor. - Indicó con su habitual tono de capitán.

    El piloto acababa de guardar la ensangrentada wakizashi en la funda, colocándola después bajo su consola.     
- Son tres. Las comanda una mujer, la comandante T'rak. Invadieron momentáneamente la zona neutral antes, pero se retiraron a su espacio cuando Scott se lo ordenó.
- Bien hecho, Scotty.
- Capitán... - Le dijo el ingeniero con una sonrisa que en su rostro significaba preocupación. - Su observador científico descubrió que faltaban dos personas de esta nave cuando tú y Spock fuisteis llevados a la nave oscura.
- Comprendo... lo más probable es que hayan detectado la presencia de Amy...
     El escocés asintió desde su puesto de ingeniería.

    Jim se frotó el mentón pensativo durante unos segundos. De pronto esbozó una sonrisa. Se le había ocurrido algo.
- Teniente Uhura... Abra un canal con los romulanos. Hablaré con esa comandante...
    
    Nyota pulsó unos botones y la imagen de T'rak se asomó al monitor principal.
- Comandante T'rak, soy el Capitán James Kirk, al mando de la USS Enterprise...
- Así pues ha vuelto... - Respondió ella levantando una de sus picudas cejas, un gesto que le pareció terriblemente familiar a Jim.
- Agradezco su intención de ayudarnos en nuestro problema, pero como ve se ha solucionado por sí mismo. Le rogaría ahora que regresaran a sus actividades, siempre y cuando no supongan una amenaza para la Federación... - Mostró su sonrisa diplomática.
- Pero hay alguien más ahí con ustedes... - Expresó la comandante con desconfianza.

     Estaba claro que Scotty tenía razón en sus suposiciones.
- La nave oscura ha regresado por donde vino. Se trata de una nave del exterior de esta inmensa Galaxia que Romulanos, Klingons y Federación compartimos... - Diplomacia de nuevo, su voz sonaba firme pero suave.
- ¿Y cuáles eran sus intenciones, capitán? ¿Por qué aparecer y desaparecer tan repentinamente? - Inquirió la comandante.
- No es el primer encuentro que tenemos con esa desconocida civilización. Hace meses nos topamos con ellos al borde de la Galaxia. - Jim no deseaba dar más explicaciones pero la inquisitiva mirada de la romulana parecía azuzarle sin cesar. - Alguien muy querido nos ha sido devuelto, eso es todo... Como puede ver, la grieta se está cerrando. Pronto no quedará nada de esa distorsión espacio temporal.
- ¿Uno de los suyos ha pasado meses en el interior de esa monstruosidad? - Su voz vibró con curiosidad.
- Y ha regresado sano y salvo... Ahora mismo mi jefe de medicina le está examinando.
- ¿Cómo son esos... “extranjeros”? - Dijo no queriendo utilizar la palabra alienígenas, con la que mútuamente se definían ambas razas, humana y romulana. - ¿Cuáles son sus intenciones? Capitán, ¿suponen una amenaza para nosotros?

    Jim se revolvió en la silla... aquella mujer era tan testaruda como un vulcano, debido probablemente a sus ancestros comunes.
- Déjelo estar, T'rak. No sabemos más de ellos que usted, se lo aseguro. Pero ya se han ido... y no pienso seguirles. Si usted lo desea hágalo. Envíe una de sus naves a cruzar esa abertura antes de que se cierre por completo... - La desafió Jim.

    La comandante romulana meditó aquella posibilidad, considerando el peligro decidió no hacerlo.
- Está bien, capitán Kirk. Seguiremos viaje... No nos queda más opción que olvidar este misterioso asunto. - Saludó con una inclinación de su cabeza. - Si volvemos a vernos... - dijo antes de cortar la comunicación, - me gustaría conocer a ese tripulante suyo que ha pasado meses entre los extranjeros. Debe tener información muy valiosa.
- Lo dudo mucho, comandante. Sus recuerdos sobre su experiencia a bordo de la nave oscura son como los de un bebé en el útero de su madre. - Sentenció Jim con una sonrisa de medio lado. - No le servirían de nada, créame.

