Juego Perverso
El tiempo pasaba tan lento, solía pensar que todo su mundo estaba atrapado en una mentira por que aún debía sostener la imagen falsa, pero sus dudas cada día aumentaban de mal en peor. Todo había sido demasiado frustrante, nisiquiera se daba él tiempo necesario para organizar su vida, y a pesar de repetirse mil veces que todo se arreglaria, en él fondo solo esperaba que ya se terminara.
Ahora sin ningún animo, estaba tratando de grabarse las repetitivas preguntas y respuestas que debía aprender.
—¿Me estas poniendo atención?. —la mano interviniendo su vista logro devolverlo a la realidad. —¡¡Hazme caso por una maldita vez Naruto!!.
—Ya te escuché, no grites por favor, Sakura. — volteo a verla sonriente.
—Pues es que andas en tú mundo... por dios Naru, de verdad rompere mi promesa de no golpearte por despistado. —la chica peli rosa de 1.60 cruzó los brazos enojada. —¿Es que no puedes poner atención una vez en la vida?.
—Es que no dormí bien. —río poniendo la mano en su nuca nervioso. —pero continua en lo que estabas.
—¿No dormiste bien?. —se burlo recordando más millones de excusas que le inventaba su hiperactivo amigo. —¿Es que sufres de insomnio?, y lo digo enserio, vos tenes las peores ojeras que eh visto.
—No es para tanto, últimamente me eh desvelado por estudiar mucho. —claramente mentia, el estudio y Naruto Uzumaki nunca se llevan. —Los exámenes pusieron blanco a mi cerebro. —la oji verde emitió una pequeña risa al oírlo desesperado.
—Tengo una idea para no matarte en el intento de pasar el año. —llevo una mano a su menton pensando.— Dile a Sasuke que te ayude.
Al escuchar él nombre todo su cuerpo comenzó a temblar mientras su mirada pasaba a ser una de preocupación; la simple razón de tenerlo cerca lo estaba matando por dentro.
—¿A... Sasuke?. —susurro sin ánimos.
—¡Pero claro!, él podría enseñarte, le diré que valla a tú casa cuando terminemos el proyecto de álgebra y...
—¡¡NO!!. —la interrumpió asustado, pero se calmo al ver sorprendida a su amiga.— Yo... prefiero estudiar por mi mismo. —con mucha cautela intento convencerla, no podía dejar que sospechara algo.
—¿Estas seguro?. —él rubio afirmo con la cabeza. —bueno, después de todo son tus calificaciones y no mías... —guardo los lápices y libros rápido en su mochila, tomando apurada su abrigo que yacia en la silla donde anteriormente había estado sentada.— Tengo que irme rápido a casa y no te preocupes por el proyecto, te aseguro que lo terminare. Ya hiciste tú parte. —la oji jade dio un beso de despedida en la mejilla derecha de Naruto, alejándose rápidamente. —Nos vemos mañana.
—Adiós Sakura. —la vio salir de la vacía biblioteca con la sonrisa que la caracterizaba. Había estado mucho tiempo ahí que no asistió a dos clases, pero no era su culpa... si no fuera por que su peor pesadilla asistía a esas dos clases, no inventaria tontas excusas para faltar a ellas.
—Esto es malo...—era su único pensamiento al verse completamente solo rodeado de cientos de libros inútiles. Con una rapidez casi inhumana, tuvo que guardar su cuadernos con los apuntes de su proyecto algebraico, por que ahora mismo estaba en un tremendo peligro.
Al echar todo en su mochila se la puso en el hombro derecho correriendo fuera de esa biblioteca mirando su reloj angustiado, quería que las manecillas se movieran hacía atrás y no adelante.
Era demasiado tiempo y no aguantaría ni un segundo más, estaba siendo apresado en ese mundo sin ninguna escapatoria.
—Pero....
Detuvo su andar en medio de los pasillos, mirando desesperado hacía atrás. Angustiado por volver o alejarse, una decisión tan difícil que le recorría las células de su cuerpo a modo de miedo.
Su mundo se había caído, recordaba vagamente las horas que pasaba con sus amigos, eso y más... todo lo que logro en años se destruyó en un simple mes, un mes en que sus calificaciónes subieron un 90%, pero no por que en verdad lo quisiera, tenía que hacerlo para salir de ahí, adelantarse un año... y volver a empezar de cero aparentando que nada pasó. Mintiendose a sí mismo por decir que todo iba terminar pronto, que volvería a ser el de antes. Aquel que sabía lo que quería y luchaba para ello.
