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Simplemente mi Bocchan por Haruka Eastwood

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Notas del fanfic:

Los personajes de Kuroshitsuji son propiedad de Yana Toboso sama y las tonterias aquí escritas son cien por ciento mias. 

Notas del capitulo:

Hola :3 solo estoy resubiendo el fic por lo que no es plagio ¿oki?, al cual le estoy haciendo unas modificaciones, pero en si la historia sigue siendo la misma XD por eso mismo tardare un poco en subir los cap, tal vez cada tercer día jejeje

- Maldita Haruka ya era hora de que subieras este fic, haber si te apuras y subes rápido los demás capítulos, por cierto me gustaría que incluyeras más escenas de… bueno tu sabes – dijo el pequeño conde con un leve sonrojo, mientras desviaba la mirada.

- ¿Escenas de que Ciel? – le pregunto algo confundida por su reacción.

- Ah lo que mi bocchan quiere decir, es que si puede incluir más escenas de duro contra el muro entre nosotros – susurra pícaro el demonio con su seductora sonrisa ladina.

- No lo sé Sebby… tal vez, es solo cuestión de modificar algunos detalles, pero no prometo nada, por cierto hay que dejar a las lectoras que lean – sonrió mientras me dirijo a las lindas personas que leen esto – bueno este capítulo está dedicado a las señoritas “Ciel Phantomhive y Ali Phantomhive” n.n espero y les guste jiji bueno ahora sí nos vemos más abajo. 

Simplemente mi Bocchan

Capítulo 1: Aceptando mis sentimientos

Mi nombre es Sebastián Michaelis, soy el rey del inframundo, pero por ahora simplemente me limito a servir a mi amo como un mayordomo demoniaco, el conde Ciel Phantomhive, un joven de 13 años de edad en extremo orgulloso es mi amo, pero para mí en estos tres años de estar a su servicio se ha convertido en algo más que mi amo, lo empiezo a ver de otra manera. Me reprimo de mis pensamientos pues un demonio no puede amar, no siente deseo, pasión ni cariño. Así que me obligo a creer que solo me invade una enorme lujuria por él.

Día a día me atormenta el pensar que un demonio de la más alta categoría como yo se haya enamorado de lo que sería su comida, estupideces, yo no puedo estar ¿enamorado? Yo no puedo amar, pero aun así el hecho de que mi oscuro corazón se agite al estar a su lado, mi nerviosismo, mi torpeza que intento evitar a toda costa me hace creer que yo le quiero. Pero ese maldito de Claude me lo confirmo; aquella noche que en lo visite en la mansión Trancy para sacarme de la duda, me confirmo mis sospechas.

Con aquel gesto inexpresivo en su rostro me miro fríamente y me dijo – Michaelis, no es imposible que un demonio se pueda enamorar y bien lo sabes, es muy difícil pero no es imposible, solamente recuerda lo que pasa sí seres como nosotros llega a amar y sobre todo tu, entre más poder mas … creo que no es necesario que te lo diga ¿o sí?– de solo escuchar su odiosa risa burlona en aquel momento provoco que mis deseos de golpearlo fuertemente aumentaran, pero me contuve al fin y al cabo no estaba ahí para pelear, así que simplemente me limite a salir tan rápido como entre. Antes de irme por la ventana le mire con superioridad y no pude contener lo que diría – ¿acaso estas aceptando que soy superior Claude? – mientras me alejaba aun podía escuchar las amenazas del oji-ámbar, junto a las sandeces que me grita.

De regreso con mi amo mi mente divagaba en cómo había llegado a esto, porque bien se que todo tiene un principio, mas no lograba recordarlo o simplemente es como si lo hubiese borrado de mis recuerdos, hasta que finalmente al pasar por la biblioteca recordé aquel día en donde todo había comenzado a cambiar para mí.

**Flashback Sebastián**

Como es costumbre, mi rutina empieza todas las mañanas a las 6 en punto, hora en que debo despertar a los demás sirvientes para iniciar las tareas de la mansión, indicándoles sus responsabilidades de ese día a cada uno de ellos, a las 7 en punto hay que despertar al joven amo para que inicie sus tareas del día. Como es lo habitual o rutina en este caso: entro a la habitación y abro las cortinas dejando que los rayos de luz iluminen el lugar, como siempre lo primero que logro escuchar son los quejidos de mí bochan mientras se voltea en la cama con la intención de seguir durmiendo, a lo que simplemente dejo salir un suspiro de hastió, ya que cada mañana es lo mismo.

- Cinco minutos más Sebastián – me dice con su clásica voz adormilada, mientras se vuelve a acomodar en su cama cabiéndose con las sabanas,  ignorando absolutamente todo lo que le estoy diciendo, “como siempre”.

