“El hilo rojo del destino conecta a aquellas personas que están destinadas a encontrarse, y pasar el resto de sus días juntos, sin importar el tiempo, el lugar o circunstancias de ellos…el hilo puede estirarse, o perderse…pero nunca romperse”
Hacía mucho que me encontraba en este lugar, sinceramente no estoy consciente del tiempo, o cual es mi edad, un día simplemente desperté aquí, y, en verdad que mi vida cambio…Mi nombre es Takao Kazunari, y yo… bueno yo soy un ángel, mis superiores dicen que no soy uno cualquiera, aunque aun no entiendo a lo que se refieren.
El cielo simplemente es fantástico, aunque no todo es felicidad como muchos piensan, nosotros trabajamos arduamente para que todo esté en orden, y la poca paz que le queda al mundo se mantenga así…
El cielo es un lugar perfecto, al que todas las almas humanas que terminan su vida terrenal les gustaría venir, es tan pacifico y es simplemente perfecto, un lugar donde todo se mantiene en orden lleno de hermosas creaturas…mientras que el infiero, es un lugar donde nadie quisiera ir, el caos es lo único que reina ahí, y la desesperación es el único sentimiento fiable, habitado por horribles creaturas…un lugar donde no quedan esperanzas, y no hay ninguna escapatoria.
No es como si fuera un secreto que los ángeles y los demonios jamás podríamos convivir en armonía, pues mientras nosotros somos luz para todo lo existente en la tierra, los demonios son pura obscuridad, y así ha sido por mucho, mucho tiempo, aunque como ya dije no es como si estuviera seguro de ello.
Nosotros los ángeles tenemos muchas funciones importantes en el cielo, incluso tenemos cierta clasificación para eso, por ejemplo, los ángeles guardianes, ellos están destinados a cuidar a los humanos en la tierra, pero esos ángeles normalmente fueron familiares o seres queridos de las personas…o al menos eso me han contando.
Reo Mibuchi, es uno de ellos, la primera vez que lo conocí, se veía un poco triste y desorientado, pues había llegado como un ángel y no sabía cómo había pasado todo, poco después, cuando nuestros superiores se encargaron de hablar con él, fue que me conto todo, un ángel guardián solo puede tener un recuerdo de cierto tiempo de su vida…y el decidió quedarse con el…había estado casado, su esposo un tal Tatsu chan, como solía llamarlo él, era un hombre muy bueno, que lo amaba demasiado, todo un caballero…en fin era perfecto, como solía describirlo Reo. Eran muy felices juntos, pero su relación no fue bien vista por sus padres, pues mientras Tatsuya era un rico heredero, Reo era alguien de la servidumbre, aun así, ellos lograron escapar juntos y casarse, pero cuando los padres de Tatsuya los encontraron, no tuvieron piedad con Reo, llevándose a Tatsuya lejos de el, y el…condenado por el pecado de amar…prometió cuidarlo toda su vida….
Recuerdo muy bien esa historia, pues a pesar de que Reo había tenido un final muy trágico, el, había sido destinado a cuidar de Tatsuya por aquella promesa que hizo antes de llegar al cielo como ángel…los ángeles guardianes eran muchos, y siempre habían existido, o al menos eso tengo entendido…
Los arcángeles…ellos son los encargados de mantener el orden en el cielo, protegiéndolo de cualquier amenaza, principalmente de los demonios, ellos atacan con el objetivo de entrar al cielo, y así, corromper todo lo que puedan. Los arcángeles, son los que luchan contra ellos…ellos, utilizan unas espadas de fuego, son hermosas si me lo preguntan, pero también es un trabajo bastante peligroso. Muchos arcángeles han sido corrompidos por los demonios, y lo único que lleva a un ángel corrompido, es su total destrucción. Los arcángeles a diferencia de los ángeles guardianes, no tienen recuerdos, ya que ellos solamente fueron creados, con el fin de proteger el cielo…como un ejército.
