Llegare a ti
Hay algo que no puedo callar más, sé que siempre te he dicho que no me gustas, que las cosas que hacemos no me gustan, pero no puedo engañarme a mí mismo, me gustas, me gustas mucho, incluso creo que he llegado a amarte, quiero decírtelo muchas veces, quiero informarte que te quiero y decírtelo muchas veces hasta que mi corazón no pueda más.
Te observo desde el marco de la puerta, estás totalmente concentrado en tu novela, alzo la mano como para alcanzarte porque quiero llegar a ti pero de pronto retrocedo un poco, no quiero molestarte, incluso si me muero de ganas de decírtelo no puedo molestarte mientras escribes, estoy dispuesto a gritarlo a los cuatro vientos, estoy dispuesto a decírselo a Takahiro, mi hermano, pero cuando se trata de decírtelo a ti siento que me invade el miedo, no temo salir herido porque sé que tú me quieres, siempre me lo dices y cuando hacemos el amor me lo demuestras; me pregunto cuál será mi temor entonces, porque no puedo decirte estas palabras aunque me muera de ganas por decírtelas. De pronto volteas a verme notando mi presencia, me sonríes, nunca te he dicho lo feliz que me hace sentir ver esa sonrisa en tu rostro, esa que solamente me dedicas a mí, me topo con tu mirada, esa mirada amatista que me llena de amor; no quiero que me veas tan vulnerable, asustado del hecho de decirte lo que siento, desvío la mirada incapaz de mirarte por más tiempo, me siento avergonzado, al hacer esto escuchó un suspiro proveniente de ti, pasas a mi lado al salir de la habitación, acaricias mi cabeza en un gesto cariñoso, no tienes idea de cuan cálida se siente esa simple caricia, aunque tengas manos frías con tan solo tocarme con ellas siento como me queman, transmitiéndome ese calor que me deja totalmente expuesto.
Te detengo, me aferro a tu camisa, tu estando a espaldas de mí, no dejo que me mires, te pido con voz baja que no voltees, tu obedeces, puedo sentir tu aroma tan embriagador, me pregunto si estarás consciente de lo que provoca en mí tu cercanía, creo que no, ya que nunca te lo he dicho, estúpido miedo, ni siquiera sé a lo que le temo. Mi corazón late descontrolado, ni siquiera estoy seguro si es porque tengo miedo o porque tú lo haces latir así, de pronto me ha sorprendido escuchar tu corazón que también está acelerado ¿acaso es porque estoy cerca de ti? ¿Será que estás asustado quizá? Pero tú no tienes ningún motivo para estar asustado.
Te digo que tengo que decirte algo, que necesito que lo sepas, tú te estremeces un poco ¿estás imaginando cosas malas?, me enternece que creas que soy capaz de decirte algo como que ya no quiero estar contigo y a la vez me siento culpable por no expresar mis sentimientos de la mejor manera, no tardo en aclararte que es algo que te hará feliz aunque se escuché muy egocéntrico de mi parte; después de escucharme decir eso te relajas ¿realmente piensas que te dejaré? ¡Soy terrible!
No puedo hacerlo, no puedo decírtelo, tengo miedo y eso me hace enfurecer, tengo que decir lo que guardo desde el fondo de mi corazón, incluso aunque no me mires me siento nervioso, no puedo evitar temblar.
¡Vamos Misaki, díselo! Dile que despertar a su lado es la mejor manera de empezar el día, dile que cuando cocinas para él lo haces más feliz que si preparas comida para la mismísima reina, dile que cuando te besa pierdes la razón, dile que cuando pronuncia tu nombre tu pecho se hincha de felicidad, dile que cuando te toca sientes la calidez más acogedora del mundo, dile que cuando te elogia tu día tiene color…¡definitivamente no puedo decirle eso sin morir de un paro cardiaco!
Me llamas, amo escuchar mi nombre pronunciado por tus labios, volteas a verme a pesar de que yo te dije que no lo hicieras, siempre haces lo que quieres aunque eso no me molesta del todo como cualquier persona creería, bueno, tal vez algunas veces un poquito; bajo la mirada sonrojado, incapaz de mirarte, siento vergüenza por ser tan cobarde, tu solamente sueltas una risilla y me besas.
No, si seguimos con esto no podré ser capaz de decírtelo, deja de besarme que harás que pierda la razón; te alejo y extrañamente esta vez sí logro que dejes de besarme, junto el valor necesario para mirarte a los ojos y notó la preocupación en ellos, me hace pensar en que realmente he estado actuando raro últimamente ¿no? Solo he intentado reunir el valor necesario para decirte lo que siento.
