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Confesión de Navidad por Bruzz

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Notas del fanfic:

Los personajes de One Piece no me pertenecen, son propiedad de Eiichiro Oda-sama.

Notas del capitulo:

Hola de nuevo, yo aqui molestando!!!

Tenia dos One-shots pendientes, y uno de ellos ya lo subi :D

El otra va dedicado a Okumura Renka.

Espero que te guste mucho y a todos los que lo lean tambien :D

Se me ha complicado un poquitin escribirlo, ya que sobre esta pareja jamas he escrito xD

Bueno, sin ser mas.

A leer!!!

Aaahh y... para los que solo lean este fic: Haunted Forest ha vuelto señores jajaja!!!

Ahora si, que me matan.

CONFESIÓN DE NAVIDAD

***

 

Que llego, que llego, que llego…

Comida, comida, comida…

¿Qué cosas tan deliciosas me tendrá preparadas Ace? ¿Y mi abuelo también estará cocinando?

No, pero si el no están majo para eso…

A pesar de que ya comí tengo tanta hambreeeee…

-Gracias chicos, fue muy divertido.

 Justo cuando estuve frente a la puerta de mi casa me despedí de Kiddy y Torao.

La había pasado muy bien con los dos, pues por algo eran y siempre habían sido mis mejores amigos.

-Espero que pasen una buena navidad Shishishishi…y me voy porque mi abuelo y Ace deben estar  esperándome—Sonreí lo más que pude, estaba muy emocionado por lo que me encontraría allí adentro—¡¡Adiós!!

Ellos dos se despidieron igualmente y yo entre corriendo…

-¡¡¡¡YA LLEGUE!!!!

Y apenas lo hice tire mi abrigo a algún lugar incierto…

Pero para mi sorpresa, no había nadie…

Todas las luces estaban apagadas, y a pesar de busque en ambos pisos, no había señal de una sola alma rondando por ahí…

Me sentí algo afligido…triste…

-Supongo que llegaran después—Dije más o menos en voz alta, tratando de concentrarme en otra cosa y acallando los rugidos prontos de mi estómago.

Subí las escaleras y entre a mi recamara. El cansancio comenzaba a ganarme por alguna razón, y eso que realmente no estuve haciendo nada en todo el día.

Suspire, yendo a recostarme sobre la cama y echando un vistazo a los alrededores…

Se sentía tan solitario.

-Odio sentirme así—No pude evitar hacer un puchero de molestia. En verdad que me había tomado por sorpresa el que ni Ace ni mi abuelo estuvieran esa noche…

Sobre todo Ace…

Yo pensaba en…

Confesar mis sentimientos por el esa noche.

Si…

Lo había querido…

Desde hace 4 años.

***

-¡¡Muévete viejo de los cojones!! ¡¡Que Luffy ya debió haber llegado!!

-¡¡A mí no me grites mocoso!! ¡¡Que te doy de hostias!!

Si había algo que podía molestar a Ace, eran las personas lentas…

Sobre todo cuando estaban conduciendo a contrarreloj.

-¡¡Aprieta, aprieta!!

Garp tuvo que retomar el control del vehículo con agilidad, cuando, sin más preámbulos, Ace se tomó el atrevimiento de pisar el acelerador por él, haciéndoles casi que irse sobre una volqueta, aun con el semáforo en rojo deteniéndolos.

-¿¡Estas imbécil o las fechas te afectaron!?—Grito Garp, colérico, dándole a Ace un coñazo que recordaría toda la noche buena— ¿¡Quieres que nos matemos, pedazo de bestia!?

-¡¡Es tu culpa viejo!!—Gruño Ace, al tiempo que se sobaba el chichón que le salía de la frente—¡¡Además si no nos matamos aquí, lo hace Luffy!!

-Cierra el jodido pico—Garp puso los cambios y comenzó a andar, más que todo porque atrás una horda de carros estaban pitándole por no arrancar—Luffy ya no es un mocoso de mierda…

Pero dejo de hablar cuando vio la expresión de Ace, que claramente traducía…

“La gente puede saber que tiene 18, los que verdaderamente lo conocemos sabemos que actúa como de 10”

-Ya sé, pero no es para tanto…

-Por favor, viejo, tu sabes que si…

-Bueno, sí pero…

-Viejo…

-¡¡¡Q-que sí, joder!!!

