Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Jim deberá atender una llamada difícil: el Alto Mando de la Flota le exige explicaciones de lo que está ocurriendo.

Un parpadeante botón verde

 

 

                                                                        Aldebarán empezaba a desaparecer por el horizonte. La luz rojiza se volvía púrpura y oscura. Khan comprobaba cuanta energía le quedaba al transportador portátil, al ordenador y a su fusil fáser. No había demasiada: una única llamada al Enterprise; un sólo viaje, con suerte... y un par de disparos. Uno si el objetivo era grande.

 

       Pavel observaba sus movimientos en silencio, el corazón se le empezaba a ahogar en tristeza. Sabía lo desesperado que Khan estaba por recuperar a los suyos. ¿Y qué haría después? ¿Desaparecer de su vida rumbo a un planeta de clase M donde poder empezar de nuevo con su tripulación? Temía que llegase el momento en que tuviera que elegir entre seguir a aquel hombre extraordinario y permanecer junto a su pequeña t'hy'la. ¿Podría partir su alma en dos pedazos? ¿Sobreviviría alguien a algo así? Sacudió la cabeza dejando de pensar en todo aquello. Le sonaron las tripas. No se acordaba ya de la última vez que había comido.

   Khan escuchó el ruido y se golpeó la cabeza por semejante olvido, ¿cómo podía haber sido tan estúpido?

   - Tienes hambre. - Afirmó.

   Cogió su arma, metió la batería de repuesto en una mochila, se la echó a la espalda y se dispuso a salir de la habitación.

   - Quédate aquí. No estarías seguro ahí fuera.

   - ¡Khan...! - Pavel le alzanzó junto a la puerta. - Si no es seguro afuera, entonsses... ¡ten cuidado!

   Le besó dulcemente, poniéndose de puntillas y sujetándole la cara. Con cuidado de no hacerse daño en la herida que aún no había cicatrizado del todo. Khan respondió dejando que entrase la lengua hasta rozar la suya. Luego se apartó.

   - No salgas. - Le repitió. - Volveré enseguida.

   Pavel asintió y cerró la puerta cuando le vio alejarse en la oscuridad. Hasta entonces no se había dado cuenta de que la habitación en la que se refugiaban era un viejo almacén de grano. Debió haber una colonia terrícola allí hacía tiempo. Todo parecía abandonado, silencioso... muerto. ¿Por qué se habrían marchado? ¿Qué había en el exterior para que Khan no le permitiese salir? Escuchó un gruñido en la distancia... Pronto iba a descubrir el motivo por el cual los colonos se habían retirado del planeta.

 

 

                                                                    Uhura se llevó las manos a la boca. ¿Nadie más se había dado cuenta? Spock se separó de su marido dejándole a solas con sus pensamientos. Era él quien tenía que decidir qué hacer respecto a las exigencias de Khan para liberar a Pavel. Se acercó a Nyota y la miró con una ceja levantada.

  - ¿Qué ocurre? - Le susurró inclinándose sobre la consola de comunicaciones. Así reparó en la luz verde parpadeando. La Flota... intentaban contactar con ellos.

   - El mensaje de Khan les ha llegado y tratan de hablar con nosotros... - La voz de la teniente sonó desesperada.

   - ¿Qué? ¿Cómo que les ha llegado el mensaje? - Jim se volvió hacia ella completamente alterado.

   - No he podido evitarlo, Jim. ¡Khan rompió los protocolos de seguridad, violó los códigos y conectó directamente con el Enterprise! - Uhura, en su nerviosismo, había alzado la voz. La luz verde no dejaba de insistir en su parpadeo.

   - Cuando eso ocurre la nave envía automáticamente la grabación del mensaje recibido al Alto Mando, Jim... - Le aclaró Spock en un tono mucho más sereno que el de la teniente.

   - ¡Joder! ¿Y ahora qué? - Jim se revolvió sentándose en su silla.

