La campana de clases sonaba anunciando un breve descanso. Tanto maestros como alumnos aprovechaban a almorzar en el casino, donde Yuui-sensei y Watanuki quien ayudaba de vez en cuando preparaban deliciosos platillos. Pero el menor de los gemelos divisó que faltaban dos personajes ahí. Uno de ellos, decidido a escapar de la multitud por tener cinco minutos de paz y beber té estaría en el ginmacio, el otro de seguro aparecería a fastidiar al primero.
- ¡Tsk! -suspiró. - ¿A caso no puedo tener un minuto en paz en mi oficina?
- Demo... Kuro-wan-sensei, este es el ginmacio. -dijo mientras se sentaba frente a él y le hacia gestos indicando que también queria té.
- Preparatelo tu mismo.
- Que malo eres Kurorin; por muy bien que se me de la cocina, el té de kurorin es único.
- ¿Por qué no vas donde tu hermano?
- Yuui estaba copaaaado en trabajo, si Kimihiro-kun tuvo que ir a ayudarle.
- En vez de ir su propio hermano... - criticó. - no sé como te soporta tanto; debe ser eso de que son gemelos.
- ¡Sip! Pero Yuui no juega conmigo como lo haces tú. - rió falsamente.
- ¡No juego contigo! ¡Tú eres el idiota que me fastidia!
- ¿Pero un idiota lindo ne? - sonrió picaramente.
Kurogane estaba acostumbrado a los juegos y a las falsas caras del rubio, distinto de su hermano menor quien era honesto la mayoria de las veces. Pero Fay no era tan inmaduro como el moreno siempre creía, ya que no siempre somos lo que aparentamos y la gente suele protegerse de las cosas aparentando otras.
Pero había otra cosa que molestaba al maestro de deportes y era la falta de descanso, ya que las últimas noches había estado teniendo la misma pesadilla una y otra vez:
El corriendo hacia una especie de balcon donde se encontraba alguien a quien no distinguia; estaba descalso y vestia ropas claras; en un instante ve sus labios que parecen decir algo, pero sin divisar aquel rostro ni comprender lo que decian; no le daba tiempo a reaccionar y esta persona se lanzaba al vacio.
Siempre despertaba en esa parte; si tan solo pudiera saber quien era podria prevenir una desgracia. De esto no hablaba con nadie, ni siquiera con Yuui que era su amigo.
Se levantó y fue por un vaso de agua. Nuevamente sería una noche larga así que se puso su buzo y zapatillas y decidió salir a correr aprovechando que la noche no estaba tan fria. Cuando regresaba a los dormitorios le pareció oir un lamento y fue a ver que pasaba. Detrás de unos arboles habia alguien llorando. Estaba cubierto por una manta y en cuanto escuchó los pasos del moreno se echó a correr. Kurogane quedó intrigado.
La mañana trascurrió normal como siempre incluyendo la broma del dia, Fay habia tomado las prendas de su gemelo y le habria causado una enorme confusión. Hasta Kurogane tendió a confundir a ambos hermanos, sin saber con que gemelo hablaba.
Ese gemelo de verdad lo tenía hasta el limite; siempre haciéndole bromas de mal gusto y riendo falsamente, esa risa tan falsa es lo que más le saca de quicio. Odiaba a la gente como él.
Nuevamente fue una noche de esas donde lo mismo ocurría; pesadilla, trotar, alguien llorando. Su cuerpo no duraría mucho a ese ritmo y terminaría mas que enfermo.
- Kurowan-sensei... despierta - dijo el rubio mientras movia sus manos frente a él como si tratara de sacarlo de algún trance.
- ¿No tienes una clase que dar? <<¡que fastidio de persona>>
- Si, pero ... es que no tienes buena cara Kurorin-sensei.
- ¿Qué hay con eso? ¡No tendría esta cara si me dejaras en paz!
- En serio, no estoy bromeando. tienes mal aspecto. - dijo mientras tomaba una colchoneta y le decia al moreno que se recostara. - Descanza aquí un rato.