-Al menos logramos comprar el obsequio—Dijo Ace, que de repente había cambiado su expresión seria por una totalmente resplandeciente, llena de felicidad y emoción.

Saco entonces la cajita pequeña de su abrigo y observo lo que había adentro, brillando con intensidad, como una hermosa estrella en el cielo…

Tal vez no era comida, pero…

Pero era para el…

Para su amado Luffy.

Y un sonrojo cubrió sus mejillas, para que luego las mismas se extendieran, llenas de inocencia, formando una sonrisa…

-Hay algo que quiero preguntarte—Dijo Garp, mortalmente serio, sacando de su embobamiento a Ace…

… pero sin dejar de mirar al frente, algo anonado por la expresión que tenía el chico hace unos momentos…pero sabiendo de antemano el por qué.

-Diga…

El pecoso no pudo evitar sentirse un poco nervioso, pues ya sabía a lo que el viejo iba, seguramente hace tiempo que ya estaba sospechando…

-Ejem, bueno, por el lado positivo…

Garp no tardo en hablar y enredarse un poco, la verdad es que esos temas de romance no le tocaban mucho el interés, así que tampoco sabía cómo dirigirse a ellos. Menos si se trataba de su pequeño nieto y de su nieto adoptivo…

-Has vivido toda una vida con Luffy. No son hermanos de sangre, de hecho, se hicieron hermanos de corazón a punta de golpes….A lo que voy es que, veras, soy consciente de que…

-¡¡Ve al puto grano!!—Ace definitivamente odiaba a las personas enredadas, además, estaba hecho un manojo de nervios, que un poco más y se volvía luz de árbol.

-¡¡No me grites!!—Pero su abuelo tampoco es que se aguantara tanto descaro, y más cuando se dirigía a él de esa forma.

Pero eso era lo de menos…

-Soy consciente de que le quieres mucho, y por eso has gastado todos tus ahorros en comprarle eso…pero, en realidad, quisiera saber…

En realidad…

-¿Qué tipo de amor le tienes a Luffy?—Termino de decir el mayor, con algo de tenacidad en su voz.

Ace se congelo por un momento, sin saber que responder a eso…

-¿Amor de hermano o…?

 Sabía que ese día llegaría, el día en el que Garp le advertiría que a Luffy solo podía verlo como un amigo, un hermano, aun si no eran de sangre…

Sumándole a que ambos eran hombres.                

Pero miro por la ventana, y entonces decidió, en medio de todas aquellas luces y arboles maravillosos que decoraban las calles, decir:

-Es un amor de verdad, viejo.

Y Garp no tuvo más opción que suspirar.

Porque si, desde hace mucho que se olía cierto romance entre los dos chiquillos, pero no había querido admitirlo…

Pero no podía hacer más que aceptarlo, porque los amaba a ambos, tanto que si los viera infelices por su culpa, no sería capaz de cargar con su conciencia día a día.

Ellos debían estar felices, ser felices, estar juntos, si eso los hacia felices…

Y ahora…

Al diablo…

Fue entonces que dejo pasar el hecho de que fueran hombres, de que toda la vida les hubiera visto cómo sus nietos, como unos pequeños niños…

Después de tanto prepararse, tenía la valentía de decirlo, al fin.

Apretando el manubrio fuertemente y sonriendo.

-Donde lo hagas llorar, te parto el culo, mocoso.

Y aquellas palabras para Ace fueron más que suficientes. Lágrimas de felicidad derramaron de su cara sin cesar, a pesar de que a él no le gustara verse débil ante la gente, y menos ante el viejo, que tan estricto había sido con el…

Mucho menos espero Garp, que Ace se hubiera lanzando a abrazarle, cundido en lágrimas, agradeciéndole…

-¡¡Que me haces estrellar!!—Grito, tratando de sonar enojado, pero no podía, pues el en realidad, también quería llorar.

-¡¡Te quiero viejo, te quiero!!

Y sus ojos se nublaron, haciéndole ver borroso, pero a la vez tan claro…

***

Luffy ya se había cansado de esperar…

La tristeza que tenia se había transformado en enojo hace rato.

¿Cómo era posible que le dejaran solo en ese día tan especial?