- El joven amo es bastante perezoso – musito con ese característico tono burlón que siempre logra enfadar a mi amo, mientras dejo salir una sonrisa ladina. Por esta ocasión parece que mi Ciel ni se ha inmutado por lo que le he dicho, lo cual logra sorprenderme, ya que a estas alturas me hubiese gritado “maldito Sebastián o mayordomo incompetente…”

Con un deje de molestia por la actitud de mi bocchan y arriesgándome a que me reprimieran posteriormente, quito las sabanas dejándolo al descubierto, pero al verlo no logro evitar que un leve sonrojo hiciera su aparición sobre mi rostro, a pesar de que no me este mirando se que ahí está, afortunadamente él sigue profundamente dormido. Y no era para menos, ya que este pequeño humano se encontraba con una pierna completamente estirada mientras que la otra la mantenía ligeramente doblada, y su mano derecha estaba a la altura de su cabeza y la otra sobre su estomago, pero lo que más me sorprendió fue ver el su pecho… tan tentador: una escena bastante erótica si me lo preguntan.

De no ser porque tengo un contrato con este niño ya me hubiese aventado encima de él y devorarlo de la manera más impúdica que conozco, pero para mi desgracia mi ética como mayordomo me obliga a comportarme como es debido.  Resignación, es lo que siento, simplemente vuelvo a suspirar ante mis extraños pensamientos que han estado surcando mi mente, ya que él “tan solo es mi comida” ni más ni menos y en el momento en que yo logre obtener la venganza por él, podre disfrutar de esa suculenta alma que me ha intrigado en demasía todos estos años.

Vuelvo a posar mi mirada sobre aquel níveo cuerpo frente a mí; tan frágil y orgulloso a la vez. Observo detenidamente como se remueve entre las cobijas dejando al descubierto sus blancas piernas, sin mencionar su abdomen, por alguna razón el camisón que traía mi bocchan estaba completamente desabotonado, provocándome a mí Sebastián Michaelis sensaciones extrañas por el simple hecho de mirarlo. Me quede estático unos segundos observando aquella tersa piel que tantas veces he tocado, por lo que comenzaba a ¿Excitarme? Pero eso era prácticamente imposible, al salir de mí ensoñación, me vi obligado a hacer uso de toda mi fuerza de autocontrol para no poseerlo y me dispuse a despertar a Ciel, el cual de mala forma se levanto dejando salir un puchero, en ese momento se veía tan infantil, tal cual sería un niño de su edad, por lo que no paso desapercibido para mí.

Una vez que acabe de vestirlo, la rutina diaria parecía ser la misma: desayuno, trabajo, y sus clases; el día parecía de lo más normal hasta que llego la tarde y me dirigí al estudio de Ciel para hacerle entrega de un paquete que le acababa de enviar el señor Lau, mismo que esperaba no fuera nada extraño o inusual, ya que varias veces sus productos resultan ser más perjudiciales que benéficos. Al llegar frente a la puerta toco un par de veces hasta escuchar el “adelante” del menor, ante esto entre lentamente y sin más le hice entrega de lo que le había llegado, por su parte mi amo lo vio sin interés, simplemente lo aparto cuando hice mención de quien era el remitente, giro la caja dejándola en una esquina de su escritorio, para después ordenarme que me marchara a continuar con mis demás deberes.

Al salir de su oficina logro escucharlo perfectamente:  

- Espero que ese Lau no se atreva a enviarme otra de sus cosas raras – dijo con un deje de enfado mientras le escuchaba como habría la caja, que para su sorpresa eran unos chocolates que se veían exquisitos – vaya, hasta que envía algo que vale la pena – susurro para sí mientras le observe a distancia salir de su estudio para dirigirse a la biblioteca con la caja entre manos y una mueca de felicidad se le dibujaba en aquellos finos labios.

Simplemente rodé los ojos, ya que sabía que mi amo adoraba el chocolate y comer aquellos extraños dulces le arruinaría el apetito para la cena. Aun así tenía un mal presentimiento con el contenido, no me olían como cualquier otro chocolate

Ya en la biblioteca observe como se sentó en su sillón y observo un poco mas aquellos dulces, mientras tomaba uno delicadamente y se lo llevaba a la boca saboreándolo de una manera muy lenta, disfrutando de aquel sabor que tanto le agradaba, mientras su expresión denotaba satisfacción, al parecer solo era mi imaginación, Ciel los saboreaba y ponía una expresión un poco extraña, pero no era de desagrado, al contrario, a la cual simplemente no le tome importancia y así fue comiéndoselos uno a uno, yo por mi parte tenía que ir a hacer los preparativos de la cena y cerciorarme de que Bard no explotara la cocina o de que Meyrin no destruyera la vajilla nuevamente.

