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¡Estoy aquí! (KaiSoo) por LuceroHood

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Notas del fanfic:

Hola, hoy es un dia "importante" quiero iniciar este proyecto de este modo, el dia de hoy y bueno, la verdad todas estas ideas, te las debo a ti SENYA, desde un principio todo fue pensado para que tu fueras la primera en leerlo, asi que bueno... PARA TI.

Espero te gusten esta serie, porque quiero dedicartela, te amo sister.

Y bueno, solo la historia me pertenece.

Notas del capitulo:

Esta pequeña historia, es el inicio de esta serie Diestra y Siniestra, un mundo con guardianes que podran ir descubriendo conforme las historias se vallan subiendo.

Diestra: Lo bueno

Siniestra: Lo malo, lo siniestro

Zephirum: Vacio

Por cierto, esta mini historia se divide en 4 capitulos cortos n.n espero les guste a todos.

Capítulo I

El miedo, ¿Qué es el miedo? para el resto de las personas el miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación que, por lo general suele ser causada por algo desagradable, provocada por sentir que uno se encuentra en peligro en alguna circunstancia, pero para mí, el miedo tiene un nuevo significado, pues mi peor miedo ahora tiene, más bien tenia nombre.

Yo, ¿Quién soy? Soy KyungSoo un chico de 18 años, estudio en la preparatoria y soy lo que podría llamarse un chico “X” ¿Cómo es eso? Pues verán, para mí una persona “X” es aquella persona que siempre es callada, esa persona que puede ir de aquí para allá sin ser notado, esa persona que no necesita de nadie ni de nada para estar bien, está y eso es lo importante, mis calificaciones son regulares, no soy muy estudioso, por eso no soy reconocido por mis notas, no me gusta causar problemas, así que en ese aspecto los profesores no deben preocuparse por mi actitud, entrego todo, no me gusta participar en clase y si llevo mis audífonos soy feliz, la música lo es todo para mí, no necesito de nadie más.

Sobre mi familia, que puedo decir, mis padres trabajaban siempre hasta tarde, así que todo el día estaba solo, lo único que me reconfortaba era cantar, escuchar música, ver anime, y eso me gusta, mi primo tiene un café, en ese café siempre me encontraba yo, en la mesa de la esquina, siempre, sentado, tomando una taza de capuchino, con mi laptop escribiendo a veces canciones, viendo alguna película, o escuchando música mientras veía a la gente ir y venir de un lado al otro, algunos acompañados, otros solos al igual que yo.

De ahí, yo me retiraba a mi casa a dormir, mi noche era rutina,  cenaba mientras veía un rato la tele, acomodaba mis cosas y prendía la luz afuera de mi habitación, esa luz  daba a la calle, y así también entraba un poco a mi habitación, no me gusta la obscuridad, puede ser estúpido, pero por eso siempre duermo con esa luz prendida, y no me preocupa pues sé que al llegar a casa mis padres la apagarían, lo único que no me gustaba era tener que acostarme en esa gran habitación con la luz apagada.

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Un día, llegue después de la escuela a la cafetería, solía llegar a las 2, justo media hora de trayecto de mi escuela al café, salude a mi primo Baekyun quien me dijo que ya me estaba esperando y fui a mi mesa, pero alguien la ocupaba ya, era un chico, piel ligeramente tostada, de pelo café obscuro, no lo negare, ese chico era apuesto, con brazos ligeramente musculosos, no podía ver sus ojos, su flequillo lo cubría, solo podía ver sus labios en un gesto neutral, no mostraba ni tristeza ni alegría, vestía normal unos pantalones negros ajustados pero ligeramente desgarrados de los muslos, llevaba una mochila, de seguro era estudiante, frente a él sobre la mesa estaba un capuchino y  él, sospecho yo, miraba a un punto perdido sobre la mesa, me extrañó, pues nadie nunca se sentaba ahí, sobre todo por lo alejada que estaba esa mesa del resto o simplemente porque sabían de un chico extraño, yo, que siempre se sentaba ahí.

