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Desde que te vi por Haku1008

[Reviews - 57]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Aclaro que ni la historia ni los personajes son míos, la historia es una “adaptación” de la novela de Anne Mather “La danza del escorpión” y los personajes son de CLAMP; y ni la historia ni los personajes son usados con algún tipo de fin de lucro. 

Notas del capitulo:

Hoooooooooooola!!!!!!!!!!!!!

Ya volví!!!!!!!!!!!! ^^ si, lo sé, “¿y eso que?” T.T xDDD  ¿qué dijeron? Por fin nos libramos de esta loca, pues nooooo, yo los extrañe mucho T.T T.T

El primer cap. es básicamente más narración que dialogo, pero ya cambiara, vale?? n.n cualquier duda o aclaración adelante, con toda confianza :)

 

Cap1. Mundos distintos, corazones diferentes???

 

Su nombre era Fye Sasaki, un niño rubio que se encontraba feliz, vestía radiante la ropa nueva que su madre le había comprado especialmente para ese día; su cumpleaños número 9. Lucía una sonrisa orgullosa, hoy sería su primera celebración de cumpleaños como tanto lo había deseado: con un enorme pastel de su sabor favorito, invitados, regalos y lo mejor de todo, él era el centro de atención; sin duda ese sería el mejor cumpleaños de toda su vida, sus anteriores cumpleaños celebraba únicamente en casa, su madre preparaba alguna comida especial para los dos y algunas veces lo había llevado al cine, pero en esta ocasión era diferente, sería muy especial.

La fiesta se realizaba en uno de los jardines traseros de la gran casona donde su madre era ama de llaves, la patrona (Lady Yuko, como la llamaban todos) había dado autorización de que se hiciese ahí la celebración ya que la madre de Fye, Esmeralda, le había ayudado mucho cuando ofreció una cena para invitados muy importantes, Esmeralda había trabajado intensamente durante quince días para que la dama pudiera recibir dignamente a sus invitados quienes además pasarían la noche en casa. Se había desatado tal afán de limpieza que hasta Fye había intervenido ayudando a los sirvientes que habían sido contratados para la ocasión. Se intervinieron muchas horas en la preparación de la comida, los vinos también fueron seleccionados con mucho cuidado, enfriados a la perfección y Fye no pudo evitar quedar fascinado al contemplar la mesa con el cristal y la plata refulgiendo a la luz de la iluminación de la casa.

 

La fiesta fue un éxito y, como muestra de agradecimiento por su trabajo, Lady Yuko sugirió que tal vez a la señora Sasaki le agradaría organizar una fiesta de cumpleaños para su hijo. Al chico le pareció una maravilla y su madre no pudo negarse al verle tan emocionado, además de que pocas veces podía negarle algo, desdé que su padre había fallecido cuando sólo tenía 3 años el niño se había tornado un tanto rebelde e inconformista, no lo culpaba, después de todo no sólo Fye resentía la ausencia de su padre.

Fye no recordaba algún día en el que hubiese sido tan feliz como en ese, aquella tarde el sol brillaba con esplendor, un día perfecto. El pequeño ayudó a su madre y al jardinero a arreglar una mesa donde se colocaron bocadillos, una enorme jarra de naranjada y otra de uva, gelatinas y en el centro, como platillo principal, el enorme pastel con la inscripción “Felicidades Fye”. Para la ocasión habían sido invitados algunos amigos de la escuela de Fye, en total eran 10 niños y claro, Fye.

Con manos temblorosas el pequeño rubio abrió sus regalos, su mejor amigo Touya Kinomoto, hijo del maestro de la escuela, le obsequió un bonito reloj de color turquesa con adornos de figuritas de aviones que Fye insistió en ponerse de inmediato. Comenzaron los juegos y la señora Sasaki les ofreció como premio bolsas con caramelos.

Cuando llego la hora de partir el pastel el niño prescindió de la mesa con altivez, era su primera fiesta y quería que todo fuera perfecto, mientras tanto su madre se ausento un poco para traer la pala y el cuchillo.

