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Un roto para un descosido por terraishtar12

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Notas del fanfic:

La historia como sale en el resumen esta sentrada en mis ocs Kaede y Yuuichi, en como van conociendo a los gemelos y elnamorandose.

 

Espero que les guste, a mi me encanta.

 

Voy a subir aqui los capitulos que llevo, pero no esperen algo nuevo por un tiempo.

 

DISCLAMER: NI OURAN NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN PERO LOS OCS SON MIOS ¡TODOS MIOS!

Notas del capitulo:

Donde Yuuichi llega a Ouran y una guerra estalla.

El Instituto Privado Ouran se define por: uno, familias prestigiosas, y dos, riqueza. En este gran y lujoso instituto se busca educar a los herederos de las mas acaudaladas familias de Japón.

Las aves entonan sus cantos en los bellamente cuidados jardines del colegio mientras, en el interior de los amplios salones, sus estudiantes reciben la mejor educación que sus adinerados padres pueden pagar. Los elegantes pasillos por donde transitan los estudiantes se encuentran desiertos, pues todos los jóvenes herederos se hallan en sus salones, y el silencio reina en el edificio.

- ¡POR QUE DIABLOS ES TAN ENDEMONIADAMENTE GRANDE ESTA MALDITA ESCUELA!

Este grito resonó por los silenciosos pasillos y se extendió como un eco a cada rincón de la escuela. El responsable, un joven rubio de 16 años de edad, corría por los inmaculados pasillos buscando furiosamente su salón. Después de varios minutos de infructuosa búsqueda, se encontró por fin frente a la puerta del salón 2-A.

En el interior del salón, la clase se vio interrumpida por unos fuertes golpes en la puerta. El profesor detuvo su explicación para abrir la puerta, dando paso a un iracundo rubio, cuyos dorados ojos prometían las penas del infierno a aquel que osara molestarlo. El rubio infernal caminó decididamente hacia el frente del salón, donde se paro con los brazos cruzados y actitud agresiva.

- Estimados alumnos, tengo el placer de presentarles a su nuevo compañero, Konda Yuuichi. Konda-san, ¿puede hablarnos un poco de usted?

- No – respondió mirando al profesor-. Si alguien quiere saber de mi, que me pregunte el mismo.

- Muy bien – asintió el profesor -. Tome asiento Konda-san.

Yuuichi camino hasta el fondo del salón y se dejo caer en su asiento, frente a la mirada reprobatoria del maestro. De inmediato, los estudiantes comenzaron a murmurar sobre el recién llegado, ignorando al profesor que continuaba su lección.

- ¿Cuál es su problema?

- Viste su expresión.

- Me da algo de miedo.

- Esa pose de chico malo es tan cool.

- ¿Quién se cree que es? – se quejo Hikaru – Ese engreído, no puede solo llegar y . . .

- Hikaru, cálmate – lo regaño su hermano.

- ¡Pero interrumpió la clase y fue grosero con todo el salón!

- Tal vez se perdió – explico Haruhi -. Este instituto es gigantesco, así que debió pasar demasiado tiempo buscando el salón y eso lo puso de mal humor.

- ¿Tu crees? – cuestionó Kaoru.

- Claro. Además, no parece mal chico. Me recuerda un poco a Kyoya-sempai cuando se enoja.

Los gemelos voltearon a ver al chico nuevo. Estaba recargado en su asiento, viendo al frente con los brazos cruzados y el seño fruncido, y lo rodeaba un aura tan oscura como el fondo del abismo. Reprimieron un escalofrió.

- Si, se parece – murmuro Kaoru.

- Aún así, sigue siendo un tonto – sentenció Hikaru -. No me agrada.

Decorada con un estilo elegante y lujoso sin ser recargado, la cafetería es una de las joyas del instituto Ouran. Durante la hora del almuerzo, los acaudalados estudiantes se reúnen en la elegante cafetería para disfrutar de una exquisita comida en paz.

Yuuichi, con las manos en los bolsillos, se dirigía a la cafetería ignorando a sus compañeros, cuando fue interceptado por un joven castaño con gafas.

- Mi nombre es Kazukiyo Soga, y como presidente de la clase 2-A, es mi deber explicarte el funcionamiento del instituto.

- Bien – contesto Yuuichi sin el menor interés en lo que Soga-kun pudiera decir.