—Es algo injusto.-ese reflejo suyo que miraba con tristeza en la puerta de cristal, claramente no era él, no se veía igual que antes, verse así de mal le causaba pena. —es posible que... ¿todo esto sea culpa mía?. —un ruido, el timbre final de las clases se escucho por todo el pasillo. Decidido volvió a retomar su andar con más preocupación. —Tengo que salir pronto de aquí. —su pasó le fue obstruido por cientos de estudiantes que igual querían irse a casa.
Las voces, todo tipo de voces, las escuchaba sin ánimos; se preguntaba si en algún lugar de la tierra existiría una escuela en donde la gente no gritara tan fuerte. Todos igualmente empujaban, le parecía la interpretación de una manada de animales que buscaban el mismo objetivo, irse a casa y punto final... oh bueno, en un viernes suponía que irían a casa y después a una fiesta a embriagarse.
—No hablas enserio... ¿Sasuke en verdad anda con la plasta de Sakura?. —mordió su labio inferior al escuchar esas palabras de una chica que jamás había conocido, de reojo las observaba, detallaba como las tres chicas que comentaban aquello, tenían caras de furia e irá contenida.
—No me sorprende. — sonrio con melancolía, deteniendose un rato para no seguir escuchando esa conversación.— en verdad me da asco que siga aprovechando las millones de maneras para manipularme. —una y otra vez tenía que pensar eso.
El problema estaba en que, Sakura Haruno, su amiga desde hace seis años era prácticamente ingenua a todo. Aún conservaba la idea de que Sakura y sus profundos sentimientos hacía cierto peli negro podían llegar a extremos. Bueno, le causaban celos por que ella estaba completamente "enamorada" de Sasuke Uchiha, pero no la juzgaba, apesar de que la amaba debía aceptarlo.
La mano fría en su boca y el brusco jalón de espalda, lo asusto haciéndo borrar todo pensamiento. Sabia quién era y maldecia a todos por bloquearle el pasó antes de salir.
Lo sabía... todo porqué vendría ahora, lo tenía en cuenta. No por ser arrastrado asta uno de los tantos baños ya vacíos, sí no por conocer a aquella persona... la desagradable idea de verlo lo tenía alterado, como su misma mirada.
—Eres tan predecible. —una voz que al escuchados cerró sus ojos fuertemente, todo por no desear verlo.— ¿Que pasa Naruto?. —otro día igual, el mismo cuento de siempre.— Estaba pensando, ¿cuantas veces eh visto ese rostro tuyo?. —un miedo que se apodero de su cuerpo, y no evito sonrrojarse para mal, al sentir la extraña mano colarse en su espalda baja. —Algo tiene ese rostro que me gusta verlo sonrrojado. —los leves roces en su cuello le aterraron.
—No lo hagas...—pidió atreviendose por fin a enfrentar la mirada oscura y fría de aquel ser. —Sasuke, por favor.
—No se me da la gana. —sonrisa maliciosa, una que no expresaban buenas noticias, el tipo de abuso no era correcto y si seguía en la misma situación no sabría que rayos podía hacer.— Te has estado escondiedo por días. —puso su rodilla entre las piernas del rubio separandolas. —si te lo hago por atrás... —lamio el cuello de Naruto.— ¿Crees que aún así vería tú rostro?.
—Eres un... —fue callado por él brutal beso del azabache, aquellas palidas manos se metieron despreocupadamente por debajo de la camisa blanca del rubio, sin dejar de besarlo acaricio su cintura.
No podía evitar extaciarse al verlo tan sumiso, él notorio temblor del oji azul le provocaba un gran deseo de poseerlo... el miedo y la debilidad que le otorgaba su cuerpo ese complemento que le gustaba, una sensación increíblemente placentera. Para Uchiha Sasuke, un estudiante con excelentes calificaciones y reputación supuestamente, "intachable", se le hacía fácil obtener cualquier objeto o persona que deseara... y una de las pocas cosas que no estaba a su "manipulación" era Naruto.
—Sasuke...- su rostro suplicante y el sonrrojo, le jugaban en contra, con ver toda su redención, le sacarba lo peor de sí.— Ya basta.