    La pantalla se oscureció mostrando las estrellas frente al Enterprise. La fisura se había cerrado ya casi del todo y las naves romulanas se alejaron del cuadrante.
- Sulu... ponga rumbo a... - Dudó por un momento. - ¡Sáquenos de aquí! - Terminó la frase agitando de lado a lado levemente su cabeza.


                    Canceló la alerta roja y ordenó que el personal nocturno ocupara sus puestos. Todos necesitaban descansar. Luego se encaminó hacia la enfermería con una sonrisa dulce en los labios. ¡Su bebé! ¡Su Amy! Estaba deseando volver a sostenerla en su regazo. Aún así lo primero que hizo al entrar fue abrazar a su marido, sentado sobre una camilla y con el torso envuelto en vendas.
- Mi amor... ¿cómo te encuentras? - Le preguntó usando la telepatía.
- Estoy bien, Jim. Nada grave. - Respondió Spock del mismo modo.

    Se acercó entonces a Christine, que acababa de vestir a la pequeña con un diminuto pijama blanco y azul. Con delicadeza tomó al bebé de sus brazos. Aquella preciosa carita le provocó una tierna sonrisa.
- Es muy bonita, Jim. - La voz de Chris desprendía calidez. - ¡Enhorabuena!
- Bones... supongo que la habrás examinado a fondo... - Dirigió su mirada hacia el doctor con una muda pregunta reflejada en los ojos.
- ¡Oh, Jim! No hay nada de qué preocuparse. Amanda está perfectamente... - Su sonrisa era franca, emotiva. No había duda de que se alegraba por aquel milagro viviente. - Ha heredado la fisonomía de Spock, y espero que tu sentido del humor... - Rió el médico.

    Jim la acunó ligeramente hasta que se quedó dormida. No podía apartar la vista de su dulce rostro. Y un pensamiento cruzó su mente: ¿cómo iba a conseguir mantenerla a bordo del Enterprise? La nave no era el lugar adecuado para criar a una niña... pero él no podía abandonar la misión sin más. ¡Adoraba su trabajo! ¿Qué podía hacer? Miró a Spock buscando una respuesta.
- No tengo ni idea, t'hy'la... - Spock había captado sus pensamientos.
- ¿Crees que deberíamos consultar con ya sabes quien? - Pensaba en una llamada a Nuevo Vulcano. - De paso les presentamos a esta personita...
- Como quieras, Jim. - Dijo levantándose para abrazar a su marido mientras contemplaba la armonía en la cara de su kan-bu *(bebé). - Me pregunto qué pensará mi padre de todo esto...

    Chekov, que había estado durmiendo sobre una camilla allí al lado, se incorporó bruscamente haciendo pitar el monitor sobre su cabeza. McCoy corrió a su lado, sujetándole por un brazo.
- Alférez, descansarás aquí esta noche. - Le ordenó. - Después de lo que has pasado quiero tenerte bajo vigilancia.
- Me encuentro bien, doctor... - Dijo mirando de reojo al capitán que sostenía a la niña en brazos.
     Jim se dio cuenta y se acercó para que Chekov la viera. McCoy se retiró.
- Niet, capitán... - Rogó el muchacho aturdido.
- ¿Te asusta? - Le preguntó Spock. - ¿El vínculo?
- Spock yo... - Bajó la mirada, como avergonzado.

    Lo que sentía por aquella criatura no era en absoluto normal. No sabía cómo comportarse, ni qué hacer para evitar la poderosa atracción que notaba hacia ella. Era un bebé, sí... pero era su t'hy'la y sus mentes estarían unidas para siempre. Tendrían que pasar años hasta que pudiera tomarla por esposa. ¿Cómo iba a soportar algo así? Pensó en alejarse todo lo posible de Amy hasta que llegase el momento de su unión pero...
- Te es imposible apartarte de ella. Entiendo... - Spock parecía haber estado leyendo su mente.
- ¿Y qué puedo hasser, comandante? - Suplicó una respuesta.
- Tendrás que adaptarte, Pavel. - Contestó Jim. - Cuando sentí el tel *(vínculo) con Spock traté de controlarlo, ignorarlo... No sirvió de nada. Cuanto más intentes alejarte de tu t'hy'la más fuerte será tu deseo de estar a su lado.

