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Mi enemigo, mi veela por Mia Phantomhive

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Notas del fanfic:

Espero que les guste!!!

Prologo
Una mujer que aparentaba tener el aspecto de una adolescente estaba sentada detrás de un escritorio escribiendo de manera presurosa un informe. En la habitación solamente se escucha el sonido de la pluma en contacto con el pergamino. Dicha habitación tenía un aspecto bastante lujoso pero simple. Tenía muy pocos adornos y muebles.
La mujer tenía una larga cabellera rubia y unos impresionantes ojos verdes que estaba ocultos detrás de unos lentes de literatura rectangulares color celeste. Tenía puesta una capa negra, un corset y un short color azul.
Tal vez para otras personas estas vestimenta fueran extrañas pero para ella era de lo más común, además su prometido jamás le decía nada.
Interrumpió su momento de escritura unos golpeteos en su ventana. Ella al alzar su mirada se que atónita al observar un halcón que estaba observadora desde su ventana. Se levanto presurosa y abrió la ventana para que el ave entrara en la habitación.
El ave levanto una de su patas para que la mujer le desatara la carta que tenia atada.
Ella desato rápidamente la carta y el ave emprendió vuelo.
La mujer miro por unos segundos el vuelo del animal y observo la carta que tenía en sus manos.
Se mordió los labios. Se sentía nerviosa, hace mucho que dejo de esperar una carta o algo parecido de esa persona pero su vista no le mentía, conocía perfectamente ese sello color plateado.
Abrió la carta mientras intentaba que su pulso se normalizara.
Sabía que no se trataban de buenas noticias. Jamás la contactarían si se tratara de una noticia agradable.
Desdoblo la carta con el corazón en la garganta y pidió a los dioses que no se tratara de nada irremediable.
Empezó a leer la carta y se quedo estática sin creer lo que decía.
“No pude ser” pensó ella.
Querida hermana:
Sé que hace mucho que no hablamos y entendería si estas pensando en quemar esta carta. Pero en serio necesito hablar contigo. Algo terrible ha pasado y temo por el bienestar de mi familia. Mi hijo acaba de cumplir los 16 años y la prueba para verificar si tenía la herencia de nuestros antepasados dio positivo. El ya empezó a tener lo sueños sobre su pareja y por lo que me ha comentado no es algo muy relajante. Estoy seguro de que tú mejor que nadie conoce la historia de niño que vivió. Temo que mi hijo forme parte de esta batalla y que por ello muera de una u otra manera.
Mia, Por favor, te imploro que vengas a hablar conmigo. No lo hagas por mí ya que se que me detesta con toda tu alma sino que hazlo por mi hijo: tu sobrino y ahijado.
Espero tu lechuza y tu presencia próximamente.
Cordialmente se despide el Jefe de la Casa de la Familia Malfoy: Lucius Malfoy.
Ella desvió su vista de la carta y miro al techo mientras una mueca que se asemejaba a una sonrisa se formaba en sus labios. No sabía si llorar o reírse.
Lucius era una serpiente rastrera. La última vez que lo había visto hace diez años, él le había jurado y perjurado que no la quería cerca de él y su familia y que se sentía totalmente repugnado de que ella fuera su hermana. Y ahora le envía una carta pidiendo que le ayudara con su hijo como si pensara que ella dejaría de lado sus rencores.
Pero, Mia ya sabía que no importaba que tanto odio sentía su hermano por ella. La vida de su ahijado está en la cuerda floja y el no era Lucius. El solamente era un pequeño que no sabía decir una oración coherente cuando ella se fue.
Mia se echo a reír histéricamente mientras una lagrima caía lentamente por su mejilla. Se la saco rápidamente.
Ella tenía que apurarse. Era el último día de agosto, lo que significaba que su sobrino iría a Hogwarts mañana y no podía darse el lujo de ir al colegio y sacar a su sobrino para hablar con él.
Saco su varita y la agito para que se ordenaran sus cosas.
-Sebastian-susurro a la vez que dirigía su mirada a la puerta.
Unos ojos rojos le devolvieron la mirada. Eran unos ojos fríos y con un humor oscuro.
-¿Qué desea señora?-le dijo Sebastian mientras se inclinaba para demostrar respeto.
-Por favor dile a Ciel que tengo que irme de viaje por un tiempo indeterminado ya que han surgido unos asuntos-dijo ella mientras pasaba al lado del mayordomo, alias Sebastian, y salía de la sala para dirigirse a su dormitorio.
-Por favor, cuídalo de manera adecuada- agrego ella en susurros mientras llegaba a su habitación. Mia no quiso verifica si Sebastian la había escuchado, ella ya sabía que él la había escuchado perfectamente.
Murmuro un par de hechizos para que se ubicaran y abrieran sus maletas arribas de su cama. Agito su varita para que su ropa se empezara arreglar por sí sola.
Mientras tanto ella fue hasta su cama, se agacho y empezó a buscar algo debajo de ella. Cuando escucho un chirrido ella hizo un ruidito de satisfacción y empezó a jalar de una manija que tenía el objeto. Empezó a palparse el cabello hasta toparse con un objeto que se asemejaba una llave. Lo tomo entre sus manos y lo observo, parecía una aguja y tenia pequeñas protuberancias en un extremo. Se podía ver que tenía un diminuto cristal del otro lado que no tenía ningún brillo como en otros tiempos.
Mia sonrió amargamente. Ese cristal volvería a brillar, pero no gracias a ella. Ella ya estaba vacía, su corazón ya no podía brillar, estaba roto.
Rezo a los dioses porque su sobrino no tuviera el mismo destino que ella.
Draco era un niño, no se merecía ello.
-Expectro Patronum- susurro Mia y miro como una nuble plateada salía de su varita y se iba transformando en un ser de grandes alas. Ella sostuvo fuertemente su varita intentando no recordar el significado de su Patronus y empezó a dar sus instrucciones.
Hoy sería la primera vez que se encontraría con su familia después de diez años.
Notas finales:

Espero que les haya gusta!!!


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