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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

En una obra de ficción, un camisa roja (del inglés redshirt) es un personaje menor que muere poco después de ser presentado, para así dramatizar la situación de peligro que están viviendo los personajes principales. El término fue creado por los aficionados a la serie de televisión Star Trek; creo que todos sabemos por qué.


Sirva este capítulo como sincero homenaje a todos los camisas rojas que dieron su vida para asegurarnos la emoción del peligro en cada aventura. Yo os saludo... aún así sabed que vais a morir.

 

Camisas rojas: Parte I

 

 

                                                                   Abandonaron el Enterprise a bordo del pájaro de presa. Sulu pilotaba como si hubiese aprendido a volar en una nave como aquella. Pavel, a su lado en el puesto de artillería, le miraba orgulloso. Kirk y Spock compartían la silla de mando, los klingons son más corpulentos y tenían espacio suficiente para los dos. La pierna del vulcano sobre la rodilla de Jim se balanceaba ligeramente mientras acariciaba distraído el cuello de su esposo, con el brazo echado por encima de sus hombros.

       McCoy y los hombres de jersey rojo ocuparon el espacio trasero de la nave. Afortunadamente había sillones para todos. Se colocaron los agarres de seguridad, por si el viaje resultaba movidito.

       Khan se encargaría de la radio-subespacial. Era el único de los diez que hablaba klingon. Conocía más de cuarenta de los ochenta dialectos poliguturales que existían sólo en Kronos.

   - Intentarán contactar con nosotros en cuanto nos detecten, ¿qué debo decirles Kirk? - Preguntó Khan dejando claro quién tenía el mando de la misión.

   - Ni idea... - Le respondió Jim con una sonrisa. - Tú improvisa.

   - No puedo creer que ninguno haya aprendido su lengua. Han pasado cuatro años desde la última vez ¿se puede saber en qué perdéis el tiempo? - Khan hablaba con ironía, ocultando sus brillantes ojos azul hielo en la consola de comunicaciones.

   - ¿En serio? - Preguntó Sulu molesto. - ¿Lo está diciendo en serio?

  - Concéntrate en lo tuyo, piloto. - Le espetó Khan tratando de provocarle.

  - Será mejor que nos concentremos todos. - Puso paz Jim. - Comprueben sus armas caballeros. Eso de ahí es HarOs...

 

            La esfera que se dibujaba frente a ellos en el espacio emitía un aura de color verde oscuro. Si la Tierra es el planeta azul, HarOs era el planeta esmeralda. Sólo contaba con un enorme continente que ocupaba dos tercios de su superficie, agolpándose las tierras hacia la zona sur del globo. Unas nubes oscuras se acumulaban sobre los puntos más poblados, los klingons no mostraban una excesiva preocupación por el medio ambiente.

   Tal y como Khan había supuesto enseguida recibieron una llamada. Desde HarOs unos klingons les solicitaron repetidamente que se identificasen. Era el momento de improvisar.

   - Spock, les leíste la mente a los prisioneros en el Enterprise, dame un nombre... - Dijo Khan volviéndose hacia el vulcano.

  - Gowron... sargento al servicio del general Kozak. - Respondió devolviéndole la mirada, con su ceja izquierda levantada.

   Khan pulsó un botón de su consola y, con un horrible y brusco acento, soltó una parrafada incomprensible llena de kas, pes y guturales jotas. Del otro lado llegaron unas sonoras carcajadas. Khan puso la misma cara de asco que cuando comía sopa de pescado y cerró la comunicación.

   - ¿Qué les has dicho? - Preguntó Jim lleno de curiosidad.

   - Tenemos que aterrizar lejos de su cuartel general... Spock, deberías comprobar su situación con el escaner. - Le sugirió Khan sin contestar a la pregunta.

   El vulcano se levantó y se acercó a un terminal de la nave.

   - Ese Gowron... - musitó Pavel, - ...¿es el que casi nos atrapa en Aldebarán B?

   Khan asintió levantándose de su puesto. Había imitado el sonido de su voz, grabado en su cabeza de cuando ordenara a sus soldados que capturasen a Pavel. Ambos se miraron a los ojos y se sacudieron los hombros con gesto de auténtica grima.

   - He fingido ser ese sargento, les he dicho que conseguí escapar de los humanos... Todo ello adornado con unas cuantas palabrotas para calificarnos. De ahí las risas. Nos esperan en la pista principal del cuartel. - Apoyó la mano sobre el hombro del muchacho.

   Al hacerlo sintió la afilada mirada de Sulu clavarse en su costado. De nuevo intentó hacerle saltar dirigiéndose a él con ironía.

   - Piloto, procure no acercarse demasiado, no queremos ser recibidos por un pelotón armado... - Le dijo con su tono más cínico.