Pero el hecho de que no tengan recuerdos, no significa que no tengan sentimientos… Kiyoshi Teppei…uno de los arcángeles más fuertes en el cielo, era el principal comandante de los arcángeles, nunca había perdido una pelea con ningún demonio, atento, carismático y extremadamente bueno eran muchas de sus cualidades, sin embargo cometió algo que un ángel jamás debe hacer…él, se enamoro de un demonio…
Hanamiya Makoto era su nombre, uno de los demonios más inteligentes y crueles jamás conocidos, hizo caer al gran Kiyoshi Teppei a sus pies, enamorándolo con palabras dulces y promesas de amor, es como logro su cometido. La noche en que se juraron amor eterno, esa noche se desato la batalla entre el cielo y el infierno, muchos arcángeles y ángeles corrompidos, fue el saldo de esa vez, y…Kiyoshi con el corazón roto, y con su ultimo soplo de vida, seguía jurándole a Makoto su amor. Cuando los arcángeles ganaron, decidieron que Makoto pagaría por haber hecho caer a su mas gran de líder…Kiyoshi fue genial incluso cuando sabía que no debía hacerlo, el amo hasta el último momento…
Y bueno…por último, los ángeles guía…supongo que yo soy uno de ellos, nosotros solo existimos por una única razón…debemos cuidar de los arcángeles, muchos arcángeles son heridos por demonios cuando se enfrentan, los que aun no son corrompidos, pueden salvar su luz, para eso estamos nosotros…nosotros curamos sus heridas, y cuidamos sus pensamientos y sueños…ya que, cuando el mal siquiera ah tocado sus cuerpos, estos tienden a tener pensamientos obscuros, que los llevan normalmente a la locura…nosotros somos sus luces, sus guías atraves de su camino, su esperanza… todos los arcángeles tienen uno, y como los arcángeles, nosotros no tenemos ningún recuerdo…aunque…a veces sueño muchas cosas.
Los arcángeles normalmente no desarrollan una amistad en si con su ángel guía, pues en el dado caso de que ellos mueran en batalla, sus ángeles guías, simplemente son re asignados a otro arcángel, sin ineficiencia en su labor a causa de sentimientos…esa es una de las reglas entre un ángel guía y un arcángel…una regla que simplemente no pude cumplir…
No recuerdo cuando fue exactamente, no recuerdo quien me había asignado, lo único que recuerdo de ese día…fueron esos hermosos ojos verdes…
Midorima Shintarou, un arcángel puro de nacimiento, entrenado toda su existencia para ser un líder, el más fuerte de los arcángeles, el siguiente en ser el líder de estos…su cabello de un extraño pero hermoso color verde, su perfecto 1.95 metros de altura, y sus increíbles y hermosos ojos verde olivo, resguardados bajo esas perfectas y enormes pestañas, lo hacían un arcángel perfecto.
A pesar de ser muy “tsundere” como solía llamarlo yo, un completo maniaco que creía en el destino y creyendo firmemente en su labor y las reglas que conllevaba, me había enamorado perdidamente de él. Había escuchado muchas veces sobre el amor, pero vivirlo… era otra cosa, sentir que solo vivías para una persona, que su felicidad era la tuya, y que sin él no podrías seguir adelante, me hacían sentir completo.
Tal vez había pasado meses…años…incluso siglos…para poder hacerme cercano a el, pero en verdad había valido toda la pena del mundo. Cuidando las apariencias, cuidando nuestros encuentros, cuidando nuestros corazones… es como habíamos estado tanto, pero tanto tiempo…
Jurándonos amor eterno, besándonos a escondidas de los demás, y entregándonos bajo el cielo estrellado, era como normalmente nos complementábamos el uno al otro.
Aun recuerdo nuestro primer beso, había sido una batalla como ninguna otra, los demonios atacaron en plena noche, y tú fuiste a su encuentro…por más que te pedí que no fueras, seguía siendo tu labor… y tu jamás faltarías a este…te espere por muchas horas…y no dabas señales de vida, todo se había calmado, y por más que te busque con la mirada no lograba hallarte…
Empecé a correr desesperado, gritaba tu nombre por todo el cielo, mis ojos derramaban lagrimas, y mi pecho cada vez dolía mas, fue la primera vez que sentí dolor… a pocos metros de ahí estabas inerte, en medio de escombros, fui a tu rescate. Jamás olvidare lo que vi en ese momento, estabas tan mal herido, y las gafas que siempre llevabas estaban hechas añicos, sin perder más el tiempo y arrodillándome ante ti, empecé mi ritual para curarte.