¿Cómo era posible que ACE le dejara solo?

No podía creerlo, le parecía absurdo.

-¡¡¡¡TENGO HAMBRE!!!—Grito, mientras bajaba las escaleras con una aura peligrosa rodeándole el cuerpo, dispuesto a darle sus buenos golpes a ambos si es que llegaban en ese preciso instante.

Observo la nevera, sin saber por primera vez en su vida que comer. Suspiro. Miro su reloj y se dio cuenta que ya eran las once de la noche. Se sintió aún más indignado y cerró la nombrada de un portazo. Camino a paso lento hacia al comedor y se hecho, literalmente, sobre la mesa, mirando el techo y parpadeando de sueño…

No puedo dormirme, pensó, ellos deberían llegar…

¿Y si no?

Esa duda carcomió el pecho infantil de Luffy fugazmente.

Los conocía, pero… ¿Por qué pensaba eso?

No, definitivamente, no. Ellos no le dejarían solo en navidad…

Luffy giro con pereza su mirada y observo afuera del ventanal, viendo como los niños jugaban con la nieve y las familias comenzaban a reunirse. Una sonrisa escapo de sus labios cuando pesco a tres chiquillos que le traían gratas impresiones…

Un pelirrojo y dos peli azabaches.

El pelirrojo aleteando sus brazos como si estuviera enojado. El peli azabache pequeño riendo como descocido, todo atascado en nieve, y el otro, como el más cabrón, curvando sus labios ladinamente…

-Shishishishi…

Era tanta la coincidencia…

Si se hubieran conocido de niños, Luffy juraría que esas eran las copias exactas de sus amigos y de él.

-Torao, Kiddy y yo…Shishishishi…debería tomarles una foto y mañana most…

Pero el sonido de la puerta le interrumpió. Y Luffy de la emoción contenida no hizo más que quedar parado de un salto y salir corriendo hacia la puerta.

Ahí habían llegado su abuelo y Ace. Ambos sacudiéndose la nieve y maldiciéndose por el frio que debía estar haciendo. Traían paquetes en sus manos, donde probablemente vendría la comida que Luffy estaba añorando hace más de una hora…

-Ey…mocoso, ayuda con las bolsas, llévalas a la cocina—Garp señalo hacia algunas de las susodichas, que ya había dejado en el suelo. Fue a prender la luz y a colgar su abrigo para luego devolverse.

Luffy le fulmino con la mirada, yéndosele la emoción de un tirón.

Ahh es verdad, pensó el pequeño, yo estaba de mal humor con ellos.

Ace le miro un momento, extrañado, pero después dándose cuenta de que era lo que sucedía…

El jodido berrinche…

Suspiro.

-Lo sentimos Luffy, tuvimos que salir—Se disculpó el pecoso, por fin entrando, dejando su abrigo también…

…pero sacando lo importante y siguiendo a la cocina, no sin antes revolver el cabello negro de Luffy con ternura y darle un beso en la frente.

Luffy se sonrojo, pero de todas formas continuo con los brazos cruzados y el puchero de niño malcriado.

-¿¡Qué esperas para recoger las bolsas!?—Le grito su abuelo aun en la puerta, y es que el viejo ya estaba lo suficientemente cabreado por el helaje que estaba haciendo, como para pensar en aguantarse los berrinches de su nieto.

-Ya voy—Mascullo Luffy, sin que se le quitase lo enojado, yendo a tomar las bolsas y llevarlas rápidamente hacia la cocina.

Justo las dejo sobre el mesón para comenzarlas a observar en busca de comida…

¡¡Pavo!! ¡¡Pavo!! ¡¡Pavo!!

Ya se le escurrían las babas pero…

Se mordió la lengua.

 Lo primero que sintió fue un coscorrón en la cabeza, lo segundo, un grito por parte de su abuelo y Ace.

-¡¡Deja las manos quietas y ándate a arriba!!—Ordeno Garp, quitándole de un rapón las bolsas a Luffy—Y tú vas y lo acompañas, recuerda en lo que habíamos quedado—Eso fue para Ace, quien solo suspiro y comenzó a subir las escaleras.

-Vamos Luffy—Dijo el pecoso desde donde estaba.