Me acerque, a él no podía como dije ver sus ojos pero el aura que emanaba de él ahora me parecía triste, en lo personal no me gustaba hablarle a las personas, pero ese chico me recordó a mí, pensé que cuando las personas se encuentra deprimidas necesitan de los demás, incluso yo tenía a mi primo, todo una diva que me hacia sonreír cuando lo necesitaba, tal vez este chico no tenía a nadie con quien hablar, así que decidí intervenir.

-Hola, disculpa, ¿Te encuentras bien? -el chico se giró a verme.

-¿Te parece que estoy bien? -su voz era agradable al oído, masculina, sexy pero de trasfondo había ira, me había contestado muy hostil.

-Lo siento -conteste sarcásticamente, todavía de que me había interesado por él se comportaba así conmigo-. Pensé que tal vez podía ayudarte, pero ya veo que no es así, con permiso buscare otra mesa.

Me gire, ¿Qué se creía este tipo?

-Espera -oí que dijo y sentí su mano tomarme por el brazo-. Lo siento, no era mi intención ser grosero, ¿gustas sentarte?

Su voz ahora fue suave y puede ver sus ojos, cafés obscuros, a la sombra de seguro se verían negros, eran profundos, hechizantes,  y esa sonrisa de lado que me dirigió, fue la más sexy que yo había visto en toda mi jodida vida, esta me atonto por completo.

-¿Sabes? Ese lugar, por lo regular es mío, por eso me acerque, pero en verdad lamento mi atrevimiento al hablarte -no quería seguir molestando además de que aún estaba un poco molesto por la forma en que me hablo antes.

-Descuida, al contrario, gracias por hablarme, no muchas personas lo hacen, algunas dicen que yo les doy miedo -sonrió mostrándome sus dientes, ¿Cómo podría él asustar a alguien? Seguramente mentía, muchas chicas deben de matar por hablar con alguien como él.

-No comprendo a algunas personas -le dije e inconscientemente también sonreí.

-Mucho gusto mi nombre es JongIn -me tendió la mano y  la tome.

-El gusto es mío, mi nombre es KyungSoo.

-Siéntate por favor -sonrió, tomo asiento y yo lo seguí sentándome frente a él.

-¿Gustas tomarte este capuchino? La verdad es que no tengo ganas de tomarlo, aún está caliente, no lleva mucho aquí -me ofreció su café, me extrañó, pero tal vez solo lo había pedido para que no lo corrieran del lugar, ¿Qué se yo?

-¿Puedo tomarlo? ¿No te molesta? Si gustas puedo pagártelo -dude, comencé a sacar mi cartera, pero él rápidamente respondió.

-Claro que no, tómalo, prefiero dártelo a que se quede aquí, por favor acéptalo, fui grosero hace unos momentos, tómalo como una disculpa, solo que tiene 2 sobres de azúcar y un poco de canela, espero este bien -sonrió.

-¿Enserio? –reí-. Tiendo a pedirlo así siempre.

Los dos sonreímos, creo que ese chico y yo teníamos más en común de lo que yo podía imaginar, jamás imagine encontrarme con alguien así y menos en un lugar así, había conocido a un nuevo amigo, y eso me hacía muy feliz, pues era un amigo que al igual que yo no necesitaba de largas pláticas para entenderme, sabía lo que me pasaba, incluso a veces acertaba adivinando el ¿Por qué? estaba enojado, triste o ansioso en algunas situaciones que le contaba, era como si supiera lo que yo hacía durante todo el día, ese chico era genial, era como él compañero que siempre desee tener, alguien con que compartir lo que sentía, alguien que me entendía y que me escuchaba, un amigo con quien contar.

Notas finales:

Espero sus comentarios y mañana actualizaré. 

GRACIAS POR LEER!!!

XOXO


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