Capitulo dos.
La presión por parte del rubio fotógrafo no era lo que Zoro esperaba, ya habían pasado más de tres días y del fotógrafo ni sus luces, pero algo le decía qué estaba siendo vigilado, sentía como si ojos invisibles no perdieran detalle de sus movimientos incluso en esa sesión. Recordó el primer “encuentro” con Sanji y solo entre cerró los ojos:
>>—Deberías de mostrar algo de respeto cuando estés en frente de mí, ¿Acaso no sabes quien soy? Podría hacer que te despidieran con solo una llamada de teléfono—Declaraba el modelo peli verde caminando hacia Sanji.
El rubio no se intimidaba en lo más mínimo, al contrario esas palabras las conocía bien, por lo qué una sonrisa socarrona y sarcástica se posesiono del fotógrafo.
Conociendo bien las reacciones de sus clientes, volteo a ver a Mihawk para solo preguntar:
—El rostro no ¿cierto?
Mihawk asintió sin decir nada; de nuevo Zoro era ignorado por el rubio, eso lo encolerizo, cuando Sanji regreso la mirada hacia él, un puñetazo lo derribo al piso; Sanji quedo sentado en el suelo, lamio la sangre que broto de su labio inferior y miro hacia arriba.
—De nuevo ignorándome ¡¡ ¿cómo te atreves a hacerlo?!!— Gritó enfurecido Zoro.
Mihawk se quedo viendo esas reacciones en su protegido, por fin mostraba algo más que la arrogancia.
Sanji se levanto y lo tomo por la camisa en negro con delgadas líneas plateadas que llevaba en ese momento.
—Te ignoro, porque no eres nadie, eres uno más del montón, no eres distinto a la mayoría de perdedores con los que estoy acostumbrado a lidiar todos los días.
Sanji empujó al modelo obligándolo a que diera dos pasos atrás, pero Zoro quien estaba molesto, trato de golpearlo una vez más, pero esta vez, una pierna de Sanji en su pecho lo mantuvo a raya.
—No te golpeo ya que dañaría lo único que te favorece, pero ¡No presiones a tú suerte idiota!—Agregó el rubio empujándolo con su pierna hacia atrás.
Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Zoro y sus ojos destellaron con un brillo qué Mihawk ya no veía desde hacia años, eso le agradó.
—Veamos entonces, cejudo ridículo que es lo mejor qué haces con tu camarita, cuando esto termine yo seré el qué reirá al ultimo. —Refunfuño el modelo al retirarse del lugar.
Sanji se quedó parado observando esa amplia espalda marcharse sonriendo en el mismo tono burlón, el reto estaba hecho y no daría marcha atrás. <<
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En esa sesión Zoro lucía overoles de mezclilla en azul, sin camisa debajo y desabrochados del pecho esto para que mostrara el hermoso color tostado del chico, una sensual línea a la altura de su cadera era visible al igual que su estomago bien marcado, el overol era dos tallas más grande, el propósito era una fotografía mostrando el lado sexy del chico en imitación a un mecánico; incluso le habían manchado parte de su rostro y cuerpo, pero el resultado era el mismo, una foto sin nada de personalidad que no fuera “arrogancia”. El fotógrafo suspiro y cerró el lente de la cámara sin mencionar nada dejo qué el “cansado” y mimado modelo se fuera.
—No sirve.
—Entiendo, esperemos que Sanji nos muestre algo distinto, ¿lo captaste?
Sanji venia entrando al estudio, con un enorme maletín, se quitó las gafas y mostro en su hermoso ojo azul qué tenía más de lo qué esperaban.
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Zoro estaba en su camerino, pensando y limpiándose, quizás el rubio era solo un “engaño” para qué él se comportara distinto… Él mismo sabía qué su actitud terminaría por desquiciar a todos, pero lo daba lo mismo, Zoro en verdad quería largarse de ese ámbito, nada en el le gustaba, todo era tortuoso para él, ya no podía hacer nada de lo qué le gustaba.
— ¡Maldición! —Gruñía mientras recordaba sus años de escuela.
“Zoro era el chico popular del instituto, deportista, atlético e inteligente, lo qué más le apasionaba era el arte del kendo y vaya que tenía el talento para ser el mejor, pero la desgracia nunca espera invitación, con una hermana en estado grave qué requería de atenciones especiales (y costosas) tomó la opción qué un manager astuto le brindo, aunque ahora eso ya no parecía tan buena idea.”
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— ¡Increíble! ¿Cómo es que obtuviste esas fotos? —Preguntaba Coby, el fotógrafo en turno. —Yo simplemente no logró captar la esencia.
—No la captaras, por que el “despreciativo” cabeza de alga no pertenece a este mundo, él no es para esto. —Respondía el rubio encendiendo un cigarrillo.