Fueron muchas horas de labor…estaba cansado, y tu aun no abrías tu preciosos ojos verdes, no sabía qué hacer para despertarte, no sabía qué hacer para seguir a tu lado…mi desespero era tan grande que las lagrimas no tardaron en hacerse presente…fue ahí cuando supe que yo de verdad te amaba.
Sostuve tu cabeza contra mi regazo…otorgándote tiernas caricias…esperándote a que despertaras…y cuando por fin lo hiciste…me sentí muy aliviado. Poco a poco te reincorporaste, y diciéndome cuando me amabas, dejando de un lado tu orgullo, y rodeándome protectoramente con tus brazos nos dimos un tierno beso… sus suaves labios contra los míos se sentían tan bien…me sentía en tanta paz, que pensé que podría morir de felicidad, y después de ese beso, vinieron un millón más…culminando así, como la primera vez que nos entregamos mutuamente…
Muchas veces vivimos eso, muchas veces nos besamos, muchas veces nos juramos amor eterno, fueron tantas cosas hermosas las que viví a tu lado, fue contigo que descubrí lo que era el amor, fue contigo la primera vez de muchas cosas…en verdad agradecia infinitamente el haber estado contigo…era como un hermoso sueño…lástima que todo sueño siempre debe acabar…
Había pasado mucho tiempo desde que empezamos a salir como pareja, tu habías decidido pasar más tiempo conmigo, y esa noche en la que nos entregamos de nueva cuenta, me dijiste un te amo, uno demasiado sincero…con el cansancio en todo nuestro cuerpo, y a punto de dormir…escuchamos el llamado…los demonios habían entrado al cielo.
Rápidamente salimos al encuentro, portando tu bella espada, matabas a todos aquellos demonios que se te pusiera enfrente, y yo…cuidando tu espalda, atento para curarte cuando lo necesitaras. Miles y miles de arcángeles habían perecido, muchos ángeles guías corrompidos por los demonios, muchos ángeles guardianes perdidos y confundidos…pero tu seguías luchando…aun cuando sabíamos que no durarías mucho…
Solo había media centena de arcángeles… y yo…el ultimo ángel guía…viendo con horror tus hermosas alas manchadas de carmín, tus heridas profundas y tu expresión de desesperación me partían el alma…a lo lejos, vi como amenazaban con hacerte daño…y yo con mi última gota de energía…fui a tu rescate…
Ahora entendía por qué decían que era especial, entendía por qué los rumores decían que era más poderoso que un arcángel, que era un ángel especial…lo entendía completamente…y como si mi vida pasara frente a mis ojos…recordaba esa platica cuando llegue a ese lugar….
“-Entiendes que eres un ángel guía muy especial
-No sé por qué serlo… ¿qué me hace especial?…
-Tu ser alberga un poder que no podemos comparar, sin embargo este está dormido, ya que si lograras liberarlo…acabarías con tu vida…
-¿Cómo es que mis poderes saldrán algún día?
-Por que tu corazón estará preparado para hacerlo…solo tienes que encontrar la razón para dar tu vida por algo… ”
Ahora entendía todo…había encontrado la razón, y valla que era más que justificada, sabía que si debía dar mi vida por alguien…ese serias tu…el amor de mi vida… y la paz del cielo.