~ * ~

“Sera mejor que vaya con el joven amo para que cene” me dije mentalmente mientras caminaba hacia el estudio de mi bocchan cuando escuche risas que provenían de la biblioteca, lo cual me sorprendió y bastante, ya que no era para menos, ese pequeño podría ser demasiado amargado en ocasiones y el hecho de que lo escuchara reírse a carcajadas era algo preocupante, pero sobre todo extraño e inusual. Me detuve en seco, no podía creer lo que escuchaba, así que camine lentamente y entre abrí la puerta para observar y más que nada corroborar que lo que escuchaba eran risas de mi joven amo y no una alucinación producto de mi obscura y demoniaca imaginación.

Cabe destacar que quede en shock en cuando lo vi recostado en el sillón jugando con la caja que momentos antes le había entregado como si fuera un niño pequeño, mejor dicho “un adorable gato jugando con una bola de estambre”. Le daba vueltas y la lanzaba mientras reía divertido por lo que hacía, no lo podía creer, ¿qué le había pasado al serio y orgulloso de mi amo?, sin pensarlo dos veces entre y llame al menor pero este me miro y sonrió volviendo a lo suyo.

- Sebastián vamos a jugar – me dijo un tanto juguetón y con un sonrojo en el rostro… ¿pero qué estaba pasando aquí? ¿Ciel queriendo jugar y conmigo? Ante eso no sabía que responder, es como si el joven que estaba frente a mi no fuera mi amo. Lucia como Ciel, pero no parecía ser él.

Percibí un aroma extraño proveniente de aquella caja, por lo que la tome de las manos de Ciel a lo cual hizo un enorme puchero al tiempo que me reclamaba por no dejarlo jugar, no pude más que mirarlo fijamente y para mi sorpresa coloco sus dos manos en mis mejillas y me dio un dulce beso en la frente al tiempo que me pedía que ¿lo abrazara? Por alguna extraña razón mi corazón comenzó a acelerarse al mismo tiempo que un leve rubor se hacía presente en mis mejillas, no pude más y abrace delicadamente aquel frágil cuerpo mientras percibía el aroma de su cabello. No sé porque pero sentía tan bien aquel abrazo, era cálido y placentero. Pero rápido salí de mi ensoñación cuando sus labios se volvieron a juntar con los míos, tenían un sabor exquisito que me encanto en cuanto los probé, por lo que le tome de la cintura con una mano y con la otra sujetaba su cabeza.

Disfrutaba saborearle, por lo que pedí permiso con mi lengua para profundizar aquel contacto y al no recibir respuesta le sujete sutilmente de la barbilla dándole un pequeño tironcito para que separara los labios. Recorrí su pequeña cavidad en busca de su tímida en inexperta lengua la cual gozaba con cada sutil rose, pero de improvisto regrese a la realidad y recordé que simplemente éramos amo-mayordomo, no más y nunca lo seriamos, ya que mi simple propósito era devorar su alma y nada más, por lo que le aparte de mí rompiendo de improvisto el beso, él me miro extrañado y sus ojos comenzaron a tornarse vidriosos. Sabía perfectamente que lo que hacía no está bien, los chocolates que se había comido tenían un licor muy fuerte, combinado con otras sustancias como un potente afrodisiaco que a la vez era dulce por lo que su sabor era delicioso.

“Por favor quiéreme” fue lo último que me susurro para volver a abrasarme y caer plácidamente dormido entre mis brazos. Me limite a llevarlo a la habitación, cambiarlo y acomodarlo como siempre. A la mañana siguiente despertó con una terrible resaca y malhumorado, “volvía a ser el bocchan de siempre” pero no recordaba nada de lo que me dijo ni de lo que hizo y yo no insiste en que lo recordara. No ganaba nada con que lo recordara… al fin de cuentas él es solo un humano más.

** Fin flashback Sebastián **

 

A pasado ya un mes desde aquel incidente con el “regalito” del señor Lau y bocchan sigue como siempre, pero algo en mí ha cambiado, y más porque he confirmado que lo que siento por ese pequeño niño es amor. Irónicamente yo el rey del inframundo cuya labor es hacer miserable la vida de los humanos me he enamorado de uno, patético diría yo. Me enfada el hecho de tener estos sentimientos, no porque hayan nacido en mí, sino por el hecho de que se muy bien que jamás serán correspondidos y aunque lo fueran, sé muy bien que más de uno se opondría… un humano y un demonio no deben estar juntos… o al menos eso creía. 

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado, cualquier duda, sugerencia o tomatazo es bien recibido XD no se olviden de dejar rw :3 sin más yo me despido y les deseo un excelente día/tarde/noche.

Haruka Eastwood 


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