- ¡No es nada! ¡Sólo déjame en paz!
-... - En vez de dejar todo tirado e irse; el rubio se acercó al moreno y lo empujó hacia la colchoneta. - ¿Ves? ni siquiera puedes mantenerte en pie. - dijo seriamente. - Así no dan ganas de jugar contigo. - Se fue hacia la puerta. - Duerme un rato, hablaré con Yuuko-sensei para que te deje descanzar por hoy, tomaré algunas de tus clases en mis tiempos.
- Oye... - No era que el rubio no fuera capaz de hacer sus clases, era la mirada de este; fria como un tempano, inexpresiva como si quien le hablara no fuera mas que un cuerpo vacio.
Misteriosamente logró dormir a pesar del ruido de la clase que habia en el gimnacio. Se puso de pie y fue a la puerta y miró la clase: El rubio usaba un pantalon rojo y una camiseta blanca, se había atado el cabello; tenía a toda la clase trotando y el con ellos dando indicaciones. Extrañamente le pareció creer que quien estaba era Yuui; hasta el momento en que este se percata de que es observado y saluda efusivamente con las manos.
- Sigan trotando chicos, ya regreso. - Fue hacia el moreno. - Apuesto que te sientes mucho mejor ahora Kuropin-sensei.
- Ya estoy bien. - miró hacia un lado. -Puedes irte y dejarme la clase.
- Sería poco ético eso Kuropon... aprovecha y descanzaa otro rato, yo iré después a dejar el equipo y otras cosas... >< trata de no roncar tanto.
- ¿nani? ¡yo no ronco!
- ¡Como un gorila!
Algo avergonzado se fue a su oficina y volvio a recostarse; miro cada cosa en el lugar buscando un punto en el cual concentrarse para dormir; en ello divisó la ropa del rubio, <>
pensó en que el maestro realmente estaba copado con sus horarios y no le daba tiempo de ir a los dormitorios a cambiarse <<Después le deberé una, de todas las personas a la que menos queria deberle un favor es a alguien tan falso como él>> poco a poco se volvió a quedar dormido.
Terminada la clase fue a las duchas y luego a la oficina del moreno a ponerse su ropa; notó que este roncaba nuevamente y sintió un gran alivio. Tomó una manta y le cubrió con cuidado para no despertarle, pero se quedó mirandole un rato; le atraia algo, no eran sus ronquidos XD pero si su respiración, queria sentirla cerca.
Abrió levemente los ojos al sentir algo humedo en su rostro; eran gotas de agua que resvalaban por aquel cabello dorado aun humedo. El rubio dormía a su lado también. <<Después de todo trabajó bastante hoy>> notó que el rubio solo estaba tapado con una toalla. <<idiota, ni siquiera te has vestido>> pero vio que él habia sido cubierto con una manta. Respiró y sin darse cuenta estaba mirando al rubio por completo, desde su humedo cabello del que caian gotas de agua y que recorrían esa palida piel, se molestó al ver que una toalla no le permitia tener una vision completa del rubio y para cuando se percató de lo que habia pensado se molestó con sigo mismo. <<¿qué estoy viendo en ese idiota? ¡no, no, no! >> Comenzaba una pequeña lucha mental cuando se percata de ciertos detalles; cicatrices, ese cuerpo tenía extraña cicatrices, pero estas estaban en la zona del muslo, donde nadie podia verles y hasta una toalla podia cubrir; muchas de ellas eran recientes y habian otras mas antiguas a la altura de su espalda.
El rubio despertaba y se quedaba asombrado, se habia quedado dormido asi tal cual; vio que el moreno roncaba aun y suspiró; con rapidez cubrio sus cicatrices, dado que no queria que nadie, menos el moreno las viera. Se vistió y secó su cabello. Volvio a cubrir a su compañero y posteriormente susurró quizas pensando en voz baja. - Sería malo si vieses esa parte de mi... - Posteriormente se retiró dejando al moreno solo durmiendo, lo que no sabía era que el moreno habia despertado antes que él.