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Rumores por RedGlassesGirl

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:

—diálogos.

"pensamientos".

(N/A: nota del autor)

[1], [2], etc. Notas al pie.

 

Pareja: Wolfyuu.

Advertencias: Lemon, +18, sexo explícito.

 

El random es bastante fuerte en este, las novelas me inspiran con el humor extraño de esta serie. 

Rumores – Prólogo
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Estaba apoyado contra la barra del bar con una cerveza en la mano y miraba el extraño espectáculo al que ya estaba acostumbrado. Un hombre fornido con una camisa tan ajustada que estaba a punto de explotar a la altura de su pecho se le sentó al lado.

—Eres el chico joven que siempre veo por aquí, ¿he? ¿La estas pasando bien? Supongo que te gusta este lugar si vienes seguido, ¿he?

—Conozco al dueño.

—¡Hee, conoces a Gurrier! —El hombre abrió los ojos de la sorpresa, eran de una azul fuerte y cristalino. Si una persona del pueblo con la que hablaba también conocía a Josak Gurrier, solo bastaba mocionar su nombre y entraría en total confianza—. Es un buen hombre, ¿he? Un buen soldado también. Siempre te veo solo, no pareces un soldado, chico.

—Mmmh, si, en realidad el único al que realmente conozco aquí es a Josak.

—Eso es malo, siendo un habitual deberías tener más amistades, ¿he? Hacer amigos es importante. La gente por aquí es buena, aunque sea ruidosa.

Justo en ese momento estalló una pelea en las mesas de atrás. Era algo sobre el strip béislbol otra vez. Miro por curiosidad, pero ya no le sorprendía nada de lo que podía llegar a pasar en ese lugar. Se quitó su cabello de la cara con la mano, era color marrón, teñido.

—Siempre se arma jaleo cuando juegan al strip béisbol, ¿he? ¿Conoces el juego?

—¿Hay alguien que no lo conozca a estas alturas? Lo he jugado y todo, pero siempre preferí el béisbol normal.

—Los juegos de su majestad se han vuelto muy populares. Es un buen rey, ¿he? —Era normal para él escuchar estos comentarios de la gente del pueblo, ya no le era tan raro comportarse como si él mismo fuera otra persona para seguir las conversaciones—. ¿Cómo te llamas chico?

—Mitsuemon.

—Vaya nombre extraño para un chico, ¿he? Me conocen por Ernest, Ernest de la rivera. Tengo un bote carguero y siempre me puedes encontrar en el puerto todo el día. Es bueno hacer nuevos amigos, ¿he?

—No hay nada mejor que tomar para fortalecer la amistad entre hombres, ¿he? —le dijo e imitó el latiguillo que tenía el hombre al hablar de forma irónica.

—Bwehahaha —su risa era igual de particular que su acento—. Me caes bien chico, tienes buen sentido del humor, ¿he?

—¡Hee, Ernest! ¡Amigo!

Otro hombre con la contextura física igualable a una montaña pequeña se aproximó por el otro lado. Quedo apretado en el medio de los cuerpos cuando se sentó en la barra. Si eran dos montañas, él era el valle en el medio.

—Hee, ¿quién es el chico?

¿Era el “hee” parte del dialecto de los barqueros? Hasta ahora nunca había hablado mucho con los marineros del puerto de Shin Makoku.

—¡Mitsuemon, mi joven amigo! —una mano le cayó encima con la fuerza de un yunque varias veces, rebotó en la silla y lo resistió aunque casi escupe sus pulmones en el proceso—. Es un buen chico, ¿he? Le gusta el béisbol.

—¡El béisbol es bueno, es bueno! —otra mano del tamaño de su cabeza lo golpeo con la fuerza de un terremoto pequeño.

La amistad a veces duele. Su cerebro estaba aturdido de golpear contra las paredes de su cráneo.

—Soy Arnet de la zanja. Tengo un bote pesquero en el desembalse del rio. Tienes que venir a probar la especialidad de anguila de la zanja, es buena, es buena.

—Bweahahaha, es buena, ¿he?

—Tal vez algún día. Suena bien.