Caminaron juntos hasta la cafetería y compraron sus almuerzos. Durante todo el trayecto, Kazukiyo hablo sobre las clases, clubes y diversas actividades de la escuela, sin notar que Yuuichi no lo escuchaba. El rubio estaba distraído, calculando mentalmente cuanto tardarían en encontrarlo los guardaespaldas de su padre si escapaba de la escuela, cuando sintió que chocaba con alguien. Logro evitar la caída y salvar su postre, pero el resto de su almuerzo acabo en el uniforme de un muchacho de cabello oscuro y ojos dorados. Junto a él, un chico idéntico al otro, pero de cabello anaranjado, miraba la escena con expresión horrorizada.

- Disculpa, lo siento, eh ¿estás bien? – intento disculparse, apenado por el incidente.

- ¿Qué diablos te pasa? – explotó Hikaru – Fijate por donde andas, idiota.

- ¡Oye, no me insultes! Si te detuvieras 2 segundos a escuchar, te darias cuenta de que me estaba disculpando.

- ¡Pues si tu te fijaras por donde caminas, no tendrías porque estarte disculpando!

- ¡Ahh! – grito Yuuichi, harto ya de la actitud del otro – ¡Ya me tienes harto! – y acto seguido, le estampó su pudin de chocolate en la cabeza.

Un poco más calmado, Yuuichi se percató de que el enojo del moreno aumentaba, y retrocedio unos pasos con la intención de protegerse de su ira. En ese momento, Hikaru tomo el postre de su hermano y lo lanzó a la cara del rubio, que se agachó para esquivarlo, por lo que el cremoso proyectil se estrelló en la cara del presidente de la clase.

- ¡GUERRA DE COMIDA! – se escuchó gritar a un alumno no identificado tras unos segundos de silencio.

Momentos después, todo era caos en la cafetería. La exquisita comida volaba por los aires y se estrellaba contra las paredes y los uniformes, y la fina porcelana yacía en el suelo hecha añicos. De pie sobre las mesas, Kaoru y Hikaru Hitachiin (el ultimo ya curado de su enfado) encabezaban la guerra de comida e incentivaban a otros a participar en la lucha.

Mientras esto ocurria, Yuuichi se escabuyo entre los combatientes y escapo al jardín, donde se encontró con un chico castaño de ojos cafes y mirada dulce. Por su aspecto desarreglado, se notaba que a duras penas había escapado del desastre en la cafetería.

- Oye, ¿estás bien? – pregunto el rubio, preocupado.

- Si, no te preocupes – contesto, sonriendo.

Ambos, rubio y castaño, miraron atrás, hacia la guerra que aun continuaba, y suspiraron.

- Por poco y no nos salvamos – comento Yuuichi.

- Si – el castaño se le quedó mirando, pensativo – Oye, tu eres el chico nuevo, ¿verdad?

- No me jodas, ¿en serio? Si, soy yo, Yuuichi Konda, ¿y tú?

- Mi nombre es Haruhi Fujioka, mucho gusto Konda-kun.

- Por favor, llámame Yuuichi. No me gustan las formalidades.

- Entonces llámame Haruhi, Yuuichi.

- Fue una locura lo que paso en la cafetería, ¿no crees, Haruhi?

- Me disculpo por Hikaru, Yuuichi-kun.

- ¿Quién es Hikaru?

- El chico al que le lanzaste el pudin.

- ¡Ah, el torpe que no aceptó mis disculpas!

- El mismo. Y no es tan malo, solo exagero las cosas. Tiene una personalidad muy fuerte, así que cuando se enfada se pone insoportable. Por favor no te enfades con él.

- ¿Son amigos?

- Sí. Él y Kaoru son mis mejores amigos – dijo. Yuuichi sonrió.

- No te preocupes, Haruhi. El enfado se me pasó cuando le arrojé el pudin. Además, – dijo pensativo – es como un niño. No se puede estar mucho tiempo enfadado con un niño.

- Es cierto – sonrió Haruhi.

- ¿Puedes hacerme un favor?

- Claro.

- Cuando veas a Hikaru-kun, dile que lamento haber manchado su uniforme, pero no arrojarle el pudin. Y dile que no vale la pena gastar tiempo y energía en seguir enojado conmigo, porque soy MUY simpático – dijo, bromeando un poco al final.

- Se lo diré – sonrió.

- Bueno, tengo que irme. Nos vemos mañana, Haruhi.

- ¿Mañana? ¿a dónde vas?

Yuuichi miró a Haruhi y esbozó una sonrisa traviesa.

- Voy a escaparme de la escuela – anuncio - ¡Deséame suerte!

Y salió corriendo a través de los cuidados jardines.


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