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T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

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Notas del capitulo:

Si compitieran en salto de altura sin pértiga Jim quedaría tercero, Spock segundo y Khan se llevaría el oro olímpico estableciendo un récord imposible de superar.

¡Salta!

 

                                                        Sobre la pista de aterrizaje frente a la estructura con forma de pirámide truncada, se organizó una auténtica batalla campal. Los klingons sólo disponían de dos naves en buen estado, preparadas para la huida con el General Kozak al mando de una de ellas. El resto de la tropa permaneció en tierra repeliendo el ataque de aquellos seis locos humanos que les disparaban sin tregua.

 

         A cada soldado caído le era arrebatada el arma. Khan llegó a coger con su brazo derecho un enorme lanza misiles. Sus proyectiles estuvieron a punto de alcanzar uno de los pájaros de presa, pero ambos despegaron antes de que pudiese evitarlo.

   - ¡Regresemos a la nave! - Gritó Spock.

   - ¡Sulu, Pavel! Id al pájaro de presa y traedlo aquí... - Les ordenó Jim. Mirando a Bones hizo un gesto con su cabeza indicándole que fuese con ellos.

   El teniente y el alférez obedecieron. McCoy corrió detrás, consciente de que su vida no valía demasiado a campo abierto. Al fin y al cabo él era médico, no soldado.

   - ¡Acabemos con estos klingons de una vez! - Se dirigió a Khan y a su marido.

   - ¿No querías prisioneros, Kirk? - Le preguntó Khan arrojando contra un grupo de soldados el lanza misiles descargado.

   - ¡Al infierno con eso! - Respondió Jim a voz en cuello, su ira se había descontrolado.

   Khan lanzó una breve mirada a los ojos de Spock.

   - ¡T'hy'la! Son demasiados... ¡debemos irnos! - Sugirió el vulcano mentalmente a su sa-telsu.

      Jim gritó de rabia antes de hacer caso a su esposo. Los tres corrieron hacia la nave perseguidos por el resto de la compañía de Kozak en tierra.

 

 

                              Sulu fue el primero en alcanzar el pájaro de presa. Reconoció a Johnson asomado a la plataforma medio extendida, le sonrió nada más verle y se ayudó de su mano para subir a la nave. Enseguida ocupó el puesto de piloto para poner en marcha el aparato. McCoy y Pavel no tardaron en estar a bordo.

   - ¿Debo retirar la plataforma, señor Sulu? - Preguntó compungido el oficial de seguridad. No sabía si había más supervivientes de la expedición.

   - Déjela así Johnson... y coja un arma. ¡Vamos a recoger a los demás! - Contestó el piloto.

   - ¿Cómo está esa pierna? - Le preguntó el médico echándole un vistazo.

   - No ha sangrado más, doctor. Gracias. - El hombre se tumbó en el suelo junto a la compuerta, listo para disparar a tierra si era necesario.

   - Fásers activados Sulu. - Informó Pavel manteniendo la mirada fija al frente.

   Pavel trataba de ocultar sus emociones a su compañero. Aún así Sulu era consciente de todo el dolor, la ira y la rabia que escondía en sus ojos aguamarina sin necesidad de verlos.

         El piloto sobrevoló a ras del suelo a los klingons que perseguían a sus compañeros. Pavel descargó los fásers sobre ellos. Las explosiones les dispersaron, aún así los soldados se reagrupaban y continuaban dando caza a los humanos.

   - ¡Intenta assercarte más a ellos Sulu, para que puedan subir a bordo! ¡No puedo assertar a blancos tan pequeños y en movimiento! ¡Esto está pensado para derribar grandes objetivos...! - Le gritaba Pavel.

    Su amigo tenía razón. Inclinó la nave desacelerando la marcha y descendiendo en altura, aproximándose en paralelo a Jim, Spock y Khan que corrían a la desesperada campo a través.

   - ¡Jim... salta a la nave! - Gritó Spock a su marido.

   - ¡Vosotros primero! - Les ordenó como capitán.