—Sabes chico, Arnet es un fanático de su majestad y del béisbol. —El musculoso golpeo al otro musculoso como había hecho con él, pero sus manos rebotaron y no parecía afectarle—. El chico y yo estábamos hablando de strip béisbol pero a él le gusta más el béisbol normal.

—¿Juegas? —le preguntó curioso a su nuevo fan N°1 que había conocido en este mismo momento.

—¡Oh no, soy coleccionista! —Metió la mano por el cuello de su ajustada remera y sacó un manojo de cartas—. ¡Estas son mi orgullo, las llevo para la buena pesca! Mira aquí chico, este es el Maou azul n°25. ¡A que es una difícil!

La tarjeta tenía un dibujo muy gracioso de él posando en un conjunto que hubiera preferido no recordar. Ese era el supuesto uniforme oficial que había diseñado Günter hace tiempo. La carta tenía los bordes azules brillantes. Sonrió.

—Sabes… da la casualidad de que también soy coleccionista. —Metió la mano en el bolsillo trasero del pantalón y saco la imbatible—. Maou dorado n°1.

—¡¿Heeeeeeeeeee?!

—¡Bweaahhahahahahaha! ¡El chico te ha dejado en vergüenza hermano de río!

La carta era horrorosa. Ese traje dorado con alas y melena de león le daba escalofríos. Pero se había acostumbrado a llevarla cuando se escapaba al pueblo solo esperando que se le presente esta oportunidad.

—¡Mira ese traje! Es el ceremonial que solo se ha usado una vez en el invierno de hace tres años.

—Un ítem de lo más raro, ¿he?

Sí, porque solo porque por aquella época podrían haberlo convencido de ponerse esa cosa.

—Eres un verdadero fan, eso es bueno, es bueno. —Otra palmada asesina.

Josak, que estaba en el escenario, lo vio y le hizo un guiño. Respondió atragantado con la cerveza y parte de sus pulmones agitado su mano a lo alto.

—Así que eres fan del rey también, chico. ¿A quién votas? ¡Tengo rumores! Pero primero quiero saber si eres amigo o enemigo.

—Estamos hablando del Espe-Ac, ¿verdad? —No sabía si realmente quería entrar en este terreno, pero bueno—. ¿Por quién van?

El Espe-Ac era el Pronóstico Especial de los Acontecimientos de Su Majestad. Nunca iba a pasar de moda, si no que con los años las especulaciones eran mayores y así se agrandaba la banca para el premio. Ya era una lotería nacional, completamente instaurada y legal. ¿Cómo se ganaba el premio? Pues cuando él tuviera sexo con alguien se sabría quien ganó. Era deprimente que su sexualidad ya no era un tema privado si no de interés popular.

—Tengo dos caballos oscuros a favor de su excelencia Lord von Bielefeld —dijo orgulloso Ernerst.

—Pues agárrate amigo, porque se avecina la tormenta, mis rumores son de buena fuente y esta vez tendrás que replantearte mover tus apuestas.

—¡Siempre dices eso, hace años que soy fiel a mi instinto! Nada puede hacerme cambiar mi apuesta, ¿he?

—Él es obstinado como una mula, chico. Es un verdadero fanático. Eso está bien, está bien. ¿Y tú por quién vas?

—Bueno, yo creo que en realidad aún no hay nadie especial, así que no voy por nada.

—Ohh chico, ¿estas apostando a la vacía? ¿O es la no-cama?

Oh dios, ¿había nuevas?

—Nunca he escuchado hablar de esas categorías. —Tenía miedo de solo preguntar. ¡No quería saber, no quería saber!

—Oh bueno, mucha gente ha empezado a buscar opciones porque en estos últimos años no ha pasado nada relevante. Al menos por parte de su majestad. No llegan rumores como los de antes, no es bueno, no es bueno. Ya no se habla de Su excelencia Lord von Voltaire, incluso hay sobre el Lord con una Lady Karbelnikoff antes que su majestad. Al parecer Lord Weller está estancado, ha perdido el interés o incluso algunos han desistido por el rumor del rechazo directo en los baños.