—No lo creo. —con apuro desabrocho de un jalón la camisa del rubio sin importarle el echo de estar en el instituto, por que tenía muy encuenta de que nadie estaría ahí para verlos o escuchar algo.
Naruto se alejó del azabache lo más rápido que pudo, tratando de salir antes que hiciera algo malo, pero lo que logro fue un tremendo jalón y el fuerte cuerpo de Sasuke que lo azoto en la pared, dejandole sin escapatoria.
—¿Quieres escaparte de mi tan pronto?, pues que mal. —forsajeos e intentos de empujones, todos queriendo quitárselo de encima.— Lo pondré de esta forma. Si no me dejas tocarte, creo que la pequeña zorra que amas va a tomar tú lugar, después de todo quizá le gusté ser mi puta. —una mala sensación, una que hizo paralizarlo al notar la gran seriedad del asunto.
—¡¡Ni se te ocurra!!. —apreto sus puño conteniendose la furia que sentía.— Yo... —aún con la duda implantada en su cuerpo, bajo la mirada aguantando todo el remordimiento.
—Dilo. —sonreia con satisfacción. —Quiero oírte decirlo. —ordenó descaradamente. —¿Que quieres Naruto?.
—Quiero que tú... —la vergüenza de pronunciar esas palabras era inmensa. Con pena se quito la camisa dándole a entender al azabache que continuará.
Sasuke le robo otro beso mucho más feroz y tomó sus piernas poniendolas al rededor de su cintura, tuvo que sostenerse de los hombros de Sasuke para no caerse ante tal brusco acto, se sentía morir al notar la erección que tenía el Uchiha.
—No podré soportarlo mucho más tiempo... esto me va a matar pronto. —se decía mentalmente aparentando no sentir las dolorosas mordidas que provocaba Sasuke en su cuello.
Era la misma pesadilla de siempre pero cada vez peor, esa insensibilidad lo asustaba e incluso el profundo dolor en todo su cuerpo era un fastidio, ahora su vida estaba trabada en una monotonía fatal.
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Con dificultad abrió con sus llaves la puerta de su casa tirando sus cosas en el suelo y dando un tremendo azoton.
Todo su cuerpo le pesaba, estaba muy cansado y podría apostar que si no dormía iba a desfayecer. Camino agonizando literalmente, vivía solo y por ende se le hacía mucho más fácil tener un poco de "paz", eso si antes de dormir tenía que bañarse.
Se despojo de su ropa y abrió la regadera con el agua caliente, por milésima vez el espejo de cuerpo completo que tenía enfrente lo enojaba, las marcas purpuras y rojas eran tan evidentes en su piel.
Moreton tras moreton, su cuello estaba cubierto de ellos al igual que sus hombros, ¿Cuántos tendría exactamente?, miró su rostro con las ojeras por no dormir y la ligera palidez como si de verdad estuviera enfermo.Dio la vuelta mirando su espalda, ahí no solo tenía chupetones, también estaban las marcas de rasguños leves, sin lugar a dudas el Uchiha era la peor bestia salvaje que había conocido, por que... ¿Quién te deja tantas marcas así de mal?.
—Maldito Sasuke. —fruncio en entre cejo, abrazándose a si mismo y cerrando los ojos, no sabia con exactitud la razón que provocó llegar asta ese punto con Uchiha Sasuke.
La relación que tuvieron antes era una simple amienestad (amistad-enemistad.), desde que podía recordar no se llevaban bien que digamos pero con el pasó de los años se volvieron más tolerantes y sociables... oh bueno... asta que cuatro semanas antes se volvió una pesadilla, el Uchiha actuó distante y molesto, pero término siendo impaciente e interesedo. Todo en él se volvía cada vez más y más extraño, asta que descubrió la causa... la frasecita que destruyó todo en su vida, por que al preguntar un ¿Por que?... la respuesta sin más explicación, fue: "Por que eres mío... por que quiero."
—No podré salir de todo esto, no será fácil. —las ganas de llorar las reprimia, estaba solo siendo apresado en todo sentido.
Abusos, esa sería la palabra exacta para denominar en lo que estaba metido. Entendía el por que él amor lo consideraban una bazofia. No podía ser dulces recuerdos y bonitos besos, también existía su lado perverso, en donde él dolor era su fuerte, donde se jugaba sucio y sin reglas, el lado del amor en el cuál el sexo era lo único que importaba.