 

De pronto comenzó a llover, unas cuantas gotas al principio pero más espesas después, cayeron en su cabello y sobre el pastel arruinando por completo la inscripción y el chantiyin de colores. Los niños protestaban por el aguacero que estaba cayendo, pero Fye no, él sabía que no estaba lloviendo pues el cielo se hallaba despejado y las hojas de los cerezos estaban secas. Sin embargo las gotas seguían cayendo y los invitados se hallaban tan absortos en lo que sucedía que no intentaron averiguar su procedencia, más el festejado advirtió un grueso chorro que se arqueaba sobre el seto (cerco formado de arbustos) y, con una exclamación de furia se lanzó hacia los arbustos.

De inmediato se escucharon risas ahogadas y la “lluvia” cesó tan súbitamente como había comenzado. Fye no se detuvo y con torpes movimientos se abrió paso por entre las ramas hasta llegar del otro lado del seto. Allí encontró la manguera y los aspersores de riego, también logro ver cómo alguien desaparecía por una de las esquinas de la casa, era la figura de un joven que el niño no logro reconocer.

Se lanzó a perseguirle, aunque dudó por un momento pensando en las delicadas prendas al ser nuevas pero, al mirarse se dio cuenta de su deplorable estado, la ropa estaba llena de tierra y lodo, los botones de su chaleco habían desaparecido, en su cabello había ramas del arbusto y éste caía en su frente en completo desorden y su reloj… había desaparecido.

Sus amigos gritaban y la señora Sasaki al escucharlos acudió para ver lo que ocurría. Con muchos esfuerzos Fye volvió a abrirse paso por entre los arbustos.

 

-¿qué está pasando aquí?- inquirió Esmeralda alarmada.

 

Al unísono medía docena de voces trataron de exponer lo sucedido pero el ama de llaves esperó hasta que el propio Fye estuvo en condiciones de explicar la situación.

El niño terminó su relato con cierto temor porque estaba casi seguro de que su madre no le creería ni una palabra, para su sorpresa noto que su madre estaba tan disgustada como él, al escuchar lo que había ocurrido su rostro se contrajo y enseguida volvió silenciosamente a la casa. Fye observó con tristeza mientras su madre se alejaba, los otros niños se acercaron para preguntarle qué había sucedido, le felicitaron por la forma en que había logrado ahuyentar al intruso, pero el peque no les prestaba mucha atención pues miraba en la mesa los sándwiches empapados y el pastel desecho, tan sólo las gelatinas se mantenían intactas.

Fye seguía ahí rodeado por sus amigos cuando volvió su madre, pero no venía sola, la acompañaban Lady Yuko y un muchacho de unos diecisiete años; Era bastante alto, delgado, de cabello negro, ojos rojos y tez morena; el rubio le identifico de inmediato como el autor del desastre.

El pequeño niño rubio levantó los ojos hacia el otro para dedicarle una fea mirada y se indignó al descubrir un brillo de burla en los ojos del joven moreno, aunque su semblante aparecía contrito (triste, afligido) y solemne aparentemente. Fye ignoraba quién era y qué hacía en la casa pero, deseaba intensamente que lady Yuko le mandara arrestar por la policía y que pagara por lo que le había hecho.

-Como puede ver, señora, la mesa ha quedado arruinada- explicaba Esmeralda a Lady Yuko. Después se volvieron hacía el grupo de niños y en aquel momento Fye tomó consciencia del estado lastimoso en que se encontraba.

El rubio se sintió avergonzado pero no se movió, Lady Yuko lo miró… se volvió hacía el joven moreno y… soltó una carcajada. El moreno también se rió y contagió a los otros niños, pero eso no le sirvió de consuelo a Fye que, con sollozos de humillación se lanzó corriendo hasta la casita donde les permitían quedarse y no se detuvo hasta llegar a encerrarse en su habitación.

Nunca se lo perdonaría a sus amigos, ni a Lady Yuko… y mucho menos al idiota moreno que le había arruinado la única fiesta de cumpleaños que le habían hecho… nunca, nunca.