—¿Rumor en los baños? —Puro masoquismo de su parte. La cerveza que tomaba Arnet se le salpicaba en la cara mientras la jarra era zarandeada de un lado a otro.

—¡Joven amo!

Josak, vestido para matar, se acercaba con la mano en alto y su mirada vivaz de siempre. Tenía las piernas al aire a los lados y un complicado peinado en forma de rosa con mechones ondulados colgando, adornado con una pluma. El vestido cerrado al cuello sin mangas resaltaba sus enormes brazos.

—Yo, Josak —saludo con la palma en alto. Se limpio la cerveza de los ojos y volvió a correrse los mechones de pelo.

—¡¿Joven amo, está tomando?!

—Sí, un poco. Ya cumplí la mayoría de edad ¿recuerdas?

Josak se sorprendió primero, pero luego cambio a su humor de siempre y se limpió lagrimas falsas exageradamente. —Es tan conmovedor, los niños crecen tan rápido. —se tapó el rostro con las manos.

—¡Bweahahaha, el chico se está estrenando!

—¡Eso es bueno, es bueno!

—No es para tanto —se quejó mientras soportaba más golpes con mejor compostura que antes—. No es la primera vez que tomo, ¡no es necesario festejar!

—¿No es la primera vez? —preguntó Josak interesado.

—He estado bebiendo con mi padre y mi hermano últimamente. Aunque aún no puedo soportar demasiado.

—Ya veo. ¡Ah, pero es una gran oportunidad! El joven maestro nunca ha querido beber con la pobre Gurrier-chan aunque somos tan íntimos.

—Por favor no uses la palabra íntimo. Ya tengo suficientes malentendidos.

—No sea tímido joven maestro. Gurrie-chan le hará probar algo bueno —le dijo Josak mientras le guiñaba un ojo y se fue tras la barra.

Los dos marineros y él se dieron vuelta para sentarse bien. El hombre, o mujer en este momento, pelirrojo se movía con destreza en su lugar habitual de trabajo.

—Si ya está en la edad, al menos debería empezar con lo bueno. Esta noche va por cuenta de la casa, pero la próxima voy a cobrarle y espero que la propina del joven amo sea generosa ya que tiene mucho dinero que no sabe en qué gastar.

Eso fue rudo, como siempre.

—Entiendo, entiendo —dijo y metió la mano en el bolsillo de su chaqueta—. ¡Gurrier-chan, acércate!

Cuando Josak se arrimó sobre la barra metió un billete de 100 pesos por el costado del encaje de su vestido.

—¡Bweahahahah, el chico sabe lo que hace!

Josak estaba por primera vez atónito, pudo reírse a costa suya con fuerza junto con sus extraños amigos. El espía sonrió, las cosas habían estado cambiando con los años, realmente ya no era un niño tan tonto.

—Arnet, nunca me dijiste tu nueva estrategia para cambiar mi opinión. Y tú chico, necesitas apostar, ¿he? ¿A cuál vas?

—Ya he dicho que no creo que haya nadie.

Josak dejó que la conversación siguiera su curso mientras escuchaba con atención, sin dejar que notaran su interés como siempre.

—O vas al vacío o a la no-cama, pero no tienes más opciones.

—¿Esas son nuevas?

—No, chico, ya tienen sus años. El vacío es que aún no llega el barco del amor al puerto. Pero la no-cama es que el rey no tiene nada dentro de sus pantalones.

—¡Nada en los pantalones! ¡Hey, esa es muy insultante! ¡¿Cómo que no ten-- su majestad no tiene nada en los pantalones?! ¿Qué quieren que haga, que se los baje en público acaso?

—¡Eso chico, así se habla! Los que insultan la hombría del Maou no tienen derecho a votar nada, no merecen el dinero de los verdaderos fanáticos, ¿he? Y si sabes lo que es bueno, votaras por su excelencia Lord von Bielefeld. ¡Ese es un hombre!

—Puede que sea un hombre y sigas admirándolo tanto como siempre, pero no hay hombre que aguante tanta indiferencia. Escúchame hermano de rio, las noticias no son nada buenas para ti esta vez. Lord von Bielefeld se retira.