-Umm—El pequeño hizo un puchero pero no tuvo más opción que seguir a Ace, al fin y al cabo, era su oportunidad perfecta.

Y con esa idea en la mente, termino de subir al segundo piso.                   

***

-¡¡¡ACE!!!

En menos de nada, ambos peli azabaches caían a la cama…

Por culpa del menor, por supuesto.

-Cálmate un poco enano—Ace le retiro de encima suyo ligeramente nervioso y sonrojado, pero no pudo hacer mucho cuando Luffy se había aferrado a el de nuevo y le sonreía dulcemente, con esa expresión tan inocente que lo dejaba de hielo.

-Te extrañe, Shishishishi…

-Ya te dije que estábamos demorados. ¿Qué pensaste acaso?—Pregunto mayor, imaginándose con gracia la reacción inesperada de Luffy.

Y es que el siempre, todas las navidades, había llegado y les había encontrado cocinando…

Supongo que imagino lo mismo hoy, pero culpa del tráfico no pudimos llegar más temprano, pensó Ace, correspondiendo con cansancio al abrazo que Luffy le estaba dando desde hace mas de 5 minutos.

-Nada, nada—Negó Luffy, mas sin embargo, a él se le pescaban las mentiras como se le pescaba la cicatriz bajo el ojo.

Aún más cuando comenzaba a torcer sus ojos y labios al tiempo…

Ace suspiro, lo mejor era dejarlo pasar.

-El abuelo cocinara hoy…de milagro me dejo tomar un descanso—Dijo Ace, poniéndose algo melancólico por querer haberle cocinado algo bueno a Luffy y no haber podido.

Pero si su abuelo le había dicho…

“Tú le vas a dar eso, así que deja que al menos le cocine yo, cabrón”

Y él dijo si, está bien, haz lo que quieras, al fin y al cabo…

“Al fin y al cabo me has aceptado”

-Eso está bien—Balbuceo Luffy, recibiendo la mirada interrogativa de Ace, pues ambos tenían muy claro que el pequeñito amaba cuando Ace le cocinaba, y cuando no lo hacía, se ponía bien cabrón.

Pero el tema era que…

Si, pensó Luffy, era el momento perfecto para declarársele.

De hecho aún no habían prendido la luz, así que…

Y las luces brillaban muy bonito así que…

-Tengo que decirte algo, Ace—Dijo Luffy, de repente, con tal firmeza que el pecoso tuvo que mantenerle la mirada, enfrentando a unas orbes prácticamente abiertas más alla de lo permitido.

-¿Dime…?—El peli azabache arqueo una ceja, para ver como Luffy se comenzaba a sonrojar…

…y no era por el frio, pensó el, más que seguro, cuando luego pudo ver como sus ojos brillaban con intensidad.

-Me gustas, Ace…te quiero.

-…-

La primera reacción del pecoso fue quedarse estático como un idiota y ponerse tan pálido cual papel.

La segunda fue sin duda, mirar a Luffy, esperando a que reaccionara y se riera en sus narices.

La tercera fue cagarse en la puta y en su miserable vida.

Y no era porque le molestara el hecho de que aquello fuera verdad, de que Luffy no estuviera mintiendo, de que tuviera un gusto hacia el…

Porque él también lo quería…

No…

Era porque…

¿Cómo no se había dado cuenta de ello? ¿Tan lento era para los temas de amor? ¿Tan imbécil para comprender los gestos del que había sido su hermano, compañero y amigo toda su puta vida? ¿Tan incrédulo como para pensar en que sus sentimientos no fuesen correspondidos por esa persona tan dulce? ¿Tan escéptico como para creer que alguien pudiera amarlo?

-Lo siento—La voz de Luffy se oyó tan triste y quebrada que Ace tuvo que bajarse de las nubes donde había volado, de un jalonazo. Levantó la cara y vio lagrimillas salir de las orbes oscuras de su niño…

No…

No…

Espera, no…

-Lo siento Ace, yo no pedí esto…

Y estallo a llorar.

Un llanto tan doloroso que el pecho de Ace dolía, como si le hubiesen clavado una estaca sin piedad….

 Cada lágrima que salía parecía una gota de ácido que quemaba su alma, lentamente, haciéndole retorcerse…

Ese gesto de sufrimiento era tan indeseable que su estómago se apretaba, amenazando con hacerle vomitar…

¡¡¡NO LLORES!!!