   - Tendrás que atender la llamada. - Spock abrió el canal pulsando el maldito botón que dejó de centellear.

      En la pantalla principal apareció el almirante Duke, a cargo de la Agencia de Inteligencia de la Flota. No tenía cara de buenos amigos.

   - Jim, muchacho... ¡No puedo creer que no hayas informado del secuestro de tu alférez artillero! ¿Puede saberse a qué se debe? - Por su voz parecía estar muy enfadado.

   - Khan... - Dejó salir en una espiración, sin saber cómo seguir.

   - Puedes hablar, nadie más sabe esto. Sólo yo he visto su mensaje. Dime, ¿qué has pensado hacer?

      Jim se balanceó de izquierda a derecha en su silla, estrujándose las sienes con las manos, como si así pudiese hacer que le brotasen las ideas.

   - Sé que no podemos adentrarnos en el espacio klingon con el Enterprise... - dijo al fin sin levantar la mirada del suelo, - ...pero podemos usar otra nave, una pequeña. - Alzó la cabeza y clavó sus azules ojos llenos de esperanza en los del almirante Duke. - ¡Ya lo hemos hecho antes, en Kronos!

   - Escucha Jim, el Imperio Klingon no sabe nada de los criotubos que contienen a la tripulación de ese loco. Quienes los robaron han sido desterrados de por vida, no son más que un puñado de renegados con el viejo general Kozak a la cabeza.

   - Kozak... ¿de la casa D'Ghor? - Jim reconoció el nombre. Había leído algo acerca de aquel tipo en la academia.

   - Eso creo... no sé. - Titubeó Duke. - La Flota no va a permitir ninguna incursión en territorio Klingon, Jim. ¡Con ninguna de sus naves! - Había ido levantando la voz progresivamente para acabar en un puro grito acompañado de un sonoro puñetazo sobre su mesa. - ¡Olvídalo!

   - ¡No puedo, señor! - Dijo bajando los ojos de nuevo. - No voy a abandonar a Pavel... Es importante para mí, es personal, no espero que lo entienda.

      Alex Duke meditó por unos segundos en lo que acababa de escuchar. ¿Estaba diciéndole Jim que su artillero era algo más para él? Miró la fotografía colocada junto al monitor sobre su escritorio. En ella aparecían él mismo y su pareja, el comodoro Jackson. Recordó cuando se conocieron a bordo de la USS Archer. Él era el capitán y Paul su joven teniente a cargo de la navegación. El mejor de los pilotos... el mejor de los amantes... Volvió a fijar la vista en la pantalla para ver a un James Kirk derrotado. Tenía que ayudarle a recuperar a su muchacho.

   - No metas al Enterprise en líos, por lo demás no quiero saber nada. - Le dijo y, al hacerlo, pudo ver cómo la vida regresaba a aquellos ojos tan azules. - Tendrás el apoyo de la USS Olympia si lo necesitas. Ordenaré que salga hacia tu posición ahora mismo.

   - Gracias Alexander. Esto significa mucho para mí... - Estaba a punto de echarse a llorar, tuvo que morderse el labio para evitarlo.

   - Lo comprendo... ¡Buena suerte, Jim! Estaremos en contacto. - Se despidió el almirante.

 

      Jim sonrió en cuanto Duke desapareció de la pantalla. Se giró en su silla hacia Spock y le guiñó un ojo.

   - No te pongas celoso, cariño... - Bromeó.

   - ¿Le has hecho creer que tú y Pavel...? - La ceja de Spock no podía estar más levantada.

   El capitán saltó de su silla y cogiendo a su marido por la cintura le besó. Una sombra verde se asomó a las mejillas del vulcano.

   - ¿Y qué nave usaremos? Todas nuestras lanzaderas están identificadas... - Se preguntó Sulu.