   - Sa-telsu... ahora Sulu está muy cerca... Khan y yo podremos saltar más metros... ¡Sé que eres el capitán y quieres ser el último en escapar pero...! - Pensaba Spock para su esposo. - ¡Es cuestión de fisonomía, Jim! ¡Tú eres humano! - Acabó gritándole al ver que no le hacía caso.

   Khan entendió lo que estaba pasando y agarró a Jim por el jersey para lanzarle, con su fuerza sobrehumana, directo a la plataforma del ave de presa.

   - ¡Gracias! - Le gritó Spock tras ver volar a su marido por los aires hasta estar a salvo, preparándose a su vez para saltar de inmediato.

      En unos segundos los dos estaban ya a bordo y miraban a tierra con tensión. Johnson seguía disparando contra unos soldados que estaban demasiado cerca de Khan.

   - ¡Por todos los dioses, salta de una puta vez! - Le chilló Jim.

  -¡Nos disparan! ¡Tienen defensas antiaéreas aquí! - Pavel gritaba fuera de sí.

   - Sulu... ¡Levanta el vuelo dos metros más! - Le ordenó Spock.

  - ¡No! ¡Khan...! - Protestó Chekov temiendo que su amante no alcanzase la nave.

   - Tranquilo Pavel, le he visto saltar... sé bien de lo que es capaz. - Le contestó Spock acercándose para ponerle la mano sobre el hombro e impedir así que abandonase su puesto.

   El piloto obedeció la orden de su comandante sin dudarlo. Elevó la nave un par de metros y zigzagueó esquivando los proyectiles. Johnson y Jim permanecían tumbados sobre la plataforma. El oficial de seguridad no dejaba de quitarle perseguidores de encima a Khan. El capitán se arrastró todo lo que pudo hasta el borde, sujetándose con un agarre de seguridad por la cintura, dispuesto a agarrar la mano de Khan cuando éste, al fin, saltó. Fueron más de seis metros y le alcanzó por los pelos. Jim tiró de él con todas sus fuerzas hasta tenerle entre sus brazos en el suelo de la nave.

   - ¡Te tengo...! ¡Ya te tengo...! - Susurraba Jim jadeando por el esfuerzo.

   - LyubImiy moy? *(¿Amor mío?) - Gritó Pavel sin apartar la vista de sus controles, disparando sobre las defensas antiaéreas hasta acabar con todas.

   - ¡Estoy bien! - Respondió Khan aún apretado contra el cuerpo de Jim.

      Johnson miró al capitán. Viendo en su expresión de tristeza que no esperaban a nadie más, cerró las compuertas retirando la plataforma. Cojeó apoyándose en su pierna derecha hasta sentarse junto al doctor McCoy. Contemplaba en silencio, con los ojos arrasados en lágrimas, el resto de asientos vacíos.

   - Ahí está Kozak... - Informó Sulu nada más ver las naves enemigas. - Señor, va a penetrar en nuestro espacio... ¡Van directos al Enterprise!

   - Scott... Scotty...! ¿Puedes oírme? - Jim giraba nervioso la rueda de su comunicador.

   - ¡Sí Jim, te oigo...! Tenemos tres pájaros de presa klingon en el radar, se aproximan a nosotros a toda velocidad. - Respondió el escocés.

   - Viajamos en una de esas naves, a la cola. - Le indicó Spock para evitar ser destruidos por fuego amigo.

   - La Olympia está a menos de media hora de nosotros, Jim. - Informó Scott desde el puente. - El mismo almirante Duke la comanda... Creí que debías estar al tanto.

   - Gracias Scotty. Intentaremos inutilizar las naves enemigas desde aquí fuera, tú procura atraparles con el rayo tractor. - Miró a Khan y a Spock quienes asintieron conformes a sus palabras. - Quiero prisioneros, ¿entendido?

   - Afirmativo capitán. Corto. - La voz del ingeniero sonó rotunda.

 

         Sulu colocó la nave a la cola del pájaro de presa más cercano. La posicionó en el ángulo adecuado para evitar un ataque y que Pavel pudiese disparar. Se giró para mirar a su capitán y bajó la cabeza, indicándole así que estaban listos.