—¡Tonterías! Lord von Bielefeld no se retira nada, ¿he? Es un hombre que aguanta, ¿he? ¡Aguanta todos los días, todas las horas, cada día de cuatro años luchando con honor!

Estaba siendo llevado de aquí para allá por la fuerza de los bíceps aplastándolo. Josak le cambio la jarra por otra cosa y se rio de su situación.

—No es bueno, no es bueno. No hay honor en los amantes, su popularidad decae con la infidelidad al compromiso.

Escupió con fuerza la bebida sobre toda la barra en una combinación de sorpresa por la noticia y lo fuerte de la carga alcohólica de su trago. —¡¿W-wolfram—coough, coougn— Ww-Wolfram tiene un amante?! —El líquido le salió por la nariz y ardía, se agarró la nariz y maldijo.

Josak se limpió la cara con el trapo con el que secaba un vaso y tuvo que retocarse el maquillaje corrido por la baba del rey de Shin Makoku. —Esa es una nueva, no la había escuchado nunca —dijo mientras se apoyaba en la barra demostrando más interés en participar.

—¿Oye chico estas bien? Pareces en shock. ¿Eres un fan de su excelencia como mi hermano de rio? Las malas noticias siempre son tristes, pueden llorar juntos por esos caballos. Pero su excelencia parece haber vuelto al ruedo, desde hace meses que se lo ve en fiestas de la aristocracia.

—¡Calumnias! ¡Sin sentidos! ¡Están difamando a un buen hombre, he! —grito Ernest golpeando la mesa con su enorme palma. Las jarras saltaron.

—Pwero quew tiene de malo que vaya a una que owtra fiesta. ¿Quéw clase de rumores son ewsos? —dijo sin poder respirar por la nariz.

—¡Exactamente!

—Oh, ¿han vuelto esos rumores? —pregunta Josak que parecía entender sobre el tema.

—Gurrier, tú lo recuerdas. Es exactamente eso, eso.

—¿Eso qué? —preguntó expectante.

—Te ves joven chico, pero si eres un fan debes recordarlo, ¿qué edad tienes? ¿llegas a los 90? Esto debe venir de hace unos 20 años —Albert se rascó su prominente mentón—. Era la época en la que el Maou era nuestra señora Lady Cecilie, el joven príncipe era muy popular, muy parecido a la señora.

—Su excelencia siempre fue muy popular con los hombres, lo encontraban encantador —rio Josak.

—No me parece que eso lo pusiera muy contento.

—Oh, eres un verdadero fan chico. Si, era conocido por su gran carácter. Sus gritos se escuchaban, bien lejos, se escuchaban. Si un hombre ponía sus manos ahí, nos enterábamos hasta en el puerto.

—¡¿Acoso sexual, puede ser eso acoso sexual?! ¡Pobre Wolfram! ¡¿Qué edad tenia?!

—Exactamente 65 durante el primer incidente —dijo Ernest orgulloso de su exactitud en datos.

—Recuerdo eso, era algo lindo. Lady Cecilie parecía disfrutar mucho de verlo enojarse así.

—Pero nunca se dejaba intimidar aunque en esa época fuera un renacuajo, lejos de lo que es ahora, y por eso es que mi hermano de rio lo admira tanto. Pero su excelencia siempre gusto de las fiestas y los placeres de la nobleza, es quien más daba que hablar en esos círculos de entre los tres príncipes. ¿No Gurrier? Tu trabajas con los ricos. A ti te había tocado cuidarlo una vez.

—Oh sí, no me lo recuerdes. Fue solo una vez, y aún estaba al servicio del comandante Weller, así que tuve que asistir a una de esas fiestas. Mis habilidades con los vestidos no eran como las de ahora, así que tuve que usar ropas comunes. Aunque estaba en un lugar para la gente de bajo rango pude ver al principito caprichoso de la reina.

—¡No se puede comparar a un renacuajo con una rana! Eran otros tiempos, no es un secreto lo que hacen los nobles, si andan por ahí en el patio donde cualquiera puede verlo.

—¿Que hacen en el patio? —Preguntó, pero nadie le hizo caso—. Quiero saber…

—Pero no ahora, no ahora. ¿Cuál es ese rumor del que hablas hermano?

