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El Mejor Primer Beso del Mundo por Serenamoon

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Notas del fanfic:

Los personajes no me perteneces, son de su grandisimo creador y yo solo los uso para diversion pura y pervertida :)

 


ONE SHOT

SASUKE X NARUTO

El Mejor Primer Beso del Mundo

Namikaze Deidara, era un doncel de 18 años, perteneciente a una de las familias más rica y poderosas de Japón. Dueño de una belleza excepcional. Hijo del exitoso empresario Namikaze Minato y de la hermosísima cantante Uzumaki Kushina, la cual había fallecido cinco años antes. Deidara, o Dei como le decían sus amigos. Cursaba el primer año de la universidad, en la carrera de negocios. Si  bien su pasión era el arte, él sabía que como primogénito tenía la obligación de suceder a su padre, y el arte siempre seria su hobie.

Deidara tenía muchos amigos, varones, mujeres y donceles. Su personalidad  era explosiva, risueña, encantadora. Todos lo adoraban y querían estar cerca de él. Era buen alumno, buen amigo, buen hijo, buen vecino, ciudadano etcétera. Pero de lo que más orgulloso estaba era de ser el “mejor hermano mayor del universo”. No en sus palabras. Si no en las de su adoración. Su debilidad, su punto flaco o como quieran llamarle. Su hermanito pequeño de tan solo 15 añitos, Namikaze Naruto. El cual era también un doncel. El más hermoso del mundo, según su padre y su hermano. El niño más amoroso, tierno, dulce, inocente e ingenuo del mundo. Claro que también el más caprichoso, malcriado y berrinchudo. Pero no se lo puede culpar. No cuando Minato y Deidara se la pasaban consintiéndolo en todo lo que se le antojaba.

Minato era un padre presente, cariñoso y muy guardián de sus donceles. Pero la palara sobreprotector, tomaba una nueva dimensión cuando se trataba de Naruto. Llegando al extremo de confinarlo en un internado solo para donceles los últimos dos años. El padre no quería que ningún baboso-pervertido mirara de manera impúdica a su bebe. Y Deidara había estado de acuerdo. Un internado solo para donceles, lejos de todos los varones era la mejor idea. Claro que ninguno de los dos contó con los chantajes emocionales del chiquillo. Luego de que su mejor amigo se marchara del internado, el uso toda su artillería para conseguir volver a casa. Y como no podía ser de otra manera lo había logrado.

Por ese motivo, Deidara estaba en un gran dilema. Su profesor de economía les había asignado un grupo de trabajo al principio del semestre, y tenían tarea que preparar. Era su turno para reunirse en casa y él no sabia como librarse del problema.

- ¿A las cinco en tu casa? – pregunto Suigetsu, un varón, compañero y amigo. Había ido muchas veces a su casa, pero ya no podía ser igual.

- Preferiría que sea en otra casa – dijo y su grupo lo miro. El mismo estaba conformado por Suigetsu, Hidan, otro doncel. Karin, su prima. Kiba también un doncel. Otra chica de nombre Sakura y el varón que seria algo así como su mejor amigo, Uchiha Sasuke.

- Mi casa no se puede porque están remodelando – hablo Suigetsu.

- A la mía fuimos la semana pasada y mi madre no nos soporta demasiado – siguió Sakura.

- Mi oto chan tiene una reunión de su grupo, si quieren podemos ir – todos se estremecieron por la propuesta de Hidan. Su oto chan practicaba una escalofriante religión. Y la única vez que presenciaron una “reunión” tuvieron miedo de ser sacrificados.

- No, gracias – dijeron todos. Deidara bufo - ¿Kiba?

- Mi hermana llenó la casa de perros callejeros, hay una invasión de pulgas – elevó los hombros – estamos en un hotel hasta que fumiguen – el doncel rubio frunció los labios.

- Podemos reunirnos en mi casa, ya saben que no hay problema – Sasuke hablo mirando con malicia al rubio. Y todos se sorprendieron cuando este no negó efusivamente la propuesta. Ya que era públicamente conocido lo mucho que al Namikaze le desagradaba ir a la residencia Uchiha. No porque fuera un mal ambiente, todo lo contrario. El problema era uno de los habitantes de la casa. Un tal Uchiha Itachi. Alias acosador. Alias pervertido, manoseador de donceles vírgenes y puros – ahora tenemos que ir a tu casa, sea lo que sea que ocultes tiene que ser muy importante para que prefieras aguantar a mi estúpido hermano mayor.

- No estoy ocultando nada – habló nervioso y todos supieron que mentía – mejor vamos a un café, yo invito.