Con paso decidido, camine hacia tu atacante…extrañamente no sentía miedo alguno, sin embargo, por un segundo dude al escucharte decirte que volviera a tu lado…que me protegerías a costa de tu vida…sin embargo sabía que no seria así…te amaba demasiado para verte morir… y por ti… daría todo lo que fuera…Tus lagrimas amargas descendían rápidamente…y una sola frase…”Vuelve mi amor”… era todo lo que necesitaba escuchar…había tomado mi decisión…
Aun recuerdo exactamente las palabras que te dije al momento de salir a tu rescate…aun recuerdo tu expresión de tristeza, aun recuerdo tus bellos ojos, aun recuerdo esa promesa
“No importa lo lejos que estemos…no importa, si no nos volvemos a ver…no importa si te olvidas de nuestro amor eterno…siempre estaré ahí para cuidarte, porque tú, eres y siempre serás el amor de mi vida…Shin chan… ”
Y con la esperanza de volverte a ver algún día… y al igual que Reo, poder cuidarte desde lo más alto del cielo…cerré mis ojos…recordando por última vez…tus hermosos ojos verdes…
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Eran pasadas las 4 de la tarde, y prácticamente las instalaciones estaban vacías, los clubs aun albergaban a unos cuantos estudiantes, pero conforme pasaban los minutos estos regresaban a su hogar, unos charlando o gastándose bromas entre sí…otros simplemente disfrutando de la fresca brisa que esa tarde de otoño otorgaba…y unos simplemente estando ahí, sin regresar a casa ni gastarse bromas…
Una hermosa y pulcra pluma blanca se poso sobre el regazo de un azabache oji azul, y con sumo cuidado de no estropearla la acerco a su rostro…había tenido un sueño maravilloso, uno que hacia latir muy rápido su corazón…uno que le revelaba muchas cosas a sus ojos…y estando ahí sin más, en la azotea viendo el atardecer, sintió como si eso ya lo hubiera vivido…
-Nee Shin chan ¿puedo preguntarte algo?- pregunto el joven azabache a su peliverde “compañero”
-Que pasa bakao- contesto sin mucho interés el mayor…
-¿Tú crees que los sueños te digan algo de tu vida pasada?, ya sabes algo que aunque no recuerdes, tienes la sensación de que en verdad lo viviste
-Tal vez pero, ¿Qué hay con eso?- comento el oji verde levantándose de su asiento para así apoyarse contra la maya de protección de la azotea, apreciando mejor la vista…
-Bueno, tuve un sueño con Shin chan-menciono alegre el azabache-y en el sueño, tú eras un ángel…no es como si no tuvieras apariencia de uno ahora-dijo el menor con una sonrisa de medio lado…
-¡NO DIGAS ESAS COSAS BAKAO!- comento el peliverde ajustando sus lentes para ocultar su muy evidente sonrojo…
-ajajajaj pero es verdad Shin chan, solo ¡mírate!...bueno ya, elpunto es…que aun en el sueño, nosotros, ya sabes, estamos juntos, y me decía a mi mismo…tal vez nuestro destino fue siempre estar juntos…-menciono el azabache con un aire de nostalgia, y regalándole una sonrisa tierna al peliverde, lo abrazo por el torso…el cual era extrañamente correspondido…
-Tal vez…es decir…yo…una vez tuve el mismo sueño… ¡No es que sueñe seguido contigo ni nada por el estilo!...es solo que…-su cabeza estaba hecho un lio y su cara tan roja como un tomate…decidió respirar-es solo, que en ese sueño, tu desaparecías, y yo no quiero que eso pase jamás…-escondiendo su sonrojo en el cuello del mas bajo dijo todo eso…
Tal vez su manera de decirlo no fue la más romántica de la historia, pero sabía exactamente lo que aquellas palabras habían significado…en verdad amaba a su torpe tsundere…
-Shin chan…-respondió el más bajo mientras acariciaba de manera suave sus cabellos verdes….
-mmm…-respondió el otro aun en el hombre del oji azul
-Te quiero como a nadie shin chan…y ten por seguro que siempre te voy a cuidar…no importa si no te vuelvo a ver…o que ya no estemos juntos…eres el amor de mi vida shin -decía el azabache mientras con suma delicadeza tomaba el sonrojado rostro del mayor…
-También te quiero bakao…siempre lo he hecho….
Con el cielo a sus espaldas, y esos hermosos matices rojizos…con esas dulces y sencillas promesas de amor, decidieron estar toda su vida juntos. Y sellando esa promesa con un casto y tierno beso, juraron amor eterno ante el cielo…justo como lo habían hecho…hace mucho tiempo atrás.