—¿Wolf que hacia? ¿Hola?

—Los nobles tienen muchos amantes chico, tantos como quieren.

—Incluso prostitutas de alta categoría —dijo Josak sabiendo que el rey había tenido encuentros cercanos no-gratos con las que intentaron contratar para él hace años. Los hombres asintieron de brazos cruzados.

—Parece que su excelencia ha flanqueado. Su devoción peleaba cabeza a cabeza con la de su excelencia Lord von Christ, pero el tiempo parece haber matado ese fuego. Ya no llegan rumores de que sean tan cercanos, ni que esté al tanto de los movimientos del rey como antes. Y ahora ha vuelto a las fiestas. Se asume que para encontrar lo que no hay en la cama del rey.

—Cabeza a cabeza con Günter… ugh. Gün Gün es terrible, por favor no comparen.

—Ah chico, veo que los conoces a todos. Te gustan los rumores ¿he?

—Créanme que es completamente inevitable saber sobre todos.

—Es bueno estar informado. No se puede confiar en el soberano que no se conoce. Es una lástima que su excelencia desistiera, es de poco hombre divertirse libremente estando comprometido.

—Hey, esos son solo rumores, no pueden andar diciendo por ahí que es poco hombre —se enojó—. No voy a soportar que hablen pestes de Wolfram, ¿ok?

—Vaya que tienes temperamento renacuajo —le dijo Ernest y le revolvió el cabello con su enorme mano—. Eso es un fan verdadero. Apuesta por su excelencia, los rumores son solo calumnias.

—Hermano aún hay más. Se dice que ha vuelto a los cruceros también. Es rumor de buena fuente, es devoto del amor libre como su señora madre, pero el chico está comprometido.

—¡Oigan, ya dije que no soportaré que hablen mal de Wolfram! Y Cecilie es una buena mujer, y una buena madre sobre todo.

—Oh sí, es muy popular entre las chicas de aquí. Tienen mucho respeto por la señora y Lady Veneno, son buenas mujeres nuestras señoras nobles. Pero el chico no, su popularidad ha bajado mucho, las apuestas se retiran y se espera que su excelencia misma retracte la propuesta del Maou pronto. Si no lo hace, a la gente no le gustará que siga haciendo lo que se le plazca como si estuviera libre.

—Oh, oh —dijo Josak juguetón mientras lo miraba explotar.

—Ustedes… —carraspeó enojado— ¡Ustedes no son nadie para hablar de Wolfram así, si ni siquiera lo conocen! ¿Acaso han hablado con él o algo? ¿Cómo pueden esparcir esos rumores tan a la ligera? ¡Es despreciable! ¡Así solo empiezan el teléfono descompuesto!

—¿Tel-que? Oh chico, son buenos rumores, buenos.

—¿Y quién es la fuente, he? Quién?

—Ese chico que trabaja en el establo que conoce al carnicero que le da los paquetes a la chica que va al puerto por la mañana.

—¡¿Y en eso basan sus comentarios?! —se agarró la cabeza—. ¡No puedo creerlo!

—No te pongas loco, chico. Tranquilo

—No… Es así como empieza todo. ¡Ahora lo entiendo! ¡Es así como luego vienen diciendo que encontraron al Maou con tres hombres musculosos en la cama mientras comían torta después de… de eso! ¡O que se la pasa en los baños desnudo porque es un exhibicionista con fetiche por compartir el baño con muchos otros hombres desnudos! ¡O que disfruta de ir a los bares a divertirse colocando billetes en el escote de travestis que parecen fisicoculturistas porque tiene un fetiche de bíceps grandotes!

—Creo que esos exactamente no son ejemplos tan alejados de la realidad —dijo Josak por lo bajo.

Josak pensó que esto iba a ser solo el comienzo de un gran dolor de cabeza. ¿Quién lo había mandado a hacerse tan cercano del joven rey como para verse envuelto en sus asuntos privados? Suspiró, era inevitable.

El chico era bueno, era bueno. Muy tonto, muy tonto.
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Continuará…

 


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