- Van a echarnos como las últimas veces, mi casa o la tuya, decide rápido – Sasuke lo apuro, ya que faltaba poco para que debieran regresar a clases. Deidara suspiro.

- Bien mi casa, pero solo porque Itachi juro que dejaría de ser virgen la próxima vez que este bajo su techo – se estremeció – creo que debería acusarlo por acoso sexual, ¿o seria abuso?

- Pregúntale a mi padre, el sabrá esas cosas – Karin sugirió, después de todo su padre, Uzumaki Nagato era un abogado de renombre.

- Si lo haces los Uzumaki van a asesinar a Itachi – Hidan dijo divertido – nadie toca a sus donceles y vive para contarlo.

- En ese caso no digas nada Dei, mi madre va a sufrir mucho si ese tonto desaparece – Sasuke sonrió y se puso de pie – volvamos ya va a comenzar la clase – el grupo lo siguió. El día académico pasó sin nada anormal. Deidara llego a su mansión a las 4, tenia una hora hasta que llegaran sus amigos.

- ¡Naru chan! – grito subiendo las escaleras. Sintió el correteo por el pasillo y se preparó por el impacto. Su hermanito se le colgó del cuello riendo feliz por su travesura - ¿Cuántas veces te he dicho que no corras? Podrías golpearte.

- Deidi, deja de quejarte – le beso la nariz - ¿Cómo te fue?

- Muy bien mi angelito ¿y a ti? – lo dejo en el piso y caminaron hacia la sala que ambos compartían para su tiempo de dispersión.

- No muy bien, le pedí a mi papito que me cambie a la sensei – hijo un tierno puchero. Deidara suspiro. Era la quinta profesora en diez días – era muy mala dattebayo.

- ¿En que sentido? – para su hermanito cualquiera que le negara algo era malo.

- Me golpeo mi linda manito con una regla – le mostro la línea roja. Deidara se indigno. Acaricio la “herida” suavemente.

- ¡Maldita bruja! ¡Voy a destruirla! – Comenzó a caminar en círculos, pisando fuerte y moviendo los brazos enérgicamente – no va a conseguir trabajo ni entrenando perros salvajes ¡zorra! – grito. El menor se reía por el estallido de su Aniki. Siempre era divertido verlo enojarse.

- Ya Dei, la abuela dijo que se ocuparía – lo hizo sentarse para que tomaran una merienda – de todas maneras quiero que me ayudes en algo dattebayo – lo miro con ojitos de corderito degollado. El mayor se estremeció, nada bueno venia después de esa miradita.

- ¿Qué seria kitsune? – el menor sonrió ampliamente.

- Quiero ir a una escuela normal – exclamo emocionado – tienes que ayudarme a convencer a oto san ¿si?

- Naru – quiso negarse, de verdad quiso. Pero era imposible. Su hermanito estaba usando la artillería pesada. Mirada, puchero y manos juntas en actitud de ruego. ¿Quién podría resistirse? El no desde luego. Derrotado asintió con la cabeza. Acto seguido Naruto se le lanzo encima, haciendo que caiga de espaldas al piso y comenzó a besarle el rostro repetidas veces, mientras repetía incansablemente gracias y que era el mejor hermano mayor del mundo. Deidara se sentía feliz. Adoraba que su hermanito fuera tan cariñoso con él y ya vería la forma de mantenerlo vigilado en la escuela para evitar a los babosos. El timbre lo trajo de nuevo a la realidad. Se había olvidado de que tendría visitas.

- ¿Esperas a alguien? – pregunto el menor sonriente. Estaba deseoso de conocer personas ajenas a su familia. Ya era tiempo de que socializara. Sin esperar respuesta, le menor corrió hacia la puerta, bajo de igual manera las escaleras y llego a la sala al mismo tiempo que una doncella del servicio acomodaba al invitado - ¿Quién eres? – pregunto el rubio. El recién llegado lo miro y le sonrió ampliamente.

- Soy Hidan ¿tu eres el famoso Naru chan? – el rubito sonrió al saberse “famoso”.

- Si soy yo, el único e irrepetible Namikaze Naruto – extendió su mano - ¿eres amigo de Deidi?

- Si soy amigo de Deidi – se rio por el tierno apodo - ¿está?

- Ajá – movió la cabeza afirmativamente – ahora baja – el timbre volvió a sonar - ¡yo voy dattebayo! – grito antes de correr a la entrada. Deidara terminaba de bajar la escalera, vio a Hidan en la sala y luego se dirigió a la entrada. Suigetsu y Karin habían llegado y la pelirroja apresaba al rubio menor en un sofocante abrazo.

