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Notas del fanfic:

Hola a todos, vengo con un pequeño OneShot que escribi hace unos dos años. Le tengo bastante cariño porque fue el primer fic que escribi en de KHR! y decidi subirlo mientras sigo con mi otro fic "Estupidos Disfraces". Espero realmente les guste la idea, es una historia de S80 y 8059, con leves toques de R27

Dedicado por completo a Moku san y Froggy san, que me apoyaron desde el principio con mis fics para que los subiera jaja

Notas del capitulo:

Katekyo Hitman - Reborn! es propiedad de Akira Amano, sino quien sabe...

Mil disculpas por las posibles faltas ortograficas y espero les guste

Tsuna se preguntaba cómo demonios había terminado metido en semejante problema, sin saber cómo en aquel universo paralelo que existía en la cabeza de su guardián de la lluvia, aquella idea tan extraña había surgido de la nada. O más bien, como el mismo la había aprobado sin darse cuenta de sus posibles consecuencias.

Ni siquiera el sabia como en su sano juicio le había dado la autorización a Yamamoto para elegir a sus acompañantes. Debió haberlo visto venir.

Reborn le había advertido que hacían falta personas fuertes para aquella misión, y la mayoría de sus guardines se encontraban ocupados con sus propios deberes. El castaño sabía que el beisbolista era alguien de confianza, una persona que podía mantener la calma y la cabeza fría sin importar la situación en la que se encontrase. Pero aun así no lograba entender porque, a pesar de ser pocas las personas disponibles, había tenido que elegirlos justamente a ellos dos.

Porque si, ponerles a ambos en un mismo grupo era un pensamiento desquiciado. Pues más allá de todo su extraño parecido era más que impresionante, y si juntaban aquello con ciertos sentimientos amorosos que mantenían hacia el pelinegro, su súper intuición le advertía que nada bueno podría salir de tan extraña combinación.

Hasta hace poco esa misma tarde había sido como cualquier otra en la mansión Vongola, la paz se respiraba en el ambiente luego de meses sin descanso alguno. La base se encontraba vacía casi en su totalidad, pues desde los tratados con otras familias hasta las misiones más peligrosas habían acaparado la atención y el tiempo libre de gran parte de sus mejores hombres de confianza.

Pero claro, el Décimo jefe de la familia más poderosa de la mafia descubriría dentro de poco que aquello era tan solo la calma antes de la tormenta.

No paso mucho tiempo para que las explosiones empezaran a llenar el lugar, seguido de fuertes temblores que amenazaban con destruir la mansión que, de alguna u otra misteriosa manera, se había logrado mantener de pie desde su construcción por parte de Giotto y la primera generación. Cualquiera que conociera a los Vongola, y más específicamente a ciertos guardianes de la niebla y nube que tenían jurado un odio eterno, sabía que aquel ajetreo era más que común, pero sin dudas lo verdaderamente extraño era el par de mafiosos que se encontraba peleando en aquellos momentos: nada más que su autoproclamada mano derecha y el tiburón de los Varia.

El peli castaño no pudo evitar sudar frio al ver el resultado de aquella discusión: habitaciones exquisitamente decoradas ahora convertidas en un verdadero campo de batalla, muebles rotos y destrozados por doquier al igual que las ventanas, enormes quemaduras en el piso y las paredes llenas de agujeros y cortes producto de una espada. Oh, genial. Más papeleo. El ex Arcobaleno sin duda le haría sufrir luego que volviese de su misión en Sicilia, si es que le encontraba con vida para ese entonces…

No recordaba haber visto un desastre de tales magnitudes desde que Lambo había tenido que huir por su vida cuando una de sus granadas cayó accidentalmente cerca de la habitación de Hibari hacia un par de meses, ni aquella vez en que Fran y Belphegor habían ido para tratar ciertos asuntos que inmiscuían a una mafia enemiga y el peli verde, aburrido y sin nada mejor que hacer, había decidido molestar a su maestro y colocarle un sombrero con forma de piña mientras dormía, alegando que le recordaba viejos tiempos y algo sobre “Fruit Style”. Resultado: su hogar se había transformado en una verdadera casita del terror, llena de ilusiones cada cual peor que la anterior, que le obligaron a mantenerse encerrado en su oficina junto a un divertido rubio hasta que Chrome vino a su rescate, regañando a Mukuro como nunca nadie lo había hecho en su vida.

A pesar que ahora ya a sus veintidós años era el Décimo jefe de la familia más influyente de toda Italia y había pasado por todo tipo de situaciones para llegar al lugar donde se encontraba ahora, ninguna se compraba con la que estaba viviendo en aquellos momentos.

Y todo había empezado porque el guardián de la lluvia había sugerido o tal vez confirmado que iría a aquella arriesgada misión con ambos, provocando un enfado de niveles exorbitantes en ambos mafiosos seguido de un concurso de insultos por su parte. Porque vaya, a pesar de conocer a Gokudera desde hacía ya tantos años, aun no podía creer la cantidad de ofensas que salían de su boca a la par del espadachín, cada cual en un idioma diferente y mucho peor que el anterior.

La verdadera masacre empezó cuando empezaron a discutir por quien sería el líder sin ceder ante el contrario, iniciando una batalla con unas cuantas bombas de parte del oji verde y que ahora seguía con Squalo atacando con fuerza al peli plateado, mientras este se defendía al máximo usando su sistema C.A.I.

Ahora media mansión se encontraba en ruinas y Tsuna temía que la contienda siguiera en la planta superior si no los detenía pronto, pero sentía su cuerpo agarrotado por el temor y al ver los ojos de ambos contrincantes, podía darse cuenta que aquella pelea tenía una segunda razón de trasfondo, una mucho más poderosa. El corazón de cierto guardián que miraba la pelea con su habitual sonrisa en los labios, riendo a carcajada limpia completamente despreocupado; como si no le importase el hecho, o quizás realmente no se diera cuenta, que aquel lio había sido todo culpa de su alocada idea.