El maletín abierto mostraba imágenes del peli verde en muchas y distintas facetas, desde un corredor en traje deportivo, otra que lo mostraba curioso observando una tienda de costosas gorras, otra en la que escucha música y se mostraba cansado, no obstante hubo una que más atrajo la atención del manager. La mirada de Mihawk se estanco en esa pequeña fotografía, la tomo y antes de que se dieran cuenta de cual era, la entregó a Coby:
—Está imagen es la portada. —Agregó serio. —No importa nada más, anda ya antes de qué regrese, mañana lidiamos con su “furia”— Agregó el manager.
El chico de cabellera rosada salió corriendo de ahí con la fotografía en la mano.
Sanji continuaba ocupado con su cigarrillo, esperaba el primer pago de su trabajo.
—Entonces ¿Qué te parece hasta ahorita?—Preguntó mirando la gran cantidad de fotos del peli verde antes de cerrar el maletín.
—Vas por buen camino, pero no quiero tus jugarretas, recuerda que una vez que esa imagen salga a la luz, tendrás competencia. —Respondió el manager sacando una gran cantidad de dinero en efectivo.
Sanji tomó el dinero y comenzó con el camino a casa, al pasar por la puerta de “ENTRADA” se encontró con el modelo cara a cara, Sanji sacaba sus gafas cuando Zoro lanzo la primera pedrada.
— ¿Sigues trabajando?—Declaró sonriendo.
Sanji sonrió mas ampliamente mientras pasaba por su lado, con esa sonrisa casi le decía que algo pasaría, pero a la vez lo ignoraba como lo venia haciendo desde el primer día.
Eso hacía rabiar a Zoro, lo molestaba al grado de enfurecerlo, más no le dio importancia y continúo con su camino hacia Mihawk.
— ¿Dónde esta el fotógrafo?
—Ya se fue, llevo la foto qué será la portada de mañana, ahora solo a descansar. —Declaró Mihawk tomando del hombro al chico.
Zoro asintió y se marcharon justos a casa de modelo, una de esas casas de multimillonarios, con el enorme sendero de concreto decorado con pequeñas bardas de tabiques en rojo, ese sendero solo era la entrada a la reja principal, dentro esa casa parecía de lo mas acogedora y placentera, con dos piscinas en modo paralelo dejando un pequeño camino de concreto forrado de mármol daban la bienvenida y mostraba el trayecto a la entrada principal, una enorme puerta con marcos de madera y amplios cristales, tejas decorando las salientes del segundo piso incluso un balcón era visible, y fuera de la propiedad, enormes arboles delimitaban toda la mansión al igual que el enrejado pertinente, era desde ahí donde Sanji planeaba en tomar las siguientes fotografías que le permitirían la ventaja a los demás paparazis que estarían en la espera…
Solo había algo que Sanji se preguntaba ¿por qué su manager llevaba y recogía al modelo todos los días? Zoro tenía su propio auto, pero el famoso modelo también poseía un “extra” un deplorable sentido de orientación, pero eso obvio el rubio no lo sabia, por ahora solo esperaría a que las cosas avanzaran solas…
Mihawk dejo a Zoro en la entrada de su enorme casa para después marcharse, la vida de Zoro parecía ser muy solitaria, ya que al llegar no había nadie quien lo recibiera, pero esa noche un pequeño ser lo esperaba ansioso, un pequeño gatito monocromático, esperaba por él en la entrada, Zoro se inclino y lo levantó, sonriendo lo acaricio, cerro la puerta y se dirigió al interior, Sanji ya había captado ese tierno momento una vez mas.
A la mañana siguiente Zoro hizo su rutina normal, levantarse, perderse de camino al baño, después de encontrarlo ducharse, perderse de camino a su recamara, después de encontrarla vestirse para que en unos minutos Mihawk llegara por él, Sanji observaba ese espectáculo incrédulo de que el cabeza de lechuga se perdiera en su propia casa…
Al llegar al estudio, la ira de Zoro se hizo presente, en la mesa estaba la revista del mes, con él en la portada si, pero con el pequeño gatito que había encontrado dos días antes, una tierna imagen de Zoro acariciando al animalito con un toque de nariz a nariz, la sonrisa del modelo era tan tierna qué de inmediato comenzaron a surgir ofertas de trabajo e invitaciones de muchos artistas afamados, eso era bueno para la carrera del modelo, pero eso a él le molesto en extremo, tomo la revista en sus temblorosas manos y busco la firma del fotógrafo, pensó que Coby era el responsable, mas un semi circulo enrollado le dio a saber quien había sido el culpable….
—¡¡¡Sanjiiiiii!!! — gritó Zoro con gran furia….