   - He localizado su base. - Interrumpió Spock desde la consola del puesto del vigía, justo a tiempo de detener el exabrupto que asomaba ya en los labios del japonés. - Te transfiero las coordenadas, Sulu.

 

               Tomaron tierra a una prudencial distancia del cuartel general de Kozak. Preparados para salir, fásers en mano, los hombres atendían las órdenes de su capitán.

   - Teniente Leslie, usted y Johnson vendrán con Spock y conmigo en la vanguardia. Khan, tú nos seguirás con Bones y Mathews. Rayburn, usted Sulu y Pavel en la retaguardia. - Activó un monitor y todos fijaron en él los ojos.

   Un plano de la base klingon apareció en la pantalla. Spock lo había cargado desde la base de datos del pájaro de presa.

   - Entraremos por aquí. - Dijo Spock señalando un punto en el costado del edificio con forma de pirámide truncada. - El escaner indica que esa puerta es la menos custodiada.

   - Esta sala, en la planta inferior, debe ser donde retienen a mi tripulación. Es lo suficientemente grande como para albergar los criotubos y eso brillante de ahí parece un teletransportador. - Khan apuntó con su dedo a un lugar en el centro de la estructura. Spock asintió mostrando su acuerdo.

   - Sulu, tú y Pavel os ocupareis de bajar ahí y sacar las cápsulas. Llevaos un intercomunicador e informad a Scotty del transporte. - Continuó Jim.

   - ¡Sí, capitán! - Respondió Pavel ansioso por acabar de una vez.

   - Estamos listos. Tengan cuidado ahí fuera. - Dijo el Jim antes de saltar desde la pasarela a medio extender de la nave.

   No funcionaba correctamente desde que fue capturada por el Enterprise y no habían tenido tiempo de repararla, así que no era posible desplegarla del todo hasta tocar tierra. Uno a uno fueron saliendo del pájaro de presa. Khan esperó fuera al piloto. Quería pedirle algo antes de entrar en acción.

   - Sulu! Kochi koi-yo! *(¡Ven aquí!) - Le llamó aparte mientras los demás se organizaban como había dispuesto el capitán.

   - Nanda-yo! *(¡Qué quieres!) - Contestó con malos modos. Aún estaba irritado por cómo le había hablado antes. Ni siquiera había caído en el idioma que estaban utilizando.

   - Kare no sewa o suru... *(Cuida de él...) - Le pidió con un grave y dulce susurro.

   - Ge-ge? *(¿Qué?) - Preguntó sorprendido, casi gritando.

   - Ki-ni shinai-de. *(No importa.) - Bajó la cabeza con el típico gesto de disculpa oriental. Khan se dio cuenta de que los demás les estaban mirando y sonrió. - Aunque no te lo pidiera lo harías de todos modos ¿verdad?

   - ¿También hablas japonés? - Pavel le miraba asombrado dejándose coger por la cintura de su amante y recibiendo un profundo y húmedo beso.

   - No te separes de Sulu, mi bien... y ten mucho cuidado. - Le pidió Khan hablándole a la oreja antes de soltarle y ocupar su lugar en la expedición.

   El piloto no sabía qué pensar. Khan se había dirigido a él en su propia lengua, era algo personal. Sulu había visto la preocupación por el bienestar de Pavel en sus ojos azul hielo, su amor por él parecía verdadero. Para referirse a Chekov había utilizado la palabra Kare, que en japonés se usa también para decir “novio”. Comprendió lo que Khan sentía por Pavel... y que se había dado cuenta, a su vez, de los sentimientos que él tenía hacia su compañero. ¡Por supuesto que se ocuparía de su seguridad! No dejaría ni un momento a Pavel... ¡nadie le haría daño si él podía evitarlo!

 

                                                Agazapados entre las sombras llegaron ante la puerta lateral, aquella por la cual habían planeado introducirse en la fortaleza. Tres guardias klingons la custodiaban. Jim hizo una señal a sus hombres y avanzaron. No había donde ocultarse, ni arbustos ni rocas alrededor. Así que tuvieron que correr a pecho descubierto, zigzagueando para esquivar los fásers del enemigo.

      El teniente Leslie fue el primero en caer, fulminado de lleno por un disparo en el corazón. Luego McCoy tropezó con el cuerpo de Johnson que había sido herido en una pierna. Mientras lo examinaba, Khan permaneció a su lado, rodilla en tierra y disparando, protegiéndoles a los dos. No parecía grave pero ya no podría seguirles en la incursión.

       Al tiempo que Spock y Jim conseguían acabar con los soldados, en la retaguardia Sulu había tirado a Pavel al suelo y no le dejó levantarse hasta que cesaron los disparos. Luego todos se acercaron al médico para escuchar su diagnóstico.