Cuando Luffy sintió el calor de Ace invadir su cuerpo, soltó un jadeo de impresión. Todo su yo tembló incontrolablemente. Los brazos del mayor le apretaron tanto, que su fuerza salió disparada a quien sabe dónde. Sus lágrimas se atascaron, su dolor se pauso, sus brazos reaccionaron por si mismos para corresponderle…

-Ace…

-Yo también te quiero, Luffy—Balbuceo Ace, y aunque Luffy no lo veía, estaba tan rojo como el pelo del mismísimo Kid, con su corazón latiendo descontroladamente, tanto que sus latidos se pasaban y retumbaban en el pecho del otro…

-¿De esa forma?—Pregunto inocentemente, apretando aún más la espalda del otro.

-Sí, de esa forma…

De esa forma que deseábamos ambos…

El sonido de los fuegos artificiales hizo eco en sus oídos.

Los dos giraron la mirada, viendo como el hermoso y delicado juego de formas y colores llenaba el cielo, haciendo juego con la luna, manchando sus rostros de vida, de una navidad que ya estaba cerca…

Gracias…

Fue lo que pensaron, yéndose a abrazar mucho más fuerte, dejando que las palabras sobraran, que sus corazones hablaran, latieran por si solos…

***

Era la primera vez de Luffy, y eso Ace lo sabía de antemano.

Por eso cuando beso sus labios y comenzó a desnudarle, lo hizo lentamente, tratando de que el pequeño no se alterara más de lo debido.

Luffy solo se aferraba con fuerza a la espalda del que había sido su hermano durante todos estos años. Se dejaba hacer, sonrojándose tiernamente, poniendo su empeño en cada roce de lenguas que habían tenido, tratando de llevarle la corriente, sobreponiendo el amor ante su desconfianza a lo desconocido…

Cuando Ace beso su pecho suavemente, Luffy suspiro, tomo sus cabellos y los acaricio, transmitiendo todas las sensaciones que estaba sintiendo. Vio como algunas marcas quedaban cuando el pecoso subió desde toda su extensión, hasta su cuello.

-Te quiero…

Eso era lo que se repetían el uno al otro, una y otra vez…

Ambos quedaron prontamente desnudos, fundiendo sus cuerpos en un calor incontrolable, en medio de gemidos suaves y uno que otro jadeo.

Llenos de sudor…

Ace acariciaba lentamente el cuerpo de su hermano, que muchas veces había visto, pero jamás tocado de esa forma. Igualmente Luffy, que tampoco quería perderse ningún detalle, restregando muchas veces su cara contra ese pecho fuerte que le estaba sosteniendo, lamiéndolo ocasionalmente…

Hasta que el pecoso acerco un par de dedos a la boca de Luffy…

-¿Y…eso?—Pregunto el pequeño, nervioso sin entender mucho que era lo que Ace pensaba hacer.

-Solo lámelos—Dijo Ace, dándole un beso en la boca.

El pequeño hizo caso, poniéndose un poco más nervioso. Trataba de lamer sus dedos pero su boca temblaba, mas sin embargo, Ace tenía el poder de calmarle con sus tersas caricias, la forma en la que sonreía tenía la capacidad de arrancarle todas sus dudas de un tirón.

Cuando ya estuvo listo…

Ace suspiro profundamente, estaba punto de hacer algo por lo que Garp podría matarlo a golpes.

No sabía porque estaba pensando en ese hecho, justo en ese preciso momento, pero…

Una imagen que le hubiera parecido perturbadora si no estuviera enamorado de Luffy choco contra sus ojos…

 El chico estaba completamente sonrojado y  puesto a su merced, bañado en precioso sudor, permitiendo que la saliva escapara de su boca, mirándole fijamente con sus ahora entrecerradas orbitas…

AL DIABLO.

Cuando el lívido de Ace le empujo, fue que ahora tomo sus ensalivados dedos y metió el primero en la entrada de Luffy. Con cuidado; con parsimonia fue entrándolo y moviéndolo en círculos, esperando ver las reacciones del pequeño, quien solo parpadeaba y una que otra vez arrugaba el entrecejo.

-¿Te duele mucho?