En verdad no lograba entender que había visto el beisbolista para poder a ese par juntos, sabia mejor que nadie que ambos eran más peligroso que una bestia salvaje y más explosivos que la dinamita. No se parecían en nada, eran tan diferentes como el día y la noche. O quizás si se parecían en algo, no sabía cuál de los dos gritaba y maldecía peor.

Sin darse cuenta la disputa había pasado de una simple batalla de insultos a presumir su fuerza contra el rival, escuchando en medio de las explosiones a Gokudera gritar algo sobre que ser su mano derecha le daba el puesto como el más fuerte, además que ser un gran estratega le daba las cualidades para ser el líder. Y luego, después de un gran “VOIIII” de enfado de parte del Varia, este respondía que él tenía más cualidades al tener mucha más experiencia, pues no por nada era un hitman profesional desde que era un crio de menos de quince años.

El humor de ambos cada vez era peor, el peligro en el ambiente se intensificaba junto con las advertencias más que evidentes que susurraba su Súper Intuición en su oído. El peli castaño sabía que aquel era el momento decisivo para separarlos o la cosa pasaría a mayores, pensando con el corazón encogido en un puño que si ambos no lo mataban cuando la mansión se viniera abajo, su tutor se encargaría de ello.

Incluso tenía el amargo presentimiento que Reborn sería capaz de pedirle ayuda a Verde y traerle de vuelta a la vida solo para disfrutar encargarse de el con sus propias manos.

Pero cuando finalmente tomo el valor necesario de quien sabe dónde y dio un paso hacia delante alguien se le adelanto, viendo con los ojos desorbitados como Yamamoto se ponía en medio de ambos contrincantes sin miedo de resultar herido o quizás descuartizado, sin darse cuenta, nuevamente, que tanto Gokudera como Squalo habían frenado para evitar causarle cualquier tipo de daño.

-Ma, ma, cálmense los dos-el guardián de la lluvia sonreía ampliamente, manteniendo separados a ambos mafiosos sin mucho esfuerzo- yo seré su líder, así nadie tendrá que discutir ¿no, Tsuna?-pregunto relajado, mirando al castaño con despreocupación y casi divertido al ver como este caía al suelo y chillaba con fuerza. Porque ahora Yamamoto, definitivamente, le había lanzado al centro del mismísimo huracán….-

-¡¡¡TU NO TE ENTROMETAS, FRIKI DEL BASEBALL!!!-exclamaron ambos al mismo tiempo, sin poder evitar sonreír al notar el gesto cómplice que había aparecido en su rostro ante aquella mutua reacción-

El Décimo Vongola se encogió de miedo al notar la mirada de ambos peli plateado sobre la suya, haciéndole tragar duro al notar como pedían silenciosamente que diera su decisión mientras sacaban a patadas, de la manera más literal posible, al peli negro de la habitación, o al menos de lo que quedaba de ella.

Tal vez después de todo ambos si se parecían en algo, pensó Tsuna al ver que una nueva discusión verbal iniciaba antes que él pudiese contestar siquiera. Una gota cayo tras su nuca al darse cuenta de semejante verdad, después de todo a pesar de los sentimientos que tenían no podían evitar odiar, repudiar y todos los sinónimos posibles, aquella faceta del pelinegro.

Después de todo Gokudera recordaba con mucho recelo las veces en que este decía, no muy consciente por cierto, que era la mano derecha del peli castaño. Y para que hablar del tiburón Varia, y su orgullo roto luego de su perdida contra este en la pelea por los anillos.

Porque si, a pesar de que estuviesen enamorados del espadachín hasta la medula, para ellos Yamamoto siempre seria eso, justamente: un friki y obsesionado completamente de su deporte favorito, el baseball.

Bueno, no podía culparlos, después de todo el guardián de la lluvia podía dar mucho miedo cuando entraba en su faceta de lanzador, recordándole vagamente las veces en que Reborn lo había utilizado para lanzar las granadas de Lambo antes de que estallaran y los mataran a todos.

No había que ser muy listo para saber que ambos amaban a Yamamoto, y esperaba que más pronto que tarde, su guardián se diera cuenta de lo que en verdad ocurría con ambos. Pero mientras tanto tendría que esperar, y su intuición le decía que pasaría mucho tiempo antes de lograr un avance significativo con su despistado amigo.

Al menos había aprendido una valiosa lección: nunca juntar a los Varia y a sus guardianes en el futuro aunque estuviesen escasos de personal. No al menos si quería perder otra vez su mansión, obtener más papeleo y decenas de empleados en el hospital. Y claro, menos que menos, dejaría a Yamamoto escoger los miembros de un grupo si quería seguir con vida al finalizar el año.

Suspiro. Algo le decía que tendría al menos una hora más y un par de habitaciones destruidas por completo antes de poder apaciguar la furia de ese par.

Solo esperaba que el ex Arcobaleno no se desquitase con él esa misma noche cuando volviese a la mansión y le dejase sin caminar por días, en el mejor de los casos. Aunque pensándolo fríamente, Reborn solo buscaba una excusa más para tenerlo toda la noche a su merced, y cuando viese lo que había pasado en su ausencia no podría librarse de sus espartanos métodos de entrenamiento por una larga temporada…

¿The End?

 

Notas finales:

Espero les haya gustado y sus rew, cuidense mucho y espero verles pronto en algun otro de mis proyectos!

Sayo!!! x333

Kuro-Chan!


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