   - No puede continuar... - McCoy suturó la herida del oficial con su pequeño láser quirúrgico. - Y el teniente Leslie... Ha muerto, Jim.

   - Johnson, ¿puede regresar a la nave? - Le preguntó el capitán.

   - Lo haré, señor. Me ocuparé de asegurarnos la huida. - El hombre se alejó en la noche, arrastrando su pierna izquierda por donde había venido.

         Tenían que seguir adelante. Se adentraron en el edificio a toda prisa. Jim a la cabeza, seguido por Mathews, Spock y Khan. Detrás McCoy, Pavel, Rayburn y Sulu. De repente las luces parpadearon y una horrible sirena les ensordeció. Su presencia había sido detectada. Pronto aparecerían soldados por todas partes. Spock miró la pantalla de su tricorder y señaló un pasillo unos cinco metros más adelante, a su derecha.

   - Por ahí se llega a la cámara central. - Les indicó el comandante.

   De pronto tuvieron que detener la marcha. Les llegaban disparos desde el frente y también por detrás, estaban rodeados. Decenas de klingons asomaron a uno y otro lado del corredor.

   - ¡Khaaan! - Se escuchó el grito del sargento Karf lleno de ira. Los disparos se detuvieron.

   El grupo avanzó unos metros más, ya casi alcanzaban el pasillo que Spock les había mostrado.

   - ¡Khaaaan! - Volvió a gritar furioso Karf. Había ordenado a los demás el alto el fuego. Deseaba su venganza personal contra el asesino de su capitán.

   - NuqneH? *(¿Qué es lo que quieres?) - Le respondió Khan avanzando unos pasos.

   Pavel le miró aterrado y Sulu tuvo que sujetarle para que no le siguiera.

   - ¡Te mataré con mis propias manos...! ¡Tú y yo, Khan...! - Amenazó distanciándose de sus subordinados, directo hacia la partida de rescate. - GhoS! *(¡Ven!)

   Khan se acercó a él, dándoles la oportunidad a sus compañeros de tomar el pasillo hacia el piso inferior. Kirk le miró a los ojos cuando le rebasaba; le bastó ese instante para entender lo que estaba haciendo. Susurró a Rayburn que aprovechara la distracción del enfrentamiento entre Khan y Karf para acompañar a Sulu, Pavel y McCoy hasta los criotubos.

   - Ni'tokor bak'to! *(Grito de guerra klingon, sin traducción) – Profirió el sargento mirando a su enemigo a los ojos en cuanto le tuvo cerca.

   - E'Gok! *(¡Empieza!) - Le desafió Khan con una insolente mirada altiva y un gesto de invitación con su mano derecha.

 

                                             Pavel no pudo reprimir un grito cuando vio a Karf, aquel klingon de dos metros de alto, saltar como un perro rabioso sobre su amante.

   - Bet'ala nog'tor... *(Mira esto...) – Dijo un soldado señalando a Chekov. - Wa p'tak! *(¡Un maricón!)

   - ¿Es tu novio, Khan? - Le preguntó Karf golpeándole las costillas con su puño cerrado.

   Los klingons soltaron una sonora carcajada que haría temblar a cualquiera.

   - ¡Cuando acabe contigo le follaré hasta matarlo...! - Escupió Karf lanzando otro de sus puñetazos.

   Khan esquivó el golpe esta vez y agachándose trató de derribarle al suelo pateándole las rodillas. Pero Karf había entrado en Qu'Vat *(cólera extrema) y revolviéndose agarró a Khan del brazo derecho y tiró de él con fuerza. Se escuchó un crujir de huesos. Khan soltó un grito desgarrador, se dejó caer hacia atrás al suelo y rodando se libró del agarre; era más rápido que el klingon. McCoy abrió los ojos como platos al reconocer el hombro dislocado. El mismo que Spock le había partido hacía cuatro años, aquello debía doler como un maldito infierno.

   - ¡Rayburn, ahora...! - Ordenó Jim con una seña de su cabeza apuntando al pasillo.

   - ¡Vamos Pavel, muévete! - Sulu tiraba de él siguiendo al oficial de seguridad, camino de la planta baja.

   - McCoy, ve con ellos... - Le instó Spock.

   - ¡Ni hablar! Si sale de ésta Khan va a necesitar mi ayuda. - El médico no se movió de donde estaba, a la espalda del vulcano.

   - Pero, Bones, los criotubos... - Le insistió Jim.

   - Pavel los subirá al Enterprise. Allí el equipo médico les atenderá hasta mi llegada... ¡Eso si podéis sacarme de aquí con vida, claro! - El doctor miró a los ojos de sus amigos con cara de súplica. - Por favor... ¡Decidme que podéis...!

 

Notas finales:

Gracias por leer. Gracias por comentar, es un verdadero aliciente para seguir escribiendo.


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