   - Chekov... - Dijo Jim sentado a la silla de mando. - ¡Fuego!

   El alférez cumplió la orden y descargó los fásers contra la nave enemiga. Pero lo hizo a máxima potencia y sobre su eje central.

   - ¡No Pavel! ¡Basta! He dicho que quiero prisioneros... - Le reprendió Jim viendo sus intenciones de destruir al enemigo.

   El muchacho no se detuvo en su disparo y la nave explotó en mil pedazos. Estaba lleno de furia y desobedeció conscientemente a su capitán. Esos klingons habían acabado con la tripulación de su amante. ¡Pavel les quería muertos!

   - ¡Noooo! - Gritó Khan con voz desgarrada, clavando los desencajados ojos azul hielo en la pantalla principal de la nave.

   Con absoluto horror había descubierto, entre los restos de la explosión, un criotubo partido en dos flotando por el espacio.

   Pavel no podía creerlo... ¿Qué había hecho? Spock corrió a la consola del vigía y analizó los escombros. Contó dieciocho cápsulas en total. Ninguna con señales de vida en su interior.

   - Kozak debió interceptar tu transporte, Pavel. Conservaba dieciocho criotubos a bordo. - El vulcano tragó saliva antes de seguir. - Lo lamento. No han sobrevivido.

 

            Durante unos segundos que parecieron una eternidad se hizo un completo silencio a bordo de la nave. El otro pájaro de presa giró en redondo ante sus narices. Les apuntaba con sus fásers dispuesto a atacar. Un zumbido indicó que se establecía una comunicación. En el monitor apareció la cara del mismísimo General Kozak. Estaba furioso, pero al mismo tiempo mostraba su horrible sonrisa de klingon.

   - QaleghneS Khan! *(¡Un honor verle Khan!) Le habla el General Kozak, de la casa D'Ghor. Acaba usted de aniquilar a lo que quedaba de su tripulación... Po'tajg! *(¡Bien hecho!) - Todo su corpulento cuerpo barrigudo tembló con una sonora y cruel carcajada.

   - Oni! *(¡Demonio!) - Murmuró Sulu entre dientes.

      El capitán aprovechó que Khan era el centro de la atención de Kozak para escabullirse a la parte trasera y establecer contacto con el Enterprise.

   - Qapla' Khan! *(¡Te deseo una muerte con honor, Khan!) - Dijo antes de ordenar a su artillero dispararles.

  - ¡Scotty... ahora! - Jim dio la orden para que su ingeniero transportara a toda la tripulación de la nave enemiga directamente a una celda de seguridad.

   - Maw' tok! *(Expresión de sorpresa) - Kozak no daba crédito. Sus moléculas se desintegraban y no podía hacer nada por evitarlo. - Pahk! *(¡Maldición!) - Escupió antes de desaparecer por completo de la pantalla.

   - Juy tebye na postnom maslé, sukin syn! *(¡Que te jodan, hijo de puta!) - Espetó Pavel con la voz ronca por el odio poniéndose en pie.

   - ¡Qué boca tan sucia, querido! ¿Tendré que lavártela con jabón? - Le dijo Khan tomándole por la cintura.

   - Lyubimiy moy... Ya... proshchat'! *(Amor mío... Yo... ¡Perdóname!) - Pavel se echó a llorar entre sus brazos. Por su culpa habían muerto los pocos supervivientes de su tripulación y Khan aún tenía fuerzas para bromear con él, para abrazarle como estaba haciendo.

   - En realidad llevaban muertos más de trescientos años, Pavel... - Le susurró su amante al oído dejando correr las lágrimas por sus mejillas. - Igual que yo. Nunca debí despertar...

      Pavel se separó para mirarle a los ojos. No le gustó lo que vio en ellos. ¿Qué había querido decir Khan?

 

Notas finales:

Gracias por leer. Comentar es bueno para la salud porque reduce el colesterol. O_^


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