-S-se siente raro…

Después de un rato, un segundo dedo fue entrando en su estrechez. Esta vez Ace consiguió que Luffy soltara un pequeño gemido, pero al tiempo su expresión era de dolor, así que no tuvo más opción que comenzar a besarle y masturbarle lentamente para que se calmara…

-Duele…duele—Rogo el pequeño, aguanto las lágrimas por pura vergüenza—Duele mucho—Dijo cuándo Ace comenzó a mover aquellas intromisiones dentro de él, tratando de estirarlo un poco.

-Aguanta un poco más—Dijo Ace al borde del abismo, porque si fuera por él, ya estaría empalando a su propio hermano…

Se sentía tan horrible cuando lo decía así.

Desde ahora se propuso a que mejor lo llamaría Luffy, incluso en sus pensamientos, solo por discreción.

Un tercer dedo fue a dar…

Esta vez Luffy casi que grito de dolor, pero Ace lo abrazo tan fuerte que fue efímero. Movió sus dedos un poco más para dilatar su entrada, aun masturbándole, dejándole gemir lo mucho que quisiera para que se tranquilizara.

Finalmente estuvo listo.

Ace limpio las lágrimas de Luffy con cuidado y se besaron de nuevo por un buen rato. Luego separo sus piernas con cuidado y antes de entrar dijo:

-Esto te va a gustar luego, no te preocupes…

-S-si…

Fue fundiendo su calor con el de él. El pecoso aún no se creía lo que estaba pasando. Sentía como si estuviera entrando en el paraíso. Entre más entraba, más placentero era. Sostuvo tan fuerte las piernas del pequeño que sus dedos quedaron marcados en su tersa piel, y de igual forma, Luffy apretaba los puños contra las sabanas, mordiendo su labio inferior cuando sintió que algo mucho más grande que lo anterior invadía su interior, rasgándole.

Ace se agacho cuando ya estuvo dentro, y le susurró al oído:

-¿Estas bien?

-Ngh…si, pero…duele, duele mucho…

-No te dolerá dentro de un rato, ya verás—Aseguro el pecoso, besando una de sus mejillas con cariño…

…y comenzando a moverse, muy lento, mientras le seguía masturbando, Luffy ya casi al límite desde hace un rato.

Ambos soltaban fuertes gemidos, ignorando que tal vez pudieran escucharles. Luffy se abrazó a la espalda de Ace y lo rasguño, pero luego la acaricio y la fricciono contra sus manos, tratando de no hacerle daño. Ace hacia lo mismo, atraía a Luffy hacia si para hacer las penetraciones más certeras, dando en ese punto que ambos desconocían…

Y cuando Luffy grito desgarradamente de placer, se había venido.

Mancho el vientre de Ace y se sonrojo de la vergüenza. El pecoso rio.

-No te preocupes.

Y sonrió.

Continúo el vaivén. Luffy sentía que podía desmayarse en cualquier momento. Sus manos dolían de tanto apretar al pecoso contra sí, sus piernas estaban comenzando a cansarse de la posición, pero el placer podía más. Placer que se acrecentó cuando Ace no fallo ni una sola vez mas, dándole a la próstata de Luffy sin piedad, olvidándose de todo…

-V-voy a venirme….

Y Ace no pudo aguantar mucho más tiempo. Aferro los muslos de Luffy, y en medio de un gemido, termino dentro de él.

-Luffy…

-A-ace…

El pequeño sintió escalofríos cuando un líquido ajeno a su cuerpo lleno todo su vientre.

Ace cayó a su lado...

Juntos respiraban agitadamente, limpiando el sudor que incluso escurría de sus frentes.

-Shishishishi, lo has hecho bien, Ace—Bromeo el pequeño, sintiéndose definitivamente cansado.

-No sé cómo mas pude haberlo hecho—Se quejó al mayor, posicionando al otro entre sus abrazos y besando su frente—Te quiero, Luffy…

-Yo también, Ace…

***

Garp no supo qué hacer cuando aquellos ruidos sexuales se colaron en sus oídos desde hace medio rato.

Algo dentro de si—la mayoría—deseaba subir y pegarle un tiro a Ace, luego agarrar a Luffy y mandarlo a un internado.