 

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7 años habían pasado desde aquel “episodio” en su vida, episodio que le marco de manera significativa porque comenzó a darse cuenta de las diferencias que separaban su mundo del de la dueña de la casa y también sobre las jerarquías.

Supo que aquel muchacho era un pariente lejano de lord Clow, hijo de su prima Tsuki Clow, quien había escandalizado a su familia al casarse con un joven de ascendencia portuguesa, el cual tenía varias haciendas en Brasil y del cual esperaba un hijo. El moreno se había criado en Sudamérica y se hospedaba con Lady Yuko mientras su padre hacía los arreglos necesarios para matricularlo en una de las preparatorias más prestigiosas de Japón.

Durante los años siguientes Fye vio al moreno (cuyo nombre era Kurogane Nomishita por cierto) en varias ocasiones, como su hogar se hallaba tan distante por lo general pasaba las navidades y otras festividades con Lady Yuko. En alguna ocasión ésta le confió a su madre que creía que su sobrino era buena compañía para Shougo; su hijo; quien era tres años menor que el moreno y quien sentía una gran admiración por su primo, además de ser una buena figura masculina ya que, al igual que Esmeralda, Lady Yuko era viuda. Pero cuando el moreno termino la preparatoria no volvió a saber de él.

Ahora Fye tenía 16 años, había llevado buenas calificaciones pero en sus últimos años de secundaria esto cambio, además de que decidió dejar los estudios pues el sueldo de su madre no podría cubrir tales gastos de ninguna manera, por lo que prefirió buscar un empleo, lo cual consiguió en la biblioteca local, le pareció perfecto pues podría leer varios libros lo cual amaba desde siempre.

El gran cambio que había tenido en esos 7 años era evidente, de una figura encantadoramente andrógina se había convertido en una figura deleitosa y sensual, de figura sutil fácilmente confundida con una femenina, también su rostro lucia delicado y junto a su nívea piel le hacían atractivo, muy atractivo a ojos de mujeres y hombres, esto no era nada desconocido para él, por lo que había aprendido a aprovecharlo en ciertas ocasiones. A pesar de esto el  chico nunca había aceptado algún compromiso oficial, claro, antes de dejar la secundaria había tenido varios novios y algunos pretendientes pero nada serio, había sido testigo de la lucha librada por su madre para sacarlo adelante y no quería colocarse en la misma posición precaria casándose a esa edad y con cualquiera, si, tenía reputación de frio y calculador lo cual no era totalmente cierto, en realidad deseaba obtener algo más de la vida que un matrimonio y una casa hipotecada, quería poder compensar a su madre por sus años de trabajo para él.

 

Así estaban las cosas cuando un buen día recibió una invitación para asistir al baile de primavera con su mejor amigo Touya y el profesor Kinomoto. Al principio no estaba seguro de aceptar porque sabía que Lady Yuko asistiría al baile, pero para su sorpresa, su madre lo apoyó:

-¿y por qué no habrías de ir?- inquirió Esmeralda –te han invitado y eso nada tiene que ver con la señora.

 

Pero Fye pudo darse cuenta de que su madre no comentó el asunto con lady Yuko al notar como la dama se sorprendió al encontrarle bailando con uno de los terratenientes (hacendados) locales, pero el rubio prefirió no darle mucha importancia pues se estaba divirtiendo mucho. Su ropa era elegante y sabía perfectamente lo bien que le quedaba y lo mucho que lucía, cada mirada que robaba, de todo eso era consciente, pero ignoraba que otros ojos, muy similares a los de Lady Yuko, lo observaban con marcado interés.

Pasaron algunas horas antes de que un joven atractivo de cabello grisaseo y largo, aprovechando la ausencia temporal de su compañero, se le acercara para pedirle un baile. Fye sabía quién era ese joven y Shougo Clow no ignoraba tampoco la identidad del joven rubio, aunque si se sorprendió al comprobar lo diferente y atractivo que podía ser vestido de aquella forma ya que cuando lo veía era vestido con el uniforme de su trabajo de bibliotecario, pero aquella noche estaba espectacular y Shougo tuvo que reconocer que el rubio era el muchacho más interesante  de la velada.

