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Los gritos del Silencio por Evildiana

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Notas del fanfic:

Todos los derechos de los personajes quedan reservados a Oda-sama, ninguno de los personajes me pertenece.

Esta historia esta en una linea temporal entre los siglos Xl y Xll, no le he puesto fecha exacta, pero a pesar de estar en esa linea temporal he añadido algunas cosas mas modernas, no os extrañéis.

Notas del capitulo:

Este es mi primer fanfic, espero que os guste ^W^

Ya anochece, la oscuridad va tomando poder sobre las calles de un pequeño pueblo, y, de pronto, el gran reloj de péndulo que se alza entre casas da las 10, algo muy común para nosotros ¿No?
Justo entonces, y con las campanadas aun sonando, la gente aterrorizada corre por las calles dirigiéndose a cualquier lugar para esconderse, entre gritos y desesperación una chica chilla, no fue rápida, la bestia la alcanzo.
Una maldición, tan antigua como el tiempo, aterroriza a aquella gente, justo a las 10 de todos los Viernes una bestia va a apaciguar su sed de sangre y  miedo. Famosos caballeros, grandes ejércitos, incluso criaturas mágicas intentaros dar fin a la vida de aquel ser, sin embargo no consiguieron más que la muerte.
Aquella bestia no era ni un hombre lobo, ni un vampiro ni ningún otro ser de las tinieblas, algunos cuentan que el Diablo cansado de siempre convertir a las personas que en sus garras caían en criaturas como las antes mencionadas, decidió intentar crear un ser único, tan poderoso como para sucederlo en el trono. Desgraciadamente escogió a la persona equivocada para su “pequeño” experimento, aquella bestia se llamaba Kid, Eustass Kid. Alguien que alguna vez en el tiempo fue un famoso pirata, perseguido, sobre todo, por arrasar pueblos de inocentes. El al ser que más se asemejaba era al hombre lobo, pero algunas diferencias demasiado grandes lo diferenciaban de esta conocida raza.
En fin, continuemos, en aquel pequeño pueblo, cuyo nombre era Elien; nombre que olvide pronunciar antes, en Elien vivía un joven, de unos 20 años de edad, era el próximo médico del pueblo, tenía grandes dotes para tal oficio, sin embargo su mente era ocupada por el gran misterio de la bestia, todos al nombrar su nombre huían despavorido, a aquel chico, solamente le causaba intriga, muchas veces eran ya las que se había adentrado en el bosque a buscar cualquier indicio de que la bestia se hallara cerca, pero nunca encontraba más que árboles y animales. Aquel chico era Trafalgar Law.
No era alguien demasiado especial, tal vez solo era reconocido por sus dotes de Doctor, dotes entre el que destacaba era la Cirugía, muchos lo apodaban con el siniestro nombre de "El cirujano de la muerte".
Law no era alguien común, con una sola mirada de sus perlados ojos se te helaba la sangre y entrabas en algo parecido a un baile entre la muerte y la seducción.
Su tez era morena, tez que finamente estaban tatuadas por tribales y la temeraria palabra "Death"



-¿Como se encuentra doctor?- Pregunto un joven que recientemente trajo a su herida madre, que desesperada por huir de la bestia cayo por una de las escaleras de piedra del antiguo templo de los dioses y se torció un tobillo.
-Bien, no es nada grave, tan solo necesita reposar durante unas dos semanas. Pasado ese tiempo que vuelva a verme.- El muchacho dio las gracias y salio de la casa ayudando a la que seguramente seria su madre.
Aquel paciente era uno de los tantos que habitualmente trataba el Doctor Jefe, llamado Hiluluk.
Era muy querido en el pueblo, el era quien se encargaba de todas las víctimas de la Bestia que acechaba aquel tranquilo lugar.
Tenia un hijo, Chopper, que felizmente seguía de cerca el oficio de su querido padre, junto a Chopper, y también como aprendiz de Hiluluk se encontraba Trafalgar Law.
Law era mayor que Chopper, por lo que normalmente Hiluluk era a el a quien encargaba los casos mas grabes y las cirugías. No tenían ningún lazo de sangre, tan solo un día Law se presento en la pequeña consulta del medico diciendo que quería aprender medicina, y desde aquel entonces Law vivía como uno mas en la familia.
-¡Law!- Llamo Hiluluk, asomando la cabeza por el hueco de la escalera que daba al segundo piso, donde se encontraban las respectivas habitaciones de Law y de Chopper.
-¿Si?- De un momento a otro apareció enfrente del Doctor Jefe.
-Ya hemos terminado por hoy, puedes dejar de hacer los medicamentos, me siento generoso así que puedes tomarte lo que queda de tarde libre.- Law no mostró ápice de alegría, ni de ningún otro sentimiento, sin embargo, años de experiencia conociendo a Law le decían que estaba tremendamente feliz, sobretodo sabiendo que últimamente todo a lo que dedicaba el Cirujano su tiempo era a vagar por el bosque.
-Entonces me voy, después nos vemos.-Y como alma que lleva el diablo salio corriendo hasta la puerta.
-¡¡LAW!!-Y este se paro en seco.
-¿Mm?
-Recuerda que hoy es Viernes, llega antes de las 10 o no te abriré la puerta.-Law frunció levemente el ceño para después sonreír con su típica sorna.
-Viejo cascarrabias, echare la puerta abajo si hace falta.-Dicho esto continuo su camino, solo que esta vez mas tranquilo observando las calles de piedra, calles que serian teñidas de rojo gracias a la sangre de algún pobre desgraciado que no consiguiera llegar a un lugar seguro.
Por lugar seguro se referían al templo del pueblo, nadie sabe si es por el poder divino, si es por alguna de las muchas plantas que hay a los alrededores o si es por la puerta de hierro y plata que protege la entrada, pero la bestia no se acerca a tan venerado lugar. Es el único sitio donde están realmente protegidos.


Empezaba a olerlo, Sangre.
Un joven pelirrojo despertó perezosamente sobre su cómoda cama de pieles curtidas de ciervos y osos. Era un joven de unos 20 años, pero corto y rebelde de un color rojo fuego, tez blanca y una gran musculatura que haría que cualquier caballero con su flamante armadura se echara a temblar. Unos hermosos ojos ambarinos adornaban su cara.
Se levanto y observo por la ventana, sus ojos que ahora se tornaban como los de un dragón le permitían distinguir a lo lejos el pueblo, habitado por aquella raza a la que una vez perteneció, humanos.
Su comida favorita si cabe mencionarlo, no era un vampiro que podía alimentarse de mas cosas que no fuera aquel carmín liquido, sin embargo era el alimento que mas lo llenaba y que mas le gustaba, aunque solo sucedía esto con la sangre humana.
Rió por lo bajo durante un momento.
-Ya es Viernes...-Menciono mientras  su blanca tez se volvía negra como la oscuridad y de un momento a otro se desvanecía en un montón de humo negro, que empezaba a dirigirse a gran velocidad al pueblo.



Notas finales:

¡Gracias por leer! Si podeis comentar y decirme que os a parecido me ayudariais mucho :3


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