Sin embargo, había prometido algo, y ellos ya eran mayores…

No obstante, no dejaba de darle…cosa.

Como si estuviera cometiendo un pecado o algo así…

Suspiro cuando al fin ya no escucho nada. Estaba hecho un manojo de nervios y media botella de vino se había acabado por su culpa.

Miro el reloj.

Los fuegos artificiales comenzaron a hacer más mella en la ciudad, los gritos de la gente, la música y el bullicio rebotaron en sus oídos…

Eran las 12.

Hora de llamarlos, pensó, tratando de borrar la posible erótica imagen de su mente.

Al menos ya tenía la comida hecha…

***

-¡¡BAJEN YA MOCOSOS QUE SON LAS DOCE!! ¡¡O LOS BAJO A GOLPES!!

Ace y Luffy quedaron quietos cuando oyeron esa voz. Se levantaron como alma que lleva el diablo y comenzaron a ponerse la ropa que había quedado desperdigada por el piso.

 El pecoso quiso suicidarse cuando vio como Luffy torcía la cara en una terrible mueca de dolor, y no era para menos, era su primera vez.

-Estoy bien—Le tranquilizo Luffy—Los raspones me dolían más, Shishishi…

A Ace le salió un tic en el ojo. De alguna forma creyó que les estaban ofendiendo…

…pero luego hicieron como si nada y se continuaron vistiendo.

Luffy saco su móvil de las bermudas que siempre llevaba y envió ese mensaje

¡¡Feliz navidad Kiddy!!...¡¡Feliz navidad Torao!! ¡¡Tengo que contarles algo hoy, veámonos más tarde!!

Y es que tenía que contarles lo que había pasado, sin duda, así Ace se enojara, pero no importaba, estaba tan feliz que deseaba hacerlo.

Ace se vestía también, pensando en si todo aquello había sido un sueño…

Eso hasta que algo cayo de su pantalón, y él lo recordó…

Recordó que le había comprado…aquello.

Sonrió infantilmente y se acercó a Luffy, tomándole por sorpresa y robándole un beso. El pequeño también correspondió con ternura y miro con curiosidad la caja aterciopelada que ahora Ace en medio de un sonrojo le estaba extendiendo.

¿Qué era eso?

La abrió.

Y vio el hermoso brillo metálico, pudo apreciar la fina textura, y lo bello que era…

Un anillo.

Sus ojos se aguaron, y a pesar de que Ace miraba hacia otro lado de la vergüenza, se abalanzo sobre él, yendo a cogerlo a besos de nuevo.

-Feliz navidad, Luffy—Dijo el pecoso, haciendo un puchero y sonrojándose aún más.

-Feliz navidad, Ace—Dijo tiernamente el pequeño, dejando que unas lagrimitas escaparan de sus ojos—Aunque yo no te compre nada…

-Pero me diste una cosa—Sonrió ladinamente.

-¿E-eh?—Y menos mal que Luffy aún era inocente.

-¡¡BAJEN DE UNA PUTA VEZ!!

-¡¡¡SI!!!—Gritaron ambos algo asustados, corriendo hacia las escaleras, bajando con rapidez, más que todo por el delicioso aroma a comida que les llenaba…

Y Luffy tuvo el placer de ponerse el anillo que su hermano le había regalado en el dedo anular, en medio de una risilla.

Su móvil sonó de repente, y él lo miro, feliz…

“Feliz navidad Mugiwara…Felices fiestas Mugiwara-ya”

Sabia de quienes eran esos dos mensajes…

Guardo su móvil y se acercó al comedor, donde todo estaba repleto de comida, deliciosa comida.

Pero miro su anillo de nuevo, yéndose a sentar, sin aun creérselo…

El anillo que marcó lo que fue el final del día…

Y la navidad que marcó el comienzo de una nueva vida para ambos.

 

FIN***

 

Notas finales:

Eso ha sido todo!!!

Espero que te haya gustado muuuucho Oku-chan.

(Me mata por llamarle asi)

Y a ustedes tambien xD 

Muchisisismas gracias por tomarse la tarea de leer, si comentaran seria mucho mejor :D

Espero que hoy sea un dia maravilloso para todos.

Nos leemos luego y...

¡¡FELIZ NAVIDAD!!

(Segun sea la diferencia horaria :3)


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