Fye no quería aceptar realmente pero, terminó haciéndolo por educación, al hacerlo, a pesar de lo mucho que estaba predispuesto en su contra, halló a Shougo agradable por sus buenos modales y sentido del humor que además no tenía nada de vulgar. Shougo conocía a todos los presentes y sus comentarios ingeniosos y mordaces hicieron que el rubio les observara con otros ojos diferentes, ya no como personas superiores a él. La malicia de sus comentarios no lo ofendían, la murmuración era deporte obligatorio en una aldea tan pequeña como lo era Hanawa y todo lo que estaba escuchando le había sido sugerido anteriormente por su madre. Además, era evidente que Shougo estaba tratando de hacerle sentir mejor en aquel ambiente tan selecto y pomposo. El hecho de que le hubiese invitado a bailar precisamente a él, en sí, le tenía ya bastante halagado.

Pasaron mucho tiempo juntos hasta que Touya les interrumpió pues era tarde y se retiraban, Fye se despidió diciéndole que se había divertido mucho. Y una semana después, para sorpresa de todos, Shougo comenzó a salir con Fye a pesar de la desaprobación de sus respectivas madres.

 

-¡no seas iluso, Fye! Los jóvenes como Shougo Clow nunca se casan con chicos como tú. Lady Yuko no permitiría jamás que su hijo se comprometa con el hijo de su ama de llaves.

-¿por qué no?

La madre de Fye no era la única que intentaba persuadir al rubio, también Touya, acusándolo de aceptar las atenciones de Shougo porque le interesaba su dinero, Fye lo negó rotundamente, más en el fondo se preguntaba si el hecho de que su pretendiente fuera tan rico le haría más “atractivo” a sus ojos.

-no sabes lo que estás haciendo, Fye, pero no puedo culparte, tú y yo hemos tenido que trabajar duramente para ganarnos la vida. Pero debes pensar que ese joven tiene el mismo carácter que su padre, no es difícil que cualquier día estrelle su coche contra un árbol y no quiero que tú estés a su lado en ese momento.

-Shougo no conduce de ese forma, mamá. Es cierto que le gusta la velocidad, pero te aseguro que es muy cuidadoso- trato de persuadirla

-eso será cuando esta sobrio- repuso la señora con gesto de desaprobación –creo que nunca le has visto ebrio, pero dicen que le gusta beber más de la cuenta y además, por fuerza tiene que distraerse cuando tú vas a su lado, los dos sabemos que no se fijó en ti por tu “personalidad” (al menos no con ese cuerpo *¬*) y seguramente … bueno, tú ya me entiendes…

-¿sexo?- preguntó Fye mientras se paseaba inquieto, no creyó que su madre tocara ese tipo de temas y menos que creyera que él… -no hay sexo entre nosotros. Yo no lo permitiría aunque él me lo pidiera- le aclaro

-¿qué sabes tú de eso? ¿qué harías si tuvieras que enfrentarte a una situación difícil? Tú, tú ¡ah! No entenderías lo que quiero decir ni en cien mil años

-no, entiendo que me quieres decir

-está bien, Fye, eso no tiene importancia, lo único que tienes que entender es que para lady Yuko tú eres solamente un chico más en la vida de su hijo, al que finalmente casara con la “muchacha adecuada”.

-¿¡por qué nunca me apoyas en nada!?- dijo molesto y se fue directo a su habitación

-Fye…

 

 

Notas finales:

Próximo cap. 2# Reencuentro

Y en el siguiente capítulo:

 

Los labios de Shougo buscaron los de Fye y con torpeza sus manos trataron de desnudarlo…

-n-no

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-¿y… qué es lo que has pensado?

-en nosotros… ¿quieres casarte conmigo?

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-porque tu no lo amas y lo sabes, Fye

°°°°°°°°°°

-buenas noches, Fye

-si no me equivoco, usted es el señor Nomishita (Kurogane)

-parece que llegue a tiempo para la boda


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