    Spock asintió a las palabras de su sa-telsu. Al joven genio ruso le quedaba un largo camino por recorrer.
    
        Entre tanto Bones había entrado a su despacho y trabajaba concienzudamente en su ordenador. Christine se le acercó por detrás y apoyada en su hombro echó un ojo a lo que se traía entre manos.
- ¿Qué proyecto es ese, Leonard?
- ¡Oh, Christine...! - Exclamó sorprendido cuando sintió su mano. - ¡La niña! Es un proyecto para estudiar a la pequeña. Lo estoy redactando de modo que la Flota no vea en ello más que un estudio científico. Ya sabes: una criatura del exterior de la Galaxia, una oportunidad única para entender lo que hay ahí fuera...
- Pero no mencionas por ninguna parte que sea la hija de Spock y Jim...
- ¡Ahí está el truco, preciosa! - Sonrió McCoy orgulloso. - Lo que la Flota no sepa no podrá hacernos daño.

    Cuando les presentó el texto a Jim y a Spock, se sintió feliz de poder ayudar a sus amigos.
- ¡Es perfecto, Bones! - Gritó Jim con alegría. La niña rezongó un poco en sus brazos antes de seguir durmiendo.
- Podréis conservarla a bordo del Enterprise, a vuestro lado. ¡Como debe ser! Por algo es vuestra hija... Total, solamente nos quedan algo más de tres años de misión... - Rió McCoy. - ¿Quién se va a enterar?
Gracias, Leonard. - Dijo Spock adelantándose un paso para darle un abrazo.

    Aquello sí que sorprendió de verdad al doctor. No se lo esperaba... ¿Un abrazo? ¡Spock le estaba abrazando! Bones sonreía contento devolviendo el apretón.
- ¡Y ahora suéltame, duende de sangre verde! - Bromeó zafándose del vulcano. - No quiero que mi novia piense mal de nuestra relación.
- ¿Novia? - Preguntó Christine. - ¿Desde cuándo, Leonard? Que yo sepa nunca me has pedido nada formal...
     McCoy se mordió el labio y se echó a reír.
- Pues entonces tendré que hacer algo por corregir mi estupidez... - Rodeó a la enfermera con sus brazos y la besó delante de todos los presentes.

    Pavel se había ido acercando sigilosamente al capitán, movido por resortes ocultos en su interior... Amy le había estado llamando con su voz, sonando irresistible dentro de su cabeza. Extendió los dedos índice y corazón de su mano derecha, como le había visto hacer al capitán tantas veces, y acarició la manita de la pequeña. Sintió paz al hacerlo. Jim le miraba con una sonrisa de aprobación.


        Al otro lado de la puerta, sin que nadie advirtiese su presencia, Marta  contemplaba la escena con expresión de disgusto. Había oído los rumores de que la hija del capitán y el comandante estaba ya a bordo y acudió a la enfermería para comprobarlo por sí misma. Sentía repulsión por aquella criatura, le parecía algo antinatural. Al ver a Pavel acariciándola los celos hicieron que apretase los labios con fuerza. Notó cómo se le revolvía el estómago... ¿estaba realmente enamorado de un bebé? ¡Repugnante... no podía tolerarlo!

    Regresó a su camarote sin que se diesen cuenta de que había estado allí. No durmió aquella noche. Tenía que hacer algo... tenía que pensar.

Notas finales:

Y por hoy no añadiré nada más. Tengo que ir a trabajar, mi presencia en el puente ya se ha demorado bastante... jajajaja.

Gracias por vuestros comentarios. Gracias por leer. Espero que os guste.


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