- Mi pequeño zorrito, estas tan hermoso – la chica estaba eufórica sosteniendo a su primito adorado.

- Karin lo sofocas – Deidara le quitó a su hermanito de los brazos y lo retuvo a su lado – pasen.

- ¿No nos presentan? – Suigetsu pregunto con su media sonrisa de galán. Deidara iba a responder, pero fue Karin quien lo tomo de la oreja para arrastrarlo a la sala.

- Olvídalo inútil, Naru chan esta totalmente fuera de los limites.

- Karin, duele, deja – se quejaba sin éxito el varón. La chica lo lanzo en el sofá de la sala.

- Ni siquiera lo mires ¿estamos? – amenazo.

- Pero – quiso seguir.

- Pero nada, Naruto es intocable – iba a replicar de nuevo - ¡intocable estúpido! – el grito les hizo doler los oídos a todos - ¿entendido? – no tuvo otra que asentir. Karin daba miedo cuando se enojaba – bien, porque no me gustaría sacarte los ojos y castrarte por desobedecer - Kiba fue el siguiente en llegar, justo antes de que los rubios cerraran la puerta. Naruto estaba feliz hablando con el doncel de cabellos castaños. Deidara estaba nervioso, quería que su hermano se fuera arriba, pero no podía negarle la oportunidad de socializar un poco. El rubio mayor fue a ordenar que les prepararan unas bebidas y algo para picar, cuando el timbre volvió a sonar. El menor de los Namikaze y los Uzumaki corrió a abrir. Se encontró con Sakura y su extraño color de cabello.

- Es rosa – exclamo confundido – que extraño - La muchacha se molestó por el comentario y sintió que hervía de la rabia cuando escucho la risa a sus espaldas.

- ¿Quién te crees que eres para hablarme así mocoso idiota? – Hablo alzando la voz – pídeme disculpas.

- Yo no dije nada malo, solo pienso que tu cabello es extraño y también algo feo – elevo los hombros.

- Desgraciado – elevo la mano para abofetearlo pero fue retenida por la muñeca.

- Ni se te ocurra tocarlo – la voz más grave, varonil y sensual que Naruto había escuchado dijo la frase, y vino acompañada por su dueño. Que era el hombre más malditamente hermoso que había conocido.

- Sasuke  - murmuro Sakura entre molesta, avergonzada y asustada – el comenzó.

- No dijo nada malo, solo lo que piensa – la soltó alejándola del doncel – tu cabello no es normal y el color es chillón, a mi tampoco me gusta. El rosa me hace doler la vista.

- No tienes por qué ser tan cruel – dijo la chica herida en su ego y entro indignada a la casa. Sasuke miro al rubio que lo observaba idiotizado. Con los ojos brillosos de la emoción y una boba sonrisa pintada en los labios. Sencillamente adorable.

- ¿Eres el hermanito de Dei? – preguntó con amabilidad. El rubio asintió sonrojándose. Sasuke sonrió divertido y le sacudió el cabello - ¿puedo pasar?

- Claro que si – exclamo emocionado, lo tomo del brazo y lo llevo a la sala – están en la sala, supongo que esperándote – le sonrió hermosamente - ¡Dei! – el aludido lo miro sorprendido al verlo colgado del brazo de su futuro ex mejor amigo – llegó Sasu chan – Suigetsu se ahogo con lo que bebía. Hidan lanzo una carcajada nada delicada y Sasuke se sonrojo levemente. Nadie además de su madre lo había llamado de esa manera. El jamás lo permitiría. Sin embargo no le había molestado que el rubito le dijera así - ¿van a quedarse aquí o en el estudio?

- El solárium – dijo Kiba divertido.

- Excelente elección, los vemos ahí – y sin esperar respuestas saco a Sasuke de allí para llevarlo al lugar indicado – el solárium es hermoso por la tarde. Yo voy mucho ahí a dibujar, tengo un pequeño taller en un rincón ¿quieres ver mis obras?

- Supongo que estaría bien, pero rápido porque tenemos mucho que hacer – Naruto le sonrió y se lo llevo corriendo a su lugar artístico.

- Mira, este es mi papito lindo – le mostro retratos de Namikaze Minato, en forma de caricatura, muy divertidos y muy bien hechos – Deidi – el niño tenia talento – Iruka sensei, es mi nana – aclaro – ella es oka san – el retrato parecía un fotografía – la hice viendo fotografías y de lo que recordaba de ella – suspiro mirando el retrato - ¿era hermosa verdad?