Te miro fijamente tratando de transmitir un poco del amor que siento por ti, quiero que mi mirada te grite que te amo; suspiro, hago un esfuerzo sobrehumano por no dejar de mirarte, abro mi boca pero ningún sonido sale de ella, que frustrante, siempre me pregunto cómo no te cansas de esto, de mi cobardía. El teléfono suena devolviéndonos a la realidad, tú vas a contestar mientras yo me recargo en la pared tratando de calmar a mi agitado corazón, no puedo creer que cada vez que decido decirte lo que siento me invada este miedo, volteo a tu estudio, dejaste la laptop encendida y al verla se me ocurre algo, no es la mejor manera de hacer las cosas pero al menos sé que me dará un poco de valor para confesarte todo lo que siento. Me siento en tu silla y me acerco a la laptop, al ver todo lo que has escrito me pregunto cómo es que logras plasmar todo eso en tu escritura, doy un largo suspiro abriendo una nota nueva, selecciono el tamaño de letra más grande que puedo y escribo: Te amo. Mi dedo baila encima de la tecla borrar, ni siquiera puedo hacerlo de esta manera, pero antes de que pueda borrar el contenido escucho tus pasos, entro en pánico y corro en dirección a la habitación, en mi camino te miro de reojo, luces un poco confundido.
Estoy bajo las sábanas, esperando por ti, armándome de valor y meditando sobre lo que acabo de hacer, esto es increíble, iré hacia a ti y te diré todo lo que siento sin necesidad de estas tonterías, si necesito cerrar los ojos para no verte y retroceder lo haré, ya lo he decidido, salgo de la cama y de la habitación para dirigirme a tu estudio, no estás ahí; bajo las escaleras en tu búsqueda y te veo de espaldas, llego a ti y cerrando los ojos empiezo a hablar.
“Usagi-san te amo, desde hace ya mucho tiempo, me gustas, me gustas mucho, quiero poder llegar a ti, hacerte saber todo lo que siento dentro de mí, me gusta tu forma de ser con todo y tus defectos, no puedo estar sin ti, separarme de ti ya no es una opción, quiero despertar cada día a tu lado y dormir junto a ti, quiero expresar todo lo que me haces sentir pero simplemente no puedo describirlo, así que solamente lo resumiré en un te amo, quiero estar junto a ti, Akihiko”.
Abro los ojos para mirarte, para saber lo que opinas aunque muera de miedo, eso es, tengo miedo de no poder transmitir mis sentimientos correctamente y que no entiendas lo que siento, quiero ser capaz, totalmente, de llegar a ti.
¡Como son las cosas algunas veces! Estaba realmente pálido, al menos así me sentí yo, mi hermano estaba ahí parado junto a Usagi, su cara mostraba una gran sorpresa y otra cosa que no pude descifrar muy bien, me sentía totalmente expuesto, me había abierto hacia Usagi y mi hermano también escuchó todo. ¡Eso era un problema! No me importaba que mi hermano lo supiera pero si no le agradaba la idea eso significaba que me separaría de Usagi.
Por poco olvido lo que realmente me interesaba ver la expresión que tenía Usagi, se veía sorprendido y tenía un ligero sonrojo, algo que nunca había visto en él, volteó a mirar a Takahiro con una encantadora sonrisa preguntándole qué opinaba al respecto, no estaba preparado para escuchar lo que mi hermano tenía que decir, pero como si Usagi hubiera leído mis pensamientos, me jaló a su lado. Fue en ese momento que me di cuenta que mi hermano derramaba lágrimas, me asusté mucho por un momento hasta que me abrazó, se sentía feliz por nosotros, estaba auténticamente feliz porque yo era feliz, correspondí el abrazo, creo que las cosas iban mejor de lo que esperaba.
Al final, mi hermano se fue contento dándonos la bendición y deseándonos lo mejor, no es como si fuéramos a casarnos, supongo. Usagi me abrazó, aferrándose completamente a mí, nuestros corazones latían furiosos, me dejé llenar de su calor hasta que él habló.
- Misaki, no sé cómo lo haces- me sonreía tiernamente- siempre sabes que decir para descontrolarme totalmente con tan solo algunas palabras
- Realmente- me sentía acalorado, sonrojado- no pude expresar ni un cuarto de lo que realmente quería expresar
- Aunque así fuese, entendí perfectamente tus sentimientos- me mira fijamente con esos ojos cautivadores- Misaki, te amo- tomó mi rostro entre sus manos y me besó
Lo logré, pude llegar a ti, creo que ahora avanzamos mucho más en nuestro amor de lo que lo hemos hecho antes. Al terminar de besarnos te miré y pude decir sin titubeos esta vez: yo también te amo, Usagi-san.