   - Ya pensaremos en la nave... - Respondió Jim. - Ahora tenemos que averiguar dónde se ocultan Kozak y los criotubos. ¿Alguien tiene alguna idea? - Miró las caras de los presentes, nadie hizo por hablar. - ¿Dónde está Bones? Uhura, dile que suba inmediatamente.

      Mientras la teniente avisaba al médico de que su presencia era requerida en el puente Jim se apartó llevando a Spock consigo hasta el puesto de observación.

   - ¿Por qué has dado a entender que tienes una relación con Pavel, t'hy'la? - Le preguntaba su marido mirándole con sus profundos ojos negros.

   - Alex Duke es homosexual, Spock. Él y el comodoro Jackson son pareja desde hace años. - Le explicó acariciando su barba. - Me he aprovechado de su condición, nada más...

   - A veces me asusta lo manipulador que puedes llegar a ser. - Spock le tenía cogido por las caderas, deslizó sus manos más abajo hasta agarrar las nalgas y apretarlas con fuerza.

   - ¿Te asusta o... te excita?

      McCoy entró desde el ascensor y se cruzó de brazos ante los dos. Con su ceño fruncido hizo un gesto de desaprobación ante tanta carantoña. Jim se rió al verle enfurruñado.

   - ¿Dónde te metes cuando necesito tu consejo? - Fingió regañarle.

   - Vale, ya estoy aquí... Ponme al día, Jim. ¡Y dejad de magrearos en el puente, por el amor de Dios! Esto es una nave estelar, no un motel de carretera... - Protestó el doctor colocándose las manos en la cintura.

 

         Spock y Jim le resumieron lo que acababa de pasar. La llamada de Khan y la posterior de Duke desde la Agencia de Inteligencia. Bones se estremeció con lo de la bofetada y el labio roto de Chekov... y no pudo evitar reír cuando llegaron a la parte en la que Jim dejó que el almirante pensara que tenía un lío con el joven alférez.

   - ¿Alguna idea, amigo? - Le consultó el capitán.

   - Y yo qué sé... No tenemos naves sin identificar a bordo, no se me ocurre dónde pueda estar ese Kovark o Kozak o como diablos se llame el viejo klingon... - Sus compañeros le miraban esperando algo mejor. Aquello le ponía de los nervios. - ¡Maldita sea, Jim! ¡Soy médico, no estratega!

   - Kozak... el viejo general Kozak... de la casa D'Ghor... - Murmuraba Jim con la mirada perdida en ninguna parte.

   Accedió al ordenador de Spock e hizo una consulta a la biblioteca de la nave. La computadora no tardó en mostrarle la respuesta.

   - ¡Sabía que me sonaba su nombre! - Exclamó señalando la pantalla, donde una fotografía del militar klingon apareció junto a un texto histórico.

   - El ahora general Kozak fue el gran héroe de la Batalla de HarOs, planeta que pertenecía al Imperio Romulano hasta que lo conquistó para los klingons... - Dijo Spock tras leer por encima.

   - HarOs... - Musitó Jim. - ¡Sulu! ¿Cuánto tardaríamos en llegar hasta allí desde esta posición?

   - Estamos a punto de alcanzar el sistema de Aldebarán. Calculo que unas seis horas... - Contestó el piloto.

   - HarOs se encuentra en la Zona Muerta romulana... Pertenece al los klingon pero Rómulo no lo ha reconocido oficialmente. - Las palabras de Spock sonaban a advertencia. Podrían encontrar a más de un enemigo por allí.

   - Estás tramando algo, Jim... Esa sonrisa torcida... - Bones le conocía demasiado bien.

  - Chicos... creo que ya sé dónde están los puñeteros criotubos. - Dijo apoyándose en los hombros de McCoy y Spock.

      Iba a ordenar a su navegante que pusiese rumbo a la zona muerta cuando saltaron todas las alarmas: tres pájaros de presa klingon se aproximaban a toda velocidad.

 

Notas finales:

Gracias por leer. Espero que os guste. Y gracias por comentar, es un aliciente para continuar con esta loca historia.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).