- Una de las mujeres más preciosas que he visto – el Uchiha le sonrió cálidamente.

- Dicen que me parezco a ella – dijo sin ninguna pizca de humildad.

- En mi opinión eres igual a tu padre – el rubio hizo un tierno puchero.

- Yo soy hermoso como mi oka san – lo miro entrecerrando los ojos.

- Eres hermoso, es cierto, pero creo que mucho más que tu oka san – le guiño un ojo logrando que se sonrojara hasta las orejas.

- ¡Sasuke! – Deidara le gritó desde donde estaban, al otro lado de la sala - ¡ven aquí ahora!

- Tengo que ir a trabajar, gracias por mostrarme tus dibujos – le beso delicadamente la mano, poniéndolo del color de los tomates y dejándolo sin palabras.

- ¡Sasuke! – el grito del rubio mayor fue histérico, mientras caminaba hacia ellos a paso rápido. El varón sonrió antes de caminar hacia su amigo - ¿Qué hacían? ¿Por qué le besaste la mano?

- Tranquilo hermano sobreprotector – se burlo – me mostraba sus dibujos nada más.

- ¿Y el beso?

- Un acto de caballerosidad que mi madre me enseñó – sonrió con superioridad.

- Jamás has sido un caballero Sasuke – se quejo Sakura.

- Lo hago con las damas y los donceles delicados.

- ¿Y nosotros que? – pregunto la pelirrosa indignada.

- Veamos – suspiro – Karin es capaz de sacarme los dientes si intento besarle la mano. Hidan y Kiba tienen de delicado lo que yo de simpático y tu no eres ninguna dama hasta donde yo se – todos rieron, menos Sakura que apretó los puños con rabia.

- ¿Y Deidara? – pregunto Suigetsu divertido.

- Si lo toco mi Aniki me mata, no puedo hacer algo así con su futuro esposo – se burlo y Deidara le dio un golpe en la nuca.

- Baka – se quejo sonrojado – mejor empecemos – sacaron sus cosas y comenzaron el trabajo. Un para de horas después, dos doncellas llegaron con bandejas, seguidas de un sonriente y sonrojado Naruto que llevaba una fuente con galletas caseras. Les sonrió a todos y se acercó donde estaba Sasuke.

- Las hice yo – el varón lo miro sorprendido. Deidara estaba furioso. Karin no podía creerlo. Sakura estaba verde de los celos y los demás se tragaban la risa - ¿quieres probarlas? – Sasuke sonrió de medio lado y tomo una, para luego morderla. Si tenia que ser honesto odiaba las cosas dulces, pero no pudo negarse al pequeño doncel. Sus amigos abrieron los ojos y la boca dé la impresión. El Uchiha  no comía ni caramelos ácidos - ¿te gusta?

- Deliciosa – no mintió. No había sido empalagosa ni grasosa. Era crocante y las chispas de chocolate amargo le habían dado un toque majestuoso – las mejores que probé en mi vida – tomo otra y se la comió con ganas. Naruto sonrió y procedió a dejar la bandeja en la mesa, pero cerca de Sasuke.

- Puedes compartir con tus amigos, voy a hacer mas para ti mañana – le sonrió cálidamente y se fue dando brinquitos. Por fin había encontrado a su príncipe.

- Pueden tomar una cada uno – dijo burlándose – pero solo una, las hicieron para mi – Deidara golpeo la mesa con las manos y se puso de pie mirando con rabia a su supuesto mejor amigo - ¿Dei? – Pregunto confundido - ¿Qué está mal? – el rubio grito indignado y se le tiro encima. Tirándolo de la silla derecho al suelo. Todos se levantaron por la acción.

- ¡Te voy a matar desgraciado roba hermanitos! – Quería ahogarlo, pero Sasuke sin ningún esfuerzo le retenía las manos - ¿Cómo puedes hacerme eso? ¡Los mejores amigos no se meten con los hermano! ¡Pedófilo, bastardo! ¡Voy a castrarte! – Quiso golpearlo pero fue quitado de encima de su amigo - ¡déjame, tiene que morir! ¡Tiene que morir! – se revolvía en los brazos que lo sostenían.

- Ya mi niño, no puedes matarlo – reconoció la voz de su padre – hay muchos testigos y es nuestra casa, no es inteligente Deidi – Deidara suspiro al asimilar las palabras. Dejo de revolverse y fue dejado en el piso. Miro a su padre que le sonreirá cálidamente.

- Me deje llevar oto san – sonrió haciendo una reverencia – me disculpo, la próxima vez lo hare bien, lo prometo.

- Lo se mi niño, Kakashi va a ayudarte a planearlo todo.

- ¿Están hablando de asesinar a Sasuke? – Hidan no podía quedarse con la duda.

- Jóvenes – Minato sonrió – mis disculpas por ser tan grosero y no saludarlos, muy buenas tardes a todos – los menores lo saludaron – tu a mi oficina ahora – ordeno gélidamente a Sasuke que seguía en el piso sin creerse lo que pasaba ¿Cuándo habían enloquecido su mejor amigo y su padre? Se puso de pie y siguió al mayor sin decir nada. De todas maneras no iban a matarlo ¿o si? Suspiro, Minato había dicho que no lo haría en su casa porque dejaría muchas evidencias. Dentro de todo eso podía ser un alivio – siéntate – ordenó acomodándose en su silla. Sasuke se acomodó en la silla del frente, al otro lado del enorme escritorio. El silencio era pesado. El Namikaze mayor lo miraba como si quisiera taladrarlo con los ojos. Los minutos se le hicieron eternos y cuando pensaba que iba a morirse de la ansiedad llamaron a la puerta – adelante – hablo el mayor. Se sorprendió al ver a sus padres entrar a la sala. Luciendo muy serios, seguidos de su hermano y el rubio menor de los Namikaze – Fugaku – Minato saludo cordialmente con un apretón de manos a su padre. Beso la mano de su madre y otro apretón le dio a su hermano – por favor siéntense donde quieran ¿desean algo de tomar? – Fugaku e Itachi pidieron café amargo. Mikoto no quiso nada – Naru ven aquí – el rubito se ubico junto a su padre – él es mi hijo menor Naruto, seguro lo recuerdan siendo un bebe.

- Es igual a ti Minato, pero mucho más hermoso – Mikoto le sonrió cálidamente al menor – felicidades, tienes dos hijos maravillosos.

- Gracias Mikoto, ojala pudiera decir lo mismo de tus hijos – la mujer lo miro sorprendida, al igual que los otros Uchiha. Sus hijos siempre habían sido alabados – el motivo de esta reunión es el siguiente – se puso de pie, colocándose detrás de su pequeño – quiero golpear a Sasuke y después meterlo a prisión.

- ¿Te has vuelto loco? – Fugaku se puso de pie elevando la voz.

- ¡Papi! – grito Naruto y corrió al lado del futuro presidiario - No vas a golpearlo ni a meterlo en prisión, el no hizo nada.

- Si hizo, quiere robarme a mi bebe y eso es un crimen imperdonable – lo dijo tan serio que los Uchiha no pudieron pensar que era en broma, aunque lo parecía – ven aquí kitsune, aléjate de él – el rubio negó – Naru chan.

- No oto san, tienes que controlarte – indico – cierra los ojos, cuenta hasta diez y respira profundo – Minato hizo lo dicho, pero a la cuenta de tres grito.

- ¡No puedo, voy a matarlo! – quiso agarrar a Sasuke del cuello, pero el joven fue mas rápido, se alejó y puso al doncel detrás suyo en una actitud claramente protectora. La puerta volvió a abrirse y un doncel adulto de cabellos platas ingreso. Saludo a todos con una reverencia y luego se acercó al rubio mayor.

- Minato cálmate – ordeno.

- Quiero matarlo – se revolvió en los brazos de Itachi y Fugaku que lo sostenían – por favor, prometo hacerlo indoloro.

- ¡Basta! – Grito el recién llegado y lo abofeteo doble – basta – el varón lo miro sorprendido y dejo de luchar. Se dejo caer en su silla – respira profundo y piensa racionalmente.

- Quiere robarme a mi bebe – dijo por lo bajo.

- Nadie te roba nada, el pobre ni siquiera sabe de que se lo acusa – miro al acusado – soy Hatake Kakashi – se presento – prometido de este bobo – señalo a Minato – disculpen su comportamiento, pero deja de razonar cuando se trata de su niño – acaricio los cabellos de Minato que suspiraba derrotado – tomen asiento y dejen que les explique la situación – los demás obedecieron. Kakashi sin ningún pudor se sentó en el regazo de Minato y se dejo abrazar, sabia que su hombre necesitaba sentirse querido – verán, hasta hace unas horas estábamos en la oficina muy tranquilos, cuando recibimos una llamada de Naru chan – le sonrió al rubito que miraba embelesado a Sasuke - ¿podrías por favor Naru contarnos lo que le dijiste a tu padre? – Naruto asintió sonriendo ampliamente.

- Le dije, oto san he encontrado a mi esposo – se esculló el sollozo ahogado de Minato detrás de Kakashi. Sasuke miro sorprendido al rubito – pero no te preocupes Sasu chan, todavía no vamos a casarnos, solo vamos a comprometernos – Sasuke abrió ampliamente sus ojos ¿Qué demonios estaba pasando?

- ¡Kya! – el grito de Mikoto lo regresó a la realidad. Su madre toda sonrisa y los ojos brillando de la felicidad se levanto para abrazar a Naruto y apapucharlo – mis nietos van a ser tan hermosos, mi niño bello. Estoy tan feliz de que vayas a ser mi hijo político – el doncel disfrutaba de los mimos. Ya se había ganado a su suegra.

- Mikoto – la llamó su esposo – deja al niño y sigamos escuchando – de mala manera la morena se sentó, pero siguió mirando soñadoramente a los dos menores de la estancia.

- Como decía – Kakashi se aclaró la garganta – nuestro kitsune ha decidido que Sasuke sea su esposo.

- Sobre mi cadáver – se escucho la voz de Minato detrás de Kakashi, pero muy baja. El doncel le dio un pisotón.

- Sasuke querido ¿tu sabes algo de esto? – el azabache miro al doncel mayor. Nunca se había sentido tan confundido en sus 18 años de vida.

- No, la verdad es que no – respondió calmado.

- ¡Te lo dije! – Exclamó Kakashi poniéndose de pie para encarar a su prometido – Es solo cosa de Naru chan, no tienes que asesinar a nadie querido.

- Un momento – Mikoto se puso de pie, Fugaku no pudo evitarlo - ¿Qué pasa con el compromiso?

- Mamá – exclamó Sasuke – no hay compromiso.

- ¿Por qué? – Pregunto la mujer - ¿no quieres que Naru chan sea tu doncel? – Sasuke miro al rubito que se mordía el labio inferior y lo miraba lleno de esperanza.

- Eso Uchiha ¿no quieres que mi bebe sea tu esposo? – Minato lo miraba mal.

- Ud. No quiere que yo sea el esposo de su bebe – dijo a la defensiva, estaba volviéndose loco.

- No importa, ¿acaso te crees mucha cosa para mi bebito hermoso? – Kakashi negó con la cabeza - ¡responde!

- ¡No! – Grito bastante harto – no me creo superior, pero no lo conozco ¿Cómo voy a casarme con el?

- Son el uno para el otro, con el tiempo van a conocerse – agrego Mikoto muy seria – míralo Sasuke, es un sueño, no vamos a encontrar a nadie mejor – abrazo al rubio por lo hombros.

- ¿No quieres casarte conmigo Sasu chan? – le pregunto el doncel con los ojitos brillando y un puchero en los labios.

- Joder dobe, no pongas esa cara – el rubio intensifico el puchero y su mirada se volvió mas intensa e inocente – no me mires así. No puedo concentrarme.

- ¿Por qué no quieres casarte conmigo dattebayo? – exclamo como todo el caprichoso que era – voy a ser el mejor esposo del mundo. Se cocinar, lavar, planchar no – enumeraba lo que sabia y negaba lo que no sabia – no soy muy ordenado, pero puedo serlo – estaba decidido – todo el mundo dice que soy muy bonito, no gasto mucho, me gustan los negocios. Oto san dice que voy a ser un digno sucesor – miro a su padre que asintió orgulloso – y si eso no es suficiente soy asquerosamente rico ¿Qué mas quieres teme?

- Primero que nada, no me conoces, ¿Por qué quieres casarte conmigo?

- Porque quiero – pisoteo fuerte – fue amor a primera vista ¿entiendes? – Bufo – oto san, oblígalo – señalo a Sasuke que abrió la boca por la sorpresa – dile que si no se casa conmigo vas a hundirlo ¡dile!

- Naruto – hablo Kakashi, su tono advertía.

- Naruto nada – miro a su padre – hazlo, ¡dile! – comenzó su berrinche.

- Amor, no puedo obligarlo – Naruto comenzó a sollozar, ocultando el rostro con sus manos. Mikoto lo abrazo cálidamente – entiende, si el señorito Uchiha es lo suficientemente idiota para no ver lo maravilloso que eres y hacerte su esposo, no podemos evitarlo. Además bebe, no querrás estar casado con un idiota de ese tamaño. Seguramente va a terminar casado con una mujer frívola y superficial que va a gastar miles y miles de dólares en cosas tontas. Llena de cirugías y haciendo fiestas que él va a odiar. Eso es lo que se merece, y hasta es posible que su esposa tenga un color de cabello horroroso.

- Seguro será rosado, nada es más feo que un cabello rosado – agrego Kakashi.

- ¡No! – Grito asustado Sasuke después de tener una visión de la loca de Sakura como su esposa – eso no – miro al rubio que se ocultaba en el pecho de su madre – yo si quiero casarme con Naruto – anunció decidido, cualquier cosa menos la pelo de chicle.

- ¡Kya! – Grito Mikoto – voy a organizar la mejor fiesta de compromiso del mundo,  ya veras Naru chan, y cuando sea la boda será extraordinaria – el rubio le sonrió y luego miro a Sasuke. No tenía ni un rastro de llanto en su hermoso rostro.

- No era tan difícil ¿verdad Sasu chan? – Lo tomo de la mano - ¿Cuándo podemos casarnos oto san? – Minato sentía que algo había pasado y él no se estaba enterando. ¿Acaso le había dado permiso al arrogante del Uchiha para casarse con su hijo? Miro a su pequeño que le sonería pícaramente. De nuevo lo había manipulado a su antojo. Suspiro derrotado y se sentó.

- Cuando acabes la universidad kitsune – dijo desganado, sintiéndose al borde de las lágrimas. Un niñato con peinado de piña le había robado a su bebe. Y en sus propias narices.

- Ya amor, ya sabíamos que esto iba a suceder – Kakashi se paro detrás de él y le acariciaba la cabeza y los hombros.

- Minato ¿estas de acuerdo en todo? – Fugaku no estaba seguro de que había pasado. Pero le gustaba el resultado. No solo tendría un yerno hermoso, si no que conseguiría una sociedad multimillonaria con su nueva familia política.

- No hay nada que pueda hacer para evitarlo Fugaku – le sonrió desganado – cuando Naru quiere algo no para hasta conseguirlo.

- Entiendo que debe ser difícil para ti, pero te aseguro que mi hijo es un gran muchacho. Si es un poco engreído y antisocial, pero no es malo – Sasuke miraba mal a su padre – puede que sea un poco vengativo y por demás celoso y posesivo, pero sé que es incapaz de dañar a tu pequeño, porque si se atreve yo mismo me ocupo de hacérselo pagar ¿se entiende? – pregunto a Minato pero mirando a su hijo, que solo asintió serio.

- Descuide Fugaku san, Sasu chan va a cuidarme y quererme mucho, lo se dattebayo – le sonrió a su suegro y luego a su prometido – bueno Sasu y yo tenemos que hablar algunas cosas, así que los dejamos – tomo al varón y lo saco de la sala.

- Siento que me han roto el corazón – dijo melancólico Minato y Kakashi le dio un golpe en la cabeza – Ka chan, duele – hizo un puchero, queriendo parecer tierno como su hijo, pero quedando como un tonto. La puerta se abrió de golpe y un furioso Deidara ingreso. Detrás de él estaban sus amigos curiosos.

- ¿Es verdad? – Preguntó enojado a su padre - ¿dejaste que mi hermanito se comprometiera con ese?

- Si Dei, es verdad – respondió Kakashi, listo para el otro show.

- ¡Nooooooooooooooooo! – Deidara gritó dramáticamente y se dejo caer de rodillas – me lo ha robado, maldito desgraciado. ¡Nunca se lo perdonaré! – y comenzó a sollozar de manera exagerada.

- De verdad lo lamento, pero no son muy pensantes cuando se trata de Naru, ninguno de los dos – negó - ¿quieren tomar algo? Creo que tenemos que festejar el compromiso de nuestros pequeños.

- ¡Nooooooooooooooooo! – volvió a gritar Deidara y Kakashi saco a los Uchiha y a los curiosos del lugar. Los guio al salón y pidió que les sirvieran champagne para brindar.

- Ya es la hora de la cena – dijo sorprendido – mil disculpas por no invitarles nada.

- No te preocupes Kakashi – dijo Mikoto.

- Señor – lo interrumpió el mayordomo – me tome la atribución de encargar la cena para todos los presentes, supuse que terminarían tarde la reunión.

- Pero que eficiente eres Gai – exclamo el peli plata feliz – muchas gracias y nos avisas cuando este listo – el hombre asintió y se retiro. Los Uchiha, Kakashi y los amigos de Deidara conversaban animados en la sala.

Mientras en el estudio Deidara y Minato lloraban hombro con hombro, por haber perdido a su bebe a manos de una engreído.

Y en la sala de los donceles de la casa un muy animado Naruto cuestionaba a su prometido.

- ¿Color favorito? – quiso saber.

- Azul – respondió Sasuke y el rubio lo anoto en su cuaderno - ¿el tuyo?

- El naranja, pero amo todos los colores brillantes – se lo dijo con una resplandeciente sonrisa - ¿no quieres anotar dattebayo?

- No dobe, yo tengo buena memoria – sonrió de medio lado. El doncel le saco la lengua y siguió.

- ¿Cumpleaños?

- 23 de julio, ¿tu?

- 10 de octubre – Sasuke elevo una ceja.

- Eso es pasado mañana – el rubito asintió sonriendo - ¿tienes planeado algo?

- Oto san ha planeado un gran festejo para el sábado a la noche, pero el viernes que es mi cumpleaños no hay nada especial. ¿Vas a invitarme a algún lugar romántico? – se le acerco, mirándolo con la esperanza pintada en el rostro. Sasuke lo pensó. ¿Un lugar romántico? De donde sacaría uno, el no tenia ni media fibra romántica – o también puede ser un lugar divertido, lo romántico es un poco empalagoso y aburrido al final – le sonrió y el varón no pudo evitar devolverle el gesto. Se había sacado la grande con su prometido – sigamos – ¿comida favorita?

- Los tomates – el rubio hizo un gesto raro - ¿el tuyo?

- ¡La mejor comida del mundo! – Anuncio poniéndose de pie - ¡el ramen! – grito emocionado. Sasuke rió con ganas. El rubio era muy divertido.

- Eso no es saludable.

- No te metas con mi ramen dattebayo – le señalo acusadoramente – es lo mejor de lo mejor, no como tus sosos tomates – se burlo.

- ¿Sosos? – Pregunto poniéndose de pie – ¿así que mis gustos son sosos?

- En cuanto a comida si, pero en lo demás es obvio que no – Sasuke elevo una ceja – te gusto yo ¿verdad? Eso significa que tu gusto es el mejor.

- ¿De donde sacaste que me gustas? – mientras hablaba se iba acercando al doncel acorralándolo contra el muro.

- Accediste a casarte conmigo dattebayo – hizo un puchero.

- No tuve muchas opciones ¿o si? – el rubio se mordió el labio inferior. No estaba preparado para que Sasuke no quisiera ser su esposo.

- Pero tu dijiste que querías – estaba por llorar. Sasuke rio. Su futuro es poso era todo un consentido, pero le encantaba caprichoso y berrinchudo.

- Claro que lo dije, dobe – se pego a el – pero me gusta como tu rostro expresa cada cosa que sientes – le hablaba en susurros, sus alientos rozándose – a mi nadie me obliga a nada ¿estamos?

- Hai – asintió todo rojo, como un tomate – prometo que seremos muy felices teme, voy a ser el mejor prometido y el mejor esposo ya veras.

- Lo se – rozo su nariz con la del rubio – yo también voy a dar lo mejor de mi para que lo nuestro funcione. No me preguntes porque o como, pero no me imagino la vida sin ti a mi lado. Lo cual es bastante loco, teniendo en cuenta que hasta esta mañana no te conocía.

- Eso se llama amor a primera vista dattebayo – llevo sus manos al cuello del azabache, se miraron a los ojos – a mi me pasó igual, yo estaba esperándote.

- ¿A mi? – pregunto entre divertido y halagado.

- A mi príncipe – le sonrió tiernamente y Sasuke no aguanto más y lo beso tiernamente al principio y para luego ir aumentando la intensidad. Las manos del varón agarraron con firmeza la estrecha cintura de su prometido. Mordió el labio del mas bajo indicándole que lo separara. Naruto obedeció y Sasuke le regalo su primer beso con lengua. Le temblaron las piernas y su temperatura corporal comenzó a subir. Se separaron jadeando – guau – exclamo el rubito, mirando embelesado a su futuro esposo – ¡el mejor primer beso de mundo dattebayo! – Sasuke sonrió con superioridad.

- Y ahora viene el segundo, kitsune – y volvió a unir sus labios, esta vez con mas pasión y el amor que crecía entre ellos a cada segundo que pasaban juntos.

 

-♥ FIN ♥-

Notas finales:

Tengo una consulta ¿Que es el festival literario Sasu/Naru?

Espero que les haya gustado mi pequeña contribucion para estas fechas de celebraciones que los fanaticos y seguidores